En su caminar miradas curiosas caían sobre Bai Yingzu, haciéndolo sentir un poco incómodo. Y no ayudaba en nada que aquella chica que había salvado estuviera pegada a su brazo con una gran sonrisa, caminando junto a él como si fueran algún tipo de pareja.
Las resonantes voces de estas personas podían llegar claramente a los oídos de Bai Yingzu.
"¡Mira! La pequeña Jixiao ha encontrado a un hombre rico".
"¡¿Qué?! ¡No me lo puedo creer!".
"¿Pero cómo? Ella no es nada atractiva, y mira lo apuesto que es ese joven".
"¡No es justo! Por qué ella puede conseguir a un hombre rico que la saque de aquí y yo sigo en este miserable lugar".
"Ja, ja. Vieja Huang, tú ya tienes cuarenta y tantos años, no puedes compararte a una joven que aún no ha llegado al pináculo de su juventud y por tanto no ha mostrado al máximo su floreciente belleza". El hombre del grupo que había comentado eso rió sintiéndose de buen humor, en cambio la vieja Huang resopló con disgusto e ignoró sus palabras.
Bai Yingzu no hubiera esperado este tipo de resultado, parecía que la joven realmente se alegraba de verlo a pesar de conocerlo por muy poco tiempo y haber convivido una única vez. Se preguntó si de verdad todas las jóvenes eran tan confiadas con los tipos que apenas conocían. Pero pensó que ese no debía ser el caso. ¿Tal vez simplemente estaba tan impresionada de su heroico acto?.
Bai Yingzu se había ofrecido a llevarla a casa, esa era la razón por la que caminaba junto a ella. Aunque no le gustaba la forma en que iban simplemente lo ignoró sin prestarle mucha atención. Ella vivía en los barrios bajos de la ciudad, las ropas que Bai Yingzu vestía eran tan deslumbrantes y atractivas para este tipo de lugar, y eso lo hizo llamar la atención.
También se sorprendió porque parecía que esa joven era conocida por muchas personas, con esto se preguntó si era alguna especie de celebridad entre estas personas, o simplemente lo estaba pensando demasiado. Aquellos que vivían en los barrios pobres tenían que unirse y confiar los unos a otros con el fin de poder vivir el día siguiente, era inevitable que se crearan relaciones amistosas con el tiempo.
"Mi nombre es Bai Yingzu, ¿Cómo debo dirigirme a ti?".
"Yu Jixiao".
"¿Vives sola?".
Ella negó con la cabeza. "Con mis tíos y primos".
"Ya veo. ¿Qué piensas que harán una vez se enteren de lo que aquellos tipos te querían hacer".
"Nada".
Ante esa simple respuesta Bai Yingzu sintió que se le tensaba el corazón, de solo imaginar como se vivió la infancia de esta joven se sentía intranquilo.
Los niños merecían vivir felizmente, en paz y tranquilidad, completamente despreocupados por el mundo. Los problemas futuros y las repentinas adversidades, debían ser dejadas en manos de los adultos.
Esa era su firme creencia, y por esa misma razón en su mundo original siempre estuvo en contra de dar adiestramiento militar a los jóvenes menores de 15 años. Ahora que había transmigrado al mundo de cultivo esa creencia no había cambiado.
Bai Yingzu continuó hablando con ella tratando de conocer un poco más acerca de su vida. Con cada palabra que iba escuchando su ceño se fruncia más y más. Lo peor de todo es que aquella chica no parecía notar lo grave de su situación, tal parecía que para afrontar esas adversidades se había obligado a mirar las cosas desde una perspectiva más positiva, de esa manera continuaría viviendo a pesar de lo miserable que fuera su día a día.
Bai Yingzu había llegado a una resolución, sin importar quien se opusiera llevaría a la joven con él. La tomaría como su asistente y le pagaría lo justo por su trabajo, el techo y la comida ya eran algo que iba incluido. Por el momento no se preocupaba de los gastos que esta decisión tendría, después de todo tenía dinero, podría decirse que en estos momentos era un pequeño magnate que no temía derrochar al gusto de su corazón.
Pronto llegaron a una casa con una fachada medianamente decente en la que se escucharon algunos gritos. Bai Yingzu se concentró para percibir el sonido lo más claro posible.
"¡¿Dónde está esa chiquilla?¡ *Hipo. Hipo. ¡¿Acaso piensa dejarme esperando?!". La voz de un hombre ebrio se escuchó lo suficientemente claro, al parecer estaba molesto por algo.
"¿Cómo quieres que yo sepa? ¡Estás tan ebrio que ni siquiera tú sabes en dónde estás!". Una mujer le contestó de forma furiosa.
"¡Cierra la boca! *Hipo". *Crack. El hombre lanzó la botella que sostenía en su mano hacia la mujer. Debido a que estaba totalmente borracho no pudo acertar su golpe, y con eso la botella se rompió al estrellarse contra la pared. "Maldita mujer, eso te enseñará a no burlarte de mí *Hipo. Hipo". Dijo el hombre al creer que la había golpeado.
"Es tan molesta". El hombre continuó quejándose. "*Hipo. Tal vez debí aceptar la oferta del viejo Shi y venderla por las 15 platas que me ofreció...". De pronto los ojos del hombre se iluminaron con una idea en su mente. "Tal vez aún no es tarde para aceptar su oferta". El hombre golpeó la mesa pareciendo de buen humor. "Eso es lo que haré, si, una vez que ella regrese". Luego volvió a beber de otra botella que tenía a un lado.
Bai Yingzu apretó los dientes con furia, ya había comenzado a creer las palabras que le había dicho aquel joven al que le había permitido marcharse sin ningún castigo. La razón por la que el gordo de ojos saltones Zhang Ergou había tenido esa idea de tomar a Yu Jixiao como su objetivo, se debía a que el primo mayor de ella lo había permitido a cambio de un pago en plata. Eso fue tan indignante, para los ojos de estos familiares codiciosos Yu Jixiao no valía más que unas cuantas monedas de plata.
"Vámonos de aquí". Bai Yingzu tomó de la mano a Yu Jixiao para llevarla con él. Ella pareció entender la acción de Bai Yingzu y lo siguió sin ninguna palabra de inconformidad.
Pero antes de que pudieran alejarse lo suficiente una voz sorprendida habló. "Eh. ¿Jixiao, Qué estas haciendo aquí?". Por ese tono de voz, Bai Yingzu se dio cuenta de que esa persona no se esperaba ver a Yu Jixiao en estos momentos.
Bai Yingzu no necesitaba ser un genio para poder unir los puntos y darse cuenta de quién era esa persona. Este no era otro que el primo mayor de Yu Jixiao. Bai Yingzu resopló con disgusto, ignoró a la persona y continuó caminando junto a Yu Jixiao.
Aquel hombre frunció el ceño al mirar los gestos de Bai Yingzu, se sintió molesto y rápidamente bloqueó el camino de ambos. "¡Alto ahí! ¿A dónde crees que llevas a mi querida prima menor?".
Cuando escuchó esas palabras tan hipócritas, Bai Yingzu le dirigió una mirada fría que fue capaz de paralizar al hombre momentáneamente, poco después retrocedió como un conejo asustado ante la extraña presión que se había sujetado sobre él. Aunque quería decir algo más, su corazón inexplicablemente se llenó de miedo.
"No tientes a tu suerte. Sí aún continúas ileso es simplemente por mi generosidad, de lo contrario terminarías como aquel gordo de ojos saltones". Bai Yingzu había pronunciado sus palabras con un tono inexpresivo, pero para los oídos de aquel hombre fue como si escuchara el retumbar de los cielos en el fin del mundo.
Su rostro se volvió pálido al pensar en una posibilidad. Indudablemente las personas comunes no podrían transmitir extrañas sensaciones a otros con una simple mirada, pero había un grupo de personas capaces de estrujar el pequeño corazón de un hombre común con una sola mirada, ese grupo era los inmortales.
Ya no tenía dudas, aquel joven que se llevaba a su prima era un inmortal. Pero la pregunta surgió en su mente ¿Cómo diablos su prima había conseguido ganar el favor de un inmortal? Además ¿Qué había pasado con el gordo de ojos saltones Zhang Ergou?.
Mientas más lo pensaba más se llenaba de miedo, con su cuerpo temblando se hizo a un lado. "Ruego el perdón del gran señor, este humilde mortal no interrumpirá más su camino". Tendría que estar loco para continuar obstruyendo el camino de aquella poderosa persona. Sin dudar abrió el camino y habló con la máxima humildad posible.
El primo mayor de Yu Jixiao entendió que por las palabras anteriores de Bai Yingzu, era muy seguro que se había enterado del trato que tuvo con el gordo de ojos saltones Zhang Ergou. Ya le estaba dando la oportunidad para salvarse y salir ileso, de continuar deteniendo su camino estaría sin duda tentando a su suerte, tal como le había sido mencionado anteriormente.
Por su parte Bai Yingzu estaba perdiendo la paciencia. Si el primo mayor de Yu Jixiao no se movía, a Bai Yingzu no le importaría ayudar en el nacimiento de un nuevo eunuco, tal como lo había hecho con el grupo del gordo de ojos saltones Zhang Ergou.
Cuando Bai Yingzu continuó su camino junto a Yu Jixiao, el primo mayor se limpió el sudor de su frente.
...
Mientras tanto en la casa de Bai Yingzu alguien llegó de visita... Tras escuchar el llamado detrás de la puerta, Xia Yanyu se apresuró a abrir pensando que su joven maestro había vuelto. Sin embargo, al darse cuenta de que no era él, su rostro de alegría cambió a la decepción en un instante. Aunque la expresión de su rostro fue ocultada casi al instante, ese cambio fue claramente vista por la otra parte.
"Tercer anciano". Xia Yanyu le dio la bienvenida a Bai Lie. "El joven maestro no se encuentra en estos momentos".
Bai Lie negó con la cabeza. "En realidad no he venido para hablar con Yin".
Bai Lie sabía muy bien que Bai Yingzu no se encontraba. Con la ayuda de su sentido espiritual pudo percibir cuando Bai Yingzu se alejaba, y entonces decidió que sería buen momento para explicar la situación a Xia Yanyu de una manera clara, evitando así posibles malentendidos por parte de Bai Yingzu.
Estas palabras tomaron desprevenida a Xia Yanyu quien internamente se preguntaba a qué había venido el anciano.
Normalmente Bai Lie no intervendrían en ninguna situación de la que no se viera involucrado directamente, pero esta vez era diferente, después de todo se trataba de Bai Yingzu. Y por su cariño hacia este último simplemente no podía ignorar las cosas.
Recién se había enterado de las secuelas que el coma prufundo le había ocasionado a Bai Yingzu. Y teniendo total conocimiento de la estrecha relación que Bai Yingzu y Xia Yanyu tuvieron en el pasado, decidió tratar de ayudar y convertirse en un mediador entre ambos quienes parecían ser desconocidos actualmente.
Comparando la relación entre maestro y sirviente que tenían hace tiempo, en la actualidad era evidente que sus vínculos se habían deteriorado significativamente. De continuar con esto Bai Lie no tenía duda de que afectaría negativamente a aquella joven, y que por su parte Bai Yingzu estaría alejando de forma involuntaria a quienes fueron sus seres cercanos.
...
Bai Yingzu y Yu jixiao se dirigieron desde el camino de los barrios marginales hasta la zona central, lugar en donde vivían y se reunían todos los cultivadores del clan Bai.
Cerca de la entrada a la zona central, se encontraban dos jóvenes cuidando para que no ingresaran extraños, de esa manera se evitó que mortales comunes se adentraran en el interior y se metieran en problemas. Más que por seguridad de los miembros cultivadores, en realidad fue para mantener a salvo a estos mortales comunes que se dejaban guiar por la ardiente curiosidad.
Ambos jóvenes eran gemelos, los hermanos Bai Ro y Bai Zin. Al ver a Bai Yingzu lo saludaron como si fuesen viejos conocidos. Este trabajo de guardia era dado a muchos otros jóvenes, este era un trabajo a tiempo parcial para generar un poco más de ingresos, ya sea para apoyar a sus familias o simplemente para conseguir un poco más de recursos para el cultivo.
Pero si tuviera que decir quienes estaban más tiempo en este trabajo, Bai Yingzu respondería sin dudar que serían estos dos hermanos. Estos hermanos estaban aquí la mayoría de las veces, pareciendo casi como trabajadores fijos en este puesto, Bai Yingzu los encontraría 7 de las 10 veces que pasaba por el lugar.
Ya que antes normalmente salía para dar paseos por la mañana, y hasta hace poco entrenaba trotando por todo el territorio del clan Bai. Fue tanto las veces que se veían que pasando el tiempo era inevitable el llegar a volverse conocidos.
Después de presentar a Yu Jixiao y tras hablar amistosamente durante algún tiempo, finalmente se despidieron y siguieron su camino.
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