Bai Yonger calmó su agitación. Borró de su mente el deseo por aquella flor, y respirando profusamente cerró los ojos. Ying Long sonrió al ver las acciones de Bai Yonger, estaba seguro de que si la flor no le perteneciera, Bai Yonger hubiera saltado para arrebatarla. No podía culparlo, de no ser porque esta era la medicina de su hija y nieto, Ying Long podría haberla usado para incrementar su cultivo.
El médico Chenfang inyectó parte de su energía a la flor, lo que hizo que esta se volviera translúcida como si estuviera hecha de cristal, un tipo de cristal tan limpio que atraería las miradas codiciosas en cualquier lugar. Acercándolo a la frente de Bai Yingzu, la flor comenzó a desvanecerse como si se tratara de una piedra espiritual. Los ojos apagados de Bai Yingzu se iluminaron de repente.
Mientras tanto, el espacio mental de Bai Yingzu temblaba de forma inestable. *Grieta. El suelo se partió, haciendo que algunas estructuras cayeran. Bai Yingzu se encontraba sentado debajo del árbol en aquel campo de flores. Sabía que era lo que sucedía en el exterior, podía sentir que su cuerpo se llevaba de energía, al mismo tiempo que tenía la sensación de ser arrastrado fuera del agua.
A su comprensión, esto solo podía significar una cosa. Finalmente sería libre de poder moverse a su propia voluntad, no volvería a se un invalido que requeriría de los cuidados de un externo. No era que tuviera completa hostilidad hacia Xia Yanyu, aún sentía que era algo molesta, pero también se había dado cuenta de que era una buena chica.
Lo que más quería en estos momentos era iniciar con la ejecución de sus planes. Entre estos planes se encontraba el investigar sobre el nuevo mundo, todos los secretos que aún no habían sido revelados. Su pasión como investigador quemó como una gran antorcha.
Mientras que sus pensamientos vagaron hacia el futuro, sus alrededores comenzaron a caer. A excepción del campo de flores, el gran rascacielos y el antiguo santuario, todas las demás estructuras comenzaron a hundirse bajo la tierra. Tan frágiles como el papel, no pudieron soportar los extraños ataques externos provenientes de la flor.
Un destello de luz lo sacó de sus pensamientos. La cristalina flor se encontraba a unos pocos centímetros de distancia, con solo moverse un poco su mano podría alcanzarla. Por un momento dudó, se quedó intrigado ante la belleza de la extraña flor de cristal. A través de su mente un tipo de información fue recibida, podía sentir lo que tenía que hacer, pero no tenía prisa, siguió contemplando la belleza de aquella planta.
"Hermosa flor de cristal cuya vida es tan efímera y limitada, tratas de darme una mano para sacarme de aquí, sin embargo, eso significaría sacrificar tu existencia.
Me pregunto, ¿En verdad valgo tanto para que tal belleza deba perecer por mí?". Un ligero soplido surgió de la flor, y tocó la cara de Bai Yingzu. Entonces pudo sentir la brisa fresca.
Bai Yingzu sonrió." Entonces quedate aquí junto a mis gardenias". Alzó su mano y tomó la flor. Con otro movimiento cavó un hoyo en el que introdujo unos pocos centímetros del tallo. La flor se movió como si estuviera temblando, esto era extraño porque no había viento que soplara sobre ella.
El espacio que caía lentamente a pedazos se mantuvo quieto. Solo el latido de un corazón quedó a la deriva retumbando por cada rincón. *Crujir. El núcleo espiritual de Bai Yingzu generó un extraño ruido, algo así como el sonido de un cristal al hacerse pedazos.
En estos momentos Bai Yingzu sintió que algo jalaba de él. Como si su cuerpo emergiera de las profundidades del océano tras finalmente haber recuperado el aliento en medio de una situación extrema, sintió que su vida volvía. El reloj que se había congelado continuó su avance, aquellas manecillas sonaron como siempre. Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac.
Sintiendo una extraña debilidad, Bai Yingzu abrió los ojos. Está vez sus ojos contenían el brillo de su alma en el punto máximo.
...
El crujido del núcleo espiritual de Bai Yingzu fue audible para todos los presentes en la habitación. Ying Long pareció ser golpeado por un rayo, mientras que Bai Yonger y Bai Lie estuvieron estupefactos.
En pánico Ying Long fue hacia Bai Yingzu. "Viejo Chenfang, ¿Qué ha sucedido?". Preguntó tras sentir la extrema debilidad en la que Bai Yingzu se encontraba.
Han Chenfang no tenía idea de lo que había sucedido, según sus conocimientos nada de esto debía pasar. Tal suceso era algo anormal e inimaginable. Sin perder más tiempo, el médico Chenfang inyectó su energía hacia los puntos vitales de Bai Yingzu. Tras unas horas finalmente pudo dar un suspiro, había logrado estabilizar el estado de Bai Yingzu.
*Suspiro. "Viejo Long, ahora todo está bien". Dijo mostrando una sonrisa.
Ying Long miró a Han Chenfang preguntándose a qué se refería. Mientras que Han Chenfang inyectaba su energía pudo darse cuenta de que los músculos de Bai Yingzu se tensaban por el dolor, cosa que sería imposible de continuar lisiado. Con su amplia experiencia no podía equivocarse al afirmar una recuperación.
Sabiendo que el tratamiento había sido un completo éxito, Han Chenfang le informó de todo a Ying Long. Aunque había logrado devolver la movilidad a Bai Yingzu, esto tuvo consecuencias graves, el cultivo de Bai Yingzu había sido destruido. Aún era visible la energía que se filtraba de su núcleo a través de los poros de su cuerpo.
Si bien esto era lamentable, Ying Long seguía estando feliz. No le importaba que el cultivo de Bai Yingzu fuera destruido, siempre que pudiera volver a la normalidad podía volver a cultivar, y esta vez podría contar con la ayuda de los recursos de cultivo que él le brindaría.
Bai Yingzu se comenzó a mover lentamente por la debilidad, sus ojos fueron abiertos como si dos antorchas brillantes se encendieran. Poco después este brillo se apagó volviendo a una mirada normal. Bai Yingzu se sentó en la cama con la cabeza baja.
Ying Long se acercó con algo de temor, pero con evidente emoción. "Xuan'er, ¿Estas bien?". Llamó con una voz suave, lo más baja posible para no perturbar al recién despertado.
"Xuan'er, ¿Quién es ese?". Murmuró Bai Yingzu en una voz casi inaudible. "...Oh, ahora lo recuerdo... Si... Mi nombre Bai Yingzu fue dado por el clan Bai, y el nombre de Ying Xuan fue dado por mi madre... Algo poco práctico si me lo preguntan, podría generar confusión como en estos momentos". Siguió murmurando sin responder a la pregunta de Ying Long.
Olvidándose de sus alrededores comenzó a moverse, al menos unas pocas partes de su cuerpo. Movió los dedos de sus manos, los dedos de sus pies, entonces giró lentamente la cabeza, levantó los brazos, movió sus piernas, y posteriormente levantó la cabeza. Y entonces su mirada cayó sobre aquellas personas que habían detenido su aliento por ver si todo estaba bien.
"Estoy despierto. Pero estoy algo cansado". Sin decir ninguna otra palabra, Bai Yingzu cayó recostado sobre la cama y se durmió inmediatamente.
En la habitación solo pudo ser escuchado un suspiro, posteriormente se llenó de silencio, tanto así que podía escucharse la caída de un alfiler. "Eso estuvo bien. Ahora no hay de qué preocuparse. Tenemos que ir a la siguiente habitación". Dijo Bai Yonger mientras salía de lugar.
Han Chenfang dio unas palmaditas al hombro de Ying Long, lo que hizo que saliera de su estupor. "Vamos. Tu hija está esperando".
Bai Yonger guió el camino a un nuevo lugar, un poco más alejado del edificio principal en donde se encontraba la habitación de Bai Yingzu. Dando los primeros pasos en el lugar, pudo sentirse la rica energía que había en el ambiente. Caminaron por un profundo pasillo, hasta llegar a un tramo sin salida. Bai Yonger se acercó a una esquina y movió algunos bloques de la pared. El sonido de mecanismos en movimiento se escucharon en el silencioso lugar, nadie parecía sorprendido por esto.
La puerta a una habitación oculta fue abierta, todos entraron después de Bai Yonger. Allí pudieron ver una especie de altar, en donde se encontraba una mujer sobre una gran mesa de piedra en la que se había colocado suaves telas que harían más agradable la sensación del cuerpo al ser acostado sobre ella.
Esta mujer poseía un tipo de belleza indescriptible, cualquier otra mujer que hubiese dicho poseer gran belleza se sentiría avergonzada, esta sería una dura bofetada que regresaría a la realidad a cualquier persona, para que así mirara la insignificancia de uno mismo.
El médico Chenfang aplicó los mismos métodos que había usado con Bai Yingzu. Llevando varias horas, todos dieron un suspiro de resignación. Ying Long parecía haber sido afectado gravemente. Aquella mujer recostada sobre el altar se había levantado, pero sus ojos lucían apagados, estaban faltos de toda alma. Ni siquiera usando una segunda flor había podido recuperarse.
Este era el mismo estado en el que se había encontrado Bai Yingzu con la única diferencia que la mujer sí podía moverse.
"Mayor Ying, no pierda la esperanza. Este es el mismo estado en el que Ying se encontraba, muchos dijeron que jamás despertaría o que nunca volvería a la normalidad. Pero rompiendo toda expectativa él pudo regresar de donde quiera que estuviera". Bai Lie habló con una voz llena de seguridad, parecía no dudar en lo que estaba diciendo. Sus palabras fueron claras y concisas, llegando al punto exacto en la confianza de Ying Long.
Los ojos de Ying Long se encendieron como flamas y recuperó la confianza. "Bien. Nos iremos de regreso al clan Ying. Ahora que Lingxi ha recuperado su estabilidad podemos buscar un mejor tratamiento con todos los demás médicos disponibles del clan".
Tomó a la mujer en sus brazos y caminó hacia la salida. Ninguno de los que quedaron dijeron algo, con pasos firmes siguieron detrás. Bai Lie se acercó a Ying Long. "Mayor Ying, ¿Eso significa que también se llevará a Ying?".
Ying Long negó con la cabeza. "No. Con Lingxi la situación es fácilmente manejable, pero en el caso de Xuan'er es un poco más complicado. Lo dejaré nuevamente a tu cuidado".
Bai Lie agradeció a Ying Long. "Cuidaré muy bien de él. Comenzaré a entrenarlo una vez que esté despierto".
"Tómalo con calma". Ying Long se levantó flotando del suelo.
Uno de los sirvientes del clan Bai se acercó al gran anciano. Este lo vio y preguntó. "¿Ya has terminado de reparar la barrera?".
El sirviente negó con la cabeza. "Mi señor, la barrera está intacta. Solo fue deshabilitada temporalmente".
"Ja. ¿En verdad creíste que destruí tu barrera?. Quién crees que soy, no soy un bárbaro sin modales". Ying Long se burló.
Bai Yonger sonrió ante las palabras de Ying Long. "Por supuesto que el gran anciano Ying Long no es un bárbaro sin modales. Jamás se atrevería a presentarse en un festejo sin pronunciarse para posteriormente amenazar a todos los invitados, no, claro que no". Las palabras sarcásticas de Bai Yonger hicieron esbozar una gran sonrisa al médico Chenfang.
*Tos. "Déjalo ya. Vendré una próxima vez, pero ese día será para llevarme a mi nieto. Así que no tengo que recordarles que lo cuiden muy bien, no quisiera tener que borrar al clan Bai del sur inferior". Sus últimas palabras fueron hechas con una voz ligeramente amenazante.
Hizo que los sirvientes cercanos sintieran escalofríos en sus espaldas. Bai Yonger no pareció afectado, aún sonriendo dijo. "Mi clan Bai cuidará muy bien de cada uno de sus miembros". Estas palabras fueron incisivas queriendo dar a entender que Bai Yingzu no solo pertenecía al clan Ying, sino también al clan Bai. Y que este último lo reconocía como tal, a diferencia del clan Ying que hacía como si Bai Yingzu no existiera.
Fue una ligera burla para pagar por las amenazas, el gran anciano no tenía miedo de enfurecer a Ying Long. Ying Long no se molestó, se quedó en silencio debido a que reconocía su propia derrota. Todo lo que había dicho Bai Yonger era verdad, el clan Ying se negaba a reconocer la existencia de Bai Yingzu.
Ying Long llegó a la espalda del albatros. Sin perder más tiempo el anciano menor guió al ave para salir del territorio. En un poderoso aleteo que creó ráfagas de viento, el ave salió disparada a gran velocidad.
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