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Chapter 5 - CAPÍTULO 05

¡Hey, espe…! ¡¿Qué les pasa?!— Todos llegaron de golpe hasta donde se encontraba Marcos, inundándolo con preguntas, y sin darle el chance de poder contestar.

¡OMG, OMG, OMG! ¿Es cierto lo que nos contó Caro?

¿Es una broma, no?

¿Cómo te diste cuenta?

¿Puedo tener un autógrafo? ¡No, mejor una foto!

¡Basta!— Entre la música, y el parloteo de los muchachos, le obligaron a alzar un poco la voz. A veces era un hombre de poca paciencia, y yo ya me había encargado de acabar con la mayoría.

Tantas preguntas le empezaban a provocar migraña. En un intento de calmarse, cerró los ojos, coloco el dedo índice y el dedo medio de ambas manos sobre su sien, y empezó a moverlos de forma circular a manera de masaje.

Segundos después soltó un muy pesado y prolongado suspiro, mirando como todos tenían cara de expectación.

Creo que tendré que contarles todo desde el inicio, pero este no parece el momento, así que confórmense con la versión resumida. Todo lo que les dijo Caro es verdad, es lo que le explique por teléfono. Y para concluir y no me sigan jodiendo, Marcus ha estado todo este tiempo al lado de nosotros.

Mark solo extendió el brazo a la izquierda, señalando donde se encontraba la otra mesa. En ese mismo instante, Marcus se dio la media vuelta sobre la silla, saludando a los chicos con una amplia sonrisa. No hablaba bien el español, pero sí podía entender la mayoría.

Todos se quedaron boquiabiertos, sin poder creer lo que estaban viendo.

Alex era una gran fan, amaba su música y su forma de vestir, así que no pudo contener su emoción al tenerlo tan cerca, se puso a llorar de forma incontrolable tapando su boca y nariz con ambas manos y sin poder hablar o moverse.

El estar frente a frente con la persona que admiraba era algo que jamás hubiera soñado. Tenía todos los discos que había lanzado, así como las pocas películas en las que había participado, para ella, lo único que le faltaba era su autógrafo y una foto junto a su ídolo.

Marcus siempre fue una persona amable, cariñosa y atenta con sus fans. Para él era un placer y un privilegio pasar tiempo con ellos. Dedicar parte de su tiempo a complacer los deseos de sus empleadores con autógrafos, fotos y charlas cortas, eran poco para agradecerles.

Al ver como Alexa lloraba sin parar, solo pudo sonreír y acercarse para abrazarla con fuerza, así como dedicarle un dulce y tierno beso en la frente.

Mientras Marcus intentaba consolar a Alex, los demás intentaban acordarse de sus escasas clases de inglés, ninguno pasaba de lo básico. Los únicos que hablaban con gran fluidez otros idiomas eran Marcos y Héctor, así que eran los únicos que podían ayudar como intérpretes. Entre las peticiones de autógrafos, fotografías, y traducciones, a Marcos se le estaba olvidando la razón por la que lo estaba ayudando.

Héctor y yo ya estábamos totalmente agotados del baile, ya solo podíamos aguantar unas cuantas canciones antes de tirar la toalla. Necesitábamos recuperar fuerzas.

¡Mark, prepara unos tragos!

¡Animal, me gritaste en la oreja!— Los gritos repentinos de Héctor me habían asustado. Por lo regular no le gustaba hablar, y cuando lo hacía era con un tono de voz muy suave, por lo que escucharlo gritar era toda una experiencia. Sí que tenía una voz bastante ronca y varonil.

Cuando nos acercamos un poco más a los muchachos, se amontonaron enfrente de mí, impidiendo que siguiera avanzando. Ahora no solo tenía que lidiar con la actitud extraña de Marcos y Carolina, todos estaban tomando esa misma postura.

Que lindos que quieran estar, ¡todos!, junto a mí, y al mismo tiempo, pero ¿podrían darme chance de pasar por un trago?, realmente me muero de la sed.— Trate de conservar la calma. No solo impedían que avanzara, también me bloqueaban mi vista.

¡Kari, cariño! Tenemos que terminar esa pequeña conversación de hace rato— Marcos se apresuró para alejarme del lugar, me tomo del brazo y me llevo prácticamente arrastrando hacia el otro lado de la pista de baile.

Antes de darle la espalda a todos, me dio la impresión de ver a Alex llorando, aunque no podía sacar conclusiones sin más. Yo estaba tan confundida como para intentar frenar a Marcos o ir a ver a Alexa. Mi ardilla ya había terminado de dar sus últimas exhalaciones. No me quedaba más opción que seguirles el juego y ser paciente.

Vale, esto ya no me está gustando para nada. He tratado de ser paciente, de mantenerme tranquila y de intentar con todas mis fuerzas encontrar algún tipo de lógica en la actitud de todos. Pero ya me estoy cansando. Es como si me estuvieran excluyendo de algo importante.

Lo siento mucho bebé. En serio, créeme cuando te digo que no es en mal plan. Es solo que…— Marcos no podía continuar, era como si dudara en darme explicaciones.

Yo solo me quedé durante algunos segundos, mirándolo fijamente a los ojos, cruzando los brazos y moviendo por inercia el cuerpo, ladeándome sutilmente de un lado a otro. Pero nada. No me decía más. Estaba a un pelito de explotar.

¿En serio, no me piensas decir nada más? Todos están actuando raro y ya no sé qué hacer para mantener la calma…— Yo por mi parte ya estaba demasiado exasperada como para lograr controlar mi tono de voz y mi forma de hablar. —Así que me puedes explicar, ¡¿Qué mierda les está pasando a todos?!

Con ese grito todo el lugar se quedó en completo silencio. A mí me daba igual si se nos quedaban viendo raro o no.

Vale, no creo que me puedas creer, así que será mejor que lo veas por ti misma…

¿Qué?

Marcos me dio media vuelta, y nos dirigimos de nuevo hasta donde estaban todos. Por un momento me quedé en blanco, mientras nos acercábamos pude distinguir una silueta. Aquella forma de vestir y su figura eran similares a los de él, pero eso era imposible.