Chapter 5 - Episodio 1 parte 4

Casa Kisaeng

« No debí decirlo de esa manera.»

Pensó el "Señor", recordando lo que había sucedido momentos antes.

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—Llegamos.—dijo Taeyang.

—Gracias por cargarme hasta este lugar.—dijo el "Señor".

—...

—Taeyang, sobre lo que dije antes...

—No se preocupe. Si es lo que usted quiere, lo aceptaré.—dijo Taeyang triste, apretando su propia mano fuertemente.

El "Señor" se percato de esto e intento agarrar la mano de Taeyang. Pero él aparto su mano cuando vio que lo iba a agarrar el "Señor".

—Debemos entrar antes de que oscurezca por completo.

—S-Sí.

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« Luego de que dije eso no volvimos a hablar. Debe estar enojado conmigo. ¿Debería disculparme? No. Si me disculpo, pensará que quiero que vuelva a ser mi sirviente.»

El "Señor" de repente recordó la cara que puso Taeyang, y nego con la cabeza, al mismo tiempo que pensaba...

« Debo aclarar este malentendido con Taeyang.»

El "Señor" se apresuro en ponerse su máscara y salir de su habitación.

Abrió la puerta de su habitación, entonces se sorprendió.

Dos hombres muy grandes con máscaras de payaso, máscaras que cubrían solo la mitad superior de su rostro, solo mostrando sus bocas, estaban afuera de su habitación.

—¿Quiénes son ustedes? El espectáculo de los payasos para los nobles es en otro lugar.—dijo el "Señor".

Los dos hombres mostraron una sonrisa.

—No se acerquen. A menos de que quieran morir.

—¿Morir? Un niño como tú sería incapaz de matarnos.—dijo uno de los hombres sonriendo y sacando un cuchillo apuntando hacía el estomago del "Señor".

« Están armados. Aunque grite por ayuda, Taeyang no vendrá. Él esta muy lejos de este lugar. Además mi cuchillo no lo tengo en este momento.»

—Sea obediente y no le haremos daño.

« No tengo opción.»

Capitulo 1 parte 4

El Rey y Tae-Bum, se encontraban en otra habitación esperando a una persona.

—Su Majestad, ¿esta seguro de que vendrá?—dijo Tae-Bum.

—Espera un poco más.—dijo el Rey.

« Llevamos mucho tiempo esperando a que llegué, ¿cuánto mas tendremos que esperar? Tengo mucha hambre.»

Pensó Tae-Bum.

De repente se escucho un fuerte gruñido en toda la habitación.

—Tae-Bum.—dijo el Rey.

—¿S-Sí, Su Majestad?—contestó Tae-Bum nervioso.

—Si tienes hambre, ve a buscar comida.

—¡Gracias, Su Majestad! ¡Regresaré lo más rápido que pueda!

Tae-Bum dio una reverencia y salio de la habitación lo más rápido que pudo.

« A pesar de ser uno de los mejores soldados de todo el Reino, sigue siendo un niño.»

Pensó el Rey.

El Rey escucha el chirrido de la puerta abriéndose y dice...

—Regresaste muy rápido.

—Hace mucho tiempo que no lo veo, Majestad. Y estas son las primeras palabras que me dice.

El Rey sorprendido, dirige su mirada hacía la puerta de la habitación y mira a Seong-Jin, dueño de la Casa Kisaeng.

—Es un placer volverlo a ver, Su Majestad.—dijo Seong-Jin con una sonrisa.

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—Tengo mucha hambre, y aun no encuentro la cocina.—dijo Tae-Bum, al mismo tiempo que gruñía su estomago.

Tae-Bum caminaba sin saber a donde iba con exactitud, perdiéndose en la Casa Kisaeng.

« ¡Estoy completamente perdido! Este lugar es muy grande, pero no tanto como el palacio. No entiendo como pude perderme. ¡¡Y cuando tengo mucha hambre!!»

Pensó Tae-Bum.

De repente escucho un fuerte ruido que provenía de una habitación, asustándolo y encendiendo su curiosidad.

« Un fuerte ruido que proviene de una habitación alejada. ¿Debería ir a ver?»

Pensó Tae-Bum. Miro a su alrededor, y pensó...

« Solo le echaré un vistazo.»

Antes de que se acercará, Tae-Bum se detuvo, y recordó las palabras las palabras que le había dicho el Secretario General.

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—No debes ocasionar o meterte en problemas, si crees que peligroso, huye o regresa al palacio. Su Majestad no debe estar en peligro. Si tú lo estas el también lo estará. Serás su sombra, así que debes protegerlo con tu vida.

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« Solo iré a ver, si es algo peligroso, regresaré con el Rey al palacio.»

Pensó Tae-Bum, acercándose de forma sigilosa a la habitación. Vio un pequeño agujero, se acerco, y miro a través de la pared por medio de este.

« Esta oscuro. No puedo ver.»

Pensó Tae-Bum.

Se empezaron a escuchar unos pasos, acercándose hacía la habitación. Junto a la luz de una linterna.

Tae-Bum se dio cuenta y corrió a esconderse atrás de un árbol.

« ¿Dos hombres con máscaras de payaso en este lugar? Uno de ellos tiene algo en la mano. No importa como lo mires, es muy sospechoso.»

Pensó Tae-Bum, mientras uno de los dos hombres entraba a la habitación y el otro iba detrás de él.

—Maldición.

—¿Qué sucede?

—Esta inconsciente. Tiene sangre en su cabeza, parece que intento suicidarse golpeándose la cabeza el mismo.

—Al menos ya no usaremos el sedante.

—Tal vez la señora no quiera darnos dinero por culpa de este bastardo.

—Entonces, ¿que deberíamos hacer?

—Debemos darle el sedante y llevarlo. No tenemos mucho tiempo. Le daré el sedante, tú vigila que no se acerque nadie.

—Esta bien.

« ¿Planean darle sedante, aun cuando esta inconsciente? Están locos. Debo hacer algo. ¿Debería decirle a Su Majestad? No. Probablemente me dirá que lo ignore.»

Pensó Tae-Bum.

—Se lo tomo todo. Ahora lo llevaremos.

—Esta bien.

—Deténganse.—dijo Tae-Bum sosteniendo su espada.

« Al final no puedo ignorar a una persona en problemas.»

Pensó Tae-Bum.

—¿Quién eres tú?—dijo el hombre que vigilaba afuera dela habitación.

—Deténganse a menos de que quieran morir en este momento.

—Sal de nuestro camino, bastardo.

—Te di una oportunidad, pero la rechazaste. Pagarás las consecuencias con tu vida.

—¿Qué estas...? ¡Ahhh...!

Se empezaron a escuchar gritos del hombre afuera de la habitación.

Tae-Bum, un hombre, que da una oportunidad a sus enemigos antes de matarlos. Un hombre con una atractiva apariencia y una personalidad extrovertida, pero cuando sostiene su espada se convierte en un monstruo que asesina a sus enemigos o cualquiera que se interponga en su camino, sin piedad y remordimiento.

Los gritos cesaron de repente. Su espada estaba completamente bañada en sangre. Abrió la puerta de la habitación y con una fría e intimidante mirada, dijo...

—Si lo sueltas ahora, te perdonaré la vida. Pero si te niegas a hacerlo, acabarás igual que él.—dijo Tae-Bum mostrando la cabeza del hombre que acababa de asesinar.

« ¡Esta completamente loco!»

Pensó el hombre, mientras temblaba y se ponía pálido, mirando la cabeza de su compañero.

Tae-Bum lanzó la cabeza hacía el hombre, cayendo en sus pies. Poniéndose completamente pálido, grito del susto y el miedo, saliendo corriendo de la habitación, gritando...

—¡Un monstruo!

Cuando el hombre se fue corriendo y gritando, Tae-Bum dio un suspiro de alivio.

« Al fin se fue. No pensé que hoy asesinaría a alguien. ¿Quién era la persona que pensaban llevarse?»

Pensó Tae-Bum, acercándose con la linterna para ver el rostro de la persona.

« Un momento. Esa máscara la e visto antes.»

Pensó Tae-Bum tratando de recordar.

—¡Ah! Era ese tipo que estaba con su sirviente. Recuerdo que dijo que tenía una enfermedad en su cara o algo así. ¿Su enfermedad es tan mala que debe usar una máscara?

« Quiero hechar un vistazo. Solo uno pequeño. Luego fingiré que no lo vi.»

Pensó Tae-Bum, sacando despacio su máscara.

Cuando Tae-Bum saco por completo la máscara y vio su rostro, quedo completamente sorprendido.

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Taeyang, había terminado su trabajo y había ido a la habitación del "Señor", pero cuando entro se encontró con una gran sorpresa. Y ahora corría por la Casa Kisaeng.

« Fui a la habitación de mi Señor, pero no estaba allí. Su cuchillo estaba en la habitación, él nunca lo dejaría en la habitación. ¿A dónde pudo haber ido?»

Pensó Taeyang mientras buscaba por la casa Kisaeng, estaba preocupado, preguntaba a las sirvientas y kisaeng, pero ninguna sabía donde estaba.

« Mi Señor, ¿dónde esta? No debí haberlo dejado solo. Es mi culpa. Si algo le ocurriese...»

Pensó Taeyang.

—¡Ahh...!

El fuerte grito de una mujer que provenia de un lugar alejado de la Casa Kisaeng. Taeyang, sin pensarlo se dirigió al lugar del grito corriendo lo más rápido que podía.

Cuando llegó vio un horrible escena. Una completa masacre había ocurrido. Un cuerpo sin cabeza y con múltiples heridas graves en el cuerpo. Taeyang, pensó lo peor. Se puso completamente pálido y su cuerpo empezó a temblar, pensando en la peor situación de todas.

Entonces de la habitación salió un hombre con una espada completamente bañada en sangre, cargando a alguien en su espalda.

Taeyang lo reconoció de inmediato y se acerco sin dudarlo.

—Ah, eres tú. Tú amo esta inconsciente ahora. No malinterpretes lo que paso. Yo lo encontré...

Dijo Tae-Bum, pero fue interrumpido por Taeyang.

—Tus manos...

Murmuró Taeyang.

—¿Qué?

—Quita tus asquerosas manos de mi Señor.

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Una nueva pelea empezaba a surgir entre Taeyang y Tae-Bum. Mientras el dueño de la Casa Kisaeng y el Rey hablaban en otra habitación.

—Lo siento. Te confundí con otra persona.—dijo el Rey.

—Un Rey no debería disculparse ante alguien como yo.—dijo el Dueño de la Casa Kisaeng.

—Yo...

—Es agradable verlo de nuevo por este lugar, Su Majestad. Si necesita algo no dude en pedirlo. Después de todo, este es un lugar para hacer ese tipo de cosas.

—Yo no vine por eso.

—Esta es una Casa Kisaeng, los nobles solo vienen a divertirse o para hacer ese tipo de cosas. Además, ¿qué mas podría hacer en este lugar si no es para hacer eso?

—Seong-Jin, solo vine por un encargo. Esta es una carta que ella escribió para ti. Me pidió que te lo entregara personalmente.

—Su Majestad, la última vez que usted estuvo aquí le dije claramente que no seguiré recibiendo este tipo de encargos de su parte. Así que si no quiere morir en este instante. Retírese de mi vista.

—Seong-Jin no se lo que ocurrió con ella, pero al menos deberías leer lo que dice.—dijo el Rey, levantándose de su asiento.

Pasos de una persona corriendo se escuchaban por el pasillo, dirigiéndose hacía la habitación donde se encontraba el Rey y Seong-Jin.

—¡Señora, dos personas están peleando! ¡Uno de ellos es un alfa y el otro es un beta!—grito de repente una sirvienta, abriendo repentinamente la puerta de la habitación.

El Rey y Seong-Jin al escuchar esto, salieron inmediatamente de la habitación y corrieron con la sirvienta hacía el lugar de la pelea.

—Por este lugar, Mi Señora.—dijo la sirvienta, guiándola.

—Su Majestad, usted no debería venir. Es peligroso. Puede resultar herido.—dijo Seong-Jin.

—No te preocupes. Ese alfa vino conmigo. Así que yo me lo llevaré. Además, usted está más en peligro. Será mejor que se esconda en un lugar seguro, viendo desde lejos.—dijo el Rey.

—Esta bien. Solo no resulte herido.

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Cuando llegaron al lugar, Seong-Jin se puso pálido al ver la masacre que había sucedido. El Rey se mostraba indiferente, no era la primera vez que veía algo como eso.

—¡¿Que le hiciste a Mi Señor?!—grito Taeyang.

—Ya te lo dije. ¡Yo no hice nada!—respondió Tae-Bum.

—¡Como si fuera a creer eso!

—Deténganse.—dijo el Rey, sacando su espada haciendo un corte en el aire en medio de los dos, logrando separarlos.