El frio de ese país era brutal, como en Siberia pero específicamente el pueblo "Oymiakon" (Aproximadamente -71,2 c° ) todo mundo, o más bien, todo habitante de cualquier edad y complexión, tenía que tener precauciones máximas.
No había leña para calentar cosas, se tenía la indispensable magia, o comprar algunas runas mágicas, para la supervivencia, pero igual la hacían de encendedores, vivían en cuevas cerca la montaña o algunas cabañas hechas de piedra caliza reforzada con un líquido especial secreto creado por ellos, el castillo del reino reflejaba apenas la luz tenue entre las nubes grises en la cima de la montaña, algunos carámbanos colgaban de los bordes de las torres que le custodiaban, soldados con abrigos que los hacia ver fuertes, daban rondas alrededor y con solo despegar los pies del suelo podía escucharse el romper del hielo que empezaba a crecer en sus botas por la humedad.
Había algunos días soleados, pero solo duraban algunas horas, que era aprovechadas para recargar las runas de la gente. O ponerse cual lagartija al sol donde los cristales del castillo pasaban.
Los gruesos abrigos venían de animales que ellos mismo criaban y que únicamente nacían en ese país, cabras de 5 patas con 3 ojos, su lana tenia igual algunas desventajas, como el que no tenía que tocar nada húmedo por largos ratos, ya que esta se disolvía poco a poco como algodón de azúcar, entre las casas no había calle alguna marcada, y nadie salía para nada que no fuese indispensable, cualquier líquido que estuviese al aire se congelaría enseguida aunque sea solo un estornudo, solo por un mes entero la temperatura baja lo suficiente para salir y no congelarse tanto, eso lo aprovechaban para ir a lugares lejanos por comida y otras cosas.
Pero dejando al pueblo nos centraremos en la sala del trono del castillo, los pilares de hielo tenían dibujos y letras retorcidas, las paredes con imágenes y figuras que sobresalían como si estuvieran presionadas a la fuerza, el piso cristalino reflectante de la imagen gran cúpula en el techo adornada con estrellas hechas de cristal transparente, estás tenían runas de calor en su centro y cada hora soleada algunos cristales reflejaban la luz para recargar aquellas runas, cualquiera que quedara atrapado en el frio tenía permiso de entrar y calentarse lo suficiente para salir, el único modo de mirar afuera estaba en una gran vitrina a detrás del trono del Rey con la imagen de un dragón plateado europeo con una corona entre los cuernos, color azul celeste, todo era algo templado de temperatura, salvo la ira de alguien que hacia calentar un poco el ambiente alrededor de él, ya que estaba caminando por el área del trono mientras otro sujeto importante le acompañaba.
—Déjame ver si entiendo... algunos soldados han ido a esa academia, ¿y no han regresado? — dijo el rey del lugar vestido con una majestuosa corona de cristal, la capa con algunos diamantes y una ropa de nobleza color blanco con algo de celeste en algunas partes teniendo cerca el corazón la marca de la bandera del reino
—Así es... según parece y nos informan por nuestro canal de comunicación... ellos están entrenando con alguien ahí, junto con los demás alumnos
A quien se dirigía era su consejero, alguien con un gran gorro ruso (un Ushanka)
— ¿Eso quiere decir que nuestros instructores son malos?, ¿y quién se supone que los está entrenando?
—El profesor que no hace mucho llego
El rey casi estaba por estallar en enojo pero se contuvo, aquel castillo no se salvaba de las estalactitas en el techo, por mucho calor que hubiese a nivel del suelo
»Pero alégrese, no es el único, según dice, hay más soldados de los demás países ahí mismo-
— ¿Esto tiene que ver con eso de ese raro festival que propuso ese mismo profesor? — pregunto al pensar en lo obvio
—Sí, ellos estaban disgustados, así que fueron, pero parece ser que les gusto estar ahí después de comprobar un poco la fuerza de aquel sujeto, hasta el más importante dijo "Me esforzare por traerlo al reino como sea"
El rey suspiro ya calmando su ira dio la vuelta para ir a su trono
—La aceptaremos
— ¿Eh?, ¿disculpe su majestad? ¿Lo hará?
—Aceptaremos esa propuesta, si esos soldados no regresan, significa que ese sujeto es muy bueno en su trabajo, y mejor cuando hasta el capitán lo dice, además, podría ser bueno tomar un descanso de vez en cuando, llevaremos a algunas gentes y veremos cómo es lo que planea, eso sí, sin bajar la guardia claro esta
—Si, como usted ordene
El consejero se fue, pero se sentía inseguro, paso por la entrada y sintió una presencia a un lado.
—Oí a mi padre decir algo, ¿que fue? —pregunto un sujeto apoyándose en la pared, tenía una espada blanca de mango azul, un resplandor en el filo de la espada era color rojo, no tenía armadura, vestía normal, cabello blanco corto, una mirada traviesa pero igual peligrosa lista para cualquier cosa.
—Habrá un festival, algo así como un concurso para saber quién es el más fuerte-
—Ho~, ¿y cuál es el premio?—pregunto el príncipe
—Alguien
— Genial... espera ¿Alguien?, ¿acaso es una princesa?, ¿un dragón?...
—Un profesor
Al escuchar eso el príncipe se echó a reír las estalactitas se movieron un poco, y lo hizo hasta detenerse, el consejero siguió caminando y el príncipe lo alcanzo y lo toco del hombro derecho calmando su respiración.
— ¡Debes estar bromeando!, ¿cómo es que mi padre accedió a eso? —dijo el príncipe al seguirlo
—3 de los soldados que se fueron a tratar de pelear con él, eran tus generales, no han vuelto y mejor llegaron recomendaciones que trajéramos a ese sujeto ¿no crees que eso es razón suficiente?
Eso lo detuvo un poco en su caminar.
— ¿En serio?, con razón no los veo últimamente, bien, entrare a eso, no sé qué o quien sea, quiero intentar pelear con el-
"Mientras tanto"
— ¡CORRAN GALLINAS CORRAN! — gritó Azrael pasando entre arboles
Todo mundo, (incluido los soldados de los demás países) estaban bajando una ladera casi inclinada, siendo perseguidos por una jauría de pumas color verde, aquel día había empezado como uno tranquilo, habían decidido tener un día de campo sin trampas ni nada, todos acomodaron la comida, los grandes manteles y unas cuantas bebidas en barriles de madera, pero otros seguían practicando... solo digamos que un tiro fallido de flecha había dado en un puma que pasaba, estos en particular tenían un chillido tan agudo cuando se sentían en peligro, dependiendo el dolor o la situación, si era menor se escuchaba casi como un gato doméstico, pero el tiro había matado a su pareja llamando a todo su clan, todo tuvo que desaparecer y solo habían pasado 4 horas desde que empezaron, algunos rodaban entre la maleza y se levantaban casi enseguida, otros seguían rodando sin detenerse, solo algunos como Carmilla los podía evadir con los arboles con sus habilidades y agilidad
— ¡Y digan que no fue mi culpa! —grito Azrael entre la multitud mientras saltaba esquivando a los que se caían frente a él
— ¡Cállate y corre o haz algo! —grito Marcus mientras tiraba las malezas
— ¡Ustedes háganlo, no siempre seré yo el que este con ustedes! —Recrimino Azrael—, ¡nos vemos en la entrada!
Se fue entre las lianas mientras movía las manos y doblaba las ramas y maleza, para volverla acomodar al pasar entre ellas.
— ¡Si llegamos definitivamente nos las pagaras! —grito Marcus furioso y deteniéndose
Decidió hacerles frente a las bestias.
— ¡Solo déjalos aturdidas no las mates! —grito Erickson igual deteniéndose
— ¡Eso díselo a ellos!
— ¿Esto es su pan de cada día? —pregunto uno casi sintiendo las garras del puma detrás de él
— ¡Este solo es un día tranquilo! —grito Irona lanzando magia par aturdir al animal y prepararse
—Los veré en la cima de este árbol—dijo Carmilla acomodándose
«Definitivamente lo hizo a propósito» pensaron algunos
Jezabel regreso solo a la entrada pero sintió algo, era leve, pero realmente era algo malo, ya que miro a los guardias desmayados y algo heridos.
—Tú debes ser el que llaman profesor—dijo una voz en los alrededores
Azrael se miró a sí mismo al mover la cabeza y revisarse el cuerpo.
— ¿Lo soy?, si, ¿y que buscas aquí?
—Nada importante, solo vengo a ver si no eres un problema
Azrael miro a un lado, la explosión fue tremenda que hasta llego a la colina donde estaban los demás, el sonido incluso asusto a los pumas que salieron corriendo, los demás se quedaron mirando por donde venía la explosión y miraron humo.
—Ok, esto es malo— dijo Carmilla al mirar eso—, ¡todos!, ¡quédense aquí!
Pero antes de avanzar fue golpeada por algo que la derribo al suelo.
— ¡Señorita Carmilla! — gritaron algunos por lo repentino que le había pasado.
Ella cayó unos metros lejos de los demás dando giros y chocando con un gran árbol.
— ¡Tú no interferirás en esto Himikake! —grito una mujer frente a ella
Carmilla se levantó algo mal herida.
—Sabia, no estaba mal, sabía que los Himikakes estaban perdidos, pero nunca pensé que estuvieran tan lejos de su clan
—No me gusta cuando hacen eso, aunque debería cortésmente preguntar ¿quién putas eres?—Preguntó Carmilla
—Eso no importara, solo quiero matarte
—De acuerdo, si así lo quieres... Diviértete