-Es aqui…
Nean empezó a desacelerar la aeronave y comenzó a aterrizar.
-Vaya…
Mia se asomó por la ventana de la nave, la ciudad estaba devastada.
No era ciudad Ziu debido a que esa ya no tenía habitantes, era otra ciudad.
La aeronave descendió y aterrizó.
-Vamos, traemos provisiones y avisamos que vendríamos a entregarlos.
Mia y Sara se vieron dudosas y nerviosas.
-No se preocupen.
Roberto se puso de pie para calmar los nervios de las chicas poniendo una mano en sus hombros.
-Aquí al menos está limpio, no verán una escena tan desagradable.
-Entiendo…
Roberto avanzó y bajo de la nave, Mia y Sara se quedaron viendo la rampa de abordaje, hasta que un muro invisible chocó con sus espaldas tirándolas al suelo.
-¡Ita!
-¡Ay!
Los pilares de sus esposas domiciliarias ahora eran Nean y Roberto, ambos ya se habían alejado y el muro invisible las estaba jalando.
-¡Sho-! ¡Kya! ¡Robe-chan! ¡Espera!
Roberto alcanzó a oír el grito de Mia y regresó a la rampa de desabordaje.
Mia y Sara literalmente habían sido arrastradas y habían rodado hasta el final de ella por culpa del muro invisible.
-... Ok… esto…
-¡Es que se nos olvidó el muro!
-Oh… el muro las arrastró… lo siento, no vi que no avanzaron.
-No… fue nuestra culpa.
Sara y Mia se pusieron de pie y se sacudieron el polvo.
-Vamos.
-Si.
Roberto guió a Mia y Sara por todas las aeronaves.
El sitio donde aterrizaron era una explanada libre de escombros a diferencia de las zonas circundantes.
La ciudad había sido atacada hacía unos días, había algunas viviendas, edificios e infraestructura hecha escombros y por ello se sentía un ambiente triste, pero no era desgarrador y asqueroso como el de la aldea de la cordillera Qin, así que Mia y Sara lo soportaron sin problemas.
Roberto, Mia y Sara llegaron a una aeronave que estaba descargando provisiones en varias cajas especiales.
-Creo que ya las han visto, pero funciona así… si presionan este botón.
Roberto usó una de las cajas de ejemplo y presiono un boton que provocó que la caja empezara a levitar.
-La caja flota y es tan sencillo llevarla como a un pequeño salvavidas por el agua.
Roberto mostró la facilidad con la que se podía maniobrar la caja.
-Tomemos dos y vayamos donde Nean.
-Esta bien.
Sara y Mia levantaron dos cajas y comenzaron a jalarlas mientras seguían a Roberto.
El sitio donde estaba Nean era una explanada con varias mesas, frente a las mesas, muchísima gente estaba esperando mientras veía las cajas ser descargadas y se acercaban hacia las mesas.
-Bien, ya están aquí.
Nean se volteo a los 3.
-Las cápsulas contienen 3 tipos de suministros, que se dividen en 3 pequeñas cajas, una roja que son mantas y prendas, una amarilla que es enlatados y empaquetados, y una azul que es agua. Entreguen una de cada una a cada familia o individuo que se acerque, las cajas estan marcadas para cuantas personas son, repartanlas asi.
-Bien.
Roberto contestó por los 3 y canceló la levitación de las dos cajas que traía.
Mia y Sara hicieron lo mismo.
-Ya que ninguno de ustedes habla chino, me quedaré aquí para apoyarlos con eso.
-De acuerdo, gracias.
Nean aviso a la gente que podía empezar a acercarse y ordenadamente empezaron a hacerlo.
Mia y Sara abrieron las cajas y sacaron las cajas armando torres de los 3 tipos de cajas.
-Aqui…
Ni Sara ni Mia hablaban Chino así que la comunicación entre ambas partes era un poco extraña, pero lograron entenderse ya que los civiles querían las cajas.
Mia y Sara empezaban a repartir cajas, era un trabajo simple pero ambas estaban concentradas en ello.
En cuanto las cajas se acabaron, trajeron más cajas levitantes y continuaron con ello.
Todos los que buscaban las cajas les agradecian tan pronto las recibian.
Las filas parecían interminables pero sorprendente estaba en orden.
-(La necesidad humana es increíble…)
Mia y Sara continuaron entregando cajas por 6 horas seguidas.
-Bien, la fila parece haberse reducido a la mitad…
-¡¿La mitad?!
Nean había hablado en inglés por lo que tanto Mia como Sara habían logrado entenderle.
-Si, apenas va la mitad… pero está bien, tomen un descanso.
-¿De verdad? Aún quedan muchos.
-Si, si los repartidores se cansan, entonces será más lento, además, ¿No quieren comer? Es decir, son las 4.
-Tienes razón… ahora que lo mencionas, si tengo hambre… no me imagino a Sarara.
-No… es decir, si tengo hambre… pero no es tanta-
En ese momento un monstruo apocalíptico con la capacidad de acabar con el mundo rugió por todo el lugar, no hubo sitio que no escuchara a ese enorme monstruo.
Era el estómago de Sara por supuesto.
Nean y Mia esbozaron sonrisas ligeramente burlonas mientras que Sara se sentó justo en el sitio en el que estaba y cubrió su cara con sus rodillas mientras las apresaba con sus brazos en silencio.
Ese suceso crearía en esa ciudad la leyenda del monstruo sin nombre, pero esa es historia para otra ocasión…
~-~
-... … ¡Paaah…! Realmente necesitaba esto.
Sara devoró su porción de comida en cuestión de segundos, Mia apenas estaba empezando su comida.
-... Me preocupa que te haga daño el comer tan rápido.
-¡No te preocupes! ¡Mi estómago es invencible!
-... Empiezo a creer que es verdad… tu estómago es uno de los misterios de este mundo…
-Oye.
-Jejejeje…
Mía continuó comiendo tranquilamente.
Ambas estaban sentadas en una mesa en los laterales de la zona de repartición, ellas podian ver la fila avanzar desde ahí.
-...
-... Es horrible…
-Si… no es tan fuerte como en la aldea… pero te genera pena y compasión por ellos.
-... ¿Por qué existe gente en el mundo que quiere hacer esto? ¿Por qué quieren destruir ciudades para dominar?
-... No lo sé… …
-...
Mia observaba detalladamente a todos los que pasaban, había madres llevando a sus niños y gente herida pero afortunadamente ya había sido tratada.
-...
-... Oh.
De repente, una pequeña muñeca de trapo cayó cerca de Mia, estaba un poco sucia y tenía su brazo casi arrancado.
Mia la recogió extrañada.
-... Oh… ¿Es tuya pequeña?
-¿?
Una pequeña niña se acercó a Mia, traia un vestido azul y un par de coletas de cabello negro.
La niña giró la cabeza en un signo de confusión y clavó sus ojos verdes en Mia.
-(Jaja… claro que no te va a entender si hablas en otro idioma aparte de chino…)
Mia sacó un costurero de una bolsa que tenía en su traje de batalla, lo había comprado hace unos días por cualquier cosa.
Mia enhebró una aguja con hilo transparente y cosío magníficamente rápido y bien el brazo de la muñeca.
La niña veía con emoción como su muñeca era reparada en un santiamén.
Mia terminó de coser la muñeca y se la entregó a la niña.
La niña observó emocionada su muñeca y miró a Mia con alegría.
-¡Xièxiè! {Gracias}
La niña regresó con su madre y le mostró su muñeca alegremente.
-Jeje…
Mia terminó de comer y se dirigió a Sara.
-Bueno, hay que seguir.
-Si.
Sara y Mia regresan a los puestos de entrega de cajas y continuaron con el trabajo por unas cuantas horas más hasta que por fin la fila terminó.