El ángel que guiaba las almas al mundo donde eran juzgadas, había tenido un día normal el día de hoy.
Después de darles a varias almas la oportunidad de ser llevadas a ese mundo, donde obtendrían su juicio y serían enviadas a su lugar de descanso en la segunda vida, pensó que tenía mucha suerte por no conocer a ningún ser abismal ese día.
Pero, ah, su suerte en este caso no era demasiado buena.
¡Groooownn!
"¡Está aquí!"
Esa fue la señal, ese sonido demoníaco, ese sonido que no debería existir en este momento... se escuchó.
Rápidamente, ella se apuró y para cuando llegó, el monstruo estaba justo absorbiendo la vitalidad restante de unas almas recién llegadas a su segunda oportunidad.
Solo tuvo tiempo de cargar su arco y lanzar una flecha envuelta en su blanco y resplandeciente poder, para que ver que el monstruo miró hacia ella.
Sintió un poco de terror cuando esos ojos verdes la miraron, pero como había acabado con la vida de varios seres de otro plano así, se enderezó y volvió a cargar su arma.
Pero, quién lo diría.
Mientras ella estaba lista para empezar a luchar de nuevo contra la monstruosidad, un alma joven en las manos de ese monstruo...
¡Tomó la flecha que previamente había disparado y la uso para matar a ese monstruo!
¡Ella, un ángel guiador de almas, no lo podía creer!
Para su propia especie, para los que estaban en su propio nivel de existencia, ese monstruo suponía una lucha fuerte, una lucha ácida y en la que incluso podían morir...
Para que un alma tuviese este valor...
¿Quién era?
La sorpresa de ella no se quedó solo allí, porque cuando vió que la vitalidad de ese monstruo escapaba hacia sí misma, para volverse su fuerza... notó que la flecha en las manos de el alma que estaba agotada por falta de vitalidad, desapareció para volverse uno con esta.
¡Esto era algo que ella nunca había visto suceder antes!
Esto... esto... hay Dios mío.
El ángel unió sus manos y oró, oró porque ella no haya ocasionado ningún tipo de problemas.
Lo que menos quería ella es seguir en las milicias de el ejército celestial como el escalón más bajo de todos... como ahora...
Ella solo quería que sus 10 años de servicio acabaran para regresar a su ciudad, y vivir allí sin la matanza de monstruos o semejantes...
Esta vida era realmente muy estresante...
Sacudiendo la cabeza, y con resignación, ella sacó una luz de su mano que se extendió hacia las almas que anteriormente habían estado en las manos de ese monstruo.
Uno por uno, el grupo de almas (o personas), se fueron desapareciendo para aparecer luego en ese lugar.
Finalmente quedaba ese alma que había matado gallardamente al ser abismal.
Los sentimientos de ese ángel eran muy complicados.
Es tan joven...
Aún así, como era benevolente hasta el extremo, no pudo evitar pasar su mano por la cabeza de Daniel.
"Ojalá puedas seguir un camino puro, ojalá todo te vaya bien... en este momento, absorviste una de mis armas, y por lo tanto, una parte de mi existencia... deberíamos tener alguna especie de contrato, pero, aún así, espero que tu camino no sea demasiado duro. No me recordarás, pero tu valentía no quedará impugne, sea como fuere, tienes el apoyo de este pequeño ángel, Adria, por favor, cuídate."
No se sabía si se debía a sus impulsos maternales, o simplemente por su buena personalidad, pero este ángel no le importó que su existencia estuviera atada a la existencia de este pequeño alma.
Finalmente, la luz blanca destelló y Daniel desapareció.
El ángel sacudió la cabeza, y con un suspiro, se fue inmediatamente de allí.
.....
Daniel estaba en este momento en un lugar que bien parecía ser un Templo antiguo por su figura arquitectónica.
Habían otras personas, o almas, reunidos allí, pero como no había nadie hablando, ni un solo sonido se podía escuchar.
Daniel no estaba apreciando las raras vistas, al igual que extrañamente varios otros.
Daniel en este momento pensaba en lo que había pasado anteriormente, y recordó exactamente cuál era esa emoción que lo había llevado realizar semejante hazaña de matar a semejante monstruo.
Era el enojo, la ferocidad, eran todos esos sentimientos oprimidos dentro de su pecho que nunca antes habían tenido una vía por dónde salir.
Daniel también sintió que una voz le hablaba cuando estaba medio dormido del agotamiento.
Y... pudo recordarla completamente.
Él pensó que era extraño que hubiera una flecha en la carne del monstruo, pero se dió cuenta de que posiblemente había sido esa persona, o ese ángel Adria, quién debería luchar contra ese monstruo.
Entonces... las clásicas fuerzas de la luz y oscuridad... existen, ¿eh?
Daniel estaba algo inexpresivo, después de experimentar tal sucesión de eventos.
Todavía tenía cierto dolor en su corazón por lo que había pasado con su amiga, pero general, las experiencias posteriores estaban logrando perfectamente que él lo fuera olvidando.
Daniel miró hacia todos lados, y viendo que habían otras personas en ese lugar, intentó entablar una conversación.
"Hola, hey, ¿sabes... algo de esto?"
El hombre mayor en el suelo, en realidad no le respondió a Daniel, sino que siguió encogido en el suelo, susurrando, "Esto no es real. Esto no es real. Esto no es real. Esto..."
Daniel sacudió su cabeza y trató de hablar con varias personas más.
"Yo... ¡no la maté a propósito, era para salvarla!"
"Jajaja, al final me iba a convertir en presidente, jajaja, estaba tan cerca."
"Sus brazos eran tan... deliciosos."
Muy rápidamente.
Pero muy rápidamente, Daniel se dió cuenta de que había algo muy mal con este grupo de personas que parecían ser normales.
A parte de que sus respuestas eran esquivas, tontas, y escalofriantes, Daniel sintió que él mismo era el más cuerdo de aquí.
Justo cuando Daniel pensaba esto.
"Muy bien, su juicio terminó."
Un hombre con una túnica blanca, en sus cuarenta, salió desde la entrada del Templo antiguo, y aplaudió, llevándose la atención de todos los que estaban allí.
"Todas las quinientas sesenta almas de aquí, son condenadas al Infierno. Todos irán hacia su propia localización de condenamiento, y después de 100 años, serán ejecutados debido al nivel ostentoso de sus pecados. Eso es todo."
¿Qué?
El hombre parecía ser muy inexpresivo, de hecho, parecía estar muy aburrido, después de decir tal cosa, sin tener en cuenta la sorpresa de Daniel, volvió a aplaudir.
Daniel, sintiendo como su cuerpo de alma era succionado por una fuerza que no podía resistir, se sentía humillado.
Humillación.
Humillación.
Él tenía perfectamente claro para ahora, que todas las personas que estaban aquí habían cometido alguna clase de pecado, y a juzgar por la charla que había tenido con las personas, o a juzgar por lo dicho por el hombre, no eran cosas simples como mentir o robar, no...
¡Pero Daniel nunca había hecho nada que mereciera esto!
Él siempre fue una persona justa, el siempre fue una de esas personas que eran tan amable que parecía un poco estúpido.
Pero ahora, aquí, ¡¿estaba siendo juzgado al mismo nivel que otras personas que incluso habían cometido canibalismo, entre otros pecados incluso peores?!
¡Esto no es para nada justo!
¡Ah!
Daniel no podía hablar, no podía gritar, no podía hacer nada.
Solo podía ver como se desvanecía poco a poco.
Con una ira casi incontenible, Daniel miró fríamente la cara de ese hombre, que lo había condenado injustamente.
Ese rostro, este lugar, Daniel, nunca lo olvidaría.
.......