Chapter 10 - Episodio 2 parte 3

Casa Kisaeng

—¡Muchas gracias, Joven Señor Bae!—gritó uno de los soldados.

—¡Esta noche yo pagaré todas las bebidas que deseen! ¡Así que recuerden que deben divertirse mucho!—gritó Tae-Bum.

—¡Sí!—gritaron todos los soldados felices al unísono.

« Mi padre me matará cuando regrese a casa, pero... ¡todo esto lo hago por el bien del futuro del Reino!»

Pensó Tae-Bum mostrando una sonrisa, al mismo tiempo que lloraba por dentro, pensando en la paliza que le esperaba al llegar a casa por gastar mucho dinero.

Episodio 2 parte 3

Palacio Onyang Haggung

« Parece que ya se calmo, y también ya no esta sangrando.»

Pensó el Rey.

Aún podía sentir su pecho húmedo debido a las lagrimas del omega.

De repente una ráfaga de feromonas empezó a inundar la habitación. El celo del omega aún no se había calmado, no podía controlar sus feromonas.

La temperatura de su cuerpo empezó a subir de nuevo, su trasero empezaba a humedecerse, a la vez que apretaba sus piernas moviendo al mismo tiempo su cadera se movía por si misma, recorría por sus piernas el líquido que salía de su trasero empapando sus piernas.

« ¿Quiere hacerlo de nuevo?»

Pensó el Rey.

De repente sintió que algo húmedo estaba chocando su pierna. El omega miro hacía abajo para ver lo que era. Para su sorpresa había una gran bulto que sobresalía de la ropa del Rey, se podía ver claramente entre sus piernas.

Un poco sorprendido se agacho, lo miró detenidamente por un momento, se acerco y empezó a oler. Empezó a frotar el gran bulto contra su mejilla y diciendo...

—Quiero... Quiero esto dentro de mí.

El Rey no pudo evitar sonrojarse de nuevo ante tales palabras atrevidas que había pronunciado, miro los ojos del omega y lo supo de inmediato.

« Sus ojos... Parece que no esta consciente de lo que está diciendo. Acaso... ¿todos los omegas son como él?»

—Rápido. Sácalo.—dijo el omega suplicando con una mirada tierna.

Volvió a olfatear el bulto que había entre las piernas del Rey, lo miraba con deseo.

Una vena empezaba a sobresalir en su cuello hasta casi llegar a su rostro. No estaba enojado, era todo lo contrario, estaba completamente excitado ante sus atrevidas palabras.

Lo agarro con delicadeza, lo envolvió con sus brazos y lo recostó en la cama.

—¿Por qué tú...?

Dijo el omega, no entendiendo el comportamiento del Rey.

El Rey se acercó suavemente y susurró en su oído.

—A partir de hoy, eres mío. Esta noche haré que seas solo mío.

El omega no entendía por que dijo esas palabras. Estaba confundido. Después de todo, no estaba en sus sentidos.

El Rey se sacó toda la ropa que llevaba puesta, estaba completamente desnudo. El omega no pudo evitar sonrojarse un poco al ver el cuerpo desnudo del Rey frente a él, agarró el pene del Rey que estaba completamente erecto y dijo...

—Lo quiero... Lo quiero dentro de mí ahora.—dijo ansioso.

El Rey agarro las piernas del omega, las levantó y empezó a introducir su pene entre las piernas del omega, sus dos penes húmedos chocaban entre sí.

—Se siente raro. No quiero esto.

—Solo debes apretar tus piernas. Te haré sentir bien, incluso si aún no esta adentro.

El omega se sonrojo y antes de que se diera cuenta el Rey había retrocedido un poco sus caderas, el omega podía sentir como se deslizaba entre sus piernas, podía sentirlo desde la base de su pene hasta la punta.

El Rey empezó a mover su cadera con fuerza.

—¡Ah...!

No pudo evitar soltar un gemido.

Podía sentir un escalofrío que recorría por su cuerpo, desde su columna hasta su cerebro. No podía evitar soltar gemidos a cada instante, se sentía demasiado bien sin haber estado dentro de él.

Se agarraba de las sabanas de la cama con fuerza, el Rey sacudía por completo su cuerpo.

—Más lento. Por favor. Se siente raro.—Suplico el omega.

—Aguántalo un poco más.

« Cada vez que miro sus ojos, es como si me estuvieran seduciendo. Incluso sus gemidos son lindos. Es demasiado lindo.»

Pensó el Rey, al mismo tiempo que lo miraba con deseo.

—Detente. Siento que algo va a salir.

—Esta bien. Déjalo salir.

El omega no pudo evitar venirse luego de escuchar las palabras del Rey. Su estomago estaba empapado de su propio semen.

Su vista empezó a nublarse, sus ojos empezaron a cerrarse lentamente, lo último que vio antes de quedar inconsciente fue el rostro del Rey completamente sonrojado.

—Él esta... ¿dormido?—se preguntó mientras miraba su rostro. Estaba completamente exhausto

—Descansa bien, mi omega.

Acarició su mejilla, al mismo tiempo que pensaba...

« Es muy lindo incluso cuando duerme.»

No despegaba la mirada de su rostro dormido, se acercó más y no pudiendo evitarlo más lo beso en la mejilla.

Alejo su rostro de él, pero seguía mirándolo con deseo.

—¡...!

Sorprendido miro su pene, llevándose una gran sorpresa.

« Yo... ¡Aún sigo duro! ¿Cómo puede ser esto posible? En que momento yo...»

No pudo evitar dar un suspiro avergonzado de si mismo. Miro de reojo al omega y dijo...

—Solo lo haré una vez más.

Volvió a frotar su pene con el del omega moviendo sus caderas fuertemente, podía sentir la piel suave del omega envolviendo su pene aún húmedo.

« Debo terminar rápido, o si no se despertará.»

Siguió moviendo sus caderas fuertemente por mucho tiempo, hasta que finalmente logró venirse. Su semen había empapado el estomago del omega, podía ver como ambos semen estaban mezclados.

Volvió alejarse de él, para que pudiera descansar tranquilamente, sin embargo ocurrió otro problema.

—A pesar de que termine, yo aún...

El Rey estaba aterrorizado de si mismo. Esa noche siguió haciéndolo hasta poder calmarse y finalmente lograr dormir.

••••••••

El sol ya había salido. Iluminaba por completo la oscura habitación del Rey. Se podía escuchar el sonido de las aves revoloteando y cantando por todo el palacio.

« ¿La respiración de alguien?»

El omega se había despertado. Su cabeza estaba recostada sobre el brazo del Rey, quién estaba semi-desnudo, lo había abrazado toda la noche hasta quedar dormido.

Cuando el omega abrió por completo los ojos, vio el pecho del Rey muy cerca de su rostro.

—¡...!

Se levanto de un sobresalto asustado. Vio el rostro del Rey durmiendo profundamente a su lado, no podía creerlo. Podía ver como la mitad superior del cuerpo del Rey estaba desnudo.

« ¿Por qué él bastardo del Rey esta durmiendo a mi lado?»

No entendía lo que estaba sucediendo.

Se miro a si mismo y vio que también estaba semi-desnudo, le parecía asqueroso y extraño estar vestido con la ropa del Rey.

« No entiendo lo que paso anoche, pero debo salir de aquí antes de que se despierte.»

Apresurado y desesperado se levanto de la cama, pero rápidamente cayo sobre el piso, no pudo dar ni un solo paso.

Sentía como algo húmedo se deslizaba de su trasero empapando por completo entre en medio de sus piernas adoloridas, sus piernas no podían evitar temblar.

« Mis piernas... ¿No puedo moverlas? ¿Por qué?»

—Es inútil escapar. Tus piernas no podrás moverlas durante todo el día.—dijo el Rey.

—¿En que momento...?

—Anoche entraste en celo.

« Yo... ¿entre en celo? ¿Frente a él?»

Estaba atónito.

—Por tu expresión debió ser tu primera vez. No te preocupes, prometí hacerme cargo de ti.

—¿Qué?

« Yo...»

—A partir de hoy, tu eres mi omega y yo soy tu alfa.

« ¿Cómo... acabe de esta manera?»

••••••••

Casa Kisaeng

Un nuevo evento que cambiaría la historia de Joseon acababa de ocurrir en el palacio del Rey en solo una noche, sin embargo eso no fue lo único. Un nuevo evento acababa de ocurrir en la Casa Kisaeng al mismo tiempo.

« ¿Dónde estoy?»

Pensó Tae-Bum.

Abrió sus ojos logrando ver solamente el techo de la habitación, levanto la sabana, pero para su sorpresa estaba completamente desnudo.

« ¡¿Por qué estoy desnudo?! Yo... ¿Con quién... dormí anoche?»

—¿Dónde... estoy?

Pudo escuchar la voz de un hombre que provenía de su lado izquierdo. Giro la cabeza, para ver quién estaba durmiendo a su lado.

Las sorpresas para ambos no terminaban, ambos lo consideraron como una tragedia que nunca más podía ser repetida en el momento que se vieron.

Tae-Bum se congeló al igual que Taeyang al ver sus caras fijamente, y no pudieron evitar aterrorizarse uno del otro.

—¡Ah...!—gritaron fuertemente asustados al unisono.

Ese día todos escucharon el grito de ambos por toda la Casa Kisaeng.

Próxima parte: 25 de Febrero