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Chapter 74 - Entrar en panico

En este momento, Javier realmente no sabía si debía quedarse o irse. Asimismo, el dolor en su cara se hizo aun mas fuerte. Sin embargo, no se atrevía a hacer nada mas excepto mirar a Samara con rabia.

No obstante, ella no le hizo caso y le dijo a Josué:

-El tipo de sangre de Álvaro es especial. He contactado con otros hospitales a camino. Creo que lo entregaran pronto, se lo llevas luego.

Josué se detuvo por un momento antes de reaccionar. Admiraba la habilidad de manejo de Samara. Debido a que antes había entrado en pánico, se olvido que el tipo sanguíneo de Álvaro era diferente. Afortunadamente, Samara lo había preparado. Entonces a Samara le importaba Álvaro. Cuando recordó la apariencia enfadada de Samara, Josué se arrepintió de no haberla grabado. Si lo hubiera hecho, Álvaro definitivamente estaría muy feliz al verla.

Al ver que Josué todavía estaba de pie allí, Samara frunció el ceño ligeramente.

- ¿Por qué no vas?

-Me temo que, si voy, ellos te van a humillar. -es estaba preocupado por Samara.

Álvaro le había dicho que la protegiera antes de desmayarse. Así que no podía dejar que Samara fuera intimidada por Javier. Sin embargo, Samara dijo con indiferencia:

-Él no se atreverá a hacerme nada por el momento. Date prisa, recoger la sangre es lo mas importante. -mientras hablaba, la puerta de la sala de operaciones se abrió y un médico salió ansioso.

-La sangre Rh negativo es rara. En nuestro banco de sangre no hay suficiente. Necesito que me transfieran sangre de otro hospital ahora, pero no sé si podré obtenerlo a tiempo.

-Ya he pedido al Hospital Central y al Hospital Secundario antes de llegar aquí. Ya deberían estar a camino. Aunque no hay mucha alimentación de sangre de repuesto, pero es mejor que nada. Doctor, Álvaro está bien, ¿verdad? -Samara no se dio cuenta de que cuando dijo la última frase, su voz temblaba.

El medico miro a Samara y descubrió que Josué también estaba allí. Después susurro:

-Mientras la fuente de sangre sea oportuna, definitivamente haremos todo lo que podamos. Sin embargo, el pecho del señor Álvaro ya ha sido herido antes y la lesión esta vez es realmente grave.

Justo cuando termino de hablar, Josué estaba atónito.

-El señor Álvaro ya estaba… -antes de que pudiera terminar de hablar, vio que Samara lo miraba fríamente. Su mirada estaba llena de advertencia. Josué cerro la boca inmediatamente.

Samara se giro para mirar a Javier y dijo:

-Si algo le pasa a Álvaro, la Ciudad H realmente será un caos.

Esta fue la primera vez que Javier era amenazado por una mujer. Estaba tan enfadado que todo su cuerpo tembló, pero no pudo hacer nada. La sensación agraviada lo hizo mirar a Samara con odio y luego se dio la vuelta para descargar la ira.

El suministro de sangre de los otros hospitales llegó rápidamente. El medico no quería perder tiempo y volvió rápidamente al quirófano. El corazón de Samara parecía ser arrastrado por algo, ya que se sentía muy ansiosa.

Al ver que la cara de Javier estaba hinchada, el guardaespaldas fue a buscarle cubos de hielo para darle una compresa fría, pero se asustó por su expresión y la tensión continuo. Después, el teléfono de Javier sonó, lo que rompió el silencio.

Miro a Samara y Josué, empujo su silla de ruedas hacia un lado y respondió el teléfono:

-Dime.

Un guardaespaldas se había quedado en el hospital para cuidar a Verónica, el guardaespaldas dijo en voz baja:

-Señor, la señora Verónica esta despierta. Dice que vuelva inmediatamente y no le haga nada a Álvaro. Además, la gente de la Capital ya lo ha sabido.

Javier estaba atónito por sus palabras.

-Es demasiado tarde. Ya he herido a Álvaro. Actualmente él está en el quirófano.

En el momento en el que el guardaespaldas se lo conto a Verónica, ella se quedó estupefacta. Después dejo de fingir que estaba enferma, le arrebato el teléfono y pregunto:

- ¿Lo has atacado?

Javier reconoció la voz de su madre y dijo en voz baja:

-No le pegue… -Verónica dio un suspiro de alivio por sus palabras, pero Javier siguió hablando: -Le dispare, la herida es en el corazón.

Esta frase hizo que Verónica casi se desmayara.

-Javier, ¿estas loco? ¿Sabes quién es Álvaro? ¿Por qué le has disparado?

No obstante, Javier no sabía que decir.

-Mama, fue premeditado por Álvaro. No planee dispararle en el corazón, pero…

- ¡Cállate! La familia Fernández de la Capital ha llamado, me dijo que Pedro quería que Álvaro le visitara mañana. Si esta noticia llega a la Capital, será un escandalo para nuestra familia. -Verónica estaba realmente arrepentida.

Javier se dio cuenta de la condición de su madre.

-Mama, ¿no estabas inconsciente? ¿Por qué no…?

- ¡Vuelve ahora! ¡Tengo algo que decirte! -en este momento, a Verónica no le importaba nada mas que decirle a Javier que se fuera de allí.

Después de que Verónica colgara el teléfono, Javier se sintió confundido. ¿Ella no estaba inconsciente? Pero ¿Por qué no le llamo la familia Fernández a él, y llamo a Verónica? Además, cuando escucho su voz en ese momento, no parecía una anciana débil.

De repente recordó lo que Álvaro le había dicho en el camino. Le dijo que le preguntara a Verónica si quería saber la verdad. ¿Podría ser que lo que había sucedido en ese momento no tuviera nada que ver con Samara? ¿O todo había sido planeado por Verónica?

Pensando en esta posibilidad, la expresión de Javier se volvió fría. Si todo hubiera sido planeado por ella, sería una vergüenza para la familia Montenegro. Javier empujo la silla hacia atrás y observo a Samara caminar de un lado al otro ansiosamente. De repente, susurro:

-Si te malinterprete sobre el asunto de hoy, te pediré perdón.

-No es necesario. Ya he dicho que, si Álvaro está bien, todo estará normal. Si algo le pasa, la familia Montenegro pagara. -Al ver que la actitud de Javier había cambiado después de la llamada,

sabía que Víctor debería haber tenido éxito.

Al principio, no había esperado que Víctor estuviera dispuesto a ayudarla. Después de todo, Víctor y Álvaro eran rivales. Además, Álvaro tiro a Víctor al mar cuando estaban en la base. Incluso, Víctor se había resfriado por esto. Llamo a Víctor porque quería intentarlo. Pero el estuvo de acuerdo inmediatamente. Además, parecía que él había hecho bien el asunto.

Esta fue la primera vez

que Javier estuvo de acuerdo con una mujer, aunque ella no le hizo caso. Por un momento, estaba extremadamente avergonzado, pero también estaba un poco enfadado y sintió que Samara era un poco agresiva. No obstante, no se dio cuenta de que había tenido una actitud pésima con Samara y Álvaro.

-Tengo algo que hacer, así que tengo que irme. Si le pasa algo a Álvaro, puedes informarme en cualquier momento. -Javier estaba preocupado por Verónica. Además, ella también le dijo que volviera lo antes posible. No podía esperar para saber la verdad.

Samara se burló:

-Josué, ¿eres idiota? Álvaro ha sido herido y el asesino quiere escapar, ¿y tu no haces nada?

Al escuchar eso, Josué inmediatamente llamo a un subordinado. Javier nunca había sido un desertor, ahora después de escuchar lo que había dicho Samara, quería replicarla.

-No soy una persona que evade una responsabilidad. Catalina, no me calumnie.

- ¿Calumnia? ¿Lo que he hecho es calumniarte, mientras lo que tu has hecho esta bien? Realmente eres un egoísta. Al principio, te dijimos que el asunto de tu madre no tenía nada que ver con nosotros. ¿Lo investigaste? ¿Me creíste? Con el fin de atraparme, incluso atacaste a Álvaro. Tu familia es fuerte, yo no puedo ofenderla. ¿Pero tampoco puedo pedir justicia? -las palabras de Samara eran burlonas y sarcásticas.

Javier había sido respetado durante tantos años debido al honor de su familia. No supo lo que era ser criticado por una persona. Ahora lo había experimentado dos veces y se sentía avergonzado.

Naturalmente en esta situación no podía irse. Javier frunció el ceño con fuerza y pidió a su guardaespaldas que informara a Verónica, diciendo que mientras Álvaro estuviera en peligro no volvería. El guardaespaldas miro a Samara. Probablemente era la primera vez que veía a una mujer tan audaz y luego se fue rápidamente.

El tiempo de espera era largo y tortuoso. Samara vio la luz roja en el quirófano y sintió que el color era especialmente deslumbrante. Creía que Álvaro era un cabron. Él sabía que ella tenía emociones con él, ¿Por qué la protegía?

¿Cómo podía contarle sobre Laura después? ¿Cómo podría quitarle los órganos sin sentirse culpable? ¿Cómo podía seguir odiándolo? El humor de Samara era muy complicado. El tiempo paso y la operación no terminaba. Josué vio que Samara estaba un poco cansada y susurro:

-Señorita, siéntese para esperar. Voy a comprar algo para comer. Está agotada.

Sin embargo, Samara no dijo nada. No tenia hambre, pero no quería esperar así. Ella entro en pánico, nunca había experimentado algo así. Tan pronto como pensó en la muerte, Samara sintió que todo su cuerpo se enfriaba, como si hubiera caído en el hielo.

Al ver que ella no se oponía, Josué salió rápidamente a comprar comida. Antes de irse, hizo que los guardaespaldas de la familia Ayala se quedaran con ella para protegerla. Samara no dijo nada después de que termino de hablar con Javier, pero sus ojos miraban a la sala de operaciones sin parpadear.

Al verlo, Javier sentía curiosidad. Según su investigación, Catalina era solo una mujer que había llegado a Ciudad H hace poco tiempo, ¿Por qué era tan cercana a Álvaro? ¿Podría ser que lo hubiera conocido de antes?

Sin embargo, también había investigado el pasado de Álvaro. Aparte de su mujer, que había muerto hace cinco años, solo estaba Rebeca a su lado. Pero Álvaro la había llevado recientemente a la familia Villa para castigarla. Entonces, ¿Qué había hecho Catalina para que Álvaro se preocupara tanto por ella?

La mirada de Javier cayo sobre Samara. Todavía sentía el dolor en la cara. Nunca había imaginado que una mujer tan delgada y débil seria capaz de golpear a alguien con tanta fuerza. De repente se interesó por Catalina.

Después, Samara noto la mirada hacia su cuerpo y de repente se dio la vuelta, chocando con la mirada de Javier. Cuando se dio cuenta de su intención, entrecerró los ojos y giro la cabeza fríamente. Esta fue la primera vez que Javier había sido completamente ignorado por una mujer. Justo cuando estaba a punto de decir algo, las luces de la sala de operaciones se apagaron.