El Phoenix daba vueltas en el campo de batalla aéreo, ya estaba terminando de contener su parte del ataque.
-... ¡Tch! ¡MUEVANSE YA!
La voz de Vesta denotaba ansiedad y preocupación, estaba conteniendo a sus enemigos mientras usaba toda su fortaleza mental para mantener la cordura hasta que Rena lograra llenar el símbolo de su colgante y poder transportarse a él.
-Katon-sama…
-No necesitas decírmelo, sé que no puedo hacer nada aún… pero…
-Saber que la persona que amas está en peligro de muerte… también mata a uno… ¿Verdad?
-Tome…
-Por supuesto que sé que es ese dolor, lo sentía cada que usted enfrentaba a Hex y salía vivo por muy poco.
-...
-No busco generar lástima o compasión, más bien empatía. Empatía en una sensación en la que yo estoy más experimentada, confíe en mí, trate de tranquilizarse.
-...
Pasaron unos segundos y por fin, Vesta logró sentir el símbolo de Rena activarse.
-Tome, toma control del Phoenix.
-A la orden, Suerte.
Vesta se teletransporto inmediatamente hacia el colgante de Rena a la vez que Tome sujetaba los controles del Phoenix.
Cuando Vesta se transportó hacia el cuarzo azul, agudizó su hipervelocidad cerebral para pensar de la manera mas rápida posible.
-¡!
Vesta logró ver a Roberto fuera de combate a lo lejos, eso lo irritó, pero cuando volteo a ver debajo de él… estalló en ira.
Su amada, estaba en un estado muy grave, se podría decir que era un milagro que estuviera viva, a su lado, se acercaba violentamente un Bo con intención de rematarla.
Los ojos de Vesta se inyectaron en ira y sed de sangre, le hervía la sangre y se le había hecho un nudo en la garganta. Había dejado de pensar en la estrategia más factible y simplemente golpeó con todas sus fuerzas a Aibeya para alejarla a la vez que lanzó un letal hacia una posición cercana a Roberto.
Vesta atrapó a Rena en sus brazos de la forma más suave que pudo y se transportó de inmediato al letal a un lado de Roberto mientras comenzó a aplicar tácticas sanadoras a ambos.
Los ojos de Vesta se humedecieron, le dolía enormemente ver así a Rena, estaba muy golpeada y sangraba por todas partes.
Vesta ya sabía lo que tenía Rena, lo había comprobado hace un momento con su ojo de hado, pero a pesar de lo lastimada y grave que estaba, Rena reunió sus fuerzas y puso una mano en la mejilla de Vesta mientras le daba una sonrisa.
Ese gesto hizo que su amor por ella creciera inconmensurablemente, pero a la vez, despertó un recuerdo amargo.
Yuuki le había hecho el mismo gesto a Aisaac en sus momentos finales.
-(¡No! ¡Eso no va a pasar ahora!)
Vesta aceleró la curación de Rena para asegurar que aquello no pudiera estar ni cerca de ocurrir.
-Ngh…
Roberto gimió un poco, pero la curación del manto de fuego de Vesta estaba ya en un punto que le permitió despertar.
-... ¡!
Al despertar, lo primero que vio fue a Vesta sosteniendo en sus brazos a una Rena gravemente herida y sangrando por todos lados.
-¡Rena!
-...
-Vesta… … lo siento… … no pude-
-No… lo hiciste bien… estoy seguro de que si no hubieras estado aquí… Rena…
-...
Vesta volvió a dirigir la vista al cuerpo de su amada, las heridas de Rena sanaban poco a poco, pero aun así, Vesta comenzaba a mortificarse de haber dejado que eso pasara, ¿Como vería ahora a la cara de sus suegros mientras les decía que su hija estuvo a punto de morir?.
Rena movió la mano en la mejilla de Vesta propiciando una caricia.
Vesta derramó unas lágrimas mientras su voz se quebraba.
-Perdoname…
-...¿Por qué?
-... Deje que te hicieran todo esto…
-... No te disculpes… viniste por mí… viniste por nosotros… eso me hace feliz… significa que mi voluntad fue lo suficientemente fuerte.
Vesta le dio un cálido abrazo a Rena.
-No te merezco… ¿Lo sabías?
-Fufufu… esa es mi línea tontito…
Vesta soltó a Rena y la dejó sentada a un lado de Roberto.
-La técnica que les proporcione seguirá funcionando hasta estar en perfectas condiciones, pero no restaura el hado usado, quédense ahí, terminará pronto.
Vesta desenvainó sus resonadores de fuego y se dirigió amenazante hacia Aibeya quien se estaba recuperando del ataque, el golpe de Vesta había sido tan fuerte y tan de imprevisto que había hecho que Aibeya perdiera el conocimiento por un momento.
Mientras tanto, Roberto y Rena miraban asombrados todo lo que Vesta reflejaba en su espalda.
-(Si… esa confianza que otorga él… ese calor… si…) Por eso me enamore de ti…
-No tienes por qué pensar en voz alta Rena.
-Lo sé Roberto-san… pero es lo que realmente pienso.
-Bueno… parece que hicimos bien nuestro trabajo, voy a cobrar mi merecido descanso.
-Si, tienes razón.
Ambos voltearon hacia Vesta quien al parecer estaba por entrar en combate.
Aibeya se levantó y recobró por completo su cordura, cuando volteo a ver su oponente, todo su ser tembló, no solo por que lo conocía, sino por lo que emitía en ese momento esa persona… o ser.
No habia palabras para describir la enorme cantidad de sed de sangre que estaba emitiendo Vesta hacia Aibeya, sus ojos amarillos inyectados en ira absorbieron la voluntad de Aibeya al instante y le otorgaron terror en consecuencia.
Aibeya no tenía idea de porque el discípulo del hado de fuego, uno de los tres miembros del triangulo de potencia desprendía tanta ira sobre ella, pero las siguientes palabras se lo confirmaron.
-Oye…
-Eeek!
-Que… qué crees… ¡¿QUÉ CREES QUE LE HICISTE A MI MUJER?!
Aquellas palabras golpearon como un relámpago a Aibeya.
-L-L…a… la mujer… ¿La mujer… de la llama centelleante?
Aibeya habia estallado en ira por la muerte de Leash, un compañero, pero ella había torturado hasta el cansancio a quien el discípulo del hado de fuego había llamado su mujer, por lo que la ira que dirigía hacia ella podía imaginar que no tenía comparación.
Aibeya estalló en pánico y dirigió un ataque con su Bo prendido en llamas hacia Vesta, el ataque fue muy simple y le faltaba voluntad, el terror de Aibeya hacia Vesta había nublado su juicio.
Vesta guardó uno de sus resonadores y atrapó el ataque con la mano, las llamas que cubrían el Bo estaban tan faltas de voluntad que Vesta podía llamarlas frías.
Vesta hizo fuerza en su brazo y un momento después, el Bo de Aibeya se agrieto y segundos después se rompió.
Aquel suceso rompió por completo la voluntad de Aibeya y no tuvo otra reacción más que ver con terror a los ojos de Vesta, ella podía jurar que aquella mirada no era humana, la ira que mostraba en esos ojos y el hecho de que las venas de Vesta se habían comenzado a marcar por todo su cuerpo a través de su piel en un carmesí antinatural, habían dejado claro a Aibeya de que había activado un interruptor en Vesta del cual se arrepentiría hasta el punto de haber nacido para vivir ese momento.
Vesta sujeto la cara de Aibeya con su mano y azotó la nuca de Aibeya contra el suelo.
-¡Gah!
-Vas a sufrir todo lo que le hiciste a Rena.
Vesta reafirmó su agarre en Aibeya pero esta vez por el cuello y empezó a girar fuertemente hasta llegar a mach 10.
Cuando alcanzó Mach 10, aventó a Aibeya hasta una pila de contenedores los cuales atravesó como si de mantequilla se tratase.
Vesta lanzó un letal hacia la posición de Aibeya y se transportó a ella instantáneamente, pateó el cuerpo de Aibeya hacia el techo e igualó su altura mientras llenaba la sala de letales.
-Destello carmesí.
Vesta liberó su técnica favorita, saltó de letal en letal propinando una cortina de ataques sin fin dejando detrás de él un simple destello carmesí que danzaba de un lado a otro dentro de la zona de los letales.
Unos segundos después del ataque, Aibeya cayó al suelo, no había sitio de su cuerpo sin heridas, vomitaba sangre y uno de sus ojos había sido cercenado.
La voluntad de Aibeya estaba tan rota que ni siquiera se molestó en moverse, simplemente se quedó ahí mientras derramaba lágrimas de miedo y dolor que se mezclaban con su sangre.
Tampoco es como que hubiera podido decir algo pues sus cuerdas vocales habían sido rotas.
Vesta se acercó hacia Aibeya y la levantó del brazo.
-...
-... Snif… snif…
Vesta miró detrás de Aibeya, vio como Roberto y Rena observaban el desarrollo de la batalla y género un poco de remordimiento en Vesta.
-... No tienes idea de las ganas que tengo de torturarte… pero es impropio de mí, no puedo dejar que esos sentimientos me asolen en el campo de batalla… Además, Rena evidentemente no está cómoda viendo esto.
-...
-Me enseñaste una debilidad que tengo que entrenar, te guardo rencor… pero en respeto a mi novia y al error que me mostraste, acabaré tu sufrimiento aquí.
Un pequeño brillo se denoto en el ojo sano de Aibeya, parecía que suplicara justamente eso, "acaba con mi sufrimiento por favor"
Vesta lanzó a Aibeya hacia el techo, recuperó su segundo resonador de fuego y generó 16 particulas de hado de fuego que absorbió en sus resonadores, la habilidad del hado de Aibeya seguía activa, por lo que naturalmente había tardado mas en imbuir sus resonadores, pero ese retraso era nada para el experimentado Vesta.
-Incisión Ígnea.
Cuando Aibeya cayó, Vesta la atrapó clavando su par de resonadores en las clavículas de Aibeya, ya no tenía fuerza para tener activa la piel de acero después de todo.
Las espadas salieron por detrás del cuerpo de Aibeya cercenando la médula espinal y causándole una muerte instantánea, después, el efecto de incisión ígnea se activó y el sitio de donde salieron los resonadores se vio inundado por un torrente de llamas que se propagó por todo el cuerpo de Aibeya haciéndola cenizas en cuestión de segundos.
-...
-Rio-kun.
Rena hizo un esfuerzo para pararse y se dirigió a Vesta, aún se tambaleaba, ya no tenía heridas físicas pero no tenía nada de hado dentro de ella.
Vesta la atrapó antes de que cayera.
-lamento que hayas visto eso.
-... No importa… aunque… no creí que una guerra fuera tan cruel…
-... No se como responder a eso.
-No lo hagas, abrázame.
Vesta abrazó cálidamente a Rena mientras ella se recargaba en él.
Roberto también comenzaba a acercarse aunque su caminar era más sólido.
-Hombre… no tenía idea de lo que se sentía tener un órgano vital destrozado hasta recién … no es bonito.
-Jejeje… vaya que no. Lo hiciste bien Roberto.
-Si, gracias.
Vesta tocó su oreja como si información le hubiera llegado.
-Contuvieron el ataque de Tempest, se acabó.
-... Gracias a Dios.
Roberto se unió al abrazo de los dos y juntos compartieron un bonito momento de amistad.