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Chapter 9 - TODO ES POR LAS APARENCIAS. (Sofia)

Esto es embarazoso. ¿Por qué me tiene que pasar a mí? Ese idiota… sabía que iba a salir con su pedantería, menos mal que estaba Ángel. Ángel, en estos momentos debe estar burlándose de mí. Que tonta.

-Sofia. -entro Fabian en la habitación. -Otra vez aquí.

-Hola Fabian, este no es tu hospital, ¿te llamaron?

-Si, así es. Se esta volviendo una costumbre que vistes el médico.

-Se me olvido tomarme la medicación, fue un día de locos, pero con un poco de suero mejora.

-No puedes jugar de este modo, Sofia. El problema del azúcar no es una broma, un día de estos puede ser grave.

-Solo es la hipoglucemia Fabian, además, estas aquí para cuidarme.

Vemos que entra Ángel con muy mala cara.

-Veo que ya has despertado. Fabian, ¿Cómo estás?

-Bien Ángel, sorprendido de verte aquí.

- ¿Por qué? Sofia es mi esposa, ¿Dónde más podría estar? -lo miro extrañada. - ¿Cuánta cantidad de droga ha consumido?

- ¡¿Droga?! -Fabian nos mira - ¿Qué droga? -niego y Ángel esta extrañado.

-La razón por la que se puso así es por necia, se puso a beber casi una botella de vino y si eso no es suficiente el idiota con el que estaba le echo algo en la ultima copa. -Fabian me mira algo molesto.

-¿Vino? Sofia, sabes que no puedes beber bebidas dulces y mucho menos sin tomarte la medicación. Espera, ¿dijiste droga? Pero en los exámenes no sale nada.

-Es porque no estoy drogada -miro a Ángel -Tiré la bebida cuando el se descuidó, te dije que se cómo cuidarme.

-Tiraste la bebida, pero estas aquí y si no fuera por mi sabrá Dios lo que habría hecho ese imbécil -me dice con la actitud más fría y soberbia que existe. -Has sido impudente Sofia.

-Estoy de acuerdo con Ángel. -interviene Fabian. -Fuiste imprudente al beber vino y no tomarte el medicamento, pero, -mira a Ángel. -no hay ninguna gota de droga en su cuerpo, eso si la hubiera matado.

-Si no esta drogada, entonces es que bebió tanto que se emborracho, que bonito… yo en el hospital cuidándote después de meterle una paliza a ese idiota.

- ¡Yo no te dije que te quedaras! Podrías irte al dejarme aquí.

-Pueden calmarse, los dos. -interviene Fabian, mira a Ángel y prosigue -No esta borracha y tu. -me mira a mi -aun no estas bien, vamos a esperar a que el tratamiento haga efecto. Ángel, por favor, tiene que estar tranquila.

-Para que yo este tranquila el se tiene que ir.

- ¿Quieres que me vaya? Pues bien, me voy. No tengo porque aguantar tus berrinches de niña malcriada. -sale de la habitación furioso.

- ¡Vete, es lo mejor que saber hacer! -le grito y Fabian me mira burlándose. - ¿Qué? Es un tarado.

-Estaba muy preocupado por ti.

- ¿El preocupado? No lo creo, lo que le importa es la imagen y su reputación.

-Veo que os habéis peleado, después de todo no existe amor perfecto. -lo miro con nostalgia, si supiera la verdad me entendería.

-Me siento débil y con mucho sueño.

-Ese es el efecto de la falta de medicamento con el vino. Ya te sentirás mejor. Le daré indicaciones a la enfermera y una vez te encuentres mejor te daré el alta.

Me despierto y me levanto desorientada, recuerdo lo que paso, veo que el medicamento ya ha terminado y trato de sentarme.

-Ten cuidado. -escucho que dicen a mi lado y veo a Ángel.

-Quiero agua. -me ofrece un vaso de agua y lo miro extrañada, lo ultimo que pensaba ver era a Ángel siendo atencioso.

- ¿Por qué me miras así?

-Estoy tratando de ver si estoy en un sueño dentro de otro sueño -sonríe -esto es raro. Pensé que te habías ido.

-Mi esposa esta en urgencias, no podría irme. ¿Qué clase de marido seria?

-Claro… las apariencias. Por qué no estas preocupado por mí. Aunque debo darte las gracias por lo del aparcamiento.

-Con gusto lo hubiera matado.

-No vale la pena que vayas a la cárcel por él, además va a pagar caro haber siquiera pensado en hacerme daño. -me mira levantando las cejas - ¿Qué? Crees que eres el único que es cruel y despiadado.

-Se que eres cruel, yo mismo lo viví. -lo miro de mala gana. Todo es culpa de Elisa, no puedo culparlo de que me odie, pero no cambia el echo de que me ha tratado mal. - ¿Cómo te sientes?

-Quiero irme a casa, Fabian dijo que al terminar el medicamento me darían el alta.

-Creo que es mejor que pases la noche aquí para que te observen mejor.

-Llamare a Amelia para que venga a buscarme y se quede conmigo.

-Es tarde para que la llames, mejor quédate.

-No quiero, estoy acostumbrada a esto, solo debo descansar y alimentarme. Por cierto, ¿has visto al médico?

Me mira extrañado.

-Tu eres la que se desmayó, yo no.

-Tu eres el que tiene las manos heridas, se pueden infectar. -su teléfono suena y lo ignoro. - ¿No vas a contestar?

-No. Voy a buscar al medico para que te de el alta, ya que eres tan terca. -sale unos momentos y vuelve a entrar. -Van a firmarte el alta.

-Gracias otra vez, pero ya te puedes ir, no tienes ninguna obligación de estar aquí, después de todo estamos divorciados y tarde o temprano la gente se va a enterar.

- ¿Por qué tanto interés en que la gente sepa que estamos divorciados? ¿tienes a alguien en tu vida?

- ¿Por qué no quieres que la gente lo sepa? Tu fuiste quien quiso el divorcio y tienes a alguien esperando.

-No quiero que tu padre haga algo que nos arruine a los dos. -fui ilusa al creer que le hacía por mí.

-No te preocupes por eso, mi familia ya lo sabe y aunque no lo creas tomaron muy bien la noticia. -me mira sin creerme. -Papa esta encantado con nuestro divorcio, mas bien le extraño que haya tardado tanto y mi tía casi hace una fiesta. La única triste es mi pequeña, se puso un vestido para que la vieras ayer.

-No la he ido a ver.

-Descuida, ya le he dicho a Vanessa que se lo explique para que se acostumbre a no verte más.

-Tengo obligaciones con ella, aunque estemos separados.

-Yo se que te viste obligado a aceptar, pero ahora que estamos separados no tienes que seguir con ello. Bella es pequeña, se acostumbrará a tu ausencia.

-Yo no evado mis responsabilidades Sofia. -lo miro con ironía y se da cuenta.

-Ángel, tú mismo has dicho que estar conmigo es el infierno, ahora que has podido librarte de él, insistes en continuar.

-Tu lo has dicho, estar contigo, no con Bella. ¿Por qué te gusta enfadarme?

-Ese es mi deber, según tu.

Nos interrumpe la enfermera preguntando como estoy y revisando mis signos.

- ¿Está bien? -pregunta Ángel.

-Según sus signos si y… ¿usted cómo se siente? -se dirige a mí.

-Bien, algo mareada y con sueño, pero se que eso es normal.

-Por cierto, señor, el doctor quiere hablar con usted, lo espera afuera.

-Gracias, ¿se puede quedar con ella y ayudarla a arreglarse? -la enfermera embobada, asiente.

- ¿Por qué el doctor no habla con los dos? -me mira, pone los ojos en blanco y sale.

-Esta muy enamorado de usted. -la escucho decir. -estaba muy preocupado cuando llego, no se aparto de usted en ningún momento.

- ¿Quién? ¿Ángel? -afirma. - ¿Ese hombre que está ahí fuera?

-Si, el mismo, hasta amenazo al medico que si algo te pasaba seria lo último que haría y conocemos la reputación de su esposo.

-Mi niña, creo que te equivocas… te estas confundiendo.

-No lo creo, de verdad se veía muy mal cuando usted llego, no dejaba de dar vueltas.

En eso suena un teléfono, vemos que es de Ángel t me lo pasa, Es Elisa. No contesto y llega un mensaje.

"Amor, ¿Dónde estás? Hace rato que te estoy esperando. Mira la sorpresa que tengo"

Llegan 2 fotos, una de la habitación con flores, velas y globos rojos distribuidos por todos lados y la otra de un jacuzzi con la misma decoración.

"Como en nuestra primera vez, ¿te acuerdas? Dijiste que soy lo mas hermoso que han visto tus ojos. Ven pronto para recordar lo mucho que nos amamos."

Leer eso hizo que lo que quedaba de mi corazón se rompiera en pedazos. Ángel nunca iba a amarme. Se dice que cada hombre nace para una mujer y viceversa, tal vez ellos están destinados a estar juntos, fríos y calculadores, mentirosos, capaces de lo que sea para conseguir lo que quieren.

- ¿Está bien, señora? -me interrumpe la enfermera.

-Si, negocios. -dejo el móvil de Ángel en la mesa. - ¿Me pueden traer algo para los mareos? Yo termino de arreglarme.

-Esta bien, pero no abuse. -sale de la habitación y con ella mis lágrimas. ¿Cómo pude pensar que Ángel sentiría algo por mí? Si está aquí es por las apariencias.

-Veo que ya estas lista, el alta esta firmada. -entra Ángel, limpio mis lágrimas. Me giro para verlo y al hacerlo siento tantas emociones juntas que no se por donde empezar. - ¿Dónde está la enfermera?

-Salió para buscar un medicamento, ¿Qué dijo el médico?

-Dio unas indicaciones que debes seguir.

-Pudo decírmelas a mí, no importa, igual ya se lo que debo hacer y cualquier cosa me comunico con Fabian.

En ese momento entra la enfermera, me da el medicamento y otras indicaciones, así mismo entra Chad que es el chofer y guardaespaldas de Ángel, ex militar y muy fiel.

-Buenas noches, señor. Señora, me alegra verla bien.

-Gracias Chad. -sale la enfermera y nos deja a los 3 en la habitación. -Me imagino que, si estás aquí es porque me llevaras a casa, así tu jefe puede resolver sus asuntos personales. -el nos mira a ambos y yo trato de no mirar a Ángel.

-Señora, yo…

-Vamos, debo descansar y tu jefe tiene cosas que hacer. -salgo de la habitación pasando por su lado.

- ¡Espera! -escucho a Ángel. -debes tener cuidado. Se acerca a su coche.

- ¿Dónde está mi coche?

-En casa, Samuel se lo llevo. -responde con toda la autoridad que lo caracteriza.

- ¿Cómo se supone que me iré a casa? -Ángel señala su coche. Lo que me faltaba.

- ¿No creo que te hayas quedado ciega? -dice con arrogancia y burla.

Me subo al coche de mala gana porque no me queda otra, Chad sabe donde esta mi apartamento porque fue quien ayudo a Carmen a llevar mis cosas, por lo tanto, no me molesto en decirle. Ángel se sube del otro lado, su perfume me embriaga y hace que mi corazón lata tan rápido que me quita el aliento, pero al mismo tiempo me rompe el alma, saber que quiso y siempre va a querer a Elisa con todos sus defectos.

Cinco años estuve tratando que me amara, jamás se digno a verme mas que como su enemiga, a tratarme mal y eso es lo que siempre voy a ser. Debí hacerle caso a mi padre y negarme a esa boda, así no viviría en este mar de tristeza en el que he estado.

Así pienso en todo lo que fue, lo que es y lo que será y todo se vuelve un espejismo.