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Chapter 16 - No tengo ilusión.

-Señorita Samara, el señor Álvaro me pregunto sobre la prueba de paternidad. ¿Cómo debo responderle?

Cuando recibió la llamada del director Luis, Samara estaba hablando con Mayra. Al escuchar sus palabras, sus ojos se estrecharon ligeramente.

- ¿Ha salido el resultado de la prueba de paternidad?

-Saldrá mañana.

-Entonces dígale la verdad. -dijo Samara con indiferencia. No creía que fuera un problema tan grave, pero el director Luis estaba un poco desconcertado.

- ¿Usted quiere que el señor Álvaro conozca la identidad del señorito Eduardo?

-Si

-Lo entiendo. -el director Luis termino la llamada. Mayra abrió la boca sorprendida pero antes de que pudiera preguntar Samara recibió otra llamada. Era el doctor Francisco.

-Señorita Samara, el señor Álvaro me envió un pelo y me pidió que lo comparara con uno suyo anterior. Justo ahora, me llamo para tener el resultado lo antes posible. ¿Qué debería hacer ahora? -pregunto el doctor

Samara se detuvo un momento. No esperaba que Álvaro actuara tan rápido. Afortunadamente, el doctor Francisco estaba de su lado.

-Dile la verdad. He vuelto para que lo sepa todo esta vez, pero no puedo tomar la iniciativa. Necesito que Álvaro me busque, así que puedes darle todos los datos verdaderos. Gracias, doctor Francisco. -aparentemente, Samara tenia una actitud muy respetuosa con el doctor.

El doctor Francisco dijo con una leve sonrisa:

-Siempre es tan amable, doña Samara. Si no fuera porque usted había salvado a mi hijo, lo habría perdido para siempre. Yo se que no he hecho cosas a favor del señor Álvaro. Después de este asunto, le devolveré la ayuda. También renunciare y dejare la familia Ayala. Voy a emigrar al extranjero con mi esposa y mis hijos. Solo espero que todo vaya bien y no tenga ningún problema.

-Gracias, doctor Francisco. Muchas gracias.

-Señorita Samara, permítame decir una cosa más. El señor Álvaro no es tan despiadado como cree. Puedo ver claramente lo que ha pasado en los últimos años. No tiene relación romántica con la señorita Rebeca. Señorita Samara, hay algunas cosas que puede haber malentendido. No importa lo que quiera hacer, espero que no haga nada de lo que se arrepienta después. -dijo el doctor Francisco en tono serio.

Samara sonrió con tristeza y dijo:

-Doctor, se claramente lo que paso entre nosotros. ¿Todo le va bien con sus documentos para la emigración? ¿necesita mi ayuda?

-Si, todo bien. Adiós Samara.

-Hasta luego. -Samara colgó el teléfono, sintiéndose algo decepcionada.

El doctor Francisco ha trabajado como medico de la familia Ayala toda la vida. Si no fuera por ella, no podría haberse retirado, pero había cosas que realmente tenia que hacer. Después de terminar la llamada, Samara parecía preocupada. Mayra dudo mucho tiempo antes de finalmente hablar con ella.

- ¿Puedes decirme que está pasando? ¿Por qué conoces al director Luis? ¿Todavía estas en contacto con el doctor Francisco? ¿Incluso quieres que Álvaro sepa tu identidad y la de Eduardo? Samara, ¿Qué es exactamente lo que planeas hacer?

Samara sonrió y dijo:

-El director Luis trabaja para Carlos. Fue la familia López quien financio su finalización en la academia de medicina, por lo que el director Luis me dio la mano para pagar la bondad de la familia López. Fue por Carlos… en cuanto a lo que quiero hacer con Álvaro, Mayra, si crees en mí, no te preocupes por esto. Solo mira lo que pasara en el futuro. No te preocupes, no seré tan estúpida como para usar mis sentimientos como una apuesta toda la vida. Tengo que vengarme y no puedo esperar más. -en sus ojos brillaba una luz que Mayra no podía entender, pero le tenia mucha lastima por todo lo que había sufrido.

-No importa lo que quieras hacer, tienes que protegerte bien. Samara, no puedo soportar el dolor de perderte otra vez, ¿lo entiendes?

-Te entiendo. ¿Puedes hacerme un favor?

-Claro…

-Trae a Eduardo. Siento que algo anda mal con el últimamente. Si molesta a Álvaro em este momento, la situación estará difícil. -al escuchar sus palabras, Mayra frunció el ceño ligeramente.

-Si, ha actuado extraño últimamente. Vale, iré a buscarlo para que no tenga contacto con ese demonio. El no merece el hijo que tiene. -Mayra se fue enfadada y la sonrisa de Samara desapareció.

La pureza y la belleza del amor ya no existían. De repente se sintió un poco sola. Saco la foto de Laura de su cartera. Mirando la cara pálida de su hija en la foto, Samara se volvió mas firme. Nada era mas importante que sus hijos. Todo esto era lo que Álvaro les debía.

Después de guardar la foto, Samara quería descansar por un tiempo, pero de repente escucho el sonido de unos tacones altos. Una mujer venia hacia aquí. Ella no creía que ninguno de sus amigos vendría a visitarla, así que, ¿Quién sería?

Samara frunció el ceño. En el momento en que se abrió la puerta, un perfume penetrante entro por la puerta haciendo que ella contuviera la respiración.

- ¿Señora Rebeca? -Samara miro a Rebeca y se sorprendió un poco.

Rebeca tenia mala cara. Álvaro de repente le pidió que comprara algunos medicamentos para Samara y dijo que solo podía mostrar la sinceridad del Grupo Ayala comprándolos ella misma.

Ella había estado en la familia Ayala durante tantos años, pero ahora tenia que comprar cosas para esa zorra. Ahora que veía a Samara acostada en la cama del hospital con la pierna derecha vendada, le crujían los dientes de odio.

Samara se dio cuenta de la furia y el odio en los ojos de Rebeca. Parecía que este accidente tenia algo que ver con ella.

- ¿Por qué esta aquí, señora Rebeca? -Samara mostro una sonrisa hipócrita.

Rebeca resoplo fríamente y dijo:

-No uses tus métodos seductores contra mí, es inútil. Catalina, tengo que advertirte, aléjate de mi marido. Se que eres diseñadora que vienes de la sede de Estados Unidos y el Grupo Ayala te necesita. Pero si te atreves a usar esto para seducir a Álvaro, entonces estas equivocada. Mientras yo este en la familia Ayala, no harás ningún truco.

La sonrisa se evaporo de la cara de Samara y le dijo con una voz ligeramente fría:

-No entiendo lo que dice, señora Rebeca.

Rebeca puso las cosas sobre la mesa.

- ¿Lo ves? Álvaro me pidió que te comprara esto e incluso dijo que quería mejorar tu salud. Catalina, ¡que estrategia! Sabes dar lastima y aprecia tu belleza, así que estas fingiendo ser débil. Pero, no me provoques más. No mereces las cosas que compro por ti. ¿No tienes miedo a que te envenene?

-Señora Rebeca, ¿me esta amenazando? No se si el señor Álvaro sabe la actitud con la que me trata ahora.

-Catalina, te lo advierto, no menciones más a Álvaro. Di a luz a un heredero para la familia Ayala. No importa lo que haga, Álvaro sigue respetándome. Eres solo una diseñadora. He expulsado a la ex mujer de Álvaro. ¿Qué capacidad tienes tu? -Rebeca miro a Samara con burla, sus palabras hicieron que Samara apretara los puños.

- ¿Qué has dicho? ¿No murió por el incendio su mujer? ¿Su muerte tuvo algo que ver contigo? -las palabras de Samara despertaron a Rebeca.

Ella resoplo fríamente y dijo:

-Si, fue quemada hasta la muerte en el incendio. Pero por mí, Álvaro la odiaba, no la trataba como su esposa e incluso la echo del país cuando estaba embarazada, así que Álvaro decidió enviarla lejos. Pero esa mujer tenia relaciones con otro hombre e incluso el causo el incendio. Fue su propia culpa. Ahora sabes lo que Álvaro ha hecho por mí, si pude expulsar a su esposa quien dirá a una diseñadora como tú. No pienses que solo porque eres mas bonita puedes casarte con él. Te advierto que vuelvas de donde has venido, o de lo contrario, no tendrás la oportunidad de volver sana y salvo a Estados Unidos. -Después de decir esto, Rebeca se dio la vuelta y se fue. En ese momento, las uñas de Samara dejaron heridas en su palma.

Aunque sabia que Rebeca era un obstáculo entre ellos, no sabia que era una influencia para Álvaro después de su matrimonio. Por las palabras de Rebeca, se podía decir seguramente que el accidente tuvo algo que ver con ella, pero no había evidencia.

Samara estaba tan enfadada que le dolía un poco el pecho. Tenia que devolverle la humillación y el dolor que había sufrido.

Todavía no había empezado a atacar a Rebeca directamente, pero ya no podía aguantar más. Si estaba tan ansiosa por una pelea, no le quedaba otra opción que enfrentarla. Samara se

burlo y luego se dio una palmada en la cara, haciendo que su rostro se hinchara instantáneamente. Apretó los dientes con dolor y luego llamo a Álvaro.

-Señor Álvaro, si realmente me ves como un problema, solo dígamelo y reservare un vuelo para Estados Unidos. ¿Por qué le pide a su novia que venga a humillarme y que incluso me pegue? No tengo ilusiones contigo, así que le pido que le preste más atención a su novia. Si no puede controlarla, no me importa enseñarle lo que es la cortesía yo misma. -después de decirlo, Samara termino la llamada.

Álvaro estaba completamente confundido, pero rápidamente comprendió que podría ser que Rebeca le hubiera hecho algo a Samara. Entonces la llamo directamente.

- ¿Dónde estás?

-Álvaro, estoy en camino. Recuerdo que te gusta la sopa de pescado. Voy a comprar un pescado y lo hare al medio día. A Adriano también le gusta, tendremos una buena comida. -dijo Rebeca felizmente.

Sus palabras le hicieron entrecerrar los ojos. Luego, Álvaro dijo con un tono frio:

- ¿Has ido al hospital?

La sonrisa de Rebeca se congelo al instante.

-Si, yo solo quería visitar a la señorita Catalina. Tuvo un accidente muy grave…

- ¿Fuiste solo para visitarla? -la voz de Álvaro era fría como el hielo. A pesar de que no estaban juntos, Rebeca podía sentir la frialdad y empezó a temblar.

-Si, por supuesto. ¿Qué más puedo hacer?

-Rebeca, escúchame con atención. Si me entero de que le has hecho daño, no me importara que relación hayamos tenido. ¡Vuelve ahora mismo! No podrás salir de casa sin mi permiso. -Álvaro colgó el teléfono, agarro su abrigo y salió del dormitorio. En el pasillo, se encontró con Eduardo que también había salido de la habitación de Adriano.