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Chapter 79 - La presencia del mal

Ha transcurrido ya una semana desde aquel día en el que le di el sí a Dominieck, y aunque parece poco tiempo la verdad es que han cambiado muchas, muchas cosas aquí incluyendo yo misma, que me eh visto sin dudas en la obligación de madurar en poco tiempo.

Crecer me ha hecho tomar una perspectiva diferente de lo significa la vida como loba y aunque me queda mucho por aprender eh sabido aprovechar el tiempo que tanto Lyall como Dominieck me ofrecen cada día.

Todo ha sido a la largo un subidón de emociones uno que no tiene precedentes y que lamentablemente solo iría en aumento.

… … …

Son más o menos las siete y diez de la noche y a diferencia de todos los días hoy me encuentro dentro de la cocina, sí... en pleno territorio enemigo lugar en el que se me permitió ingresar luego de que Dominieck hablara con la señora Zoe pues realmente algo que quería hacer era ayudarle precisamente a ella pues quería sentirme útil en la residencia y menos sola.

Hace ya un buen rato que las tres nos encontramos con mucho estrés pues la noche de hoy ha sido dispuesta para llevar a cabo una cena familiar ósea todos nosotros reunidos, por lo que desde hacía ya un tiempo que nos disponemos a dar los últimos toques a aquellas preparaciones.

En casa ya se encontraban Dominieck y Lyall quienes habían llegado temprano de resolver sus asuntos, junto a ellos se encontraba Lina quien desde temprano había salido de casa acompañados también de Bazili, sin contar claro está a nosotras tres siendo por ende los únicos que hacían falta los tíos.

Tras haber terminado de preparar todo Zoe, Leila y yo nos retiramos cada una hasta nuestras recamaras para asearnos, siendo que yo principalmente me di una buena ducha, me coloqué unos cómodos jeans azules y una blusa en color negro con algo de encaje y con escote bardot que dejaba ver completamente mis hombros, así como también mi clavícula, de igual forma me perfumé y coloqué unos tenis de suela plana en color blanco.

Una vez lista por un momento me admiré ante el espejo y pasado algunos cuantos segundos tomada completamente por la alegría salí de allí llena de emoción tomando rumbo de inmediato al gran salón.

A mi llegada ya los demás allí se encontraban conversando permitiendo que el tiempo transcurriera a esperas de quienes hacían falta, Dominieck como era de esperarse tras notar mi presencia no espero bien que yo me acercarse cuando ya se había puesto de pie y había procedido a abrazarme, satisfecho con lo que aquello le hacía sentir a aquel no le importaba ser visto como un niño recibiendo amor del ser más preciado a su conciencia.

Leila al ver como Dominieck se hacía perder una vez me tenía tan cerca de él no tardo en replicar con algo de envidia.

— Tan lindos, yo también añoro una relación así.

Dominieck al escucharla con algo de burla no se negó a molestarla pareciendo a fin de cuentas la extraña relación de amor y odio que reina entre los hermanos — con lo molesta que sueles ser dudo que alguien te pueda llegar a querer — y sacando la punta de la lengua reforzo con algo de malicia las palabras dictaminadas hacía ella.

Yo siendo consciente de lo tan evidentemente similares que Leila y yo somos queriendo defenderla un poco dije — me sorprende que digas eso, pues lo mismo decías tú de mi persona y mira donde precisamente estoy de la mano de quien más renegaba de mí.

Dominieck me escucho e instantáneamente se apeno, con vergüenza giró la cabeza hacía el lado izquierdo y sin mirarme a la cara aquel murmuro entre dientes — no es lo mismo.

— Si, sí que lo es.

Los demás empezaron a reír y a charlar respecto a ello Dominieck y yo nos quedamos a expensas del lugar en el cual nos encontrábamos por lo que notando que nos encontrábamos semi solos por un momento por lo que aprovechando que nadie más se encontraba particularmente escuchando aquel con rostro de entera malicia replicó.

— Espero que estes de ánimo porque lo que has hecho hoy me lo cobrare con creces entre las sábanas.

Sus palabras me hicieron abrir los ojos de par en par ante la sorpresa que aquellas dejaron en mi haciéndome por un momento parecer algo azonzada.

Ya para cuando me pude recuperar los tíos hicieron presencia y como solo aguardábamos por ellos todos nos dirigimos hasta el salón donde en mi ausencia Zoe y Leila acomodaron todo.

La cena fue más grata y fue más que bien recibida, pero no lo voy a negar en un primer momento por algunos comentarios hechos fuera de lugar por Bazili la cena se volvió algo tensa cosa que rápidamente se pudo remediar tras todos finalmente relajarnos y por ende aparecieron las risas, la alegría y el trato que de por sí ya conocíamos.

Terminada la cena como era una noche en familia o eso era lo que queríamos simular ayudamos a Zoe y Leila a organizar toda la cocina y poco tiempo después ya totalmente relajados fuimos a parar de nuevo al gran salón.

Allí estuvimos un tiempo disfrutando del echo mismo que las bromas traen de por medio y las risas que aparecían se hacían participe de por medio y fue justamente allí cuando todos nos encontrábamos así reunidos que rápidamente todo escalo.

Dominieck, Lyall y Bazili de la nada se tensionaron, sus expresiones se volvieron algo ásperas y la rabia se disfrazó detrás de la seriedad que aquellos tres tomaron, los tres se observaban como si las preguntas que en sus mentes se formaban podían ser contestadas a través de la mirada por lo que se podía observar como la energía en aquellos aumentaba.

Los tíos, Lina, Zoe, Leila y yo, notamos inmediatamente lo que estaba ocurriendo, aunque no entendíamos el porqué de aquello y en una llamada de vuelta a la realidad yo me acerque a Dominieck con las yemas de los dedos acaricie la parte delantera de su mano izquierda y pregunte.

— ¿Qué sucede?

Dominieck giró su cara hasta mí y notando que era yo suavizando un tanto sus expresiones indicó — tenemos visitas.

Lyall tomando la palabra inmediatamente musitó — y una no muy agradables.

Dominieck ahora haciendo uso de la palabra cuestionó — pero que hace aquí.

Lyall experimentando la misma tensión exclamó — nada bueno temo.

Yo notando la confusión en los rostros de los demás me hare de valor y cuestione — ¿Qué o quién es lo que viene, nos tienen en ascuas? ¿Qué es lo que sucede hablen por favor?

Dominieck no dio una respuesta, en cambio dio una orden directa por lo que pidió con sumo énfasis a nosotros quienes allí nos encontrábamos que nos quedásemos dentro de casa pues había algo que debía de resolver de modo que, ordenando a Bazili que nos vigilase aquel salió disparado de allí en compañía de Lyall a toda prisa y por más que gritaba que se quedará caso alguno aquel no hizo.

El miedo y las preguntas se hicieron a mi cabeza probablemente las peores que podía llegar a hacerme por lo tanto yo notando las mismas expresiones en Bazili redirigí mi miedo hasta él cosa que me llevo a cuestionarle.

— Habla que sabes al respecto.

— Señoría Emma no es mi deber hablarle de ello.

— No importa, habla.

— Pero señorita, si lo hago el señor Dominieck se enojará conmigo.

Determinada me acerque a Bazili lo tome por la ropa y le suplique porque dijese algo al respecto aquel hombre se asustó un poco de sus ojos sobre vino algo la preocupación y sin poder contenerse exclamó.

— Es la señorita Kira, la ex prometida del señor Dominieck.

— ¿Cómo que es prometida?

— Así como lo escucho, la señorita Kira había sido elegida para casarse con el señor Dominieck pero desde que ustedes volvieron a la ciudad, el señor ha trabajado para romper el compromiso arruinando así los planes de su padre el señor Izra.

Había escuchado bien desde que eh llegado a esta ciudad el nombre de Izra ha estado haciendo eco por donde quiera y la verdad no sé qué pensar o como sentirme al respecto, lo único que sé es que tarde o temprano esta persecución tendrá que acabar.

— ¿Qué acabas de decir? — cuestione ante aquel lobo.

— Lo que escucho es un mero matrimonio por conveniencia — Bazili hizo un gesto de querer disminuir la voz y colocando una mano cerca de su boca casi en un susurro exclamó tras encorvarse un poco en mi dirección — y entre nosotros realmente creo que es lo mejor que hizo.

Aquel por nueva vez se enderezo y continúo diciendo — Kira es una completa bruja, no le importa hacerle daño a los demás, disfruta hacerle sufrir a todo el mundo eso es su mayor delirio, eh incluso ha tenido el descaro de golpear al señor delante de mí cada que no cumple con sus caprichos y yo me eh tenido que quedar de manos atadas porque los matones de Izra se encuentran cerca de ella la mayor parte del tiempo.

Era justo y necesario saber que yo una vez conociendo aquello no me iba a dar el lujo de quedarme allí por lo que habiendo Bazili terminado aquella oración yo salí disparada rumbo a la entrada principal.

Bazili al mirar que me marchaba intento detenerme, insistió en ello, pero no lo logro y yo a fin de cuentas terminé saliendo con la mía.

Ya en la puerta tome un respiró intente tranquilizarme porque sabía que una vez saliera por aquella ya no habría vuelta atrás y sabía que la que se vendría de por medio iba a ser sumamente fuerte para mí.

Sin perder tiempo me convencí, abrí aquella puerta con suma determinación y salí por aquella con paso firme y la cabeza bien en alto, aquella inmediatamente fue movida hizo un sonido casi chirriante que hizo poner en alerta a los que allí se encontraban, inmediatamente me presente pude ver como la cara de disgusto de la famosa Kira me observaba con algo de asco y despreció pero aun a pesar de lo que aquella pudiera llegar a manifestar yo solo la miré, la rete y descendí con suma confianza las escaleras.

Kira era una mujer joven de pelo dorado, figura esbelta, bastante alta a diferencia de mí y quien por sobre todo dejaba notar por encima de la ropa la actitud arrogante que la caracterizaba.

Dominieck giró su cabeza en mi dirección y término así descubriendo mi presencia aquí — ¿Qué haces aquí? No se supone que le pedí a Bazili que los cuidara.

— Tu mejor que nadie sabes que aquel no podría llegar a detenerme.

— Emma regresa dentro.

Su voz se sentía tensa apagada y algo deprimente aparentemente mi presencia allí solo provocaba que el malestar de la situación aumentase.

— No me da la gana hacerlo, así que te aguantas — dije con el rostro serio, expresiones que cuando aparecían en mi Dominieck sabía que no había forma de que me hiciese cambiar de idea.

Inmediatamente llegue al lado de Dominieck me acomode ante ella con los brazos entrelazados a nivel de su pecho y ella con cual descaro se atrevió a decir.

— Tu debes de ser la famosa Emma la gata por la cual Dominieck me ha cambiado una simple chacha.

Dominieck tomo la palabra y replicó — no te permitió que te dirijas ante ella como te dé la gana, además estás en mi casa y tienes prohibido hablar como lo desees.

— Quien no respeta aquí eres tú Dominieck, como tú me vas a venir a cambiarme a mí por esta, es que no la vez — Kira gritó con total disgusto.

Dominieck extendió su brazo en mi dirección y acercándome hacía él me envolvio con su brazo derecho lleno de orgullo.

— La veo con lujo de detalle así que no te permito que la hagas menos, Emma es mi novia a la única que le debo respeto, no a ti.