En tanto se dirigía a la puerta hecho un pequeño grito para avisarle a los que estaban más atrás que todo había terminado y que podían huir.
Tras haber llegado a la sala se encontró con una habitación bastante normal. Era un lugar grande, pero tenía algunos muebles y en medio había una mesa con varios papeles.
En uno de los muebles de los alrededores había una radio y se podía escuchar a la perfección como otras personas hablaban desde el otro lado.
Al fondo de este lugar había escaleras que llevaban hacia arriba.
En simples palabras, estaba en un bunker.
Sin embargo, a pesar de todo eso, su sonrisa brillo cuando vio a la perra que lo torturaba en el suelo y encima de algunos escombros del bunker.
"Ahora que lo pienso mis balas son mucho más fuertes que una granada normal, ya que seria imposible para una romper aunque sea una parte de un bunker."pensó muy feliz por dentro.
La mujer estaba inconsciente, así que Seren corrió los escombros que tenía encima para poder despertarla.
"Al fin puedo tener a esta maldita desgraciada frente a frente y con mi cuerpo en buen estado."
"Me voy a divertir mucho con esta mierda."
Dijo Seren en un tono serio y con una sonrisa que daba miedo.
La mujer continuaba inconsciente a pesar de ya no tener los escombros.
Seren se le acerco y se arrodillo al lado de su cuerpo.
Acerco su rostro ala de ella y la beso.
La mujer inconsciente sintió una lengua desconocida y la acepto.
Intento juntar su lengua con la del desconocida y cuando lo hizo, sintió un fuerte dolor.
Seren le había mordido la lengua hasta el punto de dejarle sangre en toda la boca.
De esta manera la soldada entró en razón y dejó de estar inconsciente.
Erika veía todo desde un lado y sonrojada al principio, pero después muy sorprendida por lo que su apóstol hacía.
La mujer no dejaba de gritar con dolor por lo que el desconocida le había hecho.
"¿¡Q…ue…ate!?."
Grita adolorida y sin entender nada.
El rostro de Seren lo tenía en frente.
Sus ojos rojos no dejaban de brillar.
El cabello marrón oscuro desparramado se le hacia irreconocible a la soldada.
Ese rostro era desconocido para la mujer.
Por más que buscará en sus recuerdos no lograba encontrar quien era esta persona.
Seren, con una sonrisa seria, pero retorcida le dice frente a frente "Parece que no me reconoces, perra."
La mujer continúa preguntándose así misma sobre quien era esta persona
"¿Qui…e…ere?."
Se pregunta.
Seren suelta una carcajada y le respondes.
"Obviamente no te acuerdas de mi. Soy aquel chico que no se podía mover y fue traído a este lugar por ordenes de su majestad para no morir y ser torturado."
Esas palabras abrieron por completo los pensamientos de la mujer.
Se puso a recordar a aquel chico a el cual se le había ordenado no matar sin importar nada.
En su mente vio a aquel chico que estaba en la celda y sin vida a pesar de estarlo. Sus ojos muertos eran incomparables con los que ahora tenía y su rostro mucho menos.
Sin embargo, la mayor sorpresa de esta mujer fue ver que, ese chico volviera a tener sus piernas.
No podía creerlo de ninguna manera.
Era imposible para ella creer que ese niño fuera la persona que tenia en frente, así que opto por no creer.
Sabia que no tenia que hacerse la dura, ya que la persona que tenia en frente parecía ser muy fuerte.
Además, en su mente le era imposible que por obra de magia ese niño hubiera cambiado y mucho menos que le hubieran vuelto a crecer sus piernas.
En simples palabras, no le creyó nada.
Para su mala suerte, estaba equivocada, no había forma de culpar su ignorancia, después de todo lo mágico para ella no existe, ¡No!, para el mundo lo mágico no existe y jamás habían presenciado algo como la regeneración de extremidades, así que era normal su ignorancia.
Para tratar de sobrevivir ella tenía una sola cosa en mente, es decir, hacer lo que mejor sabe hacer.
Ella contuvo su dolor en la lengua a pensar del dolor y puso una expresión bastante atrevida mientras pasaba sus brazos por el cuello de Seren.
Seren sabía a la perfección lo que ella intentaba, así que le siguió la jugada.
La mujer llevó el rostro de Seren a su pecho y el se encargo de desnudarla rompiéndole la poca ropa que llevaba.
Seguido puso su boca en los pechos de la mujer y comenzó a chuparlos.
Ella no dejaba de gemir y pensar que su jugada le había salido perfectas.
Mientras esta soldada con buen cuerpo gemía, Erika muy sonrojada se tapaba y destapaba sus ojos con sus dos patitas felinas.
No podía creer lo que estaba viendo.
A pesar de todos los años de vida, era un mujer completamente virgen y por alguna razón ver eso le provocaba un poco de enojo.
Mientras tanto, la soldada trataba de poner su mano sobre la entrepierna de Seren y el la detiene antes de ser tocado.
"¿En serio pensaste que con esto te dejaría vivir?."
"La única mujer a la que sirvo es a mi diosa."
Esas palabras dejaron perpleja a la soldada que estaba en el piso, mientras que Erika se lleno de alegría por escuchar esas palabras.
Tras esas palabras, agarra el largo cabello blanco de la mujer y con su fuerza hace golpear el hermoso rostro contra el suelo.
La golpea varias veces y después arrastra su cara, como si rallara queso en el suelo.
Lo que una vez fue un hermoso rostro, ahora era algo completamente diferente y opuesto.
Su nariz estaba deformada.
Todo su rostro sangraba y en un montón de partes de su cara le faltaba piel.
Luego de haberle hecho eso, Seren se levantó de encima de su cuerpo y le dedico unas palabras.
"De seguro en el pasado me hubiera dejado engañar por tu belleza, pero hace poco vi a una mujer mucho más bella y perfecta, que me hizo replantearme mis gustos."
"Además, todo esto te lo mereces por haber provocado que todos esos hombres me violaran."
"No te imaginas todo lo que me hiciste sufrir durante este tiempo…Bueno, lo que se viene puede que sea peor que lo que me hiciste pasar a mi."
-CONTINUARA-