Chereads / [+18] Love. / Chapter 3 - CAPÍTULO 03

Chapter 3 - CAPÍTULO 03

¡Amor de mi vida!— No nos habíamos percatado del regreso de Marcos y Paris, fue hasta que Marcos me tapo los ojos desde la espalda. De momento me asusto, pero cuando logre escuchar su voz me tranquilice.

No me jodas, ¿desde cuándo soy tu amor?— Creía que el enfado ya se me había pasado, pero con solo escucharlo empezaba a encabronarme de nuevo.

¡Huy! La doña anda enojada…

¡Deja de hacerte el idiota! ¿Creen que es divertido largarse y hacerse los pendejos sin avisarnos?— Alexa no se limitó en su manera tan sutil y dulce de hablar, empezó a reclamarle a gritos, pero esta vez no podía negar que tenía motivos de sobra para enfadarse tanto.

No era la única cabreada por la situación, todos se quedaron mirando con enfado a Marcos y de pasada a Paris. Aunque él no tenía la culpa, no se pudo escapar de los regaños de Alexa.

Esperen, esperen, a mí ni me miren. Yo lo único que hice fue acompañarlo para que no se fuera a perder. Cuando le pedí que le avisara a Carolina, me dijo que ella ya estaba enterada…

¡Y es verdad!— Mark interrumpió a Paris de golpe. —Le avisé a Carolina por mensaje— cuando terminó de hablar, volteamos a ver a Carolina con cara de sorpresa. Ella solo se le quedó viendo, estaba tan sorprendida que tardó un par de minutos en reaccionar.

¡¿A mí?! En ningún momento…— Marcos no se tardó nada en buscar y mostrarnos el mensaje que le había mandado a Carolina, y en efecto, nos había avisado por mensaje, pero al revisar el celular de Carolina no había nada.

Todos soltamos un pesado suspiro al unísono.

En serio amix, debes cambiar ese celular de ya— a Héctor siempre se le hacían las cosas muy fáciles, era el único del grupo que había logrado conseguir un buen trabajo, de pocas horas y un sueldo bastante generoso, obviamente no le era tan difícil cambiar de celular de la misma forma en que cambiaba de calzones.

Sí, claro, como están bien baratos que seguro mañana con cien pesos me consigo uno nuevo— Carolina puso los ojos en blanco. No era para menos, tenía que mantener a sus dos hermanos pequeños, y cuidar de su madre enferma. En esos momentos de la vida no le era tan fácil darse lujos.

Pero bien que cuando intente regalarte un celular en tu cumpleaños te salió la hembra empoderada de "yo todas las puedo" y no me recibiste el obsequio.— Carolina lo empezó a remedar de forma graciosa, iniciando una pequeña pelea entre los dos y logrando evadir el tema. Era una persona terca y muy orgullosa, por lo mismo no le agradaba andar pidiendo dinero prestado, pero siempre que podíamos le ayudábamos de forma indirecta.

Mientras aquellos dos se quedaron peleando, los demás nos concentramos en el problema principal.

Bien, olvidemos los mensajes por ahora.— Iv dejo salir otro pesado suspiro, mientras masajeaba su frente utilizando la yema de sus dedos. —Nos podrías explicar, ¿dónde carajos andabas criaturita?— Podía notarse en su tono de voz lo mucho que intentaba controlarse y no salirse de sus casillas.

…Ok. Pero antes…— Marcos volteo a verme. Su mirada era seria. Luego solo se quedó pensando y escaneándome de la cabeza a los pies.

¿Qué?— Ya comenzaban a incomodarme aquellas miradas, algo que me resultaba extraño, ya que ellos sabían muy bien que no me agradaban ese tipo de situaciones —¿Puedes dejar de verme de esa forma? Realmente se está tornando en algo aterrador.— Mi voz, que normalmente era algo fuerte, se había vuelto bastante suave e imperceptible.

Los siento cariño.— Marcos me tomo de la mano, guiándome hacia una de las sillas, y justo al mismo tiempo se arrodilló en frente de mí. De la impresión, intente levantarme por inercia, pero la fuerza que ejercía me lo impidió. —Confía en mí, por favor. Solo quiero preguntarte una cosa…— Estaba tranquilo, pero su rostro mostraba algo de preocupación.

Esa situación era algo que a todos nos había tomado por sorpresa.

¿Qué-Qué cosa?— Me había empezado a poner nerviosa, la escena parecía más una propuesta matrimonial que una simple pregunta. Por lo general, Mark era un hombre serio que no gustaba de mostrar sus emociones, pero aquella noche se veía tan vulnerable. Tal vez eran los efectos secundarios del alcohol. Aunque eso ni yo me lo creía.

En cualquier caso, nunca me había visto en una situación parecida. El corazón quería salirse de mi cuerpo y mi mente estaba hecha un caos. Ivona y los muchachos se quedaron boquiabiertos, pero poco les duro y empezaron a molestarnos.

¡Wow! Dejemos a los tortolitos un momento a solas.— Ivona acompaño sus palabras con un pequeño corazón formado con sus manos. —No lo maltrates mucho, debe ser difícil dar semejante cambio de un segundo a otro.

Pobre Mark, debe estar tan desesperado. Bien dicen que peor es nada.— Alexa solo pudo asentir con la cabeza, estaba de acuerdo con las palabras de Carolina.

Marcos y yo solo volteamos a verlos intentando fingir molestia, pero la risa empezaba a ganarnos. Solo les mostramos el dedo medio sin decir palabra alguna. Sin darnos cuenta lo habíamos hecho al mismo tiempo. Nos volteamos a ver, y comenzamos a atacarnos de la risa.

En fin, dejemos esas tonterías para otra ocasión.— Mark solo carraspeó, tratando de retomar la conversación con la misma seriedad que al inicio. —Qué pasaría… o más bien, ¿Cómo reaccionarias si intentara presentarte a alguien?

El lindo cuento de hadas en el que estaba viviendo se esfumó de golpe. —¡¿Alguien? ¿De nuevo?!— Los ojos de Marcos se iluminaron, estaba tan emocionado por escuchar mi respuesta. Solté un pesado suspiro y cerré mis ojos. Apoye mi codo sobre la mesa para poder recargar mi cabeza sobre mi mano tocando mi frente con cuatro de mis dedos y parte de mi pómulo con el dedo pulgar. —Sabes bien que la última vez… fue un fiasco total.

Y en efecto, la persona con quien me había relacionado la última vez había sido un hombre 10 años mayor que yo. Fue todo tan dulce e increíble al inicio; me regalaba flores, me invitaba a salir, me acompañaba a mi trabajo y de vuelta a mi casa, aunque a él se le hiciera tarde, y nunca dejaba perder la oportunidad para darme algún detalle, por más pequeño que este pudiera ser, amaba todo eso, nunca me habían tratado de esa forma, y para mí, era como estar viviendo en un sueño.

Poco después de empezar a salir formalmente, empezó un cambio total en su forma de ser y de tratarme. Era como si se tratara de otra persona. Al inicio solo se mantenía ocupado, ya no me acompañaba a mi trabajo, ni a mi casa, casi no salíamos, era raro cuando teníamos tiempo para los dos, y siempre tenía la misma excusa, "estoy muy ocupado". Para mí no era de extrañar, él tenía un trabajo muy diferente al mío, con más ataduras y responsabilidades.

Pero luego, empezó a desinteresarse por lo que me pasaba, incluso su atención empezó a centrarse en otras cosas. Cada que salíamos a una cita, me trataba bien cuando estábamos alejados de la gente, me besaba y hablábamos, pero luego se alejaba, como si fuéramos un par de desconocidos, y eso era cada vez que nos cruzábamos con más personas. Llegue a la conclusión de que se avergonzaba de salir con alguien como yo. Pero lo que hizo al final, fue lo que termino con todo.

No podemos volver a pasar por algo así de nuevo. Eso era lo único que podía escuchar en mi cabeza.