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Chapter 8 - 8

Después de escucharlo empecé a preguntarme como es que el conocía esa información… una vez que llegamos a su casa lo ayudé a bajar del coche y minutos después un hombre anciano nos abrió la puerta, quien al darse cuenta de lo ebrio que estaba Nicolas, dijo:

- ¡Oh, Nicolas, ¿Por qué has bebido tanto? Señorita muchas gracias por traerlo a casa.

En respuesta sonreí con amabilidad y dejé a Nicolas con él.

Pensé en irme caminando a casa, pero la zona residencial era demasiado grande y me llevaría bastante tiempo llegar a casa, así que opte por coger prestado el coche de Nicolas y conducirlo hasta mi casa. Cuando llegue ya era medianoche y como ese mismo día tenía que levantarme muy temprano para coger mi vuelo, decidí aparcar el coche frente a la casa; lo siguiente que haría seria prepararme para ir a la cama, pero cuando llegue, Álvaro estaba de pie frente a la puerta y tenía un cigarrillo en los dedos, al verlo fruncí el ceño y empecé a preguntarme que estaba haciendo, fumando fuera de casa a esta hora.

Álvaro me miro, apago el cigarrillo y pregunto:

- ¿Dónde estabas?

-Cene con un amigo -conteste, al tiempo que pasaba por su lado y entraba en casa.

De repente el me tomo de la mano y me llevo hasta sus brazos, pero el fuerte olor a tabaco que desprendía me causo una gran molestia al respirar.

- ¡Álvaro!

- ¿Con quién cenaste? ¿Has bebido a pesar de estar embarazada?

Era probable que oliera a alcohol debido a Nicolas; me sentía algo incomoda entre sus brazos así que lo empuje para apartarlo.

- ¡Claro que no!

Todo lo que quería era llegar a mi cama y dormir, pero Álvaro se rehusaba a dejarme ir, me acerco al Maybach y dijo:

-Este coche es de edición limitada, ¿acaso has encontrado a tu próximo objetivo, Samara?

Lo aparte de mí; el solo me miraba confundido, lo que hizo que me enfureciera más.

-Álvaro sé que tienes la mente muy cerrada pero aun así te pediré de favor que no me juzgues por eso, yo no soy tu y tampoco tengo a un montón de hombres de respaldo esperándome. -Dicho eso, me di la vuelta y me encamine a mi habitación, después de cerrar la puerta con llave me lave y acosté; me quede dormida enseguida.

- ¿Qué pasa? -dijo una voz ronca a mi lado.

Confundida me gire para ver a Álvaro, quien estaba durmiendo otra vez y tenía uno de sus brazos en mi cintura. ¿Cómo es que…? ¡Cerré la puerta ayer! Ah… seguro después de que tuvo que abrir la puerta con una patada, decidió tener una llave de repuesto.

Entonces le aparté rápidamente la mano para coger mi teléfono y me di cuenta de que estaba apagado, lo que seguramente era producto de que le había molestado el ruido y lo apago; después de encenderlo otra vez entro una llamada y conteste.

- ¿Hola?

-Señorita Arias, nuestro vuelo sale a las cinco, ¿no debería estar lista para venir al aeropuerto?

Al escuchar la voz de Nicolas fruncí el ceño al tiempo que preguntaba:

- ¿Vendrás conmigo al viaje? -Estela ya me había dicho que Créditos Herrera enviaría a un representante, pero jamás menciono quien seria.

-Si, prepárate rápido y ven a por mí, te recuerdo que ayer te llevaste mi coche.

Miré al reloj y me di cuenta de que ya eran las cuatro, en ese momento empecé a admirar el grado de profesionalismo de Nicolas, pues se había levantado temprano a pesar de haber bebido bastante la noche anterior. Después de cogí mi equipaje y Sali.

Una vez que llegué a la casa de Nicolas, lo encontré bostezando y con el pelo totalmente desordenado, se notaba que acababa de despertar.

-Yo conduzco -dijo.

Sin embargo, de ninguna manera lo dejaría hacerlo.

- ¡No, yo conduciré!

Dado que el área residencial estaba cerca de aeropuerto el tráfico era muy fluido y llegamos en poco menos de treinta minutos. Para nuestra buena suerte la fila para documentar el equipaje no era larga y rápido conseguimos nuestros pases de abordar, así que subimos al avión a tiempo. En cuanto abordamos, Nicolas cogió una manta y se volvió a dormir, como el vuelo de Ciudad J a Ciudad A duraba tres horas, yo también pude dormir un poco.

Cuando me desperté, Nicolas ya se había despertado y estábamos aterrizando.

-Primero tenemos que ir a trabajar, luego podemos ir al hotel a dormir.

Esas palabras fueron raras viniendo de él. No pensé mucho en lo que dijo y bajé junto con el del avión, al salir, la otra empresa ya había enviado a alguien a recogernos así que llegamos rápido. El modelo de trabajo y funcionamiento del lugar era muy parecido al del Corporativo Ayala y una vez que llegamos, el presidente, Horacio Quiroga, nos recibió con mucha amabilidad.

Rápidamente nos pusimos en contacto con el departamento de finanzas y otros departamentos importantes para llevar a cabo una breve reunión, luego Nicolas recibió los documentos necesarios y un rato después, nos fuimos al hotel.

Mire los papeles que llevaba en las manos y pregunte:

- ¿No vas a trabajar en la oficina?

-No aquí -contesto -pedí que nos llevaran la comida a nuestras habitaciones, podrás descansar después de comer.

Me tomo por sorpresa su atención, pero no le di mucha importancia y solo asentí. Al llegar al hotel el conserje nos llevó hasta nuestras habitaciones, las cuales habían sido reservadas con antelación.

-Su comida ya fue entregada, si necesitan algo, por favor no duden en llamar a recepción.

A pesar de que nos habían reservado dos habitaciones para nuestra comodidad, la comida fue llevada a la habitación de Nicolas; entonces le agradecimos al botones y entramos. Habíamos tenido un vuelo muy temprano y cuando aterrizamos, nos fuimos directamente a trabajar, por lo que después de un rato ya me sentía muy cansada y, además, hambrienta. Terminé de comer y me puse de pie para irme cuando Nicolas dijo:

-Puedes quedarte a descansar aquí, de todas formas, yo me iré en un rato.

Dado a que el seguía comiendo asentí para aceptar su invitación, sobre todo porque esta era una suite y tanto el comedor como la habitación, estaban en lugares diferentes. Una vez dentro encendí el aire acondicionado y me deje caer sobre la cama, con la única idea en mente que una vez que Nicolas se fuera, usaría el baño para darme una ducha; sin darme cuenta, me quede dormida.

Después de un rato me desperté y mi cuerpo estaba cubierto con una manta, claramente podía escuchar como desde la sala parecía que alguien estaba hojeando unos documentos; aturdida, me levanté de un solo salto y salí de la cama. Cuando me asome al salón, Nicolas estaba sentado en el sofá y de vez en cuando tecleaba en su ordenador, parecía que había estado ocupado durante toda la tarde. Por mi parte, volví a la cama. Después de veinte minutos Sali por completo de la habitación y me encontré con Nicolas totalmente absorto en uno de los documentos, parecía que todavía no se había dado cuenta de mi presencia. Entonces le serví un vaso de agua.

- ¿Por qué no descansas un poco?

Levanto la vista y asintió, se notaba cansado, después de tomar un trago de agua se aclaró la vista y dijo:

- ¡Te has despertado!

Asentí en respuesta, de reojo mire su ordenador y a juzgar por el informe que había hecho, podía notar lo responsable y audaz que era para el trabajo, cuando lo termino, cerro su ordenador y se dejó caer sobre el sofá, luego se masajeo las sienes y cerró los ojos.

-El señor Quiroga ha llamado, dijo que quiere invitarnos a cenar esta noche.

-Está bien -respondí- ¿Por qué no duermes un rato en la habitación?

Bajo la mirada para mirar el reloj y dijo:

-Así está bien -hizo una breve pausa. -El informe de la empresa no está bien, no me habría dado cuenta si no lo hubiera revisado con detenimiento, me parece que un gerente malverso fondos y se inventó un proyecto para engañar a todos; desaparecieron unos cuantos millones, tú también puedes mirar.

Abrí los documentos y revisé todo con atención, se suponía que la empresa funcionaba con el mismo modelo que el Corporativo Ayala y como a la sucursal le iba muy bien en Ciudad A, Álvaro

rara vez se metía en los negocios de aquí y se había encargado de darle mucho poder al presidente. Empecé a revisar los documentos y me encontré con un proyecto que parecía sospechoso, pues en circunstancias normales, un accidente menor no causaría una pérdida de millones, incluso si vieran la necesidad de indemnizar a los empleados heridos, no costaría tanto dinero. Era obvio que alguien nos había estafado.

-Creo que deberíamos dejar que Horacio se encargue de esto -dije al tiempo que le echaba una mirada a Nicolas quien para mi sorpresa estaba durmiendo.

Me puse de pie y fui a la habitación para traerle una manta y arroparlo; todavía nos quedaban dos horas antes de volver a trabajar así que lograría descansar un rato, sobre todo porque la noche anterior habíamos llegado demasiado tarde a casa. Después de acomodar todo recibí una llamada de Mayra, cuando respondí, pude escuchar mucho ruido del otro lado de la línea.

-Samara, estoy en Ciudad A, envíame tu ubicación, iré a verte después.

- ¿Eh? ¿También estas en Ciudad A? -pregunte con asombro.

- ¡Vi tu publicación y de inmediato reservé un vuelo! Pero envíame tu ubicación y estaré ahí pronto.

Después de colgar le envié mi dirección y pronto me di cuenta de que tenía varios mensajes sin leer, revise y note que unos eran de Estela, donde me comentaba cosas del trabajo y otros eran de Gael, que por cierto había olvidado por completo que estaría en Ciudad A, así que de inmediato le llame.

- ¿Dónde estás? -pregunto Gael en tono grave.

- ¿Ya has llegado?

-Justo acabo de aterrizar, te iba a llamar, pero te adelantaste, ¿en qué hotel estas? -Su voz se escuchaba muy baja en comparación con su entorno.

Así que tuve que hablar en voz alta.

-Estoy ene l hotel Winter.

- ¡Bien, nos vemos luego!

Terminamos la llamada y me fui a bañar, tenía la idea de ducharme en mi propia habitación, pero por más que busque mi llave no la encontré y dado a que Nicolas estaba durmiendo, me duche en su habitación; más tarde tendría una cena y también sabía que Mayra iba a querer que la acompañara a las compras, la verdad me agradaba la idea de pasear por ahí, pues hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Todo estará bien, de todos modos, no te estas duchando delante suyo, me decía a mí misma.

Dado a que me sentía sucia y pegajosa por el sudor, una vez que me duche me sentí mucho mejor; al salir me seque el pelo, me cambie de ropa y me puse un maquillaje ligero. Después de un rato Sali del baño y escuche que Nicolas estaba hablando por teléfono.

- ¿Sí? ¿Quién es?

Pude notar que la otra persona en la línea dijo algo porque después contesto:

-Se está duchando, llama más tarde.

Segundos después termino la conversación. Cuando salí del baño lo encontré acostado sobre el sofá, además bostezo al verme.

- ¿Para qué te arreglas tanto? Es solo una cena.

Lo ignore, pero pronto me di cuenta de que tenía mi teléfono en la mano, lo que significaba que el teléfono que había contestado era el mío; sorprendida pregunte:

- ¿Has contestado una llamada de mi teléfono?

Asintió con la cabeza y se acomodó en el sillón al tiempo que arrojaba el teléfono en mi dirección.

-Si, estaba sonando mucho y me despertó.

Cogí el teléfono y miré el registro de llamadas, la última había sido de Álvaro. Mire a Nicolas con frustración y le pregunte:

- ¿Qué le has dicho?

A lo que él se puso de pie con indiferencia.

-Nada. Álvaro pregunto que donde estabas y yo le respondí que, en la ducha, luego me pregunto que si estábamos en la misma habitación a lo que contesté de manera afirmativa con un por supuesto que si -dijo e hizo una pequeña pausa al mirarme, -hice bien ¿no? Le dije la verdad.

En ese momento sentí una gran necesidad de darle una paliza.

-Si, claro -conteste con sarcasmo.

Notaba su intención en sus palabras; le devolví la llamada a Álvaro varias veces, pero no respondió, cuando me di por vencida simplemente volví a guardar mi teléfono. Entonces, Nicolas salió del baño con el pelo mojado, pensé que tal vez se había mojado la cara por eso salía así; se empezó a secar con una toalla y luego dijo:

-Vamos, se hace tarde.

Mientras salíamos del hotel me dispuse a enviar un mensaje a Gael y otro a Mayra, ella me dijo que justo había llegado a su hotel y que primero se tomaría una siesta, entonces nos veríamos más tarde, mientras que Gael contesto que no me preocupara porque estaba resolviendo otro asunto. Respondí rápidamente sus mensajes y luego me dirigí al restaurante que Horacio había reservado; al llegar, nos dimos cuenta de que Horacio era un hombre responsable y eficiente, pues el resto de los invitados ya nos estaban esperando.

En la sala VIP, Horacio nos presentó a todos y entablamos una conversación; el resto de los presentes también eran altos cargos dentro de la empresa, Nicolas se encargó de hablar con ellos sobre temas triviales y poco después empezó a hablar de trabajo.

Cuando Sali de la sala, todos parecían estar teniendo una charla agradable y hablaban con amabilidad, pero al volver, me di cuenta de que había un ligero cambio de ambiente.

-Señor Quiroga, usted también es accionista del Corporativo Ayala, cotizo dentro de la bolsa hace dos años y le va muy bien; si alguien pierde una sola vez unos cuantos millones no pasa nada, pero si vuelve a pasar nos hundiremos todos.

Horacio se veía confundido, entonces levanto la copa para brindar.

-Señor Herrera, usted es muy joven e inteligente pero no entiendo a qué se refiere.

- ¡En ese caso debería leer bien sus informes financieros! -contesto Nicolas y también levanto su copa, - ¡Salud!

Antes de que yo pudiera beber, se giró y tomo mi copa.

-Se que no puedes beber así que déjame hacerlo por ti.

El resto de los altos rangos invitados fruncieron el ceño al escucharlo; después el gerente del departamento de finanzas dijo:

-Señor Herrera, salud, gracias por auditar nuestra empresa personalmente.

Los demás gerentes también brindaron con Nicolas y en poco tiempo ya estaba borracho, así que al final de la cena, tuve que obligarme a ayudarlo a caminar, también busqué un taxi y nos fuimos juntos; no entendía porque le gustaba tanto beber si no tenía aguante. Entonces me entro una llamada de Mayra, cuando conteste, me pregunto:

- ¿Dónde estás? ¡Hay que ir de compras!

Me gire para ver al hombre ebrio que tenía a mi lado y suspire.

-Tengo que cuidar a un borracho no puedo ir…

- ¡Demonios! -exclamo Mayra con molestia - ¡esto no suena divertido!

Fijé la mirada en Nicolas y resistir el impulso que sentí de pellizcarlo al tiempo que respondía a Mayra.

-Mañana también estaré aquí, si termino temprano de trabajar podemos ir de compras después.

- ¡Bien, entonces será mañana! -dijo Mayra y colgó de inmediato.

El taxi se detuvo frente al hotel, pagué y al bajar con Nicolas no pude evitar molestarme cuando vi las escaleras que tenía por delante.

Me queje en silencio y poco a poco Nicolas y yo fuimos subiendo, para mi buena suerte me había puesto zapatos cómodos así que no fue tan cansado. A mitad de camino mi teléfono empezó a sonar y metí mi mano dentro del bolso para contestarlo, pero en eso, Nicolas me rodeo la cintura con una de sus manos; de manera instintiva lo aleje de mi olvidando que íbamos subiendo las escaleras, por lo que Nicolas termino cayendo. Mi primera reacción fue quedarme paralizada y aturdida por lo que acababa de suceder, no fue hasta que los hombres de seguridad se acercaron que reaccione.

- ¡Tenemos que llevarlo al hospital!

Con ayuda de los hombres Nicolas y yo llegamos a un hospital sin problemas y después de que el medico hiciera el chequeo pertinente, se dedujo que solo había sufrido golpes menores en la cabeza pero que a pesar de eso, tendría que ser hospitalizado por unos cuantos días. Después de un rato, Nicolas seguía sin despertar, el medico afirmaba no estar seguro de lo que había pasado así que me dijo que volviera mañana por la mañana para ver si recuperaba la consciencia; sin embargo, dado que la cabeza de Nicolas estaba vendada, el medico pidió que alguien se quedara con él y decidí hacerlo yo.

Cuando Mayra volvió a llamar ya era madrugada y yo estaba cabeceando fuera de la habitación de Nicolas.

- ¡Samara, tenemos que irnos de compras! -dijo Mayra cuando conteste, la escuche muy animada lo que me decía que estaba borracha.

Ya había amanecido, así que bostece y luego conteste:

-Mayra, ¿Dónde estás?

-Estoy en la avenida, ¡ven, tenemos que ir de compras!

No pude evitar sentir preocupación al saber que estaba bebiendo en una ciudad desconocida, pero como Nicolas seguía conectado al catéter, no me podía ir. Lo pensé un rato y hablé con Mayra unos cuantos minutos, después de colgar llame de inmediato a Gael.

- ¿Hola? -respondió adormilado. Al parecer lo había despertado.

Me sentí muy apenada pero aun así conteste:

-Doctor Ceja, ¿podría hacerme un enorme favor? Mi mejor amiga está en la avenida y creo que esta ebria, ¿podría ir por ella? Es que en estos momentos estoy muy ocupada.

Después de un pequeño silencio del otro lado de la línea, Gael dijo:

-Si, dame su número, estaré ahí en un rato.

Suspiré aliviada y me dispuse a agradecerle desde el fondo de mi corazón; al colgar, le envié rápidamente el número de teléfono de Mayra. Después de todo lo que había pasado, me volví a acomodar en mi asiento y me quedé dormida.

A la mañana siguiente, Nicolas despertó.

- ¿Por qué estoy en un hospital? -pregunto confundido.

Sonreí.

-Ayer bebiste demasiado y te caíste de las escaleras, por eso tuve que llevarte al hospital.

Frunció el ceño y pregunto:

- ¿Me caí por mi culpa?

Asentí en respuesta, me sentía culpable. De repente, a Nicolas se le escapo una pequeña risa.

-Samara, recuerdo que fuiste tu quien me empujo, ¿te sientes culpable?

No pude contestarle de inmediato, después de pensarlo dije:

- ¡En primer lugar, porque bebiste tanto! -lo mire fijamente y agregue: -Usa bien tu cerebro si estas mejor, tenemos que irnos.

Para empezar, el viaje de negocios ya era relativamente corto de tiempo, pero ahora que él había tenido un accidente, terminamos por retrasarnos. Tiempo después llego el médico y volvió a revisarlo, le hizo un chequeo rápido y determino que ya estaba bien y que podría irse después de cambiar el vendaje de la cabeza; después de un rato se le dio de alta y el insistía con que yo debía asumir la responsabilidad de lo que había sucedido.

Para esto, yo no tenía ni el tiempo ni la paciencia para estar escuchando sus payasadas y nos fuimos directamente a la empresa para mostrarle a Horacio las pruebas del desfalco; Horacio se sorprendió bastante al escuchar las noticias y de inmediato solicito una investigación para el departamento de finanzas y para el resto de los departamentos importantes. Como no había sido un problema tan grande, después de que Nicolas termino el informe final y de que yo revisara el funcionamiento general de la empresa y algunos reportes, nuestro viaje de negocios había finalizado. Ya teníamos que volver a Ciudad J, pero Nicolas insistió en que antes de irnos teníamos que comer algo delicioso, así que terminamos en el mejor restaurante de toda Ciudad A. En eso llame a Mayra para invitarla a salir y después de varios timbres, por fin contesto; se escuchaba algo adormilada.

- ¿Hola?

- ¿Te has despertado? Si no, ¡hazlo! Ahora estoy en el mejor restaurante de Ciudad A.

-Aja -respondió -Adelántate, estaré ahí pronto.

Estaba a punto de colgar cuando de pronto escuche la voz de un hombre cerca de ella.

-Oh, ¡adiós, hablamos después! -dijo y colgó de inmediato.

¿Qué está pasando? ¡No podía creer que se consiguiera a un hombre estando en esas circunstancias! Pero, espera, ¿no era la voz de Gael?

Entonces me decidí por llamarlo, su teléfono sonó durante un buen rato hasta que alguien lo contesto.

- ¡Samara! -respondió y no parecía que estuviera dormido

- ¿Qué haces? -pregunte. Precia no estar con Mayra.

-Termine de trabajar, ¿estas libre? Tenemos que ir a comer.

-Claro -contesto sin pensarlo dos veces.

Cuando levante la mirada Nicolas me estaba mirando y con una sonrisa, dijo:

-Samara. ¿enserio?

Lo mire sin saber a qué se refería.

- ¿Qué pasa?

Nicolas suspiro.

- ¿Tan malo es estar conmigo a solas? ¡No dejas de llamar e invitar a tus amigos para que vengan a comer con nosotros!

Ignoré su berrinche y puse atención al ruido de la ciudad.

-La ciudad está creciendo muy rápido -dije, mientras contemplaba el enorme centro comercial de la zona, - ¡es un edificio muy grande!

Nicolas se dio cuenta de que intentaba cambiar de tema y solo suspiro.

-El edificio del Corporativo Ayala es más grande que ese, además este tiene más empresas en su interior

-Parece que ya lo conoces. -dije con curiosidad.

-Si, es que mi madre compro este edificio junto con el propietario de otra empresa de tecnología; dentro, ella tiene una de sus empresas.

Así que el edificio era propiedad de Camila, no pude evitar sentir admiración por aquella mujer, era tan capaz e inteligente y al mismo tiempo tan guapa y rica. Entonces, recordé que habían dicho que tenía otra hija cuando estábamos en su casa.

-Nicolas, ¿tienes una hermana? -pregunte con curiosidad. Al parecer a él no le gustaba tocar el tema porque inmediatamente cambio su expresión.

-Es hija de ella, no tiene nada que ver conmigo.

Con eso entendí que no quería hablar del tema. Mire a mi alrededor y note que en el primer piso del Centro de Comercio Internacional había una tienda de bollos rellenos de crema; de repente, sentí unas ganas enormes de comerlos. Me giré hacia Nicolas y dije:

- ¿Por qué no esperas a Mayra y Gael en el centro comercial? Yo iré a comprar algo. -dicho esto, me encaminé a la tienda de bollos y pedí unos cuantos para Mayra también, ya que a ambas nos encantaban. Después de pedirlos me quede sumida en mis pensamientos: me llego el recuerdo de cuando era pequeña, me encantaba comer cosas frías y dulces.

- ¡Dame dos bollos fríos con crema, por favor!

De repente, una voz masculina que me resultaba muy familiar y me recordaba a mi infancia se escuchó a mis espaldas. Si el dueño de la tienda no hubiera hablado, habría pensado que estaba soñando. Los nervios siempre me han superado y no se desde cuándo empezó, pero Jonathan siempre me había ocasionado terror, en cuanto notaba su presencia, se me erizaba la piel.

A pesar de que el sol brillaba con fuerza y de que estaba haciendo calor, un escalofrió empezó a recorrerme la espalda, reacción que se me filtro por todo el cuerpo y empecé a temblar de miedo. Detrás de mí, un hombre me saludo con frialdad.

-Lu, ¡Cuánto tiempo!

Mi cuerpo se quedó tenso mientras respiraba con dificultad, en eso, el encargado de la tienda me entrego mis bollos, pero no podía moverme para cogerlos, entonces la mano del hombre que tenía detrás se estiro y los cogió. Después me agarro de la mano con mucha naturalidad y puso la caja en mis manos.

-Sami, tu reacción me está causando problemas. -dijo en tono amenazador.

Tarde un poco en reaccionar, pero dije mientras me apartaba de él.

-Perdón, creo que se está equivocando de persona. -y con eso, Sali corriendo.

Habían pasado cinco años desde la última vez que lo vi, el alguna vez me dijo que jamás vendría a buscarme por su cuenta, pero que la próxima vez que nos viéramos sería el principio de su nuevo plan. Creía que después de que dejo Ciudad J no lo volvería a ver, después de todo, el mundo es muy grande pero jamás, en un millón de años, se me había ocurrido pensar que me lo encontraría en Ciudad A. después de escapar de Jonathan, me encontré con Mayra y Nicolas dentro del centro comercial y le entregue la caja con los bollos toda magullada y dije con voz temblorosa:

- ¡Mayra, tenemos que volver a Ciudad J ahora mismo!

Mayra sintió mi pánico y contesto ansiosa:

- ¿Qué pasa?

-Jonathan Arias está aquí! ¡Lo vi! -dije con miedo.

Entonces Mayra se dejó caer sobre la silla, pude notar como le estaba tomando algo de tiempo procesar la información; después de un minuto dijo:

- ¡Tenemos que irnos ahora!

Nicolas no entendía que estaba pasando y con el ceño fruncido, pregunto:

- ¿Qué está pasando?

Mayra me cogió de la mano, ya estaba dispuesta a irse conmigo, pero en eso Nicolas me cogió de la otra y dijo:

- ¡Esperen, díganme que está pasando!