Buscando probar suerte con las ventanas de alguna de las habitaciones aledañas, Abel salió por la única puerta que tenía el dormitorio y se encontró con un amplio pasillo con techos de madera, pisos de madera y muy pocas decoraciones, la ausencia de decoraciones también mostraba que este dormitorio era el de algún criado y no el de algún miembro importante de la antigua mansión.
Por otra parte en el pasillo había varias puertas cerradas que deberían llevar a otras habitaciones, no obstante lo que estaba llamando la atención de Abel en este momento era que al final del pasillo coincide justo con una de las esquinas de la mansión, por lo que el pasillo doblaba en la misma, no obstante los más importante es que justo en esta esquina se encontraba una gran ventana y para la grata fortuna de Abel la misma estaba completamente abierta, permitiendo que el aire fresco y madruguero entrara en la mansión, junto a la brisa madrugada algo de niebla se colaba por la ventana y la misma se esparcía constantemente por el suelo ocultando parcialmente los tablones del piso de la mansión dándole cierto toque encantador al este pasillo.
Viendo que lo que estaba buscando estaba justo al frente de él, Abel cambió de planes y en vez de aventurarse a abrir las puertas en el pasillo prefirió usar esta gran ventana como vía de escape, por lo que con pasos cuidadosos el hombre caminó sin hacer ruido hasta el pasillo.
Como el pasillo no era demasiado largo a Abel le tomó unos pocos pasos llegar al final del mismo, no obstante cuando el viudo llegó finalmente hasta su escapatoria el mismo se detuvo abruptamente y en lugar de saltar por la ventana, se quedó mirando inmovilizado hacia la esquina donde concluía este pasillo, puesto que desde esta posición el hombre pudo ver que al final del pasillo, siguiendo la esquina en donde se encontraba la ventana, se encontraba ni más ni menos que una persona y por la ropa arcaica que usaba la misma, vestida como si fuera verdaderamente uno de los antiguos criados de la mansión, Abel distingue de inmediato que esta persona no era ni más ni menos que la única persona con la cual no queria cruzarse en esta mansión: era el guia!
No obstante para la fortuna de Abel, el guía estaba completamente inmovilizado también, mirando o apreciando la pared al final del pasillo, como si en la misma hubiera una hermosa obra de arte y no unos pocos tablones de madera en no tan buen estado. Abel no comprendía que estaba mirando el guía, pero claramente tampoco tenía las intenciones de ir a preguntárselo, por lo que aprovechando que el guía le estaba dando la espalda en estos momentos, el viudo comenzó a retroceder con sumo cuidado por a donde había venido.
De un vistazo Abel pudo ver que abajo en esta ventana estaba el patio, pero también había un rosal llenos de espinas puntiagudas como navajas y para salir por esta ventana había que atravesarlo, la tarea no era imposible, pero hacerla sin provocar la atención del guía que estaba a unos pocos pasos era claramente una tarea que solo un personaje de un videojuego podría realizar sin fracasar. Por lo que lo más sensato en estos momentos era volver para atrás y esconderse en el oscuro túnel, en escondite sería fácil esperar un rato hasta que el guia saliera de esta parte de la mansión, en definitiva con lo amplia y grande que era la mansión era imposible que el guia anduviera mucho tiempo por esta parte. Por otra parte todas las cosas que intentaba, Abel no estaban saliendo por lo que lo mejor era ser cauto cuando la fortuna no estaba caminado a tu lado.
Con lentitud Abel fue retrocediendo paso a paso, notando en el proceso que por suerte el guia parecía estar embobado mirando la pared como si se le hubiera perdido algo en el interior de la misma. Por suerte el viudo paso de desapercibido y logró retroceder hasta alejarse de la esquina y por tanto del guia, con lentitud Abel se dio la vuelta y midiendo cada una de sus pisadas con el sumo cuidado hacer el menor ruido posible llego hasta la puerta del dormitorio en donde se encontraba el túnel oculto.
*Cliiink* La puert rechinó un poco al abrirla, provocando que Abel se diera la vuelta con violencia para ver si el guia lo habia notado, no obstante el lo unico que podía verse desde esta posición era la ventana abierta y la niebla entrando místicamente por dicha abertura, al parecer el ruido no había sido el suficiente para llamar la atención del guía.
Maldiciendo lo oxidada que estaban las clavijas de esta puerta, Abel entró por la misma y una vez adentro volvió a cerrar la puerta con aún más cuidado, evitando que el molesto ruido volviera a aparecer para despertarlo.
Sintiéndose un poco más seguro dentro de la habitación , Abel se diario con lentitud hasta el armario donde se encontraba el túnel con el escondite y fue entonces cuando el destino empezó a distorsionarse para complicarle la vida al viudo, puesto que al llegar al armario en donde se suponía que había una trampilla oculta que dirige a un túnel en donde Abel estaría a salvo del guia, el hombre se dio cuenta de que no había absolutamente nada más que una alfombra en el pisos el escritorio: La trampilla había desaparecido!