Chapter 12 - Capítulo 11

El reloj del consultorio marca la hora, no una específica, esta cambia dependiendo del usuario que la visualiza. Para los múltiples pacientes que atraviesan estas puertas muestra números que dictan la hora con unos tonos relajantes, para la dueña actual del centro de revisión sobre casos de violación a su religión muestra cuánto dinero llevan acumulado en la visita, especialmente si, como en el caso del señor Sinclair se recurre a estimulantes auditivos para tranquilizarlo, un seductor tictac que rememora los números que caen en el bolsillo de la terapeuta.

Sobre un sofá ― los clichés permanecen pese al paso de los siglos ― un hombre joven mantiene sus manos aferradas a los bordes del mueble, haciendo que un delgado trasero esté sobre los soportes de metal forrados, evitando en cuanto puede el sentirse cómodo, sosteniendo la mirada con la doctora Meléndez. La reta a que diga que todo fue una mentira, pero sabe que ella no puede decir nada semejante, no con tres custodios fuera de la puerta y una amenaza de desalojo por romper los protocolos de conducta de su edificio.

― Señor, debe entender que mi asistencia requiere que usted sea tan honesto como sea posible ― La doctora aprovecha la pausa para contemplar con regocijo la manecilla que marca los tres dólares que gana solo por esa interacción ―La terapia la dejaremos para otros días, hoy es importante determinar si efectivamente usted sustenta su solicitud de locura temporal y evita con ello la prisión.

― ¡Mire doctora tiene que creerme! ― La mirada del hombre resulta vaga, incapaz de sostenerse en un punto específico ― Ya he jurado por lo más sagrado. Tengo mucho que perder si me corren. Además todo el mundo me conoce, soy un asceta.

― Comprendamos entonces ― En ese punto la terapeuta despliega en la pantalla del muro una serie de Íconos conteniendo acceso a los archivos del caso ― porque la información de los vecinos y los vídeos parecieran que lo contradicen. Además debe entender que en esta ciudad se deben vigilar las buenas costumbres y usted al venir a vivir aquí lo sabía ― Ella lo mira como solo alguien ofendido lo haría pero la tabla en su pulsera le dice que es el modo correcto de tratar a este paciente, el perfil psicológico claramente indicaba que era un ser reprimido y no debía ser tratado con mucha confianza o se cerraría.

― Señora, en serio, pertenezco a la comunidad de pastores católicos apostólicos romanos los cuales buscamos traer de vuelta la pureza de una religión que se malinterpreta desde tiempos inmemoriales ― Él saca de entre su pecho una pantalla táctil la cual solo muestra un escudo de una cruz con relieves en el centro ― ¡Siempre cargo mi libro de leyes y soy incapaz de hacer nada de lo que ahí dice! ― Dice furioso.

― La melodía de fondo musical cambia, de la tranquilidad de los tonos asiáticos ― Caros pero efectivos para dejar que el pensamiento no se estanque ― A un Mozart oscuro y un poco opresivo, es una acción que la terapeuta conoce muy bien ― El sistema que contrató le permite saber cuando una persona cree decir la verdad, la música los presiona los hace sentir en un oscuro momento de su vida.

― Aquí tengo los reportes y los mostraré para que usted entienda la gravedad de las acciones de las cuales usted es responsable, eso sin contar con la violación a los estatutos de migración los cuales establecieron que se tendría que comportar de acuerdo a la religión profesada ― Y no hizo nada de esto.

Antes de que el hombre pueda insistir en su inocencia los gritos comienzan, son de dolor, de miedo, de placer y de vergüenza. Los ojos del hombre se cierran. No los necesita para saber pues es su voz la que escucha. El muro frente al que está sentado comienza a proyectar las imágenes, sus párpados lo traicionan y le muestran, intenta cerrarlos con frenesí, pero la cinta en su frente lo impide ― Colocada desde su entrada por los custodios ― Sirve para algo adicional a simplemente dar descargas en caso de que quiera atacar o huir, sus párpados congelados obligan a unas pupilas dilatadas a contemplar la imagen: Es él en un edificio pobre, donde las personas hacen algunos negocios aprovechándose de algunos huecos en sus creencias para poder reunir el dinero necesario para vivir en la provincia oculta del Nirvana, el reloj marca las 03:30am una figura toca la puerta de un departamento ligeramente en mejor estado que el resto, ahí vive un angeko. Abre la puerta y sonríe de una forma muy profesional, se ve como entra este hombre y mientras los ruidos de la emisión llenan la habitación solo se puede escuchar un llanto penetrante que mana de un hombre aterrorizado de lo que su voz es capaz de emitir, se ve abandonar la escena y media hora después bajar con una caja de cartón, el dueño del departamento abre la tapa y sonriente cierra la puerta, el show terminó.

― Si bien entiendo ― Interrumpe Meléndez el espectáculo de ver a un hombre sonriente caminando al ascensor ― El dueño le permitió tener relaciones con su esposa según las leyes esquimales, usted pagó. No sabemos con qué, para propósitos de esta sesión tampoco nos interesa. Eso hizo muy feliz al sacerdote… aquí es donde la situación se torna en su contra señor, la razón por la que se encuentra aquí está en la denuncia que interpuso usted a la mañana siguiente, ahí estipula:

"Haber sido violado y violentado en sus creencias religiosas por depredadores sexuales e infieles los cuales no conformes con haber culminado con sus deseos vulgares dejaron en su pantalón una cápsula de aroma a sexo con lo cual corrompieron también su hogar, contraviniendo así el respeto a la diversidad religiosa, la cual se disfruta en esta comunidad".

― Después de revisar los rastros de fluidos de la señora y de usted en su ropa no había cápsula alguna. Créame no me interesa solicitar los vídeos sexuales de lo que sea que hizo con su amante temporal ― Sin embargo el chamán los aportó como prueba de que todo fue consensuado y que por ende no hubo incumplimiento de contrato, la denuncia que usted levantó lo implica a usted en la práctica de una religión distinta a la que profesa, así que estoy aquí para determinar si usted piensa cambiar de creencia a la de los esquimales o se burla del sistema ideológico de nuestra comunidad y debe ser expulsado.

― ¡Créame que no deseo ninguna de las dos! ― El hombre a esas alturas era un show de lagrimas y moco ― ¡No me faltaba nada en la habitación y no deseo más que seguir los pasos de todos los santos que adoraron a Dios desde el celibato! ¡Estoy aquí como agraviado, no como criminal! ¡Tiene que creerme!

― Las pruebas lo dejan en una muy mala situación ― Meléndez siente una ligera vibración, el sistema penal ha determinado que mayor terapia no les traerá más pruebas y ella está contenta con una sesión de una hora donde la mitad fueron vídeos ― A juzgar por su postura le daré una semana más de prisión preventiva para estabilizar su estado de ánimo, le informo que ya no puede pertenecer a la religión que profesaba. Ya no es virgen y tiene el virus del papiloma, el cual debe ser tratado antes de reintegrarlo a la sociedad.

―Pero, pero ¿Qué diré en mi trabajo? Soy empleado de "Los Templos del Más Allá inc." ― La expresión de pánico hacía que no tuviera ninguna intención de limpiarse ―Soy guardaespaldas virtual y mi centro de trabajo está en la casa ¿Cómo pagaré un abogado? ― Pregunta preocupado.

― Descuide, su empresa tiene cobertura total ― La psicóloga hace unas anotaciones en su panel flotante, lo veré en un par de días. Espero esté dispuesto a cambiar de ideología o bien de dejar la comunidad… buenos días ― Se despiden.

El hombre abatido sale y en la cuenta de la terapeuta un par de números con dos ceros se incrementa. La belleza de ser una de las diez especialistas por manzana de locos creyentes. Conseguir uno de esos lugares implicó horas de estudio de las diversas religiones y las leyes comunes que hacen que el sitio funcione. Un poco cansada observa el reloj, nuevamente está con las manecillas en alto, señal de que tiene que trabajar un poco más, el último cliente, pero este pertenece a quienes debe impresionar.

Mientras da órdenes para una taza de infusión herbal, su mano izquierda realiza una ligera pulsación y la mayoría de los arreglos regresan a los muros ― La luz cambia a un tono blanco cegador y la bata de textiles cromáticos sensibles se torna negra con blusón blanco y un vestido que parece extenderse debajo de las rodillas, Meléndez toma un respiro, no es fácil ser legista teóloga y terapeuta, pero el sueldo lo vale, especialmente cuando puede tomarse su tiempo en diagnosticar, el centro comunitario paga y ella conoce casos interesantes como el que viene para su tesis de pos-doctorado. Una tal Sra. Smoked aparece en pantalla, curioso que alguien de su religión trabaje. Su lugar de trabajo ya envió la información… lo revisa dos veces y sonríe, su tesis está cada vez más cerca, ella viene del centro de envío Nirvana casi puede saborear el dinero y la fama.