Luka Kozlov
- Dóbraye útra.
- Dóbraye útra synok, deseas algo de la cafetería.
- No, estoy bien así mamá, no sabía que saldrías.
- Ya llevamos unos días aquí, debo convivir con las personas, además en dos días inicio a trabajar y tu debes ir a la escuela, quieres acompañarme y así hablamos un poco.
- ¡Si! Esta bien, solo subo por mi sudadera.
- Espero en la entrada.
Subo rápidamente a la planta superior de la casa y entro a mi cuarto, lo primero que logró ver es mi sudadera favorita color negro en la cama, me apresuro a ponérmela y al momento de salir de mi cuarto me veo rápidamente en el espejo, todo mi cabello esta desarreglado, ya no hay tiempo para hacer algo con el.
- Y ese cabello tan desarreglado hijo.
- No había tiempo, así deberé de ir.
Empezamos a caminar en dirección a la cafetería, ninguno de los dos decimos nada, solo observamos el buen día que hay, un clima fresco y no muy soleado, mi mamá empieza a saludar a las personas que nos encontramos en el caminó, ella se mostraba muy feliz y eso me hacia sentir bien.
- Ya no me acordaba de tu sonrisa.
- Enserio. En son de burla lo había dicho.
- Si.
- Eso es porque estoy caminando a la par de mi hijo en un buen día como este.
- Tienes razón, hoy en un buen día.
- Hijo, cuéntame, que te parece este lugar.
- Es muy hermoso.
- ¡Verdad que si! Por esa razón habíamos dicho con tu padre que un día nos gustaría vivir aquí.
- ¿Cómo así? Mi padre y tu ya habían venido a este lugar.
- Si, fue hace diecisiete años, en ese tiempo eras un bebé muy llorón, solo tenías un año y debía cuidarte muy bien, no como ahora que lo haces por tu propia cuenta.
- No sabía esa historia madre.
- Decidimos nunca decírtelo.
- Mmm... No entiendo a que te refieres.
- Ese día hicimos una promesa, que el día que uno de los dos faltará, debía venir a vivir aquí contigo, este es un buen lugar.
Esto era confuso, mi mamá se mostraba feliz a simple vista, pero claramente no lo estaba, además se notaba que me ocultaba algo y el ambiente empezaba a cambiar.
- Has ido a otro lugar como este. Decidí seguir con el tema anterior para que ella no pensará mucho de lo sucedido, hoy era un día en familia y no quería que empezará mal.
- Si e ido a otros lugares, siempre estábamos viajando cuando teníamos días libres.
- Y como eran esos lugares.
- Una vez fuimos a París y otra a Roma, esos dos viajes fueron los que más me gustaron.
- Jajaja se escucha interesante.
- ¡Si! Eran buenos tiempos con tu papá.
Se mostraba con una sonrisa y con tranquilidad al decirlo, ya estaba sonriendo otra vez.
- ¿Esa es la cafetería donde has venido hijo?
- Si mamá, esa es la cafetería.
Entramos y ordenamos nuestro pedido; hay que esperar un momento, veo en una de las mesas del local a Chloe con una mirada en el piso, sin pensarlo mucho me levanto y me dirijo a ella.
- Buenos días Chloe.
- Ah... Hola Luka.
Al levantar su rostro, se observaba con mucho detalle todos los moretones que le proporcionó su padre, no tenía el típico maquillaje que se los cubría, me había quedado sin palabras al ver su bello rostro en tan mal estado, su cabello todo desarreglado y unas grandes ojeras.
- ¿Qué haces aquí?
- Mmm... Venía a ver una amiga, pero al parecer ella no a trabajado ningún día de la semana.
- No entiendo mucho - No sabia que ella tenia una amiga, ya que siempre anda sola - ¿Y crees que venga hoy?
- Supongo que no lo hará, a de estar resolviendo sus problemas.
- ¿Cómo se llama?
- Sofía.
Mi mamá me llama para irnos y Chloe se da cuenta que no ando solo.
- ¿Quien es ella?
- Es mi mamá, habíamos decidido tener un día en famil... Recuerdo que ella casi no los tiene, y cuando están juntos siempre hay problemas o termina golpeada como anda hoy.
- Entiendo, ve con ella. Con una sonrisa que ocultaba mucho dolor logró decir esas palabras.
- Te gustaría pasar el día con nosotros.
- Ey no, tu mamá se enojara.
- Jajaja ella diría que tengo mucha suerte de que me hayas aceptado la invitación, vamos.
- Esta bien, paso a pagar mi bebida y nos vamos, pero no será mucho tiempo que estaré con ustedes.
Nos dirigimos en donde esta mi mamá y veo su intención de quererle preguntar que le a pasado, con un gestó le doy a entender que no debe preguntar eso.
- Tu debes de ser Chloe, la chica de la cual no deja de hablar mi hijo. Con una sonrisa y con mucha amabilidad mi mamá abraza a Chloe.
- Mamá, no digas eso.
Chloe me tira una mirada fulminante y no aguanto mi risa.
- ¿Cómo que siempre hablas de mi, Ah?
- Le dije a mi mamá que había una chica muy hermosa en el pueblo y tuve la oportunidad de hablar con ella.
Al instante sus mejillas cambiaron de color a un rosado claro, se veía hermosa y no pude evitar reírme al ver su reacción, a simple vista parecía una persona fría pero es todo lo contrario. Camino a casa mi mamá le empieza a hablar, ella era buena en eso, además que conocía la situación de Chloe, empezó asiendo preguntas que no la incomodaran y solo fue cuestión de tiempo para que ella le tomará confianza y apareciera esa sonrisa tan gentil y llena de sentimientos que muy pocas veces mostraba.
- Luka, muéstrale la casa, yo estaré ocupada en la cocina.
- Si - Chloe, sígueme.
- A donde vamos.
- Te mostraré mi mejor recuerdo.
- Mmm...
- ¡Ven apresúrate! - La tome de la mano con mucha delicadeza y le sonreí, dándole a entender que no pasaría nada malo.
- Esta bien.
- Este era el grupo al que pertenecía en Rusia.
- ¿Hockey sobre hielo?
- ¡Si!
- Pero por qué me lo muestras.
- Fue el último partido en el que participé.
- ¿Te lesionaste?
- No, solo que fue el último partido al que fue mi papá.
- Oh... Lo lamentó mucho.
El ambiente cambio de un instante a otro, necesitaba ayuda en esta situación, gritaba desde el fondo de mi, que alguien apareciera y nos sacara de este momento tan callado e incómodo.
- ¡Chicos! ¡Acérquense a la cocina, el desayuno ya esta listo!
Nos encamino a la cocina y vemos que la mesa ya esta servida, sin más que decir, nos lavamos las manos y nos sentamos en nuestros lugares y mi madre empieza a dar las gracias. Luego de un rato de estar comiendo noto que mi madre tiene esa típica cara de Póker que utiliza cuando quiere saber algo.
- ¿Te ha gustado Chloe?
- ¡Si, están deliciosos los panqueques! ¡Nunca había probado unos iguales!
Mi madre no pudo contener la alegría de saber que había hecho feliz a alguien con un platillo, que no dudo en decir una palabra extraña de las que siempre utiliza que tienen un significa bonito como la siguiente.
- Estaba cocinando con meraki.
- ¡¿Meraki?!
- Si -Le dijo ella con una gran sonrisa al ver que Chloe no sabía el significado de esa palabra y claro, no me quedo atrás, yo tampoco sabía el significado pero no iba a poner cara de que no se, capaz me envía a aprenderme todas las palabras elegantes, griegas y latinas que existan y vayan a existir, bueno, no tan exagerado pero si haría que me aprenda unas quinientas palabras.
- Significa que los panqueques los hice con mucha alma, pasión y amor.
- Una palabra tan extraña significa algo tan bonito señora.
- Así es Chloe.
- Se nota que sabe mucho y que es una muy buena madre.
- Intento serlo siempre.
- Usted se parece mucho a mi madre, claro, mas refinada, mas elegante pero, la misma amabilidad, cariño y simpatía por los demás.
- Enserio, me gustaría conocer a tu madre algún día -Le dijo mi mamá a Chloe.
- ¡Enserio, eso estaría genial! Ella siempre a querido una amiga.
Mi madre le mostró una gran sonrisa de oreja a oreja, que con su esplendor ilumino el lugar y claro, ahí estaba Chloe con su linda sonrisa que no tenía explicación. Y ese fue el inició de un lindo día, que aunque no fuera mucho lo que hacíamos, ella no dejo de reír por lo que quedaba de día.
- Chloe, que juego quieres jugar.
- Siempre e querido jugar monopolis.
- ¡¿Monopolis?! Dijo mi madre al instante.
- ¡Si!
- Creó que ese sueño hoy se te cumplirá, ya que tenemos uno en casa.
- ¡¿Enserio?! Dijo Chloe como una niña pequeña cuando le dan su dulce favorito.
Jugamos hasta que ninguno de los tres quiso seguir, bueno, Chloe quería seguir, pero teníamos un rompecabezas de cinco mil piezas por hacer y una tarta de diferentes sabores, el tiempo paso volando que no nos dimos cuenta que la noche ya había llegado.
- Señora Kozlov, ya debo irme, muchas gracias por todo - Y en un murmullo se le logró escuchar __ Hace tiempos que no reía como hoy.
- Si, esta bien Chloe, espero volver a verte pronto, siempre serás bienvenida.
- ¡Si!
- Madre, ya vuelvo, acompañare a Chloe hasta su casa.
- Vayan con cuidado.
- Luka...
- ¿Sí?
- Gracias.
No quise decir nada más, me puse al frente y sin dar razones la abracé, un sentimiento de dolor nos invadió, mi sudadera se sentía húmeda por el llanto de ella.
- Has sido muy fuerte todo este tiempo Chloe.
Nota del autor:
En este capítulo quería que Chloe tuviera un lindo día por lo menos, esa chica a pasado por mucho y se lo merecía.
Próximo capítulo: El pasado de Chloe