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Chapter 150 - COINCIDENCIA FALLIDA

Laura rápidamente concilio el sueño. Álvaro la cubrió con la colcha silenciosamente y salió de la sala. Vio a Adriano de pie frente a la ventana del pasillo tranquilo, limpiándose las lágrimas. Suspiro y lo cogió en brazos.

- ¿Extrañas a Eduardo?

Las palabras de Álvaro hicieron que Adriano llorara en su hombro.

-Papa, ¿crees que Eduardo volverá? ¿Adónde se fue? No hay noticias suyas. Tenemos tantos canales, ¿Por qué no podemos averiguar dónde esta? Tengo miedo de que Eduardo no vuelva.

Álvaro se sentía muy triste. Apoyo la cabeza de Adriano con fuerza sobre su hombro, las lagrimas llegaron a sus ojos.

-Tranquilo. Eduardo estará bien. El volverá algún día.

-Pero lo extraño muchísimo. Laura se va a operar. Eduardo siempre ha estado muy preocupado por su enfermedad. ¿Por qué no vuelve en este momento? -Adriano lloraba, temblando de tristeza.

Desde que Eduardo desapareció, Adriano parecía haber cambiado de carácter. Parecía desconsolado excepto cuando estaba con Laura. Álvaro se sintió muy triste, pero no sabía como consolar a Adriano.

-Cuando Laura se recupere, vamos a buscar a Eduardo. No llores. Ahora eres mas maduro. Debes creer que Eduardo definitivamente volverá. Creo que va a ocurrir un milagro. Dios no será tan cruel. -no sabia si le estaba diciendo a Adriano o consolándose a si mismo. En ese momento, esta sensación de impotencia lo estaba volviendo loco.

Adriano lloro sobre el hombro de Álvaro por un rato antes de quedarse dormido. Después de que Adriano llego a Estados Unidos, no tuvo mucho descanso. Había estado tan preocupado por Laura que se ponía demasiado ansioso. Después de hablar sobre lo que tenía acumulado en su corazón, estaba agotado y gradualmente se quedó dormido.

Álvaro lo llevo de vuelta a la sala, lo puso al lado de Laura y lo cubrió con la manta. En ese momento, el médico acudió a Álvaro.

-Señor Ayala, hay algo de lo que debo hablar con usted.

- ¿Es sobre Laura? -Álvaro se puso muy nervioso de repente.

El medico asintió. Álvaro lepidio a su guardaespaldas que cuidara bien de los niños antes de seguir al medico a su oficina. El medico cerro la puerta y le entrego un documento a Álvaro.

- ¿Qué es esto?

-Esta es una carta de donación voluntaria que recibimos hace unos días y la otra parte ya ha enviado su muestra de medula ósea. La otra parte ha enfatizado repetidamente que no se le permite donar su riñón, pero hemos comprobado que la medula ósea de esta voluntaria no coincide con la de Laura.

Álvaro se sorprendió por las palabras del médico.

- ¿Quién es la otra parte?

El medico negó con la cabeza y dijo:

-Su identidad es muy misteriosa, parece una celebridad. No tengo manera de investigarla. Sin embargo, siempre ha enfatizado que no se le permite someterse a una cirugía. Me pregunto su es su pariente o amigo.

Álvaro estaba aturdido. Quería saber quién le habría impedido someterse a la operación. Inmediatamente recordó a Anabel, pero rápidamente descarto esta posibilidad. Con el fin de obtener pruebas, le hizo a Javier una

llamada. La noticia que recibió fue que Anabel estaba muy confundida, diciendo que no tenía ninguna razón para donar un riñón a un extraño.

Álvaro volvió a fruncir el ceño. Ya que no era Anabel, ¿Quién mas podría ser? Abrió el formulario de consentimiento para la operación de donación, y se quedó atónito cuando vio la firma.

En realidad, era su madre, la señora Lorena Ayala. Álvaro se quedó extremadamente sorprendido. Siempre había sentido que su madre no aprobaba su matrimonio con Samara. Ni siquiera hablo en cuanto a la desaparición de Eduardo. No esperaba que ella realmente tomara la iniciativa de donar su riñón por Laura.

Álvaro sentía las lágrimas rodando por sus mejillas. Parecía que su madre lo sabía todo.

-Entiendo, saldré a hacer una llamada. -Álvaro estaba muy emocionado.

El medico asintió, Álvaro llamo a su madre después de salir de la oficina. La llamada fue contestada rápidamente, había mucho ruido en el otro lado, parecía que ella no estaba en casa.

-Mama. -después de decir esta palabra, de repente quiso llorar.

No era un cobarde. En su matrimonio con Samara, siempre sintió que llevaba una carga pesada. Nadie a su alrededor lo entendió y nadie estuvo de acuerdo con él. Siempre sintió que estaba caminando solo. Pero en ese momento, se entero de las acciones de su madre y se sintió emocionado como un niño.

Estaba tan emocionado que su voz incluso llevo un rastro de llanto indetectable. La señora Lorena suspiro y dijo:

-Eres un adulto y padre de 2 hijos, no seas tan ingenuo.

-Gracias, mama. -Álvaro sabía que no había necesidad de ser tan formal. Sin embargo, a lo largo de los años, Álvaro y su madre no tuvieron una buena relación. Especialmente cuando Rolando fue echado de casa y tuvo ese final terrible, Álvaro tenía un rastro de odio por su madre. Al escuchar las acciones de su madre, Álvaro sintió que era muy poco filial. La que más sufrió por la muerte de Rolando debía ser su madre, pero él siempre la había culpado.

Los ojos de la señor Lorena también estaban llenos de lágrimas.

-No necesitamos agradecernos el uno al otro. Soy vieja y no estoy calificada para tomar decisiones por vosotros. Habéis sido maduros. Tanto tu como Rolando tenéis vuestros propios pensamientos. Me h estado preguntando durante años si Rolando no hubiera sido expulsado de casa, estaría vivo y me saludaría.

-Mama, déjalo. Rolando nunca te ha culpado.

- ¡Pero me culpo a mi misma! ¡Era mi hijo! Después de todos estos años, he estado huyendo. No me atrevo a volver al país, ni siquiera me atrevo a pensar en vosotros, sin embargo, no puedo evitar hacerlo. He cometido un error imperdonable con Rolando, al ver que no estas viviendo bien, quería hacer algo y no se que hacer. Cuando te casaste con Samara, no estaba de acuerdo. Sentía que el amor era para dos personas, aunque Samara te amaba, no la tenias en tu corazón. Tal matrimonio era injusto para los dos. Ya que insististe en casarte con ella, no dije nada. Durante los 5 años de matrimonio, no descubrió lo que deseaba tu mente hasta que el fuego se llevó todo y también tu autoengaño. ¿Sabias que sentí dolor? También quería volver para acompañarte, pero no me necesitabas. Cuando eras joven, mama estaba ocupada con los negocios y Anabel te acompaño. Más tarde, no necesitaba interferir en los negocios, fue entonces cuando descubrí que ya ni siquiera me necesitabas. Siempre me saludas respetuosamente, nunca tomas la iniciativa de decirme lo que necesitas y lo que quieres, pero le cuentas todo a Anabel. Me hiciste pensar que yo era una extraña en la familia Ayala. Trabaje duro toda mi vida, pero mi hijo me ha estado tratando como a una invitada. Me avergüenzo, pero eso no significa que no te amo ni amo a los niños. Cuando me entere de que Eduardo era tu hijo, incluso le compre los mejores juguetes, pero creía que no los querías en absoluto. Si hubiera sabido que el niño terminaría así, le hubiera entregado los juguetes de todas formas. El niño ni siquiera ha visto a su abuela. -la señora Lorena de repente se ahogo y se quedó sin palabras.

El corazón de Álvaro se contrajo de dolor.

-Mama, no tengo nada contra ti. Lo siento mucho.

Las palabras de Álvaro hicieron que la señora Lorena se emocionara más.

-Nunca me dices nada que no sea sobre Anabel. No es que tenga celos de ella, pero siento que, en tu corazón, ella me ha reemplazado como madre. No quiero que estes tan triste y que te sientas avergonzado. Además, todo lo que hizo fue por tu propio bien, ella no te hará daño. Por eso la deje hacerlo. El asunto de Samara fue culpa mía. No entendí tu determinación inmediata y realmente me siento triste por mi nieto. -la señora Lorena no pudo evitar llorar.

Álvaro nunca había hablado así con su madre y no sabia que ella pensaba eso. Se ahogo y dijo:

-Mama, encontrare a Eduardo.

-Confió en ti, pero tienes que aceptar mi sugerencia sobre Laura. Soy vieja y he vivido lo suficiente. Esta bien que le dé un riñón a mi nieta. Aun eres joven, todavía tienes mucho que hacer. Déjame hacer algo por ultima vez… por ella. -la señora Lorena se seco las lagrimas y respiro hondo. -Tienes tanto que hacer. Tienes que buscar a Samara, a tu hijo y cuidar de tu hija. No tienes tanta energía. Soy vieja, así que quiero volver y quedarme con mi hijo y mis nietos. En el futuro, incluso si me alejas, no me iré.

-Siempre serás mi madre, nunca te alejare. -Álvaro se sintió feliz repentinamente. -Mama, no es que quiera decepcionarte. Es que solo mi medula ósea coincide con la de Laura.

- ¿Cómo es posible? ¡Soy su abuela! -ella no podía aceptar la noticia y su voz se elevó.

Álvaro la consoló:

-Mama, no todos los parientes son adecuados para emparejarse.

-Pero no quiero que…

-Yo también soy padre. Mis sentimientos hacia Laura son los mismos que los tuyos hacia mí.

Las palabras de Álvaro hicieron colapsar a la señora Lorena. Ella sostuvo el teléfono y lloro.

- ¿Por qué mi muestra no coincide con la de Laura?

Álvaro se sintió muy triste, pero no tuvo mas remedio que consolarla. Le tomo un tiempo calmarse y dejo que Álvaro se cuidara bien para entonces terminar la llamada. Después de ajustar sus emociones, Álvaro volvió a la oficina del médico.

-Doctor, olvídelo. Es mejor prepararnos para la operación. -dijo Álvaro con indiferencia, pero el medico le dio un informe, haciendo que los ojos de Álvaro se estrecharan repentinamente.

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