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Chapter 2 - CAPITULO 1 - MARSAL DE ARADUS

Treisol… el reino mas grande y conocido del nuevo mundo, y no es por referirse solo por su gran distancia, si no porque es el reino que ofrece más comercio a los demás, es el reino donde cientos de licores, inventos que facilitan la vida cotidiana, las primeras versiones de focos mágicos, etc., y es aquel reino donde los momentos mas impactantes han sucedido… como la primera gran batalla entre los dos grandes Dioses creadores de gran parte de la nueva vida en la tierra junto a el primer mal que amenazo en su momento a esta nueva tierra, luego fue la siguiente generación cual llevo acabo la nueva batalla entre el bien y el mal, donde solo una persona podía hacerle frente a este mal que regreso encarnado en alguien mas, y en el mismo momento… se perdió a esa misma persona, a aquella única capaz de hacer frente a ese mal… la guerrera Luu, durante ese tiempo el reino fue el oído de los demás reinos desde lejanos hasta cercanos, cuales acompañaron en dolor de los Treisolianos durante un tiempo, hasta que Treisol estuviera listo para dejar de sentir dolor de aquel desgarrador momento, y solo conmemorarlo. Y algo que cabe agregar acera del reino, es la increíble cantidad de veces que ha resistido ataques de pequeñas comunidades, o inclusive otros reinos que ahora ya no existen, pues el entrenamiento de los soldados es excelente a tal punto de que se necesitan de 10 personas ordinarias para vencer a un soldado Treisoliano sin magia…

Y es todo lo anterior lo que hace especial este lugar, que es creadora de grandes inventos, que fue lugar de grandes batallas decisivas para la vida existente, y que ha resistido múltiples intentos de invasiones en momentos vulnerables… es todo esto lo que conforma al gran, y poderoso reino de-

—TREISOL, ¿eh?, te seré muy sincero… lo imaginaba un poco más grande a como lo contaban en las historias de cuando éramos niños…

—¿Estas bromeando?, es el triple de grande de donde tu eres príncipe… y por cierto, Marsal… ¿de dónde rayos sacaste esas manzanas?

Eran dos personas hablando desde un pequeño "cañón" y entre otros que se habían formado a las afueras del reino, ambos estaban encapuchados, pero por sus voces se podían decir que era un hombre y una mujer, y era la mujer quien en estos momentos juzgaba al hombre.

—oh… bueno, Leira, ¿recuerdas aquel carruaje de frutas por el que pasamos?

—…Marsal, dime que no robaste a esas personas… POR FAVOR.

—Bueno… quizás tome unas cuantas… sin pag-

Lo siguiente que sucedió, fue que Leira le dio un gran golpe a su acompañante, uno que resonó hasta las puertas de Treisol.

—…auch

—No puedo creer que el gran príncipe de Aradus sea un… ladrón, bien podías pagarlas, ¿lo sabes?

—Pero no es lo mismo, no saben igual. – lo decía mientras comía una manzana.

—mhp, sabes muy bien a que vinimos, no puedes demostrar este tipo de cosas en Treisol, debes tener la imagen de un príncipe digno de admirar.

—…mira, yo-

—¡VAYA!, ¡NO SABRIA QUE TENDRIAMOS VISITAS!

Marsal y Leira voltearon a ver de dónde provenía la voz, al hacerlo, vieron que eran dos hombres, algo fornidos, calvos y con varias cicatrices en su rostro, eran los típicos chicos malos.

—¿Qué hacen dos niños a estas horas en este lugar?

Los muchachos se voltearon a ver el uno al otro con cierta mirada de… "¿Niños?", para después volver a dirigirla a los dos hombres.

—Primero que nada, no somos niños, así que no nos vuelva a decir de esa manera… POR FAVOR, dos, estamos aquí a estas horas… porque de hecho es una hora normal, digo, ¿desde cando las 10 de la mañana es una mala hora?, y tres, estamos en este lugar porque queríamos desahogarnos de estar viajando a pie desde hace un… rato.

Seria Leira la que hablaría con total confianza, pues sabia que esos dos no eran un problema, al menos no uno significante.

—¿OH?, Con que esa boquita eh… acompáñenos de regreso abajo, esta más tranquilo, y así podremos corregirlos, ¿si captan la idea pequeños?, ¡oh!, y abajo hay dulces…

—…Leira, estos tipos nos creen unos tontos e inocente infantes… escudera mía, ¿quieres repetirles quien soy, y de dónde provenimos?

Se quitaría la capucha entera lanzándola al aire llevándosela la misma.

—Claro mi alteza… EL, HIJO PROVENIENTE DE UNA GRAN LUGAR, CAMPEON DE UN REINO PRESTIGIOSO, EL MEJOR DE TODOS EN CUALQUIER ASPECTO DE COMBATE, Y HEREDERO AL TRONO DE ARADUS… ES… MARSAL.

Un cabello lizo y largo que llegaba hasta las orejas, era tan negro que la luz del sol brillaba con intensidad, ojos azules, una corona hecha de oro, una pechera blanca con adornos dorados, unas grandes rodilleras de acro, al igual que unas mallas blancas que conectaban con su pechera… de alguna manera impuso respeto.

—Bien… ahora, se que nos iban a robar y posiblemente hacerle cosas no muy lindas a mi escudera, así que resolvamos est de una vez por tod-

—MARSAL… aquí no, es muy alto para ellos…

—…pero muy posiblemente nos espere una emboscada abajo, ade-

—MARSAL… NO MUERTES.

—…"coo la ecudela digAAAA", y yo pensé que era el príncipe… bien, ustedes dos, para su suerte, tengo prohibido el ser letal… así que…

De manera imprevista, Leira dio un gran salto al vacío del pequeño cañón dejando asombrados a las dos caras duras asombrados.

—nos vemos abajo

Y así, el igualmente saltaría atrás de su amiga, dejando mas asombrados a los caras duras.

—….bbbbiiiiiiENNN!, ya estamos abajo… Leira… ¿Por qué estamos rodeados?

—…Solo te pido que no lo di-

—Te lo dije, ¿Quién lo dijo?, yo lo dije, pero mi escudera insistió que no hiciera nada por que era letal.

—Muy bien niños, suficiente de juegos, o nos acompañan por las buenas o por las malas. – diría uno de los cara dura de arriba que ya habían bajado.

Leira miro por un segundo a Marsal, se veía impaciente, como si quisiese hacer algo, y de no hacerlo podría estallar.

—Amigo, ya viste su ropa de que está hecha, ¡DEBE DE VALER ORO!

Hablo uno de los tantos bandidos.

—…es porque está hecha de oro… creo que en realidad deben de valer diamantes. – contestaria otro.

—Olviden las ropas, el muchachito es un príncipe, podemos pedir recompensa a su reino, y con su amiguita podemos divertirnos primero para luego venderla.

—¿y como sabes que es de familia real?

—El idiota nos lo dijo todo arriba, además su ropa lo delata por completo, ¡JAJAJA!, ¡SEREMOS RICOS!

Toda la charla fue escuchada por la escudera y el príncipe, quien este último solo se impacientaba cada vez mas al escuchar lo que decían.

Leira lo volvió a notar, y sabiendo que estaban en un aprieto, no le podía no permitir a su amigo que no fuera letal.

—Marsal…

El susodicho la miro, esta lo lo vio directamente a los ojos, y le hizo una seña con su cabeza, moviéndola lateralmente, diciéndole… "ve".

En eso, Marsal formaría una gran sonrisa determinante en su rostro, al fin no tenia restricciones… y lo mejor de todo, es que podía por fin… divertirse un poco.

—UY, miren quien viene ahí, ¿Qué?, ¿nos imploraras para que nos les hagamos daño?, ¡pues empieza de una ve- UAH!!!

Lo que vieron dejo impactado a todos, menos a Leira quien se había hincado en el suelo a presenciar lo que pasaría, en fin, todos se quedaron impactados y atónitos al ver como de un simple golpe… si es que era uno, pues parecía ser mas un simple empjon, había mandado lejos a aquel sujeto que antes había estado arriba con Leiray Marsal.

—¡PERO QUE RAYOS!, ¡TE VAS A ARREPENTIR MALDITO MOCO-

Un bandido e los tantos había sacado una navaja con la que aparentemente tenía planeado atacar a Marsal, pero lo que no sabía que pasaría fue que al impulsarse para clavar aquella navaja en el rostro de Marsal es que el anterior mencionado movería su cabeza sin dificultad hacia la derecha, para después con su mano izquierda sujetar la muñeca del bandido y llevarlo al suelo, no satisfecho, puso su rodilla en el codo del individuo, moviendo su brazo hacia el sentido contrario, haciendo un desgarrador sonido que afirmaba que ahora el brazo estaba roto.

—¡AH!!!!, ¡MI BRAZO MALD-

El bandido estaba por quejarse de más, pero pisotón directo a su rostro lo dejaría noqueado.

—ESO LES SUCEDE A LOS QUE HABLAN DE UNA MANERA LASCIVA A MI ESCUDERA.

El silencio predomino durante unos segundos, Leira bufeo aburrida ante la situación, esperaba mas de los bandidos que inclusive venían con armas, deberían tener cierta ventaja, pero simplemente hasta ahora están solo causando lastima.

Sin perder tiempo, todos sacaron sus navajas que eran bastante similares a las del anterior bandido, pero eso no quitaba el que estuvieran tan nerviosos que algunos temblaban.

—Todos ustedes… bajen sus cuchillos – diría una voz proveniente del medio de aquel grupo de bandidos quienes los mismos botearían a ver con algo de temor de quien provenía la voz.

—p-p-pero lastimo a Randel y Lorra-

—LES PEDI UNA ORDEN, además, ellos se lo buscaron… ¿no es cierto? – esto ultimo se lo hizo en forma de pregunta a Marsal.

Aquella persona comenzó a salir entre los demás bandidos, había algo que o caracterizaba diferencia de los demás, y no solo era la estatura y musculatura, si no que era el que mas imponía de alguna manera respeto… menos a Marsal y Leira.

—Les pido una disculpa solo intentábamos…

—¿robarnos? – preguntaría Marsal.

—Pues… no del todo, nos lo repartimos para sobrevivir, eso se llama supervivencia.

—eso se llama robar…

—Agh… mira, mi nombre es Tizerral, y pude apreciar como lanzaste a uno de mis hombres mas pesados a unos metros de aquí… eso y que le rompiste el brazo a uno de mis servidores más agiles, por lo que no eres alguien débil, así que te propongo esto… pelea.

—¿pelear?

—así es pelea, si logras vencerme te dejare ir con todas tus pertenencias… pero si pierde, además de que me llevare tus pertenencias tu tendrás que servirme…

Marsal sabia que responder, pues en verdad quería estirarse un poco, pero antes volteo a ver a su escudera.

—…¿Qué me miras?, yo solo soy tu escudera, haz lo que creas mejor.

Marsal solo sonrió y volvió a voltear a ver al hombre frente suyo.

—okey, peleare contigo.

—excelente, y recuerda nuestro trato… si pierdes… me tendrás que servir…

—si, como sea… solo te advierto que me liberare un poco.

—confiarse antes del combate no es algo muy inteligente muchacho. – diria el líder bandido poniéndose en una posición de combate.

—…¿Quién dijo que estoy confiado?

—si asi son las cosas… veamos si eres tan… ¡FUERTE!

Y así, la pelea comenzó, con el bandido lanzándose y tirar un golpe directo a la boca del estómago, Marsal sin perder tiempo se hizo un lado deslizando aquel golpe por su antebrazo izquierdo haciendo que el bandido caiga directo al aire.

El bandido algo impactado debido a que había ido con toda su velocidad giro rápidamente para dar una patada trasera, Marsal hizo el mismo movimiento solo que esta vez fue por su ante hombro para luego dar una patada baja por la pierna del bandido que estaba descubierta, el bandido callo de espaldas, justo cuando abrió los ojos, logro visualizar el puño de Marsal que se acercaba a su rostro a gran velocidad directo a su rostro, pero para su alivio el golpe jamás llego, pues se detuvo a tan solo unos CM de su cara, el bandido pestañeo un par de veces antes de volver a tener sus 5 sentidos para alejarse rápidamente.

—¿Qué fue eso?, pudiste darme ese golpe sin problemas… y te detuviste.

—si bueno… no me sobrepaso de fuerza con los que no pueden aguantar la misma…

—eso pudo ser un gran error… - El bandido comenzaría a tomar una postura un poco más ofensiva. - —lamento decírtelo, pero no has visto nada… asi que… si aceptaste esta pelea, es para que al menos haya sangre, ¡ASI QUE VEN Y DAME EL PLACER DE HACERTE SAN-

El bandido no pudo ni terminar aquella frase, pues a Marsal se le estaba haciendo esto tan aburrido que prefirió atacar, lo interesante es que solo fue un toque con fuerza directo a la nariz del bandido quien solo se sujetó su tabique que lo sentía muy diferente.

—…tu… ¡MALDITO MOCO-

El bandido esa vez furioso se había lanzado de cuerpo a cuerpo contra Marsal para poder derribarlo, lo que solo empeoraría para el, pues termino recibiendo una patada directo en toda su la parte derecha de su cabeza.

Atontado por el impacto, abrió lentamente sus ojos hacia su oponente intentando lanzar un golpe que le diera en el rostro a Marsal, pero las cosas saldrían muy diferentes, pues al lanzar el golpe logro sentir que no le dio a nada más que al aire aunque si sintió algo, y fue el golpe recto y directo que dio en la boca de su estómago, seguido de una patada lateral en el mismo lugar, y lo que en verdad le dolió al bandido fue el gran golpe que sintió en todo su rostro que lo elevo un poco del suelo cayendo de espaldas.

—…¿Qué?, ¿eso fue todo?... meh, sinceramente me preguntaba mas donde había ido tu cortesía, de un momento a otro pasaste de muy respetuosos a lanzarme un golpe… que al menos para ti significa muerte… supongo que fue una perdi-

Marsal había dado media vuelta caminando en dirección hacia su escudera, pero de pronto sintió que algo lo estaría por atacar, justo iba a usar una técnica letal, pero al girar por completo vio que ya no era necesario, pues su escudera había reaccionado rápido, pues había noqueado al mismo bandido de un golpe directo al cuello que hizo que el mismo se desplomara.

—lo tenia bajo control, ¿sabes?

—si… pero para eso muy posiblemente lo hubieras… matado…

—¡OIGAN USTDES MOCOSOS! – grito uno de los tantos bandidos.

—creo que el insulto de "mocoso" ya no es algo que vaya a nuestro perfil…

—¡ESO QUE ME IMPORTA!, ¡SEGUIMOS SIENDO MAS!

—¿si saben que su jefe hizo un trato?

—Al carajo nuestro jefe, esto no se quedará así nada más, le hicieron daño a nuestros aliados, y eso no se perdona, ¡DESENFUNDEN CUCHILLOS MUCHACHOS!

Así el resto de los bandidos comenzaría a desenfundar sus respectivas cuchillas poniéndose en guardia.

Marsal solo se quedaría observando mientras que Leira estaba un poco ansiosa por lo que Marsal podía hacer.

—JA….JA… ¡JA, JA, JA, JA! – Marsal comenzaría a reírse a tal punto en que se tapo su boca de la saliva que salía.

—¿Por qué la risa niño?, ¿Dónde esta la gracia?

—bueno… es simple, la gracia está en que ustedes piensan que solo por ser muchos de … pueden hacerme daño. – esa ultima frase la dijo de con una voz y mirada seria que dejo algo atemorizados a los bandidos.

—u-u-ltima advertencia!

—LO MISMO DIGO…

—…¡3!

Leira ya no estaba impaciente, pues ahora sabia lo que iba a ocurrir, y no había nada para detenerlo.

—¡2!

Muchos de los bandidos comenzaron a temblar por la increíble presión que Marsal generaba con su mirada fría y penetrante.

—¡1!

Y entonces.

—MI TURNO

—¿Eh?, ¿Qué cos-AH!!!!

El bandido que estaba al frente de todos fue el primero en caer, pues Marsal de una increíble velocidad golpeo directo la boca del estómago.

Los demás bandidos no perdieron tiempo y se abalanzaron contra Marsal pensando que tal vez todos al mismo tiempo podían hacerle algo, que tan equivocados estaban.

Fue cuestión de un parpadeo para que Marsal cambiara de lugar, pues ya no se encontraba en donde los bandidos estaban por atacar.

—ATRÁS DE TI. – susurraría Marsal al oído de un bandido para proseguir con un golpe de sus dedos a la columna del bandido.

—los demás bandidos solo escucharon la ruptura de la columna de su compañero.

—BASTA DE JUEGOS.

Marsal tomo una postura bastante extraña para los bandidos, pero lo que no sabían era que esa postura era para cuando Marsal no tenía restricciones.

"FIUM" fue lo único que se escuchó, pues Marsal había logrado noquear a 7 de los que antes eran 21 bandidos en menos de 5 segundos a golpe limpio, los 7 bandidos estaban severamente heridos, el resto solo tenían una mirada atónita… estaban asustados.

—q-q-q-q-uien eres t-t-tu… ¡COMO RAYOS HICISTE ESO!

Marsal solo los miro, y hablo.

—Bueno… mi maestro hizo esto una vez… y bueno… logre memorizar el como lo hizo… bien… QUE SIGA LA DIVERSION.

Y así esta vez Marsal pasaría a traer a todos los bandidos restantes, quienes intentaron defenderse lanzando golpes y cuchillas, pero toto era en vano, pues solo terminaban peor con grandes fracturas y hasta rupturas irreparables.

Le tomo apenas un minuto deshacerse de todos, estaba algo decepcionado, el en verdad esperaba un reto algo mas complicado, incluso en desventaja logro ganar con mera facilidad.

—¡MUERE!

De manera imprevista, un bandido que al parecer había logrado quedar cociente de la masacre de Marsal se le había abalanzado para poder enterrar su cuchillo, o eso pensó que pasaría, pues Leira entraría nuevamente al campo de batalla solo para detener el brazo del bandido en el aire.

—…¿sabes que lo te-

—que lo tienes bajo control, si lo se. Pero necesitamos irnos de una vez, el tiempo vuela y las puertas del reino no nos esperan abiertas, ahora, ten la comida que te robaste, y larguémonos ya…

—… - Marsal entonces miraría todo lo que causo, una completa masacre, a decir verdad. – si… aunque cabe decir que es muy temprano… pero tienes razon, el tiempo vuela…

Así, ambos saldrían de los pequeños cañones para por fin recibir la luz del sol, y no muy lejos de ellos… estaban allí, las grandes puertas del reino de-

—…Treisol…