De: Licenciado Santino Rivas
Fecha: 07 de Abril de 2021 11: 05 a.m.
Para: Abril Evans.
Asunto: Sobre su renuncia.
Usted no puede tomar este tipo de decisiones. Ha firmado un contrato de trabajo, por lo que en el caso de querer renunciar deberá abonar lo correspondiente a intereses y usted no está en condiciones de pagar nada.
La espero mañana en el mismo horario en el que irrumpió hoy en mi oficina.
LIC. RIVAS, Santino.
Ni bien Abril llegó a su casa, no quiso hablar con nadie, simplemente encerrarse en la habitación a llorar y preguntarse ¿Por qué demonios se sentía así? ¿Es qué acaso sentía cosas por ese hombre? No quería si quiera pensar en esa posibilidad, en la de estar enamorándose, o bien, enamorada de Santino Rivas, el hombre más frío en la fas de la tierra y el que no conoce de sentimientos.
Una de las cosas que más rabia le dio, fue la de encontrarse con aquel mensaje de su parte, si quiera unas disculpas por haberlo encontrado en los brazos de otra mujer, pero luego pensó ¿Qué pretendía? No podía reclamar nada.
Tu o que leer varias veces el mensaje y pensar si sería conveniente o no responderle. Francamente no quería volver a verlo. Haber firmado ese acuerdo había sido el peor error de su vida.
- ¿Estás bien? – indagó Erika preocupada y no tuvo que esforzarse mucho por disimular su angustia, que ella solo se limitó a abrazarla. - ¡Ay amiga! ¿Te has enamorado verdad? – una pregunta que no necesita respuesta.
- Acabo de renunciar. – soltó abrazada a ella.
- Hiciste bien. –
Para Erika la decisión que había tomado su mejor amiga era la más acertada y pese de haberla entusiasmado cuando se enteró de ese acuerdo, a continuar, lo cierto es que ser la exclusiva de un hombre como Rivas, terminaría por seducirla y porque no, enamorarla; y justamente eso había ocurrido.
- Pero me ha mandado un mensaje donde me obliga a presentarme. – entonces Erika se puso de pie y le dijo algo que no espero oír.
- Te representaré yo misma. No irás. – ella la miró sorprendida ¿Representarla? Si apenas le faltaba para recibirse.
- No puedes Erika, no tienes la licencia. – y volvió a sentarse y pensar de qué manera podría liberarla.
- ¡Ya sé! – dijo captando enteramente su atención. – Le diremos a ese profesor que babeaba pro ti, que te represente. – y ella rio sin ganas.
- ¿Y darle la posibilidad de que se entere que he sido la esclava sexual de Santino? No, gracias. No iré, no me interesa lo que me diga. Simplemente, no iré. –
Ella estaba completamente decidida a no dejarse intimar más por él y no le daría la razón en nada. Firmó la renuncia y la anulación del contrato. Ahora ella era dueña de su propia vida y de su propio cuerpo y como tal, no volvería acatar nada de lo que ese hombre le diga.
Horas antes.
Cuando Santino salió corriendo del despacho, Clara se había quedado sola vistiéndose en el lugar sin comprender como, prácticamente, la arrojó al suelo de un momento a otro, para dejarla completamente sola y confundida con una carpeta con un título en grande que decía "Anulación del acuerdo" en el suelo. Ella lo pensó dos veces antes de agarrar el papel del suelo y comenzar a ojearlo.
Ni bien abrió la primer hoja, se encontró con una firma y la aclaración preguntándose a si misma ¿Qué tipos e acuerdo anuló Abril Evans, la secretaria nueva, con Santino Rivas. Cuando leyó un poco más, pudo deducir un acuerdo sexual que había entre ambos el cual se había roto. Pero cómo no tenía mucho tiempo ahora leerlo, solo el tomó algunas fotografías para leerlo detenidamente en su casa y acabo de desvestirse.
Si había algo que no toleraba ella, era la de ser arrojada y desplazada como basura y juraría que se iba a vengar de lo que Santino había hecho y esos documentos le serían útiles.
Cuando al fin se vistió y salió pro la puerta, se lo cruzó, pero éste no tuvo ni la amabilidad de hablarle u ofrecerse para llevarla ¿Será que había algo más que un acuerdo entre ellos? No lo sabía, pero lograría descubrirlo.
Frente a su computador, él aguardo por dos horas, esperando a que le contestaste y al ver que no sucedía, decidió enviarle otro email.
De: Licenciado Santino Rivas
Fecha: 07 de Abril de 2021 01:15 p.m.
Para: Abrió Evans.
Asunto: Sobre el acuerdo.
He notado que ha firmado mal la anulación, por lo que aún sigue en vigencia. Le ordenó concurrir a mi oficina inmediatamente si no quiere ser castigada.
Sabe que detesto las esperas.
LIC. RIVAS, Santino.
Mintió.
La anulación estaba bien y la firma de ella también. Solo que al notar la falta de respuesta del primer mensaje algo lo acongojo, sin saber el pro qué le estaba pasando esas cosas y tuvo el impulso de inventar aquello para que Abril fuese a verlo en ese momento. Pero nuevamente fracaso.
Ella no quería volver a saber de él.
Volvió a intentarlo media hora amas tarde.
De: Licenciado Santino Rivas.
Fecha: 07 de Abril de 2021 01:45 p.m.
Para: Abril Evans.
Asunto: Necesito verla.
Tiene mucho trabajo que debo entregarle para que pueda tenerlo listo para el próximo lunes y no está digitalizado.
La espero ahora en mi despacho.
LIC. RIVAS, Santino.
Y lo envió.
Él se sentía un imbécil al escudarse estúpidamente para verla otra vez ¿Por qué no se sincera a con ella de una buena vez y le decía que no quería verla disfrutar con otro que no sea él? ¿Por qué no le era sincero para decirle que follo con Clara solo porque le dio celos saber que podía dejarlo para estar con Gabriel? ¿Por qué no le dice que en verdad se siente más suyo que ella de él? Porque ni él tenía en claro lo que le pasaba con ella.
Y como si se tratara de una necesidad, no pudo contenerse y una hora más tarde, le envió otro mensaje, aunque esta vez el motivo era real. En aquel papel donde ella le escribió su renuncia, había descubierto una historia clínica bajo el nombre de Catalina Evans, por lo que gracias a ella, podría volver a verla. Pero antes que cualquier cosa, le sacó una fotocopia, más luego y con una sonrisa comenzó a redactar el mensaje.
De: Licenciado Santino Rivas.
Fecha: 07 de Abril de 2021 02:55 p.m.
Para: Abril Evans.
Asunto: Tengo la historia clínica de su hermana.
Me he dado cuenta que el papel donde escribió (para nada formal) su renuncia, tiene información sobre el tratamiento de tu hermana.
Te espero a las 15:30 p.m. para entregártela
LIC. RIVAS, Santino.
Y como si se tratara de algo predecible, ella le contesto.
De: Abril Evans.
Fecha: 07 de Abril de 2021 03:02 p.m.
Para: Licenciado Santino Rivas.
Asunto: No lo haré.
Envíemelo escaneado. Me sirve igual.
EVANS, Abril.
Pero no se dejaría intimar. Él le dijo que fuera y eso terminaría pro hacer.
Modo Santino frío y despreciable encendido.
De: Licenciado Santino Rivas
Fecha: 07 de Abril de 2021 03:05 p.m.
Para: Abril Evans
Asunto: Me vale.
Me vale lo que usted quiera. O viene o esta historia clínica pasará a ser parte del reciclado.
La espero en 25 minutos. No me haga esperarla.
Por cierto, anulación mal echa es igual a qué sigue siendo de mi propiedad.
Véngase sin ropa interior.
LIC. RIVAS, Santino.
¿Cómo podía ser capaz de seguir jugado con ella aún sabiendo que anuló el contrato? No quería volver a verlo, pero necesitaba esa historia clínica. Aunque francamente eso también era una escusa de su parte, ya que si realmente lo necesitaba, solo debía volver a pedirle al traumatólogo y listo ¿Qué tanto problema se hacía? El asunto es que ella quería volver a verlo. Aunque sé aún capullo hijo de su madre, quería saberse deseada… aunque eso le doliera.
Tomó sus cosas y se dirigió hacia la oficina.
Cuando llegó, notó que todo estaba oscuro y que prácticamente no se veía nada, pero cuando quiso voltearse para irse e ese lugar, alguien la tomo de la cintura y le tapó la boca con un pañuelo mojado que la hizo perder la consciencia. Al cabo de unos 30 minutos, sus ojos volvieron abrirse.
- ¿Dónde estoy? – dijo sin compré ser nada y sintiendo un frío que le helaba la sangre. Intentó moverse y notó unas cadenas en ambas muñecas y ambos tobillos. Se asustó. - ¿Dónde estoy? – repitió envuelta en pánico ¿La habían secuestrado? Pero esa pregunta obtuvo su respuesta.
- Al fin has despertado. – lo ve llegar a los mira de lo que parecía ser una cama, dónde la tenía amarrada y no pudo evitar excitarse al verlo en cueros y un bóxer que enmarcaba a la perfección su miembro erecto.
- ¡Suéltame! ¡Maldito loco! – quiso gritar y esconder entre los mismos, aquellos gemidos de placer d verse tan entregada a él.
- Luego de castigarte. – dice sin más, como si no le importa de y pasará en alto su pedido y firma de anulación.
- ¡Pero firme la anulación! ¡No puedes tocarme! – le dice y él en un santiamén, está sentado con su miembro tan cerca de su rostro, que solo desea saborearlo en su boca.
- Está mal esa anulación. No está certificado. – mintió, si l estaba, solo que no se imaginaba sin poder sentir su piel y su cuerpo. Sin poder sentirse entrando y saliendo de ella una y otra vez.
- ¡Déjame! – le pide con su cuerpo y su voz temblorosa. Él se acerca a su boca y ella pierde el control de sus sentidos.
- Nunca. – dijo mirando fijamente sus ojos, para besarla apasionadamente.
Mientras la besaba, sus manos acariciaban sus brazos y su rostro, con una delicadeza que hasta podía hacerle cosquillas
¿En qué momento se volvió una adicta a sus besos? ¿A esos besos inexpertos? Si hasta su novio, que ya ni sabía si lo era, la besaba mejor.
Se acomodó entre sus piernas, situando en su entrada, desnuda, su miembro aún guardado dentro de su prenda, para hacer precio y friccionarse contra él, provocando que ella se moje.
¡Cómo le enloquecía. Sus gemidos! … Música para sus oídos.
- ¿Quieres que te deje? – le dice sobre eso boca, casi sin dejarla respirar.
- Suéltame .- responde ahogada en gemidos, los mismos que omite sobre sus labios. – Déjame. – insiste sin despegarse de su boca.
Pero él nota que no quiere irse de su lado, por lo que deja de besarla y se pone de pie en la cama, para desnudarse por completo, liberando una gran polla roja de deseo y bienvenida. Ella no pudo evitar relamerse los labios.
Se volvió acostar y ubico su glande en su entrada, para volver a torturaría.
- Pídemelo otra vez. – le dice moviéndose apenas para que ella siente como el glande comienza abrirse paso dentro suyo. – hazlo, pídemelo. – insiste, mientras mueve un milímetro más su polla hacia delante, pero ella no puede hablar, solo gemir y sentir como su piel se eriza por completo. – si no me lo pides, comprenderé que en verdad quieres que no vuelva a tocarte. – dice para introducir lentamente todo el glande dentro suya y escucharla gemir en lo alto. Él besa su cuello y con una mano toma su mentón y ladea su cara, ubicando su boca a la altura de su oído, dónde pasa su lengua sobre ella, mordiendo su lóbulo y susurrándole una última vez. – Venga…pídemelo una vez más. – y como si ese fuera el permiso… con un grito desgarrador, es que no termina de contestarle que él se entierra por completo en ella.
- Folla… ahhhhh… -
Y vuelto todo a comenzar.