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Chapter 15 - ¡Eres increíble!

A Adriano no le importaban los sentimientos de Eduardo. Lo agarro del brazo y dijo con picardía:

-No me importa, si tienes mas capacidades que yo, hare lo que me digas.

Eduardo nunca había encontrado a una persona como él. Desde niño no tuvo contacto cercano con otras personas, excepto su hermana. En ese momento, Adriano apoyaba la mitad de su cuerpo en el y su sonrisa impidió que Eduardo pudiera expresar su ira.

-Déjame, no debemos comportarnos así. -Eduardo se sintió extremadamente incomodo.

Adriano es el hijo de Álvaro, era la persona que había substituido a Eduardo y Laura en la familia Ayala. De hecho, debería odiarlo. Pero el niño se abrazaba a Eduardo como un pulpo.

- ¡No! Si no estas de acuerdo conmigo, nunca te iras.

-Adriano, eres el heredero de la familia Ayala, ¿Cómo puedes ser tan sinvergüenza? -Eduardo estaba muy arrepentido. Si supiera que Adriano era así, no habría ido a visitarlo.

Adriano dijo sonriendo:

- ¿Cómo que el heredero no puede comportarse así? Todavía soy un niño y necesito un mejor amigo. En el futuro. Todo lo mío será tuyo. Si lo necesitas, te daré toda la riqueza de mi familia, ¿de acuerdo?

- ¡No! No quiero nada de la familia Ayala -Eduardo frunció el ceño y tenía cara de enfado.

Aunque Adriano era pícaro, sabia observar las expresiones. Se dio cuenta de que cada vez que mencionaba la familia Ayala, la expresión de Eduardo cambiaba. Entonces dejo de hablar de eso.

- ¿Puedes diseñar un juego para mí? Quiero lo mismo de los ordenadores de la guardería. Si puedes hacerlo, no diré que lo has hecho. No creas que no sé lo que hiciste. Eduardo, eres increíble, sabes muy bien como usar un ordenador. -muy animado, el niño expreso su admiración en voz alta.

Eduardo le cubrió la boca rápidamente. Aunque no había nadie en la habitación, todavía miro alrededor y luego dijo cuidadosamente:

-Si sigues diciendo tonterías dejare de ser tu amigo.

-Ya me callo. -Adriano rápidamente se cubrió la boca y miro a Eduardo con lastima.

Eduardo de repente se conmovió por su obediencia.

- ¿Todavía te duele el trasero?

-Si -Adriano inmediatamente grito con un tono doloroso. -Mi madre me pega con fuerza, dijo que la compañía de mi padre había perdido millones por mi culpa, por eso me pego con un palo. -Adriano toco su trasero mientras hablaba e incluso estaba cojeando.

Eduardo volvió a sentirse culpable.

-¿No me odias? Hice que tu familia perdiera dinero.

-Mi familia tiene mucho dinero, cien millones no es nada, mientras quieras no me importa darte todo el dinero. Desde niño, mi madre siempre dice que soy el sucesor de la familia Ayala,

por eso tengo que aprender mucho, pero realmente no me gusta todo esto. Solo quiero ser feliz, pero ella no me lo permite. Me trata bien delante de mi padre, pero cuando no está, siempre me obliga a aprender todo. Además, tengo que comportarme delante de mi padre para que el me elogie. Estoy exhausto. Si la familia Ayala no existe, no tendré que aprender tanto. -Adriano yacía en la cama con el cuerpo extendido, mirando al techo y diciendo débilmente: -Eduardo, ¿sabes? Nunca he estado en un parque de atracciones. No sabes cuanto envidio a esos niños de las familias ordinarias. Pueden hacer lo que quieren. Desde pequeño, he tenido que seguir las reglas creadas por mi madre. Incluso mi futuro ha sido establecido. Nadie me ha preguntado que es lo que quiero yo. La familia Ayala es una jaula para mí y no poder liberarme nunca.

Eduardo frunció el ceño. De repente sintió que no podría ser más lamentable. Giro apresuradamente la cabeza, pero todavía no podía deshacerse de ese sentimiento en su corazón.

-Vale, te ayudare a diseñar un juego para que no te aburras en casa. Es una recompensa por guardarme el secreto, pero no puedes decírselo a nadie, ¿entiendes?

-No hay problema -Adriano se levanto de un salto, que le agravo el daño en el culo, por lo que grito de dolor.

Álvaro lo escucho desde fuera y se acercó a la habitación rápidamente. Justo cuando puso la mano en el pomo de la puerta, escucho a Eduardo susurrar:

-Habla mas bajo, te lo advierto, si sigues gritando no hare el juego.

-Vale, vale. No habló, mas. Date prisa y diséñalo. Estoy tan aburrido. No sabes que mis familiares siempre me compran juguetes ordinarios que no me interesan para nada. -Adriano se quejó, pero su cara estaba llena de alegría.

Eduardo suspiro y dijo:

-Entonces tienes que darme un ordenador, no puedo crearlo con mis dedos.

-Espera. -Adriano salto de la cama felizmente.

Álvaro se escondió rápidamente, pero sus ojos se estrecharon ligeramente.

Pensó, '¿Cómo sabe Eduardo diseñar juegos de ordenador? Solo es un niño de cuatro años. ¿Cómo puede ser tan competente?'

Álvaro de repente se interesó mucho por el niño. Se escondió en la oscuridad y vio a Adriano entrar en la habitación con su ordenador y cerrar la puerta misteriosamente.

Álvaro sonrió levemente y se fue al estudio.

Adriano probablemente no sabía que Álvaro había instalado cámaras en su habitación. Se sentó en el escritorio y encendió la cámara. Vio a Adriano felizmente entregando el portátil a Eduardo.

-Es mi ordenador personal, solo yo se la contraseña. Primero tengo que introducir el código…

-No es necesario. -interrumpió Eduardo. Se sentó en la cama, encendió el ordenador y toco rápidamente el teclado.

Los ojos de Álvaro se iluminaron instantáneamente. Cambio la dirección de la cámara a la posición de Eduardo, miro cuidadosamente el teclado en los dedos del niño y vio que cadenas de caracteres familiares aparecieron en la pantalla.

Al instante, desbloqueo la contraseña del ordenador.

- ¡Eres increíble, Eduardo! ¿puedes enseñarme? -Adriano grito sorprendido.

Eduardo lo miro con enfado y el niño rápidamente se cubrió la boca. Eduardo sacudió la cabeza con resignación y abrió un archivo en el ordenador.

Los ojos de Álvaro se hicieron profundos. Su manera de descifrar la contraseña le parecía familiar-

-Josué, envíame las capturas de video de cuando los ordenadores de la empresa fueron atacados por el hacker. -le vino una idea a la cabeza, pero necesitaba confirmarlo.

Tras ampliar muchas veces las fotos, empezó a estudiar la ruta de hacking y comparo el método de desbloqueo de Eduardo con el del hacker y se sorprendió al descubrir que los métodos eran completamente idénticos.

Álvaro encontró difícil de creer. Sus hermosos ojos miraban fijamente a la pantalla, viendo la pequeña mano de Eduardo tocar rápidamente el teclado. Estaba introduciendo y editando los caracteres rápidamente. Dentro de poco, se completo un simple programa de juego. Esta escena le hizo entrecerrar los ojos.

-Josué, investiga si Eduardo fue a la compañía el día que se filtraron los secretos de la empresa. No omitas ningún detalle.

Josué estaba confundido por la orden de Álvaro, pero reacciono y empezó a trabajar.

Mientras esperaba, Álvaro tenía sentimientos encontrados. Vio la expresión tranquila de Eduardo en el video. Era difícil imaginar que un niño tuviera una capacidad tan destructiva.

Si realmente era la persona que había hecho todo eso, no era de extrañar que la escena del baño estuviera en internet. También significaba que desde el momento en que se conocieron, había empezado a vengarse.

Álvaro de repente se emocionó y ya no podía estar tranquilo. Abrió la puerta del estudio y fue al dormitorio.

El dormitorio seguía siendo el mismo de hace cinco años. Rápidamente fue a la mesita de noche y abrió el cajón, había dos certificados de matrimonio dentro y había un papel amarillento entre los documentos. Era la prueba de embarazo.

Durante los últimos cinco años, miraba estos artículos para pasar la noche cada vez que no podía dormir. Ahora los datos se habían convertido en un hijo que estaba vivo frente a él. A pesar de que había causado una gran perdida para la compañía, sintió una alegría tan grande que se le hizo difícil controlarse.

Saco su teléfono y llamo al director del hospital.

-Doctor Luis, ¿Cuándo saldrá el resultado de la prueba de paternidad que le pedí que hiciera?

El director no esperaba que Álvaro estuviera tan ansioso y dijo con nerviosismo:

-Esta en proceso urgente, estará listo mañana.

-Gracias. -después Álvaro llamo al médico de cabecera de la familia, el doctor Francisco.

-Doctor, ¿puede acelerar el procesamiento de evaluación que le pedí?

El doctor Francisco estaba un poco aturdido y respondió en voz baja:

-Está bien, lo haré lo antes posible.

Después de terminar la llamada, Álvaro todavía no podía calmarse. Sin embargo, el doctor Francisco y el director Luis llamaron a una persona al mismo tiempo.