Aunque costó convencerlo, durante el siguiente mes estuve entrenando con Itán, el amigo de Anverto, artes marciales. En la academia aprendí algunas cosas básicas del mundo, como las criaturas oscuras, las deidades y como están en extinción, como se abolieron las lenguas para una unificación y acerca de las diferentes subdivisiones de Malsar, así como, como usar mi habilidad de otras formas.
Ahora me encontraba en clase de fuerza física, dada por el profesor Sergio, quien todavía me parecía un profesor sospechoso dado el parentesco a mi padre y que su nombre no sea común en estas tierras.
—Bien pequeños ingratos, hoy tendrán una actividad extracurricular, ya he avisado a todas sus familias de que no volverán a casa hoy. — Decía Sergio mientras se oían quejidos por el salón. — Así que esta clase la aprovecharemos como preparación para esta misión de práctica. Antes de empezar a explicar deberán buscar a un compañero de equipo.
Y así todos empezaron a buscar a su compañero, la mayoría de la gente consiguió rápido a una pareja, pero yo al ser un antisocial me es complicado encontrar a alguien que quiera ir con un "Mobir".
Recordé que Anverto también estaba en mi clase, así que me acerque a preguntar, podíamos hacer buena pareja, yo hago daño y él es buen defensa.
—Lo siento, pero no. —Respondió apenado mientras yo era golpeado por sus directas palabras. — ya estoy con Itán, ¡Pero la próxima hare grupo contigo!
—No… te preocupes. —Le respondía mientras me recuperaba del golpe.
Vague un poco por los alrededores, pero mis esperanzas disminuían, hasta que llego un rayo de luz muy bonito a mi cara.
—H-h-hola — Me hablaba avergonzada una chica de más baja estatura que yo.
—Hola… eh… ¿Cómo te llamas? — Aunque llevo 3 meses en esta academia apenas conozco a mi clase.
—Me llamo Saniel. — Se sonrojaba aún más, parecía un tomate.
—Yo soy Yoru, encantado. — La sonreía.
Se alejaba de mí unos pasos y me decía—¿Quieres…?
—¿Quiero? — Preguntaba confuso
—¿ser…? — La chica parecía desvanecerse en el aire
—¿ser? — Mi mente solo parecía pensar en cosas incorrectas.
—¿Mi compañero? — Terminaba, tomaba aire y se tranquilizaba
— A si, compañeros, claro. Por supuesto.
Y así, de una forma extraña, conseguí a un compañero para esta "misión de practica". La comunicación iba a ser difícil, pero al menos tenía compañera y encima es guapa, quiero decir, es una chica gato.
—Bien, paso a explicar lo que harán este día de hoy. — Nos llamaba y reunía el profesor Sergio. — Ya habrán escuchado sobre el bosque oscuro en clase, ¿No?
—Si profesor — Decía la misma chica inteligente de siempre.
—Explícanoslo, por favor.
—El bosque oscuro es un área de acceso controlado a las afueras de la ciudad, para entrar hay que tener un permiso especial que solo es concedido en el ayuntamiento. En el bosque oscuro se pueden encontrar criaturas oscuras peligrosas de nivel común y peculiar, así como minerales de baja rareza.
—Como siempre, muy acertada. — Halagaba a la chica. — Y su misión de hoy es encontrar una bandera blanca que he colocado ahí.
—¿En qué nos ayudará esto profesor? — Hablaba un chico.
—En varios aspectos. — Comentaba inteligentemente el profesor. — Instinto de supervivencia; ahí encontrarán criaturas de un nivel similar al suyo, aunque haya colocado la bandera en una posición estratégica, puede que haya sido movido por los diferentes animales y tengan que enfrentarse a alguno para obtenerla. Cooperación; tendrán que trabajar con una persona y tendrán que llegar a ser afines si quieren superar los obstáculos. Y, por último, competición; la pareja que consiga la bandera exentara mi clase este semestre.
La multitud enloqueció, todos parecían motivados para conseguir esta bandera.
Pasadas unas horas fuimos llevados a pie a las entradas del bosque.
—Ultimas indicaciones, les daré a cada equipo una pistola de bengalas, si pasará algo que atentara contra sus vidas solo tienen que disparar a los aires y un grupo de profesionales irán a su rescate. Pero espero no sea necesario, estas criaturas no deberían ser problema para ustedes. — Decía confiado — También si se ven indispuestos pueden dar la media vuelta y salir del bosque, pero eso los descalificaría. Dicho esto, pueden empezar.
Mucha gente entro enseguida al bosque, nosotros, como otros, esperamos y ordenamos un plan.
—Bien, Sariel ¿Cuál es tu poder? — Le preguntaba directamente.
—Eh, Ah, sí, yo… — Empezaba a sonrojarse.
—Tranquila, toda ira bien. — Ponía mi mano en su cabeza.
Ella se sorprendió, me miró, cerro los ojos y respiro profundamente. —Mi magia es de apoyo, doy ventajas de velocidad, ataque y curación acelerada a mis compañeros, y desventajas de ralentización y desgaste a mis enemigos. Pero, perdón, solo soy un rango E, no seré de mucha utilidad. — Terminaba de explicar mientras agachaba la cabeza y se disculpaba.
—Eres de bastante utilidad Sariel, mi poder hace que aumente mi cuerpo a cuerpo, así que me complementas muy bien. — Le sonreía y luego me reía. —Además, yo también soy un rango E.
—Me alegro oírlo. — Me soltaba una pequeña sonrisa.
—Bien, dijo que lo puso en un punto estratégico, entonces podemos suponer que estará en el centro del mapa, que es el punto donde todos deberíamos recorrer la misma distancia. — Dije
—Creo que estará en el punto más alto, todos pensaremos en el centro del mapa, si quiere ponernos un reto, llegar a la cima de la montaña sería un reto. — habla Sariel con claridad.
— Tienes razón, vale la pena ir directamente a la montaña.
—Nos son tan tontos después de todo. — Se acercó el profesor Sergio y toco a Sariel. — Pero si no se apuran, por mucho que sepan la ubicación, otros ya habrán llegado.
Nos embarcamos hacia el bosque oscuro, los primeros tramos fueron tranquilos, no nos cruzamos con ninguna criatura oscura, solo animales salvajes que ignoramos.
Empezamos a platicar mientras nos movíamos
—¿Siempre has sido tan callada? — Pregunté
— Ehh… No… solo que, no tengo muchas amistades, y… me cuesta hacer amigos. — Responde avergonzada.
—Te pareces a mí, a mí también me cuesta hacer amigos. Pero, has pasado por más que eso ¿No es así?
—Si, en mi anterior academia perdí a mis mejores amigos en un atentado un día que salimos, fue muy duro para mí, pero fue más duro que todos me dejaran de hablar por miedo a "mi maldición" — Se sinceró.
—¿Tu maldición?
— Si, se cree que todo el que se hace mi amigo termina muriendo.
—Pues entonces tendré que demostrar que no existe esa maldición. — La miré y le sonreí.
—Gracias. — Sonrió por primera vez de manera sincera.
—Espera, oigo algo, ocúltate. — Interrumpí el bello momento y la llevé conmigo a un árbol.
—Mira ahí, es un Rainango. Clase peculiar de tipo D. Uno más que nosotros.— Hablaba refiriéndome a nuestros rangos.
—¿Qué hacemos? Esa es la única ruta para subir a la montaña— Me preguntaba nerviosa.
—Enfrentarlo, eso es lo que haremos. — Decía asertivamente.
Salimos del arbusto y llamamos su atención.
—Desequilibra, Inversión — Invoqué
—Amplifica, Auxiliar — Invocó Sariel.
Empezamos la batalla tomando la ofensiva, para aumentar mi velocidad usé mi habilidad en los pies y liberaba poca cantidad de fuerza física cada vez que pisaba el suelo para amplificar su efectividad y no desgastarla tanto. Sariel me ayudó con una ventaja de velocidad. Llegué a él y golpeé con varios jabs potentes, antes de que golpeará cargaba mis puños con energía mágica y en el momento del impacto lo activaba.
La criatura me aparto con un desplazamiento largo de su brazo, volví a la carga levantándome en el aire con un buen impulso de mi habilidad en los pies, pero la criatura fue más rápida que yo y me dio un golpe directo antes de que pudiera impulsarme en el aire, me mando volando hacia un árbol. Sariel me ayudo a levantarme y me dio una ventaja de curación en la espalda, zona la cual resultó afectada en el impacto.
Volví a la carga, esta vez decidí jugar en tierra, le di la vuelta a gran velocidad y ataque con una patada frontal en la espalda del enemigo, desplazándolo varios centímetros, no le di tiempo de descansar, volví al frente y asesté varios crochet (ganchos horizontales) en su tripa, lo hizo tambalearse y caer. Terminé retrocediendo un poco para golpear con una potente carga de fuerza física con una patada descendente que le dio en toda la nuca, lo dejo noqueado.
—Eso fue impresionante, eres muy bueno Yoru. — Me miraba con ojos brillantes.
—De no ser por tu ventaja de velocidad nunca lo hubiera igualado, gracias a ti. — Le respondía sinceramente. — Sigamos.
—¡Si! — Me respondía tiernamente. Amo a las chicas gato.
Después de una larga caminata, parecía que nos acercábamos a la meta. Pero de repente Sariel se desplomó.
—¿Sariel? ¿Qué te pasa? — Me acercó a ella.
—Creo, que no me siento muy bien, veo borroso. — Me decía con pequeñas lágrimas en sus ojos y una sonrisa.
—Venga, salgamos del bosque. — La agarré y la cargué.
—Pero, la meta. Estábamos tan cerca.
—Eso no importa ahora, tenemos que sacarte de aquí, tu seguridad primero.
—Lo siento. — Empezó a llorar desconsolada
—No es tu culpa, tuvo que haber sido alguna cosa que te haya picado de aquí o algo. — Intente tranquilizarla con lo primero que se me vino a la mente.
Retrocedimos y fuimos en busca de la salida, pero algo extraño pasaba, por mucho que caminaba por la dirección que vinimos, todo era completamente diferente, la misma estructura del bosque había cambiado.
—Estamos perdidos… — Dije avergonzado
—Lo siento, es mi culpa. Estoy siendo una carga y por estar pendiente de mi te desubicaste. — Dice más avergonzada aún.
Entre nuestra platica aparece delante nuestra una criatura oscura, no la vimos venir, no la oímos, no pudimos percibirla, solo se postro delante nuestra.
Nos quedamos perplejos, era una criatura que alcanzaba una altura de dos metros y medio, estaba encorvada, tenía cicatrices por todo el cuerpo, un cuerno en su cabeza y piernas como las de un centauro.
—No conozco a esta criatura. — Susurré a Sariel
—No aparece en los libros que nos brindaron. —Me responde en bajito.
Sariel se baja de mi espalda y se pone de pie, atrás mía.
—¿Qué haremos? —Me pregunta.
—Tendremos que pelear, pero no te esfuerces mucho.
Nos posicionamos y nos pusimos alerta, el aura de la criatura nos hacía ponernos a la defensiva, esperábamos a que se moviera para atacar.
De un momento a otro la criatura dejo de estar en nuestros ojos.
Voltee a ver a Sariel, la criatura estaba detrás ahora, guardando distancia nuevamente.
—Sariel, cuidado, detrás nuestra — Le dije con efusividad.
—M-M-¿Miche?
Fue lo último que dijo Sariel antes de que su cabeza y sus dos piernas se desmembraran de su cuerpo.
Mis piernas temblaron, caí de rodillas, no pude evitar vomitar. Habían asesinado a Sariel sin siquiera poder defendernos.
El monstruo me miraba, mire hacia el cielo, había innumerables bengalas estallando.
—Así que hasta aquí llegue, ¿cierto?
Cerraba los ojos, no quería ver como mi cuerpo era desmembrado, sabía que no podía defenderme de algo que no puedo ver.
—¡Toma mi mano! — Se oyó la voz de una chica acercándose columpiada de una cuerda.
Sin pensarlo dos veces tomé su mano y me fui con ella. Me llevo a un sitio alejado, nos quedamos arriba de un árbol.
Estaba por empezar a llorar por lo sucedido.
—¡Cállate! ¿Acaso quieres que nos descubran? Guárdate tus lloros para cuando estemos a salvo. — Me gritó sin compasión.
—Acabo de presenciar la muerte de alguien, ¿Cómo quieres que me controle?, además nos descubrirán antes por tus gritos que por mis lloros.
—Malditos novatos, hay que saber cómo controlar las emociones.
—Cómo si tu fueras mejor, puedo deducir que eres 2 o 3 años menor que yo.
—Seré menor que tú en edad, pero por tus ojos puedo deducir que no has pasado ni un quinto por lo que yo.
No respondí, sus ojos realmente reflejaban una chica con una dura vida.
—Bien, ahora que te has calmado, cuéntame tu situación. — Me preguntaba.
—Iba con mi compañera de camino hacia fuera del bosque, pero el entorno cambio y se nos apareció una criatura oscura que no habíamos visto en clase.
—Vale, creo que toda la clase estamos en la misma situación. Es un monstruo creado artificialmente, por eso no aparece en nuestros libros.
—¿Creado artificialmente?
—Si, alguien los mando a nuestra búsqueda. Y teniendo en cuenta que por muchas bengalas que tiremos nadie viene a mí me deja un claro sospechoso.
—El profesor Sergio. — Dije sin titubear.
—Has dado al clavo.
Recordé que antes de que viniera al bosque oscuro, el profesor se acercó y tocó por la espalda a Sariel, pudo haberle inyectado alguna clase de veneno. Además, prácticamente nos reveló donde está la bandera, eso lo convierte en el principal sospechoso.
—Por mi experiencia, diría que esos bichos son por lo menos una clase extraña de bajo rango.
—¿Clase extraña? ¿Por qué se tomarían las molestias de eliminar a unos chicos de curso medio con clases extrañas?
—Eso es lo que estoy intentando deducir chico apresurado. — Decía con una cara irritada — Por el momento, lo único que se me ocurre es que encontraremos más pistas si llegamos a por la bandera.
—¿Qué pasó con tu compañero? — Preguntaba imprudentemente
—También murió. — Me respondía tranquilamente. — Dejémonos de preguntas, vayamos hacia la bandera.
—Una última pregunta.
—Que pesadilla eres.
—¿Cómo te llamas?
—Abiel Lenisa, pero simplemente llámame Ab.
—Está bien Ab, yo soy Yoru Mobir, llámame Yoru.
—Si si, vayamos hacia la bandera.
Nos empezamos a mover. Aunque en mi cabeza rondaba ese desagradable momento donde se desmembraba Sariel, seguía adelante. Tenía que descubrir que estaba pasando para que Sariel pudiera descansar en paz.
Empecé a platicar con Ab mientras nos movíamos.
—Oye. — Empecé
— Eres muy pesado ¿Qué quieres? — Respondía a regañadientes.
—¿Cuál es tu habilidad?
—¿Por qué debería decirle mi habilidad a un completo desconocido?
—Porque a lo mejor tendremos que luchar juntos en algún momento
—¡Ah! Que molestia. Tu solo quédate con que hago daño a distancia. Tu eres cuerpo a cuerpo, así que haz lo tuyo.
—¿Cómo lo sabes? — Pregunté intrigado.
—Te recuerdo que vamos a la misma clase, chico listo. — Responde irónicamente.
—Es verdad. Debería fijarme más en mis compañeros.
—Si salimos de esta y hay compañeros para ver, sí.
Una roca gigante cayó a lado de nosotros mientras hablábamos, nos sacó volando y detuvo nuestro movimiento.
—¿Estas bien, Ab?
—Preocúpate por ti. Yo estoy bien.
Era una de esas criaturas gigantes, pero este parecía más débil.
—Deberíamos huir, no vamos a poder contra él.
—Nos seguirá de igual forma, lo único que podemos hacer es deshacernos de él.
Dijo mientras saco un arco de la nada, estaba compuesto de pura energía mágica. Empezó a disparar y acertar al enemigo.
—Vamos, no te quedes parado, yo te doy cobertura desde la distancia.
—Bien, intentémoslo.
Aunque tenía miedo, no iba a dejar que el miedo me superara, esta batalla tenía que tomarla como si mi vida dependiera de esto así que no me contuve, empecé a correr a gran velocidad malgastando un poco de mi fuerza física.
El enemigo también se empezó a mover, iba a atacar con un gran barrido vertical usando todo su brazo, pero antes de que llegara a mí una flecha le dio e hizo que detuviera el ataque.
—¡Ahora! — Gritó con fuerzas Ab.
Aproveché la apertura para dar un gran golpe cargado de fuerza física que dio en las costillas, oí como crujían varias de ellas. Me aleje y tome guardia.
—Sigue así, yo te apoyaré desde la distancia.
Empecé a correr en círculos, el monstruo empezaba a golpear, pero cada vez me hacía más rápido… no, más bien, la criatura se hacía más lenta.
—Yoru, necesito que me crees una apertura, voy a acabar con esto.
—¡Bien!
Me acerque a la criatura a gran velocidad, me ubique detrás y le pegue una fuerte patada cargada de fuerza física en el hueco poplíteo (Parte detrás de la rodilla) para desequilibrarlo y que caiga de rodillas.
—Alcanza, flecha rápida. — Grito Ab.
La flecha tomo gran rapidez y le dio en el centro del pecho, así robándole la vida a la criatura.
—Ha sido impresionante, Ab. — Me dirigía a ella.
—Graci…as — Ab empezaba a perder la conciencia. Pero rápidamente la sostuve.
—¿Estas bien?
—Si, soló use mucha energía.
—Estuviste lanzando muchas flechas, ¿eso te consume mucha fuerza mágica cierto?
—Si, creo mis flechas a partir de energía mágica, pero tengo muy poca energía mágica, así que suelo usar bastante energía física para pelear.
—Lo has hecho bien, deja que te lleve. —Me ofrecí.
—No te acostumbres a llevar a una chica como yo en hombros. — Aceptó indirectamente.
Finalmente llegamos a la montaña y, efectivamente, ahí estaba la bandera blanca, pero, sorpresivamente, aparecieron 3 de esas criaturas enfrente de la bandera.
—Es imposible, apenas pudimos contra uno. — Le dije a Ab quien se bajó de mi espalda.
—En guardia, Yoru, no podemos dejar que nos derroten aquí.
Nos pusimos en guardia, pero uno de ellos desapareció y apareció enfrente mía para golpearme en todo el brazo.
—Mierda. — Fue lo único que pude decir en el proceso
Aunque fue un ataque muy potente, apenas tuve rasgaduras, sangraba mucho pero no era una herida fatal.
—Protege, muñeco inducido — Sonó detrás de nosotros.
Me había protegido Anve con su habilidad, esta vez sí llevaba tres muñecos vudú con él.
—Si no hubiera hecho el enlace a tiempo hubieras perdido el brazo, jaja — Reía avergonzado.
—Te debo una, gracias Anve.
—¿Son conocidos tuyos? — Preguntó Ab
—Van en nuestra clase. Él es Anve y el otro es Itán
—¿Cómo que él otro? — Me miraba con ojos enojados y cruzando los brazos.
—Se que es una emotiva reunión, pero no tenemos tiempo— Decía Ab mientras nos rodeaban las tres criaturas.
—Normalmente en un cuatro contra tres los cuatro tendrían la ventaja, pero no sé si este sea el caso. — Decía para aligerar el ambiente.
—Que sea un cuatro contra cuatro — Sonó en la distancia.
Todos nos sorprendimos al oír la voz, nuestras dudas se aclararon, quien estaba detrás de todo esto era el profesor Sergio.
—Quedarse atrás mis lindas criaturas. Ya me aburrí de esperar. — Las criaturas le obedecieron y se marcharon.
—¿A qué quieres llegar con todo esto, profesor Sergio? — Le grité.
—Bueno, mis jefes me pidieron que te eliminara antes de que te vuelvas un peligro potencial, pero quise divertirme un poco más e involucrar a una clase entera.
—¿Tus jefes? —Pregunto Ab.
—No estoy hablando contigo, niña entrometida. — Sergio pisó el suelo y levanto la tierra en la que estaba Ab, haciéndola volar y aterrizando en una roca, el impacto hizo que se desmayara.
—Eso ha sido muy duro, espero haberla matado con el impacto. — Reía Sergio.
—Ella está bien, decía Anve— La cabeza del muñeco vudú fue deformada, pero la de Ab parecía estar en buenas condiciones.
—Otro dolor de cabeza, creo que empezaré contigo. — Dijo Sergio.
—Ni se te ocurra. — Dijo Itán mientras se abalanzaba a Sergio.
Empezó a golpearlo con su ya conocida técnica de Kick Boxing, aunque no le daba porque el profesor esquivaba todos los puños, debería hacer efecto en su cuerpo gracias a su habilidad, pero no fue el caso.
—¿Por qué no te hago daño? — Preguntaba furioso Itán.
Empezó a reír malévolamente el profesor — Les presento mi habilidad, negación absoluta, toda la magia que toque mi campo desaparecerá. — Volvía a reír — Pero aun sabiendo mi habilidad, es inútil que puedan hacer algo.
Volvió a atacar Itán, pero el profesor de un movimiento consiguió agarrarlo del cuello con una mano y con la otra lo decapitó.
—¡Jajajaja! Débiles, débiles, débiles, todos son unos débiles. —Empezaba a verse la excitación del profesor
—¿Por qué no funcionó mi técnica…? — Se lamentaba Anve.
—Te lo he dicho, ¿no? Toda la fuerza mágica que entra en mi campo desaparece, eso incluye tu conexión.
—¡Eres una perra! — Grité.
Me acerque a gran velocidad hacia el profesor, pero él no se movía, pretendía recibir de lleno mi ataque.
—Jajaja. ¿De verdad no aprenden? Que alumnos más estúpidos tengo. No me puedes tocar.
Esta vez opte por convertir antes mi energía física, no sabía el rango que tenía su habilidad y aseste el golpe que lo mando rodando por la tierra unos cuantos metros.
Se paró y recuperó su postura.
—Ahora entiendo porque dicen que puede ser un peligro potencial. Tu habilidad es completamente diferente a lo que había pensado. Pero sigues siendo débil.
Se acerco rápidamente a mí, me cubrí rápidamente con mis brazos y les agregué fuerza física para recubrir la defensa, pero igualmente su golpe me quebrantó la defensa y me hizo mucho daño.
—No necesito habilidades para derrotarte.
El profesor iba a golpearme con todas sus fuerzas, pero fue detenido.
—Hasta aquí termino tu juego, profesor.
En mi cabeza estaba postrado un gato conocido, si, era el director de la academia. Y delante de mí había otras dos personas que tenían un aura imponente.
—Llegaron problemas, tendré que decir adiós por ahora. — Su cuerpo se desvanecía. — Yoru, la próxima vez que nos veamos espero que seas lo suficientemente fuerte para darme un buen espectáculo.
—Parece que llegamos a tiempo para rescatar a estos alumnos, sigan limpiando el área — Decía el director. — ¿Cómo están tus compañeros, chico? — Me preguntaba, pero yo solo caí de rodillas, mire hacia el frente, y al no tener ninguna señal de peligro, llore desconsolado.
INFORMACIÓN DIVULGABLE:
Ab:
Nombre real: Abiel Lenisa
Edad: 16 años
Altura: 153 cm
Raza: Humano Lagarto
Complexión: delgada
Ojos: Verdes
Pelo: Mediano, Rubio(tirando a rubio ceniza), con rizos en sus extremos.
Descripción detallada: Ab es una chica de baja estatura, físicamente es delgada y débil, pero las demás estadísticas son estables (poder, fuerza, agilidad, inteligencia, velocidad y elasticidad), a pesar de su edad, tiene mucha experiencia en combate. Su personalidad es enérgica y terca, es una chica que no se da por vencido y odia sentirse inferior a las personas, tiene una personalidad líder.
Poder: Flecha rápida
Clase: Peculiar
Rango: C
Explicación: Las flechas son generadas con fuerza mágica, así que podrá generar tantas flechas como fuerza mágica tenga, las flechas impactadas en el enemigo lo van ralentizando y haciendo daño porcentual (contra más flechas impactes más ralentización y daño haces).