Samara miró hacia abajo, pero en realidad no pudo ver claramente nada desde el cielo. solo pudo ver vagamente unos puntos rojos parpadeando.
- ¿Qué es eso? -preguntó Samara.
-Es un sistema defensivo. No será fácil para nosotros aterrizar, pero Álvaro debería haber dicho a las personas que vamos a venir, ¿no? Contigo creo que podremos entrar fácilmente. -dijo Víctor mientras empezó a buscar un lugar para el aterrizaje.
En ese momento, Samara le prestó más atención a mí. Lo miró cuidadosa y seriamente. Álvaro y él eran totalmente diferentes, pero ambos eran muy atractivos. Álvaro era Maduro, Víctor era positivo, vividor y amable. Tenían sus propias ventajas, aunque Álvaro parecía una persona un poco seria, ninguno era un don nadie.
- ¿Conoces bien a Álvaro? -preguntó Samara a Víctor.
-Sí, nos conocemos desde la infancia. ¿Cómo es posible que no lo conozca bien? Lo conozco mejor que él mismo. -contestó Víctor. Estaba muy orgulloso por saber bien quién era Álvaro.
Samara sentía que estaba exagera.
-Me mientes, si de verdad lo conoces tan bien, ¿Por qué en tantos años no has podido vencerlo? -dijo Samara.
Víctor se enfadó mucho cuando dijo esto.
- ¿Cómo que no puedo ganarlo? Te cuento. Álvaro es una persona demasiado envidiosa. Aunque parece un Caballero, en realidad es más despiadado que nadie. Hace 5 años perdió su esposa y en ese momento se dio cuenta de que se había enamorado de ella. Nunca lo había visto tan desanimado imprudente, me sentía tan bien que por fin habían derrumbado a su punto débil, no siempre es perfecto. -dijo Víctor.
Al escuchar lo que dijo Víctor sobre Álvaro, Samara frunció el ceño ligeramente.
- ¿Conoces a su esposa? -preguntó Samara.
No recordó nunca haber visto a Víctor hace 5 años, aunque supo mucho de él por lo que oía. Pero tampoco había salido mucho de casa desde que se casó con Álvaro. Siempre estaba ocupada por Álvaro. No tenía ningún contacto con nadie ni conocimiento de las personas a su alrededor. Samara creía que Víctor estaba exagerado.
-Por supuesto que la conozco, es una mujer tonta. -mientras hablaba, meneó la cabeza en señal de negación.
-Es bastante tonta. -dijo Samara. Incluso otros podían ver lo estúpida que había sido en aquel entonces, significaba que era muy humilde.
Víctor estaba buscando el lugar de aterrizaje. No vio el cambio de la expresión facial de Samara así que continuó:
-No lo sabes. Ella nunca salía de casa. Siempre pensaba en todo por Álvaro. Sin embargo, no sabemos porque llevaban 3 años casados y no tuvieron hijos. Mucha gente decía que fue obligado a casarse con su esposa, en realidad no le gustaba. Por eso no quería nada con ella. nadie lo sabe. Pero hace 5 años, su mujer estaba embarazada y la envió al extranjero a la fuerza. En el camino, su mujer debería no querer más estar con él. Pensó en huir con su
guardaespaldas. Al final, ella murió accidentalmente en un incendio y tampoco encontraron sus huesos. -a Víctor le dio mucha pena cuando habló y suspiro. -De verdad, su esposa era muy bonita. Ella se perdió por amor. En realidad, envidio a Álvaro porque tenía una mujer que lo quería tanto. Sí una mujer así me quiere tanto en esta vida estaré satisfecho. -dijo Víctor, no parecía para nada estar hablando en broma.
Parecía un donjuán, pero solo quería una mujer que lo quisiera.
- ¿Has dicho que después de la muerte de su mujer, se dio cuenta de que estaba enamorado de ella? ¿Cómo es eso posible? -preguntó Samara.
-Tampoco pensaba que fuera posible. Pero Álvaro estaba como un loco durante ese periodo de tiempo. Cuando llegó al lugar del incendio, el fuego era demasiado fuerte y era imposible salvar a alguien. Álvaro se metió dentro como un loco, casi se muere por su comportamiento. dicen que sus pulmones estuvieron heridos por el espeso humo. Estaba fatal. No quería ir al hospital. Al final se fue porque la señora Lorena lo obligó. Así se puso mejor. Durante ese tiempo, Álvaro estaba muy deprimido y no estaba en sus cabales, tampoco iba a la compañía. ¿Por qué fue tan amable con él en ese tiempo? Debería haber aprovechado ese tiempo para destruir su compañía. ¡Qué lástima! -dijo Víctor
Víctor estaba hablando, pero Samara ya estaba pensando en otra cosa. ¿De verdad Álvaro se metió en el fuego para salvarla? ¿Cómo era posible? ¿No era él quien quería matarla? ¿Cómo pudo intentar salvar su vida? ¿Puede que todo esto fuera falso o lo hizo para que otros lo vieran? Así todo el mundo pensaría bien de él.
Pero Víctor dijo que se ahogó con el humo espeso y sufrió heridas en sus pulmones. Sí era falso, no hacía falta hacerse daño, ¿no? Samara no podía entender. ¿Qué había pasado con Álvaro en ese entonces?
Cuando estaba en las nubes, de repente sintió un temblor en su cuerpo. Víctor ya había encontrado un lugar para aterrizar. Samara se puso atenta inmediatamente. Era obvio que no era una base militar pequeña, todas las instalaciones eran muy regulares. Filas de guardias de seguridad estaban vestidos con uniformes de camuflaje y armados con ametralladoras, parecía que siempre estaban preparados para luchar. Samara estaba un poco asustada.
- ¿Álvaro se atreve a llevar armas aquí? ¿Podrían ser falsas? -preguntó Samara.
-No, todas son verdaderas. Catalina, tengo que agradecértelo. Si no fuera por ti, los guardias de seguridad ya me habrían matado. Álvaro nunca es amable conmigo. -dijo Víctor. aunque dijo eso sonriendo no parecía nada nervioso.
- ¿Armas de verdad? -Samara estaba muy sorprendida.
De repente Samara se dio cuenta que sabía muy poco sobre Álvaro. Ella había estado casada con él durante 3 años, pero nunca supo que Álvaro tuviera una isla. No sabía que en esta isla había una base militar regular, ni sabía que Álvaro tenía la calificación de llevar armas. ¿O era una base militar privada? Pensando en esto, Samara sintió un poco de miedo.
Víctor noto que Samara estaba pensando en algo y susurró:
-Aunque para mucha gente Álvaro es comerciante, todo el mundo sabe que era militar. Se retiró del Ejército pero sigue siendo soldado en reserva. Además, Álvaro también tiene un
rango militar. Muchas de estas personas eran veteranos retirados, el Gobierno le permitió tener esta base. No es ilegal, no te preocupes.
Al escuchar la explicación de Víctor, Samara frunció el ceño aún más.
- ¿Trabaja para el Gobierno? -preguntó Samara.
-Sí, toda la vida. -contestó Víctor. Víctor hablaba en voz baja y salió del helicóptero.
Samara sentía un golpe fuerte al escuchar esto. Sí Álvaro era militar, ¿sería fácil conseguir su riñón? Pero por su hija, Samara no pudo pensar más, tenía que intentarlo. Samara se bajó del avión con ese pensamiento. Los guardias estaban esperando. Cuando vieron a Víctor, estaban más nerviosos que cuando se enfrentarán a un gran enemigo. Sin embargo, Víctor sonrió y dijo:
-Isaac, no estés tan nervioso. Solo he venido a visitarte. Además, vengo con la mujer del señor Álvaro. ¿No te lo dijo? -para confirmar la autenticidad de sus palabras, Víctor se movió un poco rápidamente y dejó que Samara apareciera delante de todos.
Isaac era el líder. Vio Samara y sacó su móvil para confirmar. Vio la foto que Álvaro le había enviado y era la misma persona. Se adelantó y les dio un saludo militar.
- ¡Hola, señorita! el señor Álvaro me han dicho que te reciba. Si tienes cualquier problema, puedes decírmelo. Me llamó Isaac.
-Hola, Isaac. Soy Catalina. Muchas gracias por todo. ¿Puedo ver a mi hijo Eduardo ahora? -preguntó Samara, ella solo quería saber dónde estaba Eduardo y si estaba bien.
-Por supuesto, por aquí por favor. -dijo Isaac
Dejó a Samara pasar. Víctor quería seguirla, pero Isaac lo detuvo.
-Señor Víctor, el señor Álvaro ha dicho que está muy agradecido porque hay acompañado a la señorita aquí. Sin embargo, este no es un lugar ordinario. No podemos recibir a una persona tan grande como usted aquí. Esperamos que se vaya. -dijo Isaac y era evidente que no quería que entrara, si tenían que insistir llegarían a las manos.
Samara estaba un poco aturdida. No pensaba que Álvaro tendría tanto cuidado con Víctor. Él rápidamente miró a Samara con lástima y suplicó:
-Catalina. No puedes dejar que me hagan esto. Además, te salvado antes y has dicho qué me compensarías. Quiero ver a tu hijo, quiero estar contigo y no me quiero ir. -Víctor estaba suplicando como un niño mimado.
Normalmente a un hombre de unos 30 años le debería ser muy feo hacer eso. Sin embargo, Víctor era guapo y no parecía nada bien, solo hizo que la gente pensara que era un niño mayor. Samara quería dejarlo pasar, pero Isaac la detuvo y se burló.
-Señor Víctor ya eres mayor, sigues actuando como un mimado. Es hora de que te vayas a casa a comer.
-Isaac. ¡No pienses que no me atrevo a pegarte! Si me enfadas te tiraré al mar. -dijo Víctor.
Isaac lo detuvo tantas veces que acabó enfadándose. Al ver esta escena, Samara recordó que Álvaro y Víctor se llevaban como el perro y el gato. Sí dejara a Víctor entrar en esta base, nadie sabría qué pasaría.
Ahora Álvaro estaba ayudándole con sus problemas no podía seguir molestándole. Pensando en esto, Samara le susurró:
-Víctor, vuelve a casa. Te buscaré más tarde.
Víctor se puso descontento enseguida y dijo:
-Guapa, no puedes abandonar.
Samara se sentía un poco culpable, pero no tenía otra opción.
-Sí. te abandono, te compensaré más tarde. -dijo Samara.
Víctor inmediatamente sonrió contentamente.
-Vale, entonces te esperaré. -dijo Víctor, después de decir eso, lanzó una mirada encantadora a Samara. Isaac se enfadó mucho, también tenía curiosidad por Samara.
¿De verdad era la mujer del señor Álvaro? ¿Por qué parecía que tenía relación romántica con Víctor?