La ciudad era un poco más desordenada que Imperial, incluso alguien como Li tenía que valerse de un mapa para moverse entre sus anchas calles llenas de comerciantes. Ciudad Foro se dividía en varios distritos, según las características de sus habitantes y los oficios que estos desempeñaban, además de la antigüedad de los enclaves más clásicos de la urbe, algunos incluso databan de hace varios miles de años.
Mientras más se adentraban en la ciudad, y esta se allegaba más a la montaña de fuego, más peligrosa se volvía, hasta el punto que para Arzelen parecieron ser todos ladrones y asesinos, cuando tal vez solo eran mendigos y desfavorecidos. Así era ciudad Foro, una gran urbe de contrastes, un anillo de lujo periférico y un núcleo de pobreza que se levantaba hasta las tenebrosas cuevas ardientes, donde los llantos de los niños abandonados se transformaban en terroríficos aullidos de lobos y graznidos de buitres. Todo lo que allí crecía, era resilente a la maldad y perversión del mundo, los Rocardiente eran sobrevivientes.
-yo que tu no los miraría tanto- dijo Li con su habitual arrogancia; - hace varios pasos que entramos al círculo de magos, cada uno de estos sujetos podría- se detuvo para ver la expresión de Am; - convertirte en sapo-.
-si piensas asustarme, Li, no lo lograras; - respondió tartamudeando; -no siento ninguna afluencia mágica poderosa-.
-son rufianes, niña, salteadores, no pueden ir exhalando magia por ahí...- de pronto ambas sintieron como escalofrío les cruzó la espalda; - excepto él- señaló detrás de Am, quien se dio vuelta lentamente, para quedar congelada, no del extremo frio que emanaba en el hombre que estaba detrás de ella, sino de su apariencia.
-Bienvenida...a…mi...refugio-pronunció Ur'Gal Rocardiente dándose un gélido respiro a cada palabra; - arcanista-.