Por suerte el viaje resultó sin mayores problemas y pese a que un viaje tan largo era devastador, Abel se las apano para poder llegar hasta su destino como lo había hecho en su anterior viaje en moto.
Al llegar el estacionamiento previo al cartel que indicaba que estaba próvido seguir avanzando con vehículos, lo primero que noto Abel fue que a diferencia de su anterior viaje al parecer sí había turistas en el pueblo en esta oportunidad, ya que se encontraban 4 vehículos estacionados en los alrededores del cartel.
Pese a que en estas fechas no era tan normal hacer turismo, el hecho no sorprendió al hombre, puesto que era de esperarse que tras el gran revuelo y publicidad que había tenido el este lugar debido al caso del asesino serial muchas personas de la zona finalmente encontraran una escusa para decidir ir a visitar el pueblo minero abandonado.
Tras unos segundos meditando donde estacionar, Abel decidió estacionar su moto abajo de la sombra de un árbol cercano un poco alejado de donde se encontraban el resto de vehículos. Tras ponerle un candado a la moto y dejar su casco guardado, el joven buscó la pequeña maleta de plástico donde se guardaba la pistola: era imprudente ir con la caja por todos lados , ya que la maleta era demasiado reconocible a simple vista y en caso de emergencia sacar el arma de ella sería un terrible inconveniente.
*Click*... Abel abrió la maleta de plástico y una preocupación marcada se notó en su rostro: El arma no podía verse por ningún lado!.
Con desesperación, Abel busco en la maleta, pero lo cierto es que sus ojos no lo engañaban y en la maleta de plástico solo se encontraba el colchón de polietileno que aseguraba que el arma no se dañara y las cajas de munición en sus respectivos lugares . No obstante, el gran protagonista de esta maleta, es decir la pistola, no se encontraba en donde se suponía que debía estar.
Sintiéndose más avergonzado por perder un regalo dado por alguien preocupado por el, que inseguro por no tener un arma en un pueblo habitado por "fantasmas", Abel supuso que por error se había olvidado de guardar el arma en la maleta tras haberla estado inspeccionado en su estadía en la casa de campo.
Y por desgracia , era bastante probable que así sea, en primer lugar, el hombre nunca se le cruzó seriamente que requeriría usar esta arma, por lo tanto, la valoraba más como un regalo , que como un seguro de vida, y en segundo lugar, la mente del viudo estaba completamente en otro sitio, meditando acerca de las pequeñas alegrías y sus grandes tristezas en su vida, por lo que era completamente normal que por un descuido Abel se olvidara de guardar la pistola. Por desgracia el viaje hasta la casa de campo eran unas largas 12 horas, por lo que la única manera de que el hombre recuperar el regalo sería revisitando la casa de campo cuando hiciera el viaje de regreso.
En busca del milagro, Abel provo verificar si eicitivamente el arma no estaba en la caja, lo primero que vio fue si el arma no estaba pegada al techo de polietileno y como era logico eso no fue suficiente para arreglar su descuido, lo segundo que provo habel fue retirar la parte de abajo del polietileno por si por alguna casualidad estrana del destino la hubiera escondido ahi para no tener problemas en caso de si un policia le pidiera abrir la maleta, pero lo cierto es que tal y como el hombre habia recordado vien, el nunca se tomo la molestia de hacer eso por lo que era imposible que el arma estuviera en ese lugar. No obstante, la lógica del hombre desesperado por perder algo es bastante extraña, al punto que Abel también considero sacar la parte del techo de polietileno buscando la pistola perdida y como era de esperarse la pistola no fue hallada.
Pese a ello, para sorpresa de Abel su desesperación dio buenos frutos, ya que abajo del techo de polietileno en realidad sí se hallaba un "tesoro" escondido, puesto que un papel doblado cuidadosamente se hallaba en ese sitio. El contenido del papel era un misterio, pero era indudable que su color amarillento indicaba que su antigüedad era bastante más que la maleta de plástico. Sin embargo, por algún extraño motivo parecería haber pasado muchísimo tiempo en esta maleta, al punto que los bordes doblados estaban tan pegados entre si que parecen haber sido planchados previos a ser escondidos en la maleta.
Pese a que el papel estaba doblado y el contenido en un interior seguía siendo un misterio, unas palabras estaban escritas en las hojas amarillentas, arriba de un símbolo que Abel pudo reconocer a simple vista.
El hombre con cuidado dejo el papel amarillento en la maleta de plástico y busco un objeto en uno de sus bolsillos, sin mucha búsqueda Abel saco un llavero de plata con la cruz de san benito grabado en el. Mirándolo atentamente unos segundos, el hombre acercó el llavero al papel amarillento y comprobó que su corazonada era correcta: el papel amarillento tenía dibujado la cruz de san benito.
Sin entender su significado, Abel trato de recordar en su memoria que significaba esta cruz en particular, pero lo cierto es que el hombre no lo sabía. Haciendo memoria, el viudo recuerdos que el llavero de plata le fue regalada por su padre en su primera comunión hace ya demasiados años como para recordar si su padre le había dicho o no que significaba. Lo cierto es que Abel tampoco se molestó nunca en pensar en el asunto y habitualmente cargo el llavero sin darle vueltas al asunto, más que nada por ser un regalo de su padre y por qué llavero era indudablemente hermoso a la vista.
Pese a ello, el hombre maldijo no haberlo preguntado a su padre en alguna ocasión, por desgracia estando en el medio de una zona rural prácticamente no poblada era más que obvio que no tendría cobertura de internet en el celular. Y al probar buscar el significado en internet con su teléfono, el viudo logro comprobar que por desgracia estaba en lo cierto.
No obstante, no todo era desafortunado, ya que abajo del símbolo todavía había un mensaje escrito y por suerte la letra a pesar de estar escritura a mano y en lápiz , aún era bastante legible y decía lo siguiente:
"
Por caminos que anhelas, no siempre hallarás lo que deseas,
Las verdades que buscas, a menudo ocultan sus ideas.
El dolor que soportaste, teje en tu alma su tela,
La pérdida que te envuelve, a tu corazón se aferra.
Sea quien seas, retrocede por el camino conocido,
Pues las verdades que atesoras, en tu interior han florecido.
En tu viaje de regreso, hallarás que el dolor te ha nutrido,
Y aquello que has perdido, te será devuelto, pero transformado ha sido.
No busques cambiar tus verdades en un sendero distinto,
Abraza cada experiencia, incluso lo que consideraste extinto.
Las lecciones del pasado, te guiarán hacia un futuro distinto,
Donde encontrarás el tesoro de lo perdido, en un nuevo recinto.
Permite que el fluir de la rima te guíe en su compás,
Acepta su melodía, con lo complejo y lo fugaz.
Así, encontrarás la métrica del propósito veraz,
Y en la sinfonía de la vida, tu esencia brillará audaz.
N.D.S.M.D."