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Chapter 36 - Capítulo 34

Bai Yingzu se sintió molesto por tan lamentable sociedad en este mundo. No solo estaba interfiriendo porque las acciones de ese grupo fuera algo incorrecto e inaceptable, sino porque había reconocido a la joven que estaba en el suelo siendo intimidada. Aunque su encuentro fue breve, aún seguía siendo una conocida suya que le había caído muy bien, por lo que no dejaría que algo malo le pasara estando cerca.

El gordo de ojos saltones Zhang Ergou volteó para mirar a Bai Yingzu con disgusto. "¡Y tú quién diablos eres!". Preguntó enojado.

Yu Jixiao abrió los ojos con sorpresa al ver a la persona llegar. Después de tanto tiempo esperándolo, finalmente lo había vuelto a ver. Se puso de pie y gritó emocionada. "¡Hermano mayor!".

Los jóvenes que escucharon eso dieron un paso hacia atrás con un poco de temor hacia esa persona.

"Oye, Qué diablos. ¿No se suponía que ella no tenía hermanos?". Se preguntó uno de los jóvenes.

"¡Tonto! Ella no tiene hermano, sus primos y tíos no la quieren, mucho menos podrían interferir para defenderla". Dijo Zhang Ergou a su ignorante compañero mientras aún seguía dirigiendo una feroz mirada a Bai Yingzu.

Zhang Ergou tenía sus planes con aquella chica, no tenía la intención de dejarla ir. A sus ojos Bai Yingzu era alguien que quería quitarle su plato para comer él mismo. Bai Yingzu recorrió su mirada a cada uno de los rostros de la multitud, y finalmente miró fijamente al gordo de ojos saltones Zhang Ergou.

Bai Yingzu no pudo ocultar su mirada de desprecio por cada una de estas personas. "No importa quién soy. Lo único que deben saber es que dejarán a aquella chica en paz y desaparecerán de aquí". Fueron sus palabras dirigidas a los demás agrupados. Y dirigiendo una mirada fría al gordo de ojos saltones. "En cuanto a ti, no puedes irte hasta que te de una lección de como incluso los cielos tienen que ir con cuidado para no ofender a otros".

Bai Yingzu dejaría ir a los demás, pero al gordo de ojos saltones lo dejaría para mostrarlo como un ejemplo para que esto no volviera a suceder. Incentivando acerca de la ciudad, había encontrado que los crímenes estaban estrictamente prohibidos. Dependiendo del crimen los criminales podrían ser asesinados en el acto, y de ser crímenes menores solo se les expulsaría de la ciudad.

Bai Yingzu estuvo de acuerdo con las medidas para los crímenes graves, pero sintió que las medidas para los crímenes menores eran estúpidas, la razón de esto era que si los criminales no recibían un castigo adecuado, en el futuro el nivel de estos crímenes aumentaría, pasando de ser crímenes menores a ser crimenes mayores.

"Ja, ja, ja". El gordo de ojos saltones Zhang Ergou río de manera burlona. "¿Escucharon eso hermanos? Este idiota quiere robarse nuestra oportunidad. Es seguro que una vez que nos vayamos podrá hacer lo que quiera con ella. No podemos permitir eso, él no se irá de aquí hasta recibir una gran golpiza de nosotros".

Los jóvenes que escucharon esto lanzaron miradas furiosas a Bai Yingzu, como si estuvieran viendo a un despreciable ladrón. Se movieron hacia él con la intención de golpearlo tal como lo había ordenado el gordo de ojos saltones Zhang Ergou.

Bai Yingzu resopló con disgusto al mirar sus movimientos. Todos estos jóvenes parecían tener su misma edad, cerca de los 14 años, tal vez uno o dos años menos. En el futuro estos jóvenes serían adultos despreciables y más adelante criarian a más jóvenes igual de despreciables, siguiendo un círculo que se repetirá indefinidamente.

¿Para ese momento qué futuro le depararía a la sociedad? Bai Yingzu no quería vivir en un mundo caótico como ese, y menos en uno tan podrido en donde se podría abusar de las personas sin temor a represalias.

Bai Yingzu había cambiado de opinión. Todos ellos recibirían el castigo por el pensamiento y las intenciones de realizar viles actos. Si él no estuviera aquí en estos momentos las cosas no terminarían bien para aquella joven.

Tomando una postura de combate liberó una parte de su poder de cultivo, no quería matarlos, simplemente quería infligirles mucho dolor. Bai Yingzu pensó que con unos cuantos huesos rotos tal vez aprendieran a comportarse mejor.

Cuando Bai Yingzu liberó parte de su poder de cultivo envió sensaciones incómodas al grupo de jóvenes. Escalofríos recorrieron sus cuerpos y se dieron cuenta de que algo andaba mal. Pero ya era tarde, cuando trataron de correr para escapar escucharon una voz fría. "He cambiado de opinión, todos ustedes recibirán el castigo".

Y una poderosa presión cayó sobre ellos. Bai Yingzu había incrementado la gravedad sobre cada uno de ellos evitando que escaparan. 9 de los 10 jóvenes quedaron inmóviles en su lugar con caras de terror, el único que había sido excluido había sido aquel joven que había tratado de ayudar a la chica. Aunque no fue mucho al menos lo había intentado.

Bai Yingzu todavía consideraba que, ya que tenía la intención de detener tales actos podía salvarse del castigo. Después de todo era algo normal que frente a un grupo no pudiera expresar su postura tan abiertamente, y por esa razón se limitó a seguir la opinión popular. En su mundo original también se veía mucho de estas situaciones, aunque ejecutadas en diferentes ámbitos.

Bai Yingzu caminó hacia el gordo de ojos saltones y dirigió un golpe a su estómago mientras al mismo tiempo liberaba la gravedad de su alrededor. Zhang Ergou cayó al suelo tosiendo en búsqueda de aire, comenzó a temblar de miedo tras pensar en cómo sería castigado por el joven frente a él.

Nunca hubiera pensado que esta persona sería un inmortal y mucho menos que conocía a Yu Jixiao, de haberlo sabido nunca hubiera tenido la idea de abusar de ella. En estos momentos se sentía engañado, le habían asegurado que nadie se preocuparía por algo que le sucediera, y por tanto era libre de actuar como quisiera. Pero ahora había caído por un solo golpe de esa persona.

"Por favor, por favor perdóneme la vida... Gran inmortal por favor...". Zhang Ergou imploró entre lágrimas y mocos temiendo por su vida.

"Jaja". Bai Yingzu comenzó a reír al ver su patético estado. Era sorprendente cuanto podía cambiar una persona tras verse frente a personas muy por encima de ellos.

Bai Yingzu pateó el estómago de Zhang Ergou haciendo que se retorciera en el suelo con aún más dolor. Zhang Ergou sintió tanto dolor que casi se desmayaba, sin embargo, sintió una extraña fuerza obligándolo a mantenerse despierto. El interior de su estómago se retorcía de forma extraña dándole una sensación desconocida que jamás había sentido, se llenó de terror al pensar que escupiría sus órganos con esa patada.

Solo tenía 14 años por lo que su experiencia de vida era limitada, tampoco había recibido un golpe tan fuerte y brutal, mucho menos se había encontrado alguna vez con un cultivador. Zhang Ergou solo era un joven mortal común que se aprovechaba de los más débiles. Aún así se atrevió a mostrarse arrogante pensando que podía hacer lo que quisiera ignorando lo grande que era el mundo

¿Acaso no temia enfrentarse a las represalias del karma?

Pensando en todo eso Bai Yingzu se llenó de aún más desprecio y furia hacia esta patética existencia, sintió las ganas de acabar con esa miserable vida que lo único que traería sería el caos en este mundo. Ahora que él había llegado a este mundo sus metas eran continuar con nuevas investigaciones para descubrir lo desconocido, que sus investigaciones y creaciones ayudarán a la humanidad de este mundo sería algo secundario.

Claramente sus metas no se cumplirían de seguir en un mundo caótico lleno de injusticias. Su mundo original tampoco estaba en paz, pero comparado con el mundo de cultivo sería considerado el paraíso. Si en el futuro llegara a formar una familia no tendría la seguridad de que nada malo les suceda, que continuaran existiendo seres tan despreciables sería un riego para sus hijos y descendientes, incluso para él mismo en la actualidad.

Su mente se había llenado de pensamientos asesinos, por primera vez en su vida la idea de matar a una persona le pasó por la mente, la consideró por mucho tiempo, incluso estaba seguro de querer hacerlo. Bai Yingzu no era un asesino, aparte de matar animales durante su entrenamiento militar jamás se manchó las manos con sangre humana, nunca había pensado que llegaría un momento en el que tendría que hacerlo.

Para que alguien como Bai Yingzu considerara esto como algo que se tenía que hacer sin buscar otras alternativas, debía sentirse extremadamente amenazado, una amenaza para sí mismo y también para sus seres queridos, tanto presentes como futuros. Bai Yingzu no era alguien frío, ciertamente era algo difícil llevarse con él desde lo que le había sucedido hace tiempo, pero aún así no se negó a la interacción y creación de nuevos vínculos.

Consideraba esto porque aún guardaba la esperanza de que en el futuro encontraría a la mujer indicada y que con ella formaría una familia. Que sería un buen padre y un buen esposo, que se preocuparía por ellos y haría lo que fuera porque estuvieran seguros. Su visión siempre fue proyectada hacia el futuro, con cada acción tenía en cuenta las consecuencias más adelante, de esa manera creía que al menos podría prepararse mínimamente contra contingencias.

De pronto recordó una película que había visto hace mucho, la película trataba sobre un ex militar que había ganado muchos enemigos con el pasar del tiempo, había creído que no tenía el derecho de arrebatar la vida de sus enemigos, y por esa razón los entregó a la justicia pensando que así pagarían por sus crímenes.

Posteriormente se olvidó de ellos, y pasando varios años dejó la milicia y formó una familia. Tenía a una dulce esposa, a un pequeño hijo y dos hermosas hijas. Un día mientras regresaba del trabajo se dio cuenta de algo extraño, la puerta no estaba cerrada como de costumbre. Este pequeño detalle hizo que su corazón se apretara, rápidamente entró a la casa, lo único que había encontrado eran 4 cadáveres calcinados y una cámara de grabación en medio de su sala.

Lo que había en esa cámara era un video de tres horas de la tortura de su familia. Su mujer e hijas fueron violadas por varios hombres en repetidas veces, para posteriormente arrancar su piel y cortar lentamente cada uno de sus miembros. En cuanto a su pequeño hijo de solo unos pocos meses de edad... Aquellos hombres fueron despiadados.

Bai Yingzu sabía que eso solo era una película, pero estaba seguro de que no estaba tan alejado de la realidad. La historia de la película era algo totalmente lógico. ¿Qué podía esperar alguien que dejara vivir a sus enemigos? La moraleja de la película era clara, acabar con las amenazas y no darles ninguna oportunidad para que actuaran en contra.

Bai Yingzu había entendido que en este mundo no podía dejar a sus enemigos vagar libremente, por tanto había pensado en dos opciones, una opción por cada tipo de persona en este mundo. En el caso de un mortal común podía dejarlos vivir, pero siempre debía asegurarse de que ninguno pudiera regresar a tomar venganza y volverse una amenaza más grave en el futuro.

En cuanto a los cultivadores, estaba seguro de que a ellos no se les podía dejar vivir. Un psicópata mortal común sería fácilmente tratable usando la primera opción, pero ni de chiste podía hacerse lo mismo con un psicópata cultivador. La razón era que estos veían a los seres más débiles que ellos como existencias insignificantes. Ni siquiera consideraban a las personas débiles como humanos, para ellos eran simples hormigas sin ningún valor.

Bai Yingzu retrajo su intensión de matar y borró de su mente aquellos pensamientos homicidas. Pero aún con enojo dio otra patada al estómago de Zhang Ergou y posteriormente pisó su entrepierna usando la poderosa fuerza de su cultivo. *Crack. Zhang Ergou se puso pálido tras sentir que algo se rompía, un gritó desgarrador lleno de dolor y miseria resonó a los alrededores, incluso las personas que pasaban por ahí no pudieron evitar voltear para ver lo que sucedía.

Después de aplastar su desagradable miembro hizo lo mismo con ambos brazos y piernas, rompiendo los huesos de cada uno. Finalmente pisó fuertemente el pecho de Zhang Ergou y rompió sus costillas. Para los ojos de aquellos que se detuvieron para mirar lo que sucedía esto era una vista cruel, vieron el lamentable estado de Zhang Ergou y sintieron lástima por él.

Sus compañeros que también se encontraban paralizados se pusieron pálidos, con la sangre drenada de sus cuerpos al pensar que también les esperaba ese mismo destino. Con la piel de gallina y sus cueros cabelludos tensos trataron de rogar misericordia, pero era demasiado tarde para ellos.

Una vez que Bai Yingzu había terminado con el castigo del gordo de ojos saltones Zhang Ergou, continuó con los demás siguiendo el mismo proceso. En ese día se vio el nacimiento de 9 eunucos creados de la manera más dolorosa posible. Bai Yingzu se había asegurado de destruir las venas espirituales de cada uno de ellos para que en un futuro no pudieran ser una amenaza.

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