No sé escribir con negritas aquí y me vendría de maravilla si es que se puede.
Si alguien sabe, por favor que me diga xD
N.T: Estos cortos resúmenes estarán al inicio de cada capítulo. Háganme el favor de leerlo de con una voz parecida a la de Morgan Freeman, ya sea su voz original o la de su doblaje ¿razón? Para más placer.
Tras sentir un enorme impulso por conocer y explorar el nuevo mundo que lo rodeaba, el conejo se alejó descuidado de los vivares y de los demás de su especie, encontrándose con todo tipo de criaturas nuevas y conocidas. No tuvo otra opción que enfrentarse a un gran grupo de goblin él solo por primera vez poniendo su vida en peligro una vez más y así escapando por los pelos en un acto de desesperación y adrenalina pura.
Tras sentir que se encontraba en una zona segura, su cuerpo colapsó, haciendo que perdiera el conocimiento, no sin antes ver una sombra gigante que iba en su dirección.
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Parte 1.
¿Hmm? ¿Qué es todo esto? —Pensó aquél hombre que se encontraba en medio de la nada, observando a lo lejos, donde no hay nada más que una densa capa de neblina delante de él.
Fue como haberme despertado de un largo sueño, un sueño horrible aunque… ¿emocionante? —Tras unos instantes y al verse sin alguna otra opción, comienza a caminar hacia adelante con la esperanza de encontrarse con algo.
¿Esto no es…? —A cada paso que lograba dar, una sensación granulada pasaba por la planta de sus pies, se trataba de piedras. Piedras de todas las formas y tamaños, tan lindas, lisas y frías. — ¿Exactamente dónde estoy? ¿Qué es todo esto?
El hombre siguió caminando entre la niebla por un tiempo, hasta que comenzó a sentir sus sentidos haciéndole una mala jugada, se sentía desorientado.
Tal vez si voy por allá ¡No! Ya pasaste por ahí ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? Tal vez si me fijo en la marca que dejo en las piedras al caminar pueda darme una mejor idea.
El hombre giró su cuerpo entero en 180°
…
¡NO HAY HUELLAS SIQUIERA! ¡Jajaja! —El hombre se tomó de la cabeza. Comenzaba a desesperarse, el no saber si en verdad estaba avanzando o dónde se dirigía comenzaba a comerle la cabeza. Recobró la compostura después de unos minutos y continuó su camino a la nada.
Caminando entre niebla que solo le permitía mirar a escasos metros de distancia más allá de su nariz, lo único que le hacía compañía en ese momento era el sonido de las piedras a sus pies y sus propios pensamientos.
*splash, splash*
Los ojos entreabiertos e hinchados del hombre se abrieron de golpe tras escuchar algo además de simples piedras, levantó su mirada rápidamente.
Tenía delante de él un enorme lago negro que parecía haber aparecido ahí de la nada. En ése instante la niebla comenzó a dispersarse alrededor del lago, dando a ver a la inmensidad de este, la cual podría dejar sin habla a cualquiera.
El hombre comenzó a caminar lago adentro, sintiendo el agua fría cubriéndole los pies.
El cambio de entorno le hizo volver a recobrar algo de su cordura jugueteando y pataleando con el agua hasta caerse de lleno dentro del lago.
¡Ahahaha! ¡Esto se siente de lo mejor! —Pensó el ahora empapado hombre mientras que tomaba agua del lago que había juntado entre sus manos. —Ahhh… —Repitió esto varias veces. —No tengo sed pese a haber caminando tanto, pero de cualquier forma esto siente tan-
Se sintió observado de repente. Este sentimiento le hizo levantarse de inmediato y observar a su alrededor pero todo sin resultado, no había nada cerca, hasta que dirigió su mirada hacia el lago.
…
Una figura negra se encontraba encima de la superficie de este, solo estaba ahí, quieta.
Escalofríos corrieron por su espalda tras percatarse de esa cosa. —No- no estoy seguro… pero creo que por un momento he cruzado miradas con esa cosa.
Seguido a esto, la figura en medio del lago comenzó a moverse en dirección del hombre, iba a la orilla.
Por alguna razón, los instintos de correr o pelear saltaron en el hombre, en su exalto de salir del agua termina cayéndose repetidas veces.
Ya era demasiado tarde, pues regresó la mirada para el centro del lago y la figura que venía para su dirección ya no se encontraba ahí, pues la tenía justo en sus narices.
Era una criatura enorme, similar a un perro con la piel negra y ojos de un amarillo brillante.
Se encontraba el hombre tirado a la orilla del agua, vulnerable ante la bestia.
¡Ah! —El hombre no podía hacer otra cosa que quedarse quieta frente a imponente criatura. La bestia no hacía más que quedársele viendo fijamente.
¡Ahh! ¡Creo que podría orinarme encima ahora mismo! ¡¿Pero qué es esa cosa, un demonio?! —La bestia solo se acercó más, comenzando a olfatear el cabello y la cara del hombre. — ¡¿Vienes a comerme, no es así?! ¡Hazlo pero al menos mándale un mechón de cabello a mi mami!
*Achis*
…Ah. Salud. —La bestia estornudo, sacudiendo la cabeza fuertemente, ahora procediendo a recostarse sobre el agua y tallarse la nariz a como pudo con ambas patas.
Heheh. Pero anda, si eres un perrito normal… Uno enorme e intimidante… ¡seguro me arrancarías un brazo de una mordida si te lo propusieras! —La bestia comenzó a bostezar, rebelando el calibre de sus colmillos. —Por favor no lo vayas a intentar.
Pasaron los minutos en los que la bestia perro y el hombre interactuaron, ya fuera persiguiéndole o simplemente acariciarlo, el hombre sentía la suficiente confianza ahora como para no tener miedo y comenzar a plantearse el seguir caminando junto al perro después de un rato.
Por lo menos esta vez puede que me tarde menos en volverme loco teniendo algo compañía. —Pensó mientras miraba al perro que ahora descansaba con su cabeza en el regazo del muchacho. —No puedo relajarme ahora. Sigo sin saber dónde me encuentro, debo comenzar a moverme ahora mismo. — El hombre aparta la cabeza del perro para comenzar a rodear el río.
Ahh… ¿Me pregunto qué tan grande será esto? No puedo ver el extremo. Aunque la niebla no es que ayude mucho que dig- ¡Hey! ¿Pero qué te ocurre? —El perro fue corriendo y le tomó la mano entre su hocico con fuerza, comenzaba a jalarle cada vez más cerca a la orilla del río.
¿Solo querías ir al agua? Me asustaste un poco, no te mentiré.
Tras unos instantes el hombre se dio cuenta que se había alejado de la orilla pero no se estaba mojando o mucho menos se encontraba dentro del agua, al contrario, estaba caminando en la superficie de esta, acompañando al perro que aún le tomaba de la mano.
¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¡Esto es genial! ¡No me sorprendería ahora si convirtieras el agua en vino! ¡Hahaha! —No hubo reacción alguna del perro tras las caricias que recibió esta vez, siguió caminando. —ha…ha… ¿puedes hacer eso?
La niebla volvió a cubrir el río, haciendo que apenas se pudieran ver un par de metros adelante.
Esto ya no me gusta nada, puedo caminar yo solo. —La cabeza del hombre comenzaba a darle vuelta, junto a eso habían regresado los constantes escalofríos y la sensación de ser observado, igual que cuando se encontraba solo. —Oye. Puedes soltarme ahora. —Intentó decir, pero nada salía, las palabras simplemente resonaban en su cabeza una y otra vez. —Suéltame. —Una vez más lo intentó pero sin ningún resultado. Esto volvió un nudo enorme en su garganta.
De la frustración que sentía ahora comenzó a reunir fuerza en el brazo donde el perro le tenía atrapado.
*Splash*
Todo se había vuelto oscuro, incluso el aire había desaparecido, volteando hacia arriba podría ver una estela de luz que se estaba debilitando y se hacía volvía delgada, como si se alejara cada vez más. Por más que pataleara o braceara no podría salir a flote, solo caía al fondo.
Tras él fueron dos pequeños puntos amarillos que en cuanto lo tuvieron a su alcance le tomaron del brazo y fue llevado rápidamente a la superficie.
¡GAH! ¡Respira maldita sea! No me vuelvas a abandonar nunca, aire. —El ahora empapado perro tomó al hombre de la mano una vez más pero con más firmeza que antes, se sacudió el exceso de humedad y tiró del hombre, indicándole que comenzara a caminar.
Parece que aquí no tengo de otra, ¿verdad? —El hombre pensó. Con un nudo en la garganta y las piernas temblorosas por no saber qué le espera. El hombre y el perro se adentran a cada vez más a la neblina que yace en la superficie del río y se pierden es esta.
Parte 2.
"¡Gah! ¡Vengan todos si quieren! ¡Pero hagan fila para golpear al mismo dos veces!" —*TUD* Tras levantarme de un salto terminé dándome en la cabeza con el techo de- — ¡Ghah! No, no, no, no, no ¿Qué es esto? —Un enorme dolor recorrió todo mi cuerpo, era tal que no me dejó moverme por unos instantes. —Siento como si me hubiese caído un rayo encima… y mira que ya me ha pasado antes, yo sé de lo que hablo.
En fin ¿qué es esto? ¿Una caja de madera? —Pudo confirmar esto tras olfatearlas un poco. —Cuatro paredes…un portal a forma de puerta…piso cubierto de aserrín y paja… además ¡¿Llevo vendas encima?! ¿¿Y qué le pasó a mi cuer- Ah, no. Eso sí. Creo saber qué pasó. —El conejo se encontraba cubierto con vendas que le abarcaban desde el abdomen bajo, hasta a la pata derecha trasera.
La caja era amplia y hasta se podría decir que cómoda, pero tenía que saber lo que estaba sucediendo. El conejo se dirigió que a la salida de la caja.
"A la…" —Tras cruzar el portal que daba al exterior de la caja, el conejo le tuvo que hacer frente un intenso resplandor que cubría todo el lugar, esto impidió ver al conejo por unos instantes. —"…mierda".
Salir de esa caja fue como haber salido del vivar por primera vez, hierba alta, arbustos de un agradable color y árboles que poco le piden a los del bosque de donde él viene. Tras mirar un poco más a lo lejos se encontró con pequeños acantilados y salientes a su alrededor rebozando de vegetación.
El conejo avanza por este nuevo espacio, sintiendo una extraña sensación en el pecho ¿nostalgia? —Si un tal Pedro me dijera que tiene que revisar mis antecedentes para poder disfrutar de todo esto, no me molestaría, tampoco me sorprendería a estas alturas. —El conejo siguió avanzando y examinando todo lo que se le atravesaba, a este punto todo lo que se le cruzaba le parecía interesante desde piedras o insectos con un mínimo de diferencia de los que ya tiene conocimiento, incluso encontró con un pequeño arroyo que atravesaba todo lo largo del lugar, tras seguir avanzado se topó con algo que finalmente le bloqueó el paso. Se trataba de una cerca de madera, lo suficientemente estrecha como para no pasar a través de ella y lo suficientemente alta como para no poder treparla sobre ella
Debería intentar pasar por debajo, ya que parece que no tengo otra opción. —El conejo apuntó su cuerno al suelo de tierra y de éste solo emanó un leve brillo de él. —Vamos. Esto lo has hecho esto miles de veces, ya es como respirar. —El conejo comenzó a forzarse para hacer brillar su cuerno, pero pese a sus intentos, solo lograba aflojar la tierra a su alrededor, además de que se comenzó a cansar rápido después de un rato. — "*Huff, huff* ¿Pero qué me está pasando? Si esto es lo más fácil sé hacer…" —Tras su breve discusión consigo mismo, el conejo observó una sombra que tenía frente suya, su sombra.
Era la silueta de siempre o casi, no pudo evitar prestarle especial atención a lo que ya no se encontraba ahí; su oreja izquierda y la mitad de su cuerno, ya no estaban. Se quedó observando unos momentos y se comenzó a formar un enorme nudo en su garganta. —"¡Bueno! ¡Tendrá que ser a la antigua!".—El conejo aprovechó la tierra floja que había dejado y comenzó a escarbar desde ahí.
…
Después de un rato y haber avanzado con el agujero, varios ruidos en la cercanía alertaron al conejo mientras cavaba su salida; hierba siendo pisada, rocas siendo movidas, etc.
El conejo intentó esconderse dentro del agujero que acaba de hacer, apenas lo suficientemente grande como para poder meterse en él.
¿Aló? Soy yo de nuevo… —Tras unos momentos, la cantidad de ruido a su alrededor incrementó considerablemente; respiraciones aceleradas, el suelo siendo raspado en su superficie y chillidos.
¿Hmm? —Algo en todo eso le resultó familiar, casi nostálgico. El pequeño conejo asomó un tercio de oreja, luego medio cuerno y al final sacó una oreja entera, logrando escuchar algo con lo que a estas alturas ya le era familiar, tras analizar un poco más el ruido, terminó asomándose por completo, dando un buen vistazo en dirección de la valla de madera.
Varias bolas de pelos, de diferentes colores y tamaños pegaban la cabeza entre los barrotes de la cerca, olfateando y chillando en dirección del conejo, se trataba de otros conejos.
Nuestro conejo se sentía inquieto ya que estas nuevas bolas de pelos eran muy distintos a los que se había acostumbrado a ver. Tantos pelajes, cuernos y complexiones diferentes. Donde nació todos tenían un tono grisáceo claro, con la excepción de uno que otro que tenía manchas un poco más oscuras, estos venían una variedad distinta de colores. Los cuernos que alcanzaba a ver eran similares a los de animales del mundo que venía; vaca, ciervo e incluso de carnero. Tras tranquilizarse un poco de la sorpresa, la curiosidad le pudo aún más y se acercó más a los barrotes de la cerca de madera, olfateando a cada uno de los conejos que tenía de frente. —"¿O mi olfato me engaña o solo hay hembras entre ustedes?". —Chilló el conejo algo extrañado. —"Huelen igual a las conejas en los vivares… ¿a lo mejor es que el olor varía entre especies?"
Después de olfatearlas un rato, les dio la espalda y comenzó a monologar consigo mismo. —Primero que nada ¿qué es todo esto y cómo fue que llegué aquí? Apenas logro recordar lo que me pasó con esos goblin, ese loco de la maza… ¿qué pasó cuando me enfrenté con él?—Tras esforzarse un rato, imágenes de su pelea con los goblin golpearon su mente como piedras haciéndole temblar por un instante, tuvo que sacudir su cabeza fuertemente para lograr volver a sí mismo. —…es verdad, apenas salí vivo de esa. Todo se puso demasiado brillante de un momento a otro…y ahora estoy aquí. —El conejo se internó cada vez más en su monólogo, cuestionándose y regañándose a sí mismo, tanto que no se percató que una sombra gigante comenzaba a posarse encima de él. — entonces si debemos decir "al" en lugar de "a el", ¿por qué no se puede decir "quel" en lugar "que el"?, simplemente no tiene sentido…Ah"— Al final no terminó saliéndose del tema y logró darse cuenta de la sombra encima suyo, volteando sobre su propio cuerpo y alzando la mirada.
Era horrible, era enorme y tenía sus ojos clavados en él.
"¡Pelusa! ¡Al fin despiertas!"— Gritó un hombre a mediados de sus cuarenta o inicios de sus cincuentas, se dirigió a un extremo de la valla y abrió una reja, dándole vía directa al conejo, por quien fue a recoger del suelo a darle un abrazo. —"¡Pelusa! ¡Me tenías tan preocupado! Desde ése derrumbe… ¡pensé que no te volvería a ver! ¡Qué bueno que estás bien!". —Las entradas y el brillo de su cabeza encandilaban al conejo casi tanto como mirar al sol directamente.
¿Huh? ¿Derrumbe? Aléjese señor, su aliento huele a mierda. —Gritaba el conejo en su mente mientras intentaba quitarse de encima a aquél hombre con sus patas delanteras.
"¡Yo no soy ése tipo de conejo, señor!"— El conejo siguió forcejeando mientras el viejo balbuceaba con lágrimas en sus ojos. —"¿Pelusa? ¿Puedo entenderte? ¡TE PUEDO ENTENDER!"— Chilló el conejo dejando de forcejear. —"He estado tan, tan solito…"
…
…
…
Han pasado unos cuantos días desde que desperté y creo que ya puedo entiendo mejor la situación en la que me encuentro
Tal parece que he sido confundido por un tal "Pelusa", básicamente la mascota del viejo y era idéntico a mí, un día, parte del techo de este lugar se colapsó sobre él y varios conejos más, el viejo no le pudo encontrar entre los escombros y en su lugar había un agujero pequeño, por lo que asumió que escapó por ahí. Pasó varios días en su búsqueda hasta que me encontró a mí en su lugar.
El nombre del viejo es Romeo y hasta donde he podido ver, él se hace cargo de cuidar de los conejos y de todo por aquí. Desde que desperté no se ha separado de mí, cargándome a casi todos lados mientras recorre el lugar e inspecciona que esté todo en orden, para luego dejarme en el corral donde me encontraba originalmente. En cuanto a ¿por qué vive en un hábitat lleno de conejos raros y a dónde se va?, aun no lo sé.
…
Este lugar no está mal, no está nada mal. —Comenzó a pensar el conejo en cuanto lo dejaron en su corral. —Digo, puedo comer hasta hartarme aquí, agua fresca en todo momento, no se pasa frío o calor, además de que puedo dormir en mi propia cabaña de verano donde tengo todas las comodidades al alcance de mi pata... —El conejo luego miró a la caja de madera donde ha estado durmiendo, casi no había paja porque se la había estado comiendo entre sueños. —Hump. Así es, se acabó dormir en un triste agujero donde no sabré si a la mañana siguiente alguna cosa intentará comerme nada más salir, los molestos gazapos que te invaden y nunca se van o la familia molesta que intenta montarme. —"Al fin estaré tranquilo". —Chilló el conejo tras dar un largo suspiro y reposaba su cuerpo sobre la hierba.
"... ¡Bien! ¡Ahora que al fin me saldré de este mugroso corral y ver qué me encuentro por ahí!".—El conejo chilló tan alto asustó a los demás conejos que se encontraban cerca.
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…
…
Era una mañana pacífica, los conejos salieron de sus madrigueras hechas por el hombre y salieron a pastar y revolotear en ése hábitat subterráneo que llamaban hogar, ahí estaba nuestro conejo, fuera de su cabaña veraniega observando a lo lejos y pese a que se encontraba bajo techo podía sentir una fresca brisa.
Haah…Este último par de días, mientras el viejo Romeo me carga a todos lados he estado observando mis alrededores tanto como me es posible y por fin he encontrado algo de interés. Se trata de la cámara donde va el viejo Romeo a encerrarse todos los días cuando deja el lugar, no es un acceso fácil, pues está al otro lado de donde yo paso la noche y se encuentra en un lugar bastante alto. —"Ahora que lo pienso. Nunca le he visto venir por las mañanas por otra parte que no sea esa ¿Será esa la salida? ¿Entrada? Bueno, ya lo averiguaré por mi cuenta"
¡PRIMERO! Planeo tener lista mi vía de entrada/escape de emergencia. He estado despertando más temprano que de costumbre y he estado cavando un agujero a un punto medio del campo donde los conejos suelen ir menos, todo antes de que el viejo Romeo venga a buscarme
¡SEGUNDO! Tengo que evitar que el viejo me vea cuando salga, si me ve, es capaz de recogerme y traerme de vuelta al corral, también podría descubrir el agujero a los pies de la cerca.
¡TERCERO! Debo de esconderme de los conejos de fuera. Llamo la atención entre los demás. Desde que desperté aquella vez, el viejo Romeo no ha dejado que me acerque a ellos, por lo que siempre le dificultan el paso cuando carga conmigo en brazos, ya que insisten en acercarse a olfatear.
Una vez logrados el paso uno y dos, llegamos al paso número cuatro…
Subir escaleras. El viejo utiliza una escalera de mano para entrar y salir de este lugar y acceder a la siguiente habitación. —"Ojalá mi cuerno estuviera como antes, me facilitaría mucho las cosas, incluso podría perforar las paredes de piedra sin problema y subir así…" —El conejo miraba con melancolía su propia sombra que carecía de una parte de su cuerno. —"Debo de descansar ahora, pues mañana pienso llevar a cabo mi plan". — El conejo bostezaba entre chillidos y se dirigió así a su caja a descansar.
…
...
…
*CRACK-CRACK*
"¡HYAA!". —El conejo despertó dentro de su caja pegando tremendo chillido, golpeándose contra las paredes del susto y salió disparado a investigar lo que pasaba, encontrándose al viejo Romeo, quien se sorprendió al verlo tan exaltado.
"¡¿Qué te pasa, viejo co-". —En cuanto volvió en sí, miró detenidamente al viejo y se dio cuenta que estaba retirando la cerca de madera que le separaba del resto de campo.
"Jajaja. Perdón por asustarte, Pelusa, pero ya tenía que quitar esto...". —Dijo sonriente el viejo, cargando los pedazos de madera. —"Me alegra ver que puedes moverte si problemas, ¡ahora podrás reunirte con el resto!". —Tras esto último, el viejo acarició la cabeza del conejo, tomó la madera que le hacía falta y se dirigió de regreso a la cámara de donde siempre sale.
El conejo solo se pudo quedar viendo al vacío mientras otros conejos comenzaban acercársele y olfatear cada rincón de su cuerpo.
"¡Bueno! ¡¿Es que nada va a salir nunca como quiero?!". —Chilló de la frustración, logrando que los demás conejos saltaran del susto.
Parte 3.
"No he podido llevar a cabo mi plan…es inútil ahora". —Chilló un conejo desanimado, que por alguna razón se encontraba entre las ramas de los árboles. —"Desde que quitaron la cerca que me separaba de esas bestias, no me han dejado en paz ni un momento…" —El conejo asoma su cabeza al suelo a un par de metros debajo de él. —Ugh…siguen ahí, ¡han estado ahí toda la mañana! —Ahí se encontraban unos conejos, a los pies del árbol, marcando territorio, mordiendo todo lo que tenían al frente y escarbando justo entre las raíces del árbol.
Ya han invadido mi casa de verano, la han tomado por completo y no puedo ir al prado porque soy hostigado de buenas a primeras. Al viejo Romeo parece más sorprendido de mi comportamiento que el de las conejas, nada más logra encontrarme en un lugar alejado y me lanza directamente a ellas ¿Qué es lo que le pasa? ¿Por qué no hay otros machos por aquí? Ugh… comienza a dolerme la cabeza…
…
Pasado el tiempo, el viejo Romeo salía de aquella cueva a echarles un último vistazo, sacaría al conejo de donde quiera que se escondiese y después regresaría a aquella cueva para no ser visto hasta dentro de varias horas después. —"¡Quítenme sus narices de encima, conejas mugrosas!"— Chilló el conejo tan fuerte como le fue posible pero esta vez las conejas a su alrededor ya se habían acostumbrado a sus reacciones exageradas, por lo que nada las detenía para de olfatearlo tanto como quisieran e intentar montarle. —"¿¿De quién es ése cuerno?? A la mierda, yo ya tuve suficiente". —El conejo comenzó a tirar patadas a lo loco y a saltar por todos lados, casi parecía un caballo reparando. Una vez logró alejar a las conejas tanto como le fue posible, no perdió el tiempo e inició carrera para perderlas de vista y ocultarse.
…
Pocos conejos podían seguirle en cuanto a velocidad, las conejas de un pelaje rojizo y cuernos de gacela le pisaban los talones fácilmente, dejando a todos los demás atrás.
El conejo le da la vuelta a lugar corriendo, regresando al árbol de donde le habían bajado para volver a subir, una vez estando cerca y observando bien se detuvo en seco, se dio cuenta de que las conejas habían roído sus únicos puntos de apoyo, haciéndole imposible volver a subir.
Esas malditas… me dejaron sin ningún lugar para poder esconderme, ahora qué ha- —Tras mirar a su alrededor, pudo observar que el viejo Romeo aún no se iba del todo y seguía en camino a la salida, dándole una idea al conejo. Tuvo que pasar entre las conejas que se le atravesaban en el camino tan rápido como le era posible en dirección al viejo Romeo. —Fue bueno mientras duró, ahora solo quiero estar alejado de esas locas ¡Y si eso implica tener que salir de este lugar, eso haré! ¿Esto era por lo que tenías que pasar a diario también, Pelusa? —El conejo no pudo evitar sentir lástima por el pobre conejo de quién ahora está tomando su lugar. —"¡Ya casi! ¡Quítese viejo!" —Chilló a todo pulmón.
…
…
…
Ahí estaba el viejo Romeo, subiendo tranquilo el último tramo de la escalera, ignorante de lo que pasaba detrás de él. Terminó de subir con un poco de dificultad y anunció con voz ronca. —"Ya no soy lo mismo que solía ser". —Sobó ligeramente sus piernas y rodillas, y se dirigió dentro de la cámara, cerrando la puerta de madera detrás de él… *¡TUD!*
Sobre su cabeza salieron volando trozos de madera y pelaje gris *CRASH*, inmediatamente después de eso escuchó un estruendo al otro lado de la habitación, seguido de agudos chillidos, algo había caído allá.
"¡Wah!" —El viejo Romeo se encogió en ése mismo lugar del susto. —"No puede ser… ¡¿Otro derrumbe?! ¡Pelu-" —Una estela con un suave pelaje gris interrumpió al viejo y daba vueltas alrededor. Un pequeño y aturdido conejo sin una oreja y sin parte de su cuerno estaba corriendo como alma que lleva el diablo por todo el lugar.
…
…
…
"¡Que te hagas a un lado, viejo!" —El conejo estaba chillando justo detrás del viejo, esprintando tan rápido como su cuerpo se lo permitía para evitar que unas conejas locas le alcanzaran. Acabó con el último tramo en un instante, con el impulso que tenía subió la escalera de mano que el viejo dejó ahí a saltos entre peldaños. — ¡No cierres la puerta! — *¡TUD!* El conejo se encontraba dando su último salto cuando en la escalera cuando el viejo cerró la puerta detrás de él, no pudo evitar chocar contra la puerta, logrando atravesarla gracias al momentum que llevaba de carrerilla.
*¡CRASH!*
Terminando por chocar con muebles de madera y botellas hechas de arcilla, rompiendo estas últimas con el impacto.
"¡¿Por qué cerraste esa puerta?! Claramente yo venía detrás de… ¡¿Es esto sangre?! —Poco después de su aterrizaje forzoso, el conejo se dio cuenta de las botellas que había roto, se encontraba cubierto de un abundante líquido rojo. — ¡Voy a morir otra vez! ¡Está por todos lados y-! —El conejo olfateó y lamió el líquido de su cuerpo por pura curiosidad tras la ausencia de dolor. —"…ah, no. Es juguito". —Se quitó de encima el resto de basura y se echó a correr como rayo, ignorando al viejo Romeo que intentaba ir tras él.
Tras un par de vueltas y destrozos, el conejo se dirigió a otras escaleras que daban hacia arriba con una puerta más al final. —Por favor sé suave, por favor sé suave. —*¡TUD!* Tras subir las escaleras, carga contra la puerta, golpeándola tan fuerte como pudo y logrando atravesarla.
Aturdido una vez más, el conejo se encontró en un corredor hecho de piedra negra, el ambiente se había tornado frío y húmedo. Final del corredor se podía apreciar una fuerte luz, sin duda era luz natural, luz del sol. El conejo retomó el paso hasta el final del corredor, siguiendo la luz, que al topársela de frente no pudo evitar encandilarse y quedarse inmóvil un momento.
…
"¡Ahh! ¡Mamá!" —Una voz sorprendentemente aguda retumbó en las orejas del pequeño que no podía distinguir la figura que tenía enfrente. — "¡Mamá! ¡Se metió otro conejo!"
"¡¿Otro conejo?! ¡¿Dónde está la escoba?! ¡No te muevas de ahí!" —Se podían escuchar los estruendo a su alrededor y cómo algo se acercaba al conejo a gran velocidad. —"¡Espera cielo, es Pelusa!" —La voz del viejo Romeo podía ser escuchado a lo lejos.
…
…
"¡¿Escoba?!" —Chilló el cone…Chilló Pelusa, que para antes de que pudiera reaccionar y huir, ya todo se estaba poniendo negro para él.
*¡TUD!*
Fin de capítulo 7.
Nunca reescriban un capítulo cuando ya llevan más de la mitad.
Esto es todo por el momento, probablemente trate de escribir un par de SS más pero antes de escribiré más del conejo.
No tienen idea de lo estancado que estaba para darle seguimiento a esto XD
Ya tenía muchas ideas, el problema fue elegir entre todas una sola.
Espero que esto sea de su agrado.
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