"Haremos todo lo que nos pida, así que por favor."
Esas eran las súplicas de una madre y hermana mayor que tuvieron que pasar por un montón de cosas.
Sus palabras lo decían todo y sus cuerpos argumentaban el sufrimiento de esas palabras.
Seren estaba de acuerdo en salvarlas.
El hecho de que ofrecieran sus cuerpos ya era serio y el deseo de querer huir lo convencía de cada una de sus súplicas.
Decide preguntarle a la gata mediante esa telepatía rara sobre que hacer con estas tres mujeres.
Lo único que deseaba saber era su opinión, ya que, si se tratara de el, aceptaría.
La gata lo pensó seriamente y acepto.
El Apóstol le agradeció a su diosa por haber aceptado.
Puso su expresión seria y miró a las tres mujeres que yacían en el suelo con sus miradas hacia arriba esperando por la respuesta del Sr. Mago.
"¡Esta bien!."
Una gran sonrisa pobre se hizo en su rostro.
"De ahora en mas seguirán cada una de mis órdenes y serán de mi pertenencia."
"Si están conmigo las protegeré, pero si me traicionan las haré pagar y ya saben de lo que soy capaz."
Con palabras cansadas, la mayor de las tres dio su respuesta.
"Seremos de su propiedad…"
"…Así que sálvenos de este infierno."
Esas últimas palabras las dijo con lagrimas y sufrimiento.
Seren se dio vuelta al instante y dijo en un fuerte tono "¡Síganme!."
El Apóstol y la diosa iban adelante en tanto las tres mujeres caminaban un poco alejado de ellos.
Ya se habían escapado de la cárcel, así que ahora lo que había que hacer era alejarse del lugar.
Escapar no fue nada complicado para este grupo, Seren se puso en una de las murallas de la prisión y con un simple puño destruyo un parte mientras los demás presos continuaban disparándose contra los militares.
Se encontraban lo bastante lejos como para poder ver todo lo que sucedía en la prisión.
Estaban en un lugar un poco levantado, así que era perfecto para lo que el Apóstol quería hacer.
En los alrededores de la prisión no había árboles y tampoco edificios, así que era fácil observar los alrededores.
"Detengamos durante unos minutos, tengo algo importante que hacer."
Las tres mujeres le hicieron caso sin dudarlo.
No habían caminado casi nada y ya estaban muy cansadas.
Sus cuerpos eran débiles y su desnutrición aterradora.
Los huesos de su cuerpo se notaban con claridad, pero lo que más le dolía a este Apóstol era ver a una niña tan pequeña en ese estado y con esos ojos inexpresivos que lo decían todo.
La mujer mayor, la adolescente y la niña se acostaron en el piso.
Sus cuerpos ya no daban más y esto, Seren lo supo al instante, así que parte de que se detuvieran se debía a ellas.
No quería que se le murieran a unos metros de haber salido de la prisión.
No obstante, este no era el único motivo por el que se había detenido.
Erika sintió curiosidad por esto, así que se lo pregunto con un tono demasiado bajo para que las demás no la escucharan.
"En ves de habernos detenido, ¿no deberíamos dirigirnos rápido hacia ese bosque de haya?."
"Si no nos apresuramos puede que nos atrapen, tienen esos vehículos, así que sería fácil para ellos seguirnos, atraparnos y ejecutarnos si así lo desean."
El chico se tiro en la colina y miró hacia la prisión.
"Si, tienes toda la razón. Esos vehículos pueden darnos más problemas, por eso prefiero eliminarlos ahora que tengo la oportunidad, así no nos causan problemas en un futuro."
La gata se sorprendió al escucharlo decir esas palabras.
Estaba asombrada de la gran inteligencia de su Apóstol.
Después de todo, ambos pensaban que esos vehículos podrían causarles problemas mientras huyen del lugar.
"JIJIJIJI…Mi elección no fue mala. Este Apóstol es maravilloso."
Pensó un poco macabra y feliz.
Con eso aclarado hizo aparecer sus seis rifles de cerrojo y con uno en la mano, apunto hacia la prisión en donde todos seguían luchando.
Ver aparecer esas armas tan de repente asustaron a las tres mujeres.
Las dos menores se pusieron rápidamente detrás de la mayor y lo miraron con miedo.
"¿Nos…nos…vas a matar?." Pregunta la adolescente con una voz miedosa y con todo su cuerpo temblando.
Las otras dos estaban igual.
Seren se dio vuelta al oírla hablar de esa manera y se dio cuenta que estas tres chicas habían sufrido mucho mas que el.
"Por suerte, yo estuve pocos días en ese lugar, pero ellas no se cuantos días tuvieron que haber sufrido en ese infierno. Es entendible que tengan miedo por todo."
Medita mientras miraba sus cuerpos temblar.
Seren se dio la vuelta y volvió a apuntar hacia la prisión.
"No se asusten, no tengo pensado hacerles daño."
"Es más, creo que esto podría gustarles. Voy a hacer sufrir a esos soldados, así que si quieren ver como las personas que les hicieron un montón de cosas sufren, acérquense y pónganse a un lado mío."
"Ya se los dije, no voy a hacerles nada. No las hubiera salvado si tuviera pensado matarlas después de salir de la prisión."
Esas palabras de Seren aliviaron bastante el miedo de las chicas.
Así como el les dijo, las tres se pusieron a un costado y vieron la prisión junto a él.
Mientras observaba con su rifle, soltó estas palabras "Tendré que ver si mi apuntaría a larga distancia no se ha deteriorado."
Sin embargo, al decir eso, aparecieron tres vehículos o para ser más específicos, tres camiones militares.
No era difícil suponer lo que esos típicos camiones de transporte llevaban, esperar a que todos esos soldados bajaran de los tres vehículos no era un opción.
Con su rifle en mano apunto hacia el primer camión y con otros dos apunto a los otros que venían por detrás.
Su apuntaría con las otras armas funcionaba de manera bastante rara, solo tenía que ponerse en mente y las miras de las demás armas aparecerían en su mente como si estuviera apuntando con su propio ojo.
No entendía bien este sistema raro, pero poder hacer eso con sus armas le facilitaba las cosas.
Con el arma que tenia en su mano apunto al lugar en donde estaba el motor y disparo.
La bala dio exactamente en donde el quería.
El camión se detuvo y a los segundos exploto.
Los otros dos iban muy pegados al que exploto, les fue imposible impedir lo que iba a suceder a continuación.
El segundo vehículo intento esquivarlo pero de igual manera choco al que estaba en fuego y se fue hacia un pequeño barranco que había a un costado de la calle.
El camión callo con la boca hacia abajo y le era imposible a este moverse hacia atrás.
El tercero se detuvo antes de chocar con el segundo y logró salvarse, pero no del todo, ya que Seren aprovecho este momento para disparar con uno de sus rifles al camión que se había detenido
-CONTINUARA-