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Chapter 7 - Capítulo 2: Un paso a la vez

A partir de ese día, han pasado 2 semanas desde que decidí que sería un Ripper.

Los únicos que sabían de esto son mi abuelo y yo.

Me dijo que me concentrara en recuperarme. Después le contaríamos a todos de mi decisión.

Voy a tener su apoyo en esto, pero, bajo la condición de que diga la "verdad" de lo que paso ese día.

…No podría estar más nervioso.

Pero si quería dejar de culparme por ello, tenía que hacerlo.

Y finalmente hoy…

-Entonces. ¿Para qué fuimos reunidos?

Si, hoy era el día. Reunimos a mi mamá y mis hermanas. Estábamos sentados en la mesa del comedor.

Mi hermana, Rena, inicio la conversación preguntando por qué estamos aquí.

Sentada frente a mi abuelo y a mí, que estamos al otro lado de la mesa. A su lado está mi madre, su cara de nota, seriedad y sospecha, como si supiera que algo malo ocurría.

¿Será esa la intuición que solo una madre tiene?

No ha dejado de verme desde que nos sentamos. Y al extremo de la mesa a mi derecha esta Risa.

No está leyendo ningún libro como siempre frecuenta hacer. Y tampoco no me ha dejado de ver ni una vez…

¿Podrían dejar de hacerlo? Ya tengo suficiente presión aquí.

-Perdón, pero si posponemos más esto, podría ser perjudicial más adelante.

Mi abuelo comenzó a hablarles a todos, el ambiente se volvió un poco serio de inmediato. Lo que hizo que sus expresiones se volvieran algo curiosas. Mi mamá respondió.

-¿A qué te refieres?

-… Antes de llegar a eso, Ry. Tienes algo que decirles, ¿no?

Mi abuelo me dio el pase para hablar de inmediato.

Las miradas de todas se posaron en mí. Haciéndome sudar y tomar unas bocanadas de aire. Antes de contarles lo que paso, primero que todo, hay que aclarar algo.

-¡Lo siento!

-¡¿….!?

Levantando un poco mi voz, me disculpé con todos.

Todos, a excepción de mi abuelo, parecían no entender por qué me disculpaba. Pero, mi mamá, casi de inmediato recobro la serenidad.

-¿Por qué te disculpas?

-…

…Esta podría ser la primera vez que veía esa expresión por parte de ella.

Tanto su voz y cara eran fríos y serios, daban un poco miedo.

Me recuerdan un poco a la de mi abuelo. Se nota que son padre e hija.

Mis hermanas también estaban atentas, pero se podía ver que estaban un poco confusas por lo que ocurría. Pero a diferencias de ellas. La única que ejercía presión en la conversación. Es mi mamá.

Sabía que no podría escapar o mentir. Tenía que empezar a hablar.

-… Primero, quiero disculparme con todos ustedes. A pesar de que se han preocupado tanto por mí en estos días, yo solo… no sabía cómo responderles. No fue hasta que todo se salió de control, y le ocurrieron cosas malas a personas que nunca quería que salieran dañadas.

-¿¡…!?

Mientras me disculpaba, todas comenzaron tener expresiones complicadas. En especial Risa, su cara estaba un poco roja y estaba mirando a la mesa, como si ya no supiera qué decir. En cambio, Rena…

-Ry, ese problema ya se resolvió. Esos mocosos ya tuvieron su merecido. Salvaste a Risa cuando la estaban molestando, no tienes por qué disculparte por eso. Si esos eran lo que te molestaban en un principio, ya deberías de ir a la escuela con normalidad, ¿verdad?

-…

Mi hermana empezó a decir los hechos. Es cierto que ese problema ya se resolvió. Pero eso no era lo que me molestaba.

-Lo siento… pero eso, no es del todo cierto.

-¡¿Qué…?!

Las preocupaciones solo comenzaron a aumentar. Tanto Rena y Risa reaccionaron a lo que dije, incluso mi madre tuvo un cambio en su humor de repente, a uno de intriga.

-… Yo… Ah…

Las palabras no salían…

Estaba apenado, asustado. Las últimas personas en el mundo que no quería decepcionar, están sentadas en esta mesa observándome.

-¡¿….?!

Como si hubiera notado que tenía problemas, mi abuelo, de una forma casual y gentil. Coloco su mano en mi hombro, lo que me sorprendió por un segundo.

-Adelante.

-…

Mi abuelo únicamente dijo esa palabra en un tono que parecía estar dándome ánimos. Una tranquilidad comenzó a invadir mi cuerpo, poco a poco empecé a calmarme.

Con el simple gesto de este hombre, me di cuenta de que no estoy solo. Nunca lo he estado. Si quería seguir adelante. Debo dejar este peso en mi interior.

-Yo… voy a contarles lo que en verdad ocurrió ese día. Lo que ha estado pasando antes de eso. Y el por qué… no puedo perdonarme por mi error.

Sacando todo el coraje que podía tener.

Les conté la razón de mis heridas y de la estupidez que cometí.

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-….

-….

Todo estaba en silencio. El ambiente de la sala quedo atrapada en una ligera calma.

Mis hermanas estaban inquietas, no sabían cómo procesar la información.

No me salte ni omití ninguna cosa.

Dije todo lo que alguna vez fue como un peso que carcomía todo mi ser.

Sin mentiras.

Sin excusas.

Solo la verdad fue revelada.

Mis hermanas parecían no saber qué decir. En especial Risa, su mirada estaba puesta abajo y le caían unas lágrimas de los ojos.

…¿Me pregunto en qué estará pensando? No la culparía si comenzara a odiarme desde ahora.

Cuando estaba a punto de decirle unas cosas.

-Ry.

-¿Uh?

Me sorprendí por un segundo. La voz de mi madre rompió el silencio y se dirigió a hablarme.

-Perdóname, Ry.

-… ¿Qué? ¿Por qué…?

-No sabía que sufrías de esa manera. Tampoco sabía que ejercíamos tanta presión en ti, hasta el punto de soportarlo todo por ti mismo.

Mi mamá comenzó a disculparse por alguna razón.

No… Yo soy el que debe disculparse. No tú.

-¡Te equivocas! ¡Yo soy el que estuvo mal! ¡Yo soy el que no dijo nada! Por favor… No te disculpes.

-Pero aun así.

-¿….?

-Permití que esas cosas te pasaran, deje que cargaras con ese dolor por años. Y en esa forma, te falle como madre. Perdón.

-…

Ya no podía soportarlo.

Lo único que no quería escuchar, se hizo presente sin avisar. Teniendo un cúmulo de emociones, no pude evitar derramar unas lágrimas. Me sentía mal.

-Sin embargo…

-¡…!

-Quiero que me prometas, que cualquier cosa, no importa que. Incomodidad, dudas, problemas. No te lo guardes. Nos lo hagas saber, ya sea a mí, tu abuelo o tus hermanas. Cuéntanoslo. Somos tu familia, no estás solo. Y sin importar lo que ocurra. Nosotros, en especial yo. Te amamos.

-…

… Este sentimiento, era cálido. Refrescante y gentil.

Era como si fuera bañado por la luz del sol.

Me pregunto… ¿Cuándo fue la última vez vi esa sonrisa?

La respuesta a esta frustración y pena… siempre estuvo más cerca de lo que pensaba.

Podría mirar esta imagen toda mi vida y no estaría mal.

A pesar de que no dejaba de llorar. Estaba bien.

Ya no hacía falta dudar más.

-Mamá.

-¿Uh?

-Quiero ser un Ripper.