En un espacio donde no se podía medir el tiempo o lugar.
*Booooom*
Una fuerte explosión destruyó los alrededores dejando atrás una enorme nube en forma de hongo, la onda expansiva dejo atrás solo muerte y destrucción.
Un hombre sin ambos brazos estaba ahora de rodillas, una espada apuntaba a su cuello, él miraba asombrado a quien tenía la espada.
Se trataba de un hombre de pelo plateado y ojos agudos, su cuerpo entero estaba intacto, permanecía inmaculado como si no hubiera peleado. Sus ropas blancas estaban algo arrugadas pero nada más, sus ojos tenían un extraño patrón, en la parte del hombro de su túnica había un dibujo de un dragón occidental parado sobre lo que parecía ser la luna.
—¿Morirás aquí o te convertirás en mi esclavo? Escoge ahora mientras soy piadoso
—...
Este era el Ángel de la Destrucción sometiendo al que alguna vez fue el Emperador del Este, el último ser que faltaba para cumplir su tan anhelada venganzas, ese Emperador gobernaba sobre el mundo donde estaba Kevin.
El Emperador ya no tenía el espíritu para pelear, con ojos de perdedor y su boca parcialmente abierta, el miedo estaba aferrado a su rostro, había pensado que podía lograr salvar a su amante pero la desesperación lo hizo cometer errores horribles, utilizó a su hija como experimento, encerró a su ex Emperatriz en una mazmorra, pero el peor ciertamente fue ofender al Ángel de la Destrucción.
Miraba al ser frente a él con lágrimas en los ojos, no era la cara de un Emperador orgullosos de si mismo y su poder, su espíritu estaba completamente destrozado y se había convertido en un perro con el rabo entre las patas.
—Yo... Aceptó...
—Bien
Y al final del largo silencio del Emperador el Ángel de la Destrucción respondió.
Con un bufido el Emperador se derrumbó.
Los ojos del hombre plateado se crisparon cuando se dió cuenta de lo que ocurría en el mundo principal del este.
—Maldito... Creaste tantos problemas, lanzaste una maldición sobre algunas familias, eso traerá inconvenientes al mundo, parece que la solución más efectiva es dividir esos continentes para que sean mundos autónomos, mmm~ dejare que te encargues del resto Kevin... No mueras tan rapido
...
—¿Mamá?
—¡Kevin!
Jade tenía el rostro lleno de amor mientras veía a su hijo, pensó que Albert sería más severo y no la dejaría verlo por un tiempo por lo que ahora podía estar feliz.
Kevin había obtenido el permiso de su padre para ir y encontrarse con su madre. Aunque las cosas se han calmado gradualmente su padre no podría aceptarlo de inmediato. En cuanto a cuánto tiempo se necesitaría, solo el destino lo diría.
—Mamá, ¿Cómo estás?
Al ver qué Jade estaba feliz de verlo, supo que ella lo aceptaba de corazón.
—!Kevin! Acaso no sabes que te extrañe mucho, ¿Porqué vienes a verme hasta ahora?
Jade frunció el ceño mientras decía.
Kevin se acercó y le dio un fuerte abrazo acompañado de un beso en la frente.
Después de eso le contó todo lo que pasó con su padre.
—Es bueno que tú y papá hayan hablado llorón, Kevin, mamá no podrá acompañarte por algunos meses, déjame darte un amuleto
—¿Qué es?
El amuleto era de color esmeralda.
—Un amuleto de protección con una función que hace que nadie pueda sentir tu cultivo
—Pero... Eso es...
—Ni lo menciones, eres mi hijo y te lo quiero dar, ¿Tienes algún problema? Además es peligroso que alguien se entere que tienes un buen cultivo a tu edad
—Mamá~
Kevin estaba extremadamente conmovido y un decidió que era bueno profundizar un poco la relación madre-hijo gastandole una pequeña broma.
—Pero mamá si consigo todas las cosas buenas, ¿Que le quedará al monstruo que tienes en la barriga?
—Tu... ¿Dijiste monstruo? ¿Te atreves a decir que tú hermano pequeño es un monstruo?
Los ojos de Jade se contrajeron mientras hizo una muñeca llena de falsa ira mientras sonreía.
Se sento en su cama mientras observaba detenidamente a su hijo. De un momento a otro Kevin comenzó a flotar.
—¿Eh? ¿Qué? ¡¿Mamá?!
Pataleo un poco al sentir un poco de peligro.
—Mocoso, ahora recuerdo que no te he dado ningún castigo ya que pareces muy listo, está es una buena oportunidad
Hablaba como si estuviera diciendo una broma pero sus ojos mostraban seriedad.
Kevin uso su último recurso.
—Mamá~
Hizo una cara linda mientras sus ojos brillaban, esa técnica hizo que Jade se mostrará algo reacia a dar algún castigo.
Jade abrió los brazos y Kevin se acercó mientras pensaba que ya había terminado todo.
Kevin abrazo a su madre sin embargo su cuerpo fue rápidamente sacudido.
—¿Eh~? ¿Mamá?
*Pam*
—¡Ahhhhh!
*Pam*
—¡Aaahhhh!
—Crees que puedes ir llamando monstruo a tu hermano, descarado
Jade se burló y continuo abofeteando las nalgas de Kevin hasta que estuvieron rojas.
—Maldita sea... Que humillante... Mamá perdóname...
—Bien, eso te enseñará
Jade sonrió mientras veía a su hijo frotarse el trasero.
—Te perdonaré por hoy
—Tonta...
—Mocoso travieso ven acércate
—Mi Emperatriz tengo algo urgente que atender, yo escucho y obedezco pero hoy no
—Hahaha tienes una lengua dulce
Jade intento golpear nuevamente a Kevin pero este simplemente le saco la lengua y huyó.
—No puedes atraparme
—¡Regresa!
Inmediatamente Kevin se escapó mientras Jade sonreía.
...
Pasaron cuatro meses y cada día estuvo lleno de alegria para Jade y Kevin, ella le enseño sobre este mundo, jugaron y estudiaron juntos.
Entré semana se les asignó varios tutores a Kevin que le enseñaran modales, aritmética, literatura, entre otros. Naturalmente siempre conseguía tiempo para visitar a su madre.
Kevin siempre actuó como niño delante los demás con excepción de sus padres.
De hecho se rieron de él, tuvieron que admitir que era muy bueno en la actuación.
...
Una noche el se enteró de la existencia de las mazmorras, los monstruos dominaban esas zonas, los caballeros y los magos juegan un papel activo.
Por lo que ahora debe concentrarce en aumentar su nivel, quería salir a explorar y conocer pero era débil, aunque su fuerza era mayor comparada con los de su edad pero era basura con las generación anterior.
Estaba algo confundido sobre como aumentae su fuerza, por lo que decidió hacer experimentos.
Él comenzó a comer la sopa que le trajo una criada y comenzó a estudiar técnicas de cultivo. En definitiva tener una técnica sería la clave para el futuro. A medida que las capacidades aumentan, la fuerza y la reserva de magia serían superiores.
—Tengo que entrenar...
Con un simple murmullo se decidió. El cuerpo de la criada, Sofía, una aprendiz de criada de doce años, escuchó el murmullo y habló como si estuviera asombrada.
—¿Quiere entrar en las mazmorras, maestro? No me dará un infarto si algo le sucede
Sus ojos se humedecieron.
—Estoy hablando solo, Sofía
—Maestro~ ni siquiera deberías pensar en ello, tienes un deber noble, solo se ingresa cuando uno es adulto, su único deber es concentrarse en sus estudios y dejar que yo lo cuide hasta que tenga edad suficiente
—Mmm~ lo pensaré, por cierto la sopa estaba deliciosa
Kevin le devolvió el cuenco vacío a su criada personal con una sonrisa, a pesar de su edad su mentalidad era la de un adolescente con ganas de conocer el mundo.
—Por cierto, ¿A qué nivel entran a la mazmorra?
Tenía cierta idea de lo que podía encontrar dentro de una mazmorra pero aún así no sabía los requisitos mínimos para entrar, después de todo solo tenía cinco años y conquistar una mazmorra requeriría alguien capaz para ese logro.
Además sabía que si uno conquistaba un piso inmediatamente sería llevado al piso siguiente y la única manera de completar la mazmorra era matando al boss o saliendo con un pergamino de teletransporte.
En este punto era obvio para él que el entrenamiento físico, mágico y el uso constante de sus habilidades le permitirían crecer.
Solo pudo suspirar.
—Es difícil de decir maestro, pero definitivamente aún no puedes entrar
—...
Solo podía ver a Sofia decepcionado, esa estupida criada suya, pero sonrió al verla, desde que llegó a este mundo ella estaba con él atendiéndolo en todo.
Según lo que había leído las mazmorras eran zonas desconocidas que nadie sabe cuándo aparecieron realmente o si siempre han estado ahí y las personas lo descubrieron por accidente.
También otros escritos decían que eran la entrada a otros mundos, puentes que enlazaban a otros.
Pero la verdad seguía ahí, los que entraron en duchas mazmorras se hicieron más fuertes y comenzaron a adquirir tesoros de los que nunca se habían oído hablar.
Además el Imperio De'ath tenía un gran número de mazmorras dispersas por todos lados. El Emperador, Albert De'ath había estado a cargo de la mazmorra dentro de la capital imperial es más había utilizado a algunos monstruos que aparecieron ahí y logró domesticarlos usándolos en la guerra civil del Imperio.
Kevin sonrió, recordando la gran cantidad de trabajo que tendría por delante. La maid captó la sonrisa maliciosa de su joven maestro y se sintió estupefacta al sentir que ese tipo de sonrisa no iba con un niño de cinco años.
—¿Joven maestro?
—No es nada Sofía
Kevin le sonrió a Sofía como si estuviera tratando de ocultar su verdadero sentimiento. De hecho en algunas ocasiones Sofía lo había encontrado haciendo ese tipo de expresiones a lo cual ella se sentía intimidada pero luego Kevin le decía palabras dulces reconfortandola, además Kevin sabía que ella tenía ciertos sentimientos hacia él, desde que empezó a crecer se dió cuenta que cuando creciera más guapo sería y es más su encanto ya había comenzado a hacer efecto incluso sobre alguien como Sofía, su maid de doce años.
—Joven maestro... Se ve más guapo cuando sonríe así
—No, Sofía. Temo que mi sonrisa se agote si comienzo a reír todos los días
—¡¿Porqué!? Joven maestro se ve tan lindo, genial, guapo, hábil...
—...
Sofía comenzó a balbucear estupideces otra vez y Kevin simplemente volvió a suspirar temiendo que se grande pudiera quedarse calvo.
Viendo que Kevin se mantenía indiferente con una expresión seria, Sofía se sobresalto y gritó, las lágrimas estaban a punto de salir de sus bonitos ojos,al darle otra mirada a Sofía, Kevin no pudo evitar pensar otra vez en esta Maid.
Se dijo que creció espléndidamente hasta la actualidad, su madre la había recogido cuando estaba la guerra y le dio educación suficiente para que se convirtiera en una Maid, sin embargo Kevin sabía que había algo raro en ella y no en el sentido donde ella lo logrará traicionar.
Sinó más bien en el hecho de que ella parecía una Yandere, que sería capaz de enterrarle un cuchillo en el estómago y ella lo veía hablando con otra mujer, ese sentimiento preocupante creció mientras más interactuaba con ella.
Kevin lloraba internamente.
—Se que soy guapo, así nací y así moriré, maldición...
Pero debía de mantenerse alejando de algunas mujeres, algunas de hecho parecían estar locas lo cual lo asustó un poco.
—Mmm~ ¿Por cierto Sofía, cuando es mi cumpleaños?
Intentó cambiar el tema mientras se atormentaba por ser tan encantador.
—Es la próxima semana joven maestro
—Eso es bueno~ no puedo esperar, por cierto, me gustaría que le dijeras a mi padre que me gustaría hablar con él
—¿Mmm~? El maestro siempre está ocupado, pero aún así hablaré con él
Sofía últimamente lo trataba como un enfermo porque había recibido palizas diarias de parte de su padre.
—Esta bien, esperaré y veré qué sucede
Kevin respondió amablemente y envío a Sofía a obtener una respuesta de su padre.
Quería obtener un artefacto o algo que pudiera ayudarlo a aumentar su nivel de fuerza, después de ver el artefacto que ocultaba su aura quería encontrar algo bueno.
Tal vez una reliquia familiar o una espada mágica, solo podía esperar y ver qué pasaba.
Por supuesto no podía dejar todo en manos de un artefacto, tenía que seguir trabajando duro en su cuerpo y mente, además entrar en una mazmorra sería algo desafiante.
Además conocía a su padre y obtener un artefacto no era algo sencillo, tenia que ser reconocido por el artefacto por lo que solo podía esperar impaciente.
Entonces mientras intentaba dar un pasó adelante, sus ojos comenzaron a brillar con una luz dorada, su cuerpo se detuvo y todo a su alrededor perdió su color volviéndose opacó, sintió como una energía eléctrica recorría su cuerpo.
Sus ojos temblaron, podía mirar como avanzaban lentamente las hormigas en el suelo, su mirada se desvío a la ventana de su habitación y podía ver los aleteos de las aves y la brisa que había temblar las hojas en los árboles, todo se movía en cámara lenta.
*Whisk*
Entonces de repente los colores regresaron y avanzó dando un paso, su respiración se agitó, su pecho subía y bajaba mientras comenzaba ayudar frío.
—Ha, ah, ah, ah, ah
Se estremeció al recordar que era ese poder, durante las peleas anteriores en el purgatorio obtuvo una habilidad para ver los sentimientos de las personas.
—Espera... ¿Entonces sería posible?
Un nuevo panorama se abrió en su mente, había obtenido varios poderes o habilidades que les sirvió en ese momento pero ahora con esto de sus ojos le dejo en claro que podría manifestarlo poco a poco.
Una brillante sonrisa se dibujo en su rostro cuando se dió cuenta de ello pero también se preguntó si sus amigos habían renacido en este mundo o fueron a otros, tal vez nacieron mucho antes que él o nacerán mucho después.
—Mierda... Estás tramas espacio-tiempo siempre son tan confusas
Mientras sacudía la cabeza vigorosamente dejando sus fantasías atrás, estaba observando su propio potencial de crecimiento.
—Maestro... El señor me dijo que lo llevará con él
*Pam*
La puerta se abrió de golpe mientras Sofía entro sin pedir permiso, Kevin salto como si a un gato le hubieran pisado la cola, se prometió a si mismo tratar bien a Sofía para que ella nunca sacará un cuchillo de la nada como esas locas Yandere.
Observándola directamente Sofía desprendía un fuerte color rosado con varios puntos verdes.
Eso lo sorprendió y pensó en que significaba esos colores.
—!Espera! ¿Deseó sexual y cariño fraternal?
Casi vómito sangre mientras era arrastrado por Sofía, recobró el sentido cuando se dió cuenta que había llegado frente a la habitación donde lo esperaba su padre.
Sofía tocó varias veces a la puerta anunciando la visita de Kevin.
—Mi Emperador he traído al príncipe
Kevin entro a la habitación mientras sudaba mientras veía a la espalda que se alejaba de Sofía.
—Demonios... Soy un niño, ¿Y ella quiere ir por la ruta Shotacon?
Casi muere asfixiado, pero rápidamente ese pensamiento se fue volando al ver la montaña y montañas de papeles apilados frente a su padre.
Era como ver al ninja rubio cabeza hueca cuando era Hokage, se sorprendió y pudo ver el rostro agotado de su padre, Kevin se acercó y lo abrazo mientras lo animaba a terminar su trabajo.
—¿Algo que te ayude para que seas más fuerte?
—Si...
—Hah algo así, pero no sé...
—Padre...
—Mocoso estupido deja de hacer esa cara...
—Esta bien, pero hay algo con lo que debes tener cuidado
Kevin le había mencionado lo que quería y el Emperador acepto después de mucha consideración, Kevin había borrado su expresión llorosa mientras estaba comenzado a saltar de alegría, el Emperador calmo rápidamente el ánimo de su hijo mientras lo veía con derrota.
—Esto es para ti entonces
Albert abrió un sello que estaba en un cajón de su escritorio y saco lo que parecía una chapa militar con inscripciones runicas, su padre le indico que se acercará y el obedeció parándose frente a él. Entonces Albert tomo el collar que le había dado la Emperatriz a su hijo y colocó la chapa junto a la gema que traía el mismo collar.
Cuando se lo devolvió quería decirle algo a su hijo pero quién diría que se fue rápidamente mientras decía.
—Gracias papi...
—Maldito muchacho, olvídalo...
Regreso a su trabajo mientras maldecía ligeramente a su hijo.
...