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Chapter 5 - LA MUJER QUE TE MERECES (Sofia)

Al llegar a la oficina vi a Sara con una cara de susto que me preocupo, es la primera vez que la veo así, excepto cuando me enfado y aunque lo estoy ahora ella no tiene como saberlo.

-Buenas tardes, Sara. -entro en mi oficina y ella viene atrás.

-Buenas tardes, señora. Espero que sus reuniones hayan salido bien, la señorita Sandra me puso al día.

-Perfecto, aun no entiendo ese sistema de estar conectadas para saber lo que hago.

-Es nuestro trabajo saber dónde está, para poder cubrirla si es necesario.

-No sé si sentirme alagada o vigilada, de todas formas, gracias. Ahora, ¿me dices porque la cara de susto?

-Señora, es que… -me mira retuerce sus manos y está más nerviosa que de costumbre -bueno…

-Deja de tartamudear, sabes que me molesta. Dilo de una vez.

-El señor llego esta mañana, está preguntando por usted y ya no sé qué decirle, tiene un genio que no lo calienta ni el sol.

- ¿Ángel está aquí? -asiente - ¿Para qué me buscaba?

-No lo sé, desde que llego está encerrado en su oficina y las pocas veces que ha salido han sido para preguntar si usted había llegado y donde estaba.

- ¿Qué le has dicho?

-Que estaba con la señorita Amelia resolviendo unos asuntos de la empresa y hablando con clientes. Obviamente no especifique que clientes.

-Pero conociéndolo, te pregunto. -asiente -Esta bien Sara, mejor tráeme algo para beber y comunícate con el departamento de diseño y con la fábrica por favor.

-Si, señora. ¿Qué hago con el señor?

-Nada, déjalo con sus asuntos y si pregunta por mí, le dices que ya he llegado.

Sale de mi oficina, no entiendo a Ángel, ¿será que sabe que soy la dueña de Let-tecnologia y por eso anda preguntando por mí? Es imposible, me he cubierto muy bien.

El teléfono suena y es del área de diseño, les pregunto si Ángel ha entregado un nuevo diseño y me dicen que no, cosa que esperaba. Necesito hablar con Ángel sobre este tema para poder contratar a un nuevo ingeniero porque el ya no es una opción.

Me pongo al día con la empresa, también pienso en la cena familiar y en cómo les diré que estoy divorciada, en Eliza y su comentario. En solo pensarlo, me pongo de malhumor.

-Bonita oficina -escucho que dicen desde la puerta, no puede ser, ¿Qué hace esta mujer aquí? -si lo pienso, se parece a ti… tan impersonal.

-Se toca la puerta antes de entrar y te equivocaste de oficina, la de tu novio esta al otro lado del pasillo. Es la primera puerta. -sigo mirando mis documentos sin darle la más mínima importancia.

-Gracias por la información, pero estoy en la oficina correcta.

-Eliza, ¿Qué parte de que no me gusta perder el tiempo no has entendido?

-Siempre con aires de superioridad, "nadie es mejor que tu". -la observo y me rio con burla. -Vine a darte las gracias.

- ¿Las gracias?

-Si, has firmado el divorcio y pensamos que ibas a hacer un escándalo, hacerte la victima o algo por el estilo. -no lo dudo. -El creía que no te ibas a separar de el por todo lo que los une, aunque yo sé que ese no sería el caso.

- ¿Ah no? ¿Qué has pensado? Ilumíname.

-Sofia, tú y yo sabemos que siempre has estado enamorada de Ángel. Desde que estábamos en la universidad. Si él no te hizo caso es porque me conoció a mí y se enamoró.

-Veo que no has perdido la capacidad de decir estupideces ni de manipular a los demás.

-Ya ves, el amor es así. Después de tanto tiempo aún está loco por mí. También te doy las gracias por eso, por haberlo cuidado durante todo este tiempo y que ninguna mujer se le acercara.

- ¿Te lo he cuidado? -esta mujer sabe cómo irritarme. - ¿no te preocupa que estando casados se enamorara de mí?

Se ríe a carcajadas.

-No, si conozco a Ángel, que lo conozco. No perdona algo que le cause tanto daño y te odia demasiado para sentir algo por ti, a no ser que sea desprecio. Por eso, sé que ni siquiera habéis consumado el matrimonio.

-Cierto, lo que sea que te hayas inventado tuvo que ser muy bueno para que siga odiándome después de tantos años.

-Si, me costó. Debo admitirlo, pero con un poco de ayuda lo logre.

-Sigo sin creer como Ángel no ha podido ver la clase de persona que eres.

-El amor es ciego y Ángel es ingenuo. Siempre lo ha sido.

-Eliza, sal de mi oficina.

- ¿No quieres saber la razón por la que te odia? -la miro con ganas de matarla. -Te la diré igualmente. Ángel quería separarse de su familia, por lo tanto, habría perdido todo el apoyo familiar y el poco estatus que tenía. Tú y yo sabemos que su apellido no tenía tanto peso como el tuyo, aunque si tenía cierto prestigio. Ángel al separarse de su familia perdería todo eso y él quería que fuera con él.

-Es lo que una mujer enamorada haría. Apoyar a su pareja.

-Eso es para tontos, Sofia. Eres una mujer inteligente, yo no podía darme ese lujo y perder todas mis comodidades por un hombre. Así que tuve que alejarme del, pero solo por un tiempo, mientras ambos conseguíamos lo que queríamos.

-Esta conversación no tiene nada que ya no sepa.

-Lo que no sabes, es que yo no podía de dejar de ser la novia pura, inocente e indefensa que el tanto amaba. Para convertirme en una interesada, cruel que le rompería el corazón.

-Ja ja… pura e inocente. Si tú eres eso, yo soy la virgen María.

-Pero no lo eres. Seamos sinceras… eres bonita, inteligente, carismática y tenías a muchos en la universidad atrás de ti.

-Tu eres la fácil… -me mira con cara de odio. -yo me hacía y me hago respetar, no cualquiera tiene el lujo de estar conmigo.

-Menos Ángel, el único que querías y no has podido ni podrás tener. Aun después de tantos años no has podido hacer que se enamore de ti. Hice un buen trabajo…

- ¿Qué has hecho? -la intriga me consume porque de ella se puede esperar cualquier cosa.

- ¿Te acuerdas de la fiesta de graduación? -cómo olvidarla, fue la primera vez que Ángel me beso. -claro que la recuerdas, drogue a Ángel. -la miro incrédula. -Cuando empezó a tener efecto lo lleve a un lugar donde una buena samaritana lo ayudaría a descansar.

Recuerdo ese día, yo estaba en la terraza y el entro casi cayéndose, no podía mantenerse en pie.

-Tu fuiste tan amable y lo llevaste a la habitación a que se acostara, pero el pesaba tanto que caíste encima de el -las imágenes me vienen como si estuviera volviendo a pasar. -No podía salir mejor, si no fuera suficiente, le quitaste la camisa y la guinda del pastel… un beso. Debo admitir que me molesto un poco, pero era necesario.

-Le has hecho creer que yo monte toda esa escena para que se casara conmigo. -lo admite. -Tuviste que hacer algo más, no me odia solo por eso.

- ¿Te parece poco hacerle creer al amor de tu vida que has sido infiel? Me perdió por tu culpa. Ángel perdonaría a una mujer que armo ese teatro, pero nunca a la mujer que hizo que su hijo no naciera.

- ¿Qué? -no ha dicho lo que creo, me levanto de un solo golpe de la silla.

-La noticia me impacto tanto, que me puse tan mal que perdí a nuestro hijo.

- ¡Eres una desgraciada! ¿Quién puede ser tan cruel como para inventar algo así?

Levanta la mano como si fuera un logro.

-Como ves, Ángel no podría perdonar nunca a la mujer que asesino a su hijo.

- ¿Estabas embarazada? ¿era suyo?

- ¿Eso importa? El punto es que él lo creía y tú eres la culpable de que yo lo perdiera.

-Sabía que eras una desgraciada sin moral, pero de ahí a hacer algo tan cruel…

-He ganado, ahora que lo tiene todo y yo me he cansado de estar soltera, volví por él. Me basto nada más unas palabras para que él te pidiera el divorcio.

- ¿Por qué me dices esto ahora? ¿no temes que le cuente tu mentira?

-Sofia, soy el amor de su vida. Ante sus ojos, soy lo más puro y perfecto. Tu eres la intriga y la asesina de nuestro hijo. ¿Crees que te hará caso?

-Eliza, sal de mi oficina antes de que me olvide de donde estoy.

- ¿Sabes porque te lo cuento? Para que sepas lo que soy capaz de hacer cuando quiero algo. Pensando bien, no eres tan mujer como pensé que serias. En cinco años no has podido acostarte con él.

-Yo no estoy a la venta como otras, tampoco necesito a nadie para ser alguien. Eso es más propio de ti, que no sabes hacer nada que no sea vivir del dinero de los demás.

-Ahora viviré con el de Ángel. Así que no te interpongas porque puedo hacer que te odie aún más y sabemos que es muy cruel.

-No me conoces y no quieres hacerlo, Eliza. Si crees que Ángel es cruel, yo soy mucho peor. Ahora, lárgate.

-Sabes, no fue difícil convencerlo para que se casara contigo.

- ¿Lo convenciste?

-Claro, le dije que la mejor manera de que lo perdonara algún día era que consiguiera todo lo que tus tenías y que te llevara a la ruina. Mira, te quito la presidencia de la empresa, tu apellido no pesa tanto como el de él. Ahora estas divorciada, no tienes nada.

- ¿Me ha llevado a la ruina? No sabes lo que dices.

-Me pregunto si, por ese carácter eres tan frívola y soberbia. Es por eso por lo que tu padre no te quiere, menos mal que tu madre está muerta para que no vea lo fracasada que eres.

La rabia se apodera de mí y lo único que siento es un picor en la mano después de cruzarle la cara.

- ¿Qué diablos crees que haces? -escucho la voz de Ángel, no sé en qué momento entro en mi oficina, solo sé que si la veo un minuto más la matare.

-Me duele, Ángel. Me ha insultado. -veo la cara de Ángel roja de ira y ese fuego en los ojos.

-Sácala de mi oficina ahora -le digo con rabia, estoy perdiendo la poca paciencia que me queda.

-Te dije que no te atrevieras a tocarla, ni mirarla porque ibas a saber de lo que soy capaz. -me agarra de un brazo tan fuerte que me hace daño.

-Ella es la que está en mi oficina.

-Me confundí, pensé que era la tuya -dice con esa voz de víctima y llorando. -cuando iba a salir dijo que me detuviera, que nos iba a hacer la vida imposible… me culpo por el divorcio. Dijo que no vamos a ser felices.

Ángel me aprieta con más fuerza, trato de soltarme, pero no puedo. La miro con odio, ella no sabe con quién se ha metido. Ángel me mira y al soltarme me tropiezo y caigo al suelo golpeándome contra una silla.

- ¡Sofia! ¿Ángel, que haces? -le grita Diego acercándose a mí.

-Ella se atrevió a golpear a Eliza.

- ¿Eso te da el derecho de hacerle daño? Si le ha pegado, por algo es. Además, que hace en su oficina.

- ¿La estas defendiendo? -me levanto con ayuda porque me duele la espalda. - ¿Cómo se atreve ella a ponerle una mano encima?

- ¿Cómo te atreves tu a ponerme una mano encima? -me acerco con tanta rapidez que me desconozco. -Sal de mi oficina y llévate a tu novia si no quieres ser tú el que vea de que soy capaz.

-Se de lo que eres capaz. -me mira desafiándome, la miro a ella y esta sonríe.

-No, no lo sabes y ella tampoco. -la miro y sé que la he asustado. -Haz que se mantenga alejada de mi si no quieres que la mire o la moleste.

-Ella es mi novia, la futura señora Leffmans y la vas a respetar.

-El respeto se gana, no se exige. Pero eso ella no sabe que significa, porque ni ella misma se respeta. -ahora es ella la que enfurece.

- ¡Discúlpate! -me grita Ángel agarrándome otra vez del brazo.

- ¡Ángel! -le responde Diego y me suelta.

-En tu vida me vuelvas a tocar Ángel Leffmans, porque la próxima vez ni tu vida será suficiente para pagarme. -me acerco tanto a el que respiro su mismo aire, estamos tan pegados que puedo sentir su corazón.

-Lo mismo te digo, si la vuelves si quiera a mirar te vas a arrepentir.

-Largo de mi oficina y largo de mi vida. Después de todo, esa es la mujer que te mereces. Son tal para cual.

-Tu…

- ¡Vete Ángel! -el ve en mi mirada que todo su odio es correspondido.

-Ángel, es mejor que te vayas ahora y te lleves a Eliza. -Diego nos aparta y el sale de mi oficina con esa.

Diego se da la vuelta y va hacia mí.

-Sofia, respira. Parece que te va a dar un ataque.

Empiezo a respirar, pero estoy tan enfadada que me siento como un tigre enjaulado.

-Es un imbécil, los dos lo son. Se merecen.

-Calme, mejor siéntate y deja que revise el golpe que te has dado.

-No es necesario, gracias, Diego.

Diego es uno de mis ingenieros, estudiamos juntos, es un gran amigo y solía ser el mejor amigo de Ángel en la universidad. Pero se distanciaron por culpa de Eliza, aun se hablan, pero no es lo mismo. El empezó a trabajar aquí con Ángel y cuando este empezó a hacer los viajes de negocios, Diego se encargaba de todo.

- ¿Te has dado muy fuerte?

-Me duele más el orgullo para ser sincera.

-No vale la pena, Sofia. Ya conoces a esa mujer… no sabía que había vuelto.

-Eso no es una novedad, llevan meses junto. Nos hemos divorciado.

-No lo sabía.

-No tendrías como, apenas llevamos días divorciados, él ya se pasea con ella, pero bueno. Él es quien debe dar explicaciones, no yo.

-No imagine que esa mujer volviera a nuestras vidas, no sé cómo Ángel no se da cuenta de cómo es.

-No lo hizo en la universidad y no lo hará ahora. Todos somos malos menos ella.

-No lo dudo, se de lo que es capaz.

-No te mande llamar por Ángel, bueno sí. Pero no para hablar de él.

-Llegue justo a tiempo, bueno debería haber llegado antes.

-En resumen, Ángel y yo estamos divorciados. Yo he asumido la presidencia de la empresa, él tiene otras prioridades ahora, por lo tanto, no está al 100% aquí. Por ello, quiero que tu seas el ingeniero de automóviles principal de la empresa.

- ¿Qué? -me mira sorprendido -Ángel no me ha dicho nada.

-Ángel no se preocupa por esta empresa y lo sabes. Solo cumplía su papel, tú eres de las pocas personas además de Amelia y nuestra familia que sabe la verdad.

-Si, pero…

-Pero nada. No confió en él, ahora menos que antes y su prioridad no está aquí. tiene otras obligaciones, así que como sabrás, nuestras competencias han lanzado nuevo material y nosotros hace un año que no creamos nada innovador.

-Pero es porque nos fue bien con el último lanzamiento, tal vez, no tanto como Autos-Let, pero quedamos en segundo lugar.

-Ese es el punto, en los últimos 2 años hemos estado cayendo por la rutina. -pienso en lo que dijo Eliza, no debí ser tan confiada -así que quiero algo nuevo, que sea sorprendente y que deje a los demás boquiabiertos.

- ¿Tienes ideas?

-Claro, pero tú eres el diseñador aquí y quiero ver las tuyas.

-Pero Ángel es el encargado de hacer los diseños.

-Con tu ayuda.

-Seria traición…

-Diego, deja de estar a la sombra de Ángel, además sé que tienes buenas ideas. Él se ira al exterior, es más, casi no está aquí y solo aparece para las reuniones.

-Pero de ahí a ocupar su lugar… él es el ingeniero de automóviles principal.

-Ahora lo eres tú. ¿Dime, quieres o debo buscar a otro? -sé que le pongo contra la espada y la pared, pero debo cuidar de mi empresa.

Sonríe.

-Ingeniero principal… ¿puedo hacer lo que quiera?

-Puedes diseñar todo lo que se le ocurra a tu mente, lo hablaremos y si me gusta lo aprobaremos. Eso sí, hay una condición.

-Sabia que não seria tan. fácil.

- ¿Ser ingeniero principal es fácil?

-No es lo que quise decir… ¿Cuál es la condición?

-Nadie puede ver tus diseños, excepto yo.

- ¿Y si Ángel quiere verlos?

-No lo hará, porque nadie va a saber que estamos creando nuevos diseños, Diego no quiero uno, quiero varios. Yo también tengo una idea, pero es mejor unirlas… nada mejor que trabajar en equipo.

-Está bien, me pondré a eso. Y gracias por la confianza.

-Esto no tiene nada que ver con nuestra amistad, eres bueno en tu trabajo, eficiente y capaz… aún no sé cómo no has creado tu propia empresa.

-Aquí estoy bien.

-Pues, a lucirse.

Sonreímos, sale de mi oficina y me quedo pensando en todo lo que acaba de pasar, lo que dijo Eliza, Ángel y todo este enredo.

-Señora…

-Sara, hazme un favor. Manda a pedir las cuentas y el libro de venta de los últimos años, ah… y que nadie se entere.

-Si señora.

Voy a revisar cada movimiento porque aun cuando he estado manejando una parte de la empresa, Ángel ha sido el presidente por casi 5 años. Me odia, odia a mi familia y por lo tanto no sería raro que la desquiciada tenga razón y el plan sea llevarnos a la ruina. Después de todo es la competencia.