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Chapter 5 - Piensa en ese mocoso

Media hora más tarde, Josué llego con la información que Álvaro quería.

-Señor, la diseñadora Catalina tuvo un accidente de circulación hace cinco años. Se dice que fue muy grave. Su familia la llevo al extranjero para recibir tratamiento y ella volvió poco después de un año.

- ¿Hace cinco años? -Álvaro destaco sensiblemente este tiempo. Josué asintió con dudas, el tiempo fue demasiada coincidencia. - ¿Qué día de hace cinco años?

-Dieciocho de marzo -Cuando Josué termino de decir este numero, la expresión de Álvaro cambio instantáneamente.

- ¿Dieciocho de marzo? ¿No hay ninguna equivocación?

-No. -Josué estaba algo sorprendido por la reacción de Álvaro. Sin embargo, la cara de Álvaro aparentaba felicidad y eso le dio miedo. -Señor, ¿esta bien?

-Estoy bien, estoy muy bien, nunca he estado mejor que ahora. Continúa investigando, ¿a qué país fue para recibir tratamiento? ¿Quiénes eran sus compañeros y los médicos que la operaban entonces? Quiero saber todo eso. -Josué estaba un poco aturdido por las palabras de Álvaro, pero rápidamente las memorizo.

-Si, señor, voy a investigarlo inmediatamente. -Josué se levantó y se fue.

Sin embargo, Álvaro no pudo contenerse mas. Rápidamente se levanto, se puso un conjunto de ropa casual y bajo las escaleras. Iba a encontrar a Samara. Incluso si ella se negaba a admitirlo, él todavía quería verla. No por nada mas, solo por esos ojos familiares, las inquietas sospechas y los pensamientos en su mente. ¡Dieciocho de marzo! ¡Ese día coincidió con el día en que Samara murió en el incendio!

Con tantas coincidencias sumadas, la verdad definitivamente no era tan fácil como lo que había encontrado y la cara desconocida de Samara podría ser la clave para descubrir todo esto. Era posible que Samara se hubiera convertido en Catalina hace cinco años y viviera con su identidad. Cuanto más lo pensaba Álvaro, más creía que era posible. Rápidamente bajo las escaleras, viendo que Rebeca y Adriano estaban comiendo en el primer piso.

-Papa, ¿vas a salir? -Al ver a Álvaro, Adriano estaba muy feliz y empujo directamente la mesa del comedor y se precipito.

-Adriano, tus manos están sucias. No toques la ropa de tu padre. -Rebeca vio la grasa en la mano de Adriano y lo detuvo apresuradamente. Sin embargo, ya era tarde. Adriano ya se había abalanzado sobre el abrazo de Álvaro.

Mirando al pequeño niño en sus brazos, los ojos fríos de Álvaro finalmente tenían un rastro de calidez. Toco la cabeza de Adriano y sonrió:

-Tengo cosas que hacer, hoy es sábado, ¿Por qué te has levantado tan temprano?

-Mi compañero y yo tenemos una cita para visitar tu compañía, ¿papa, puedes llevarnos allí? -Adriano abrazo el muslo de Álvaro y levanto la cara parpadeando con suplica.

Álvaro miro su cara y de repente recordó otra cara. ¡Ese pesado tenia el mismo par de ojos que el! Álvaro pensó, ese chico parecía inocente, pero se meo en mi cara, lo que me hizo convertirme en un chiste en Ciudad H. Si no hubiera suprimido la noticia lo antes posible por el estatus y el poder de la familia Ayala, habría sido la fabula de la gente. Álvaro frunció un poco el ceño, con una expresión desagradable.

Rebeca había estado observando cuidadosamente a Álvaro. Hace cinco años, ella dio a luz a Adriano. Para evitar que el niño tuviera una sombra psicológica, Álvaro permitía que Adriano lo llamara papa. Por lo tanto, Rebeca creía que tenia oportunidad. Pero durante cinco años, Álvaro siempre había sido indiferente con ella. Solo cuando estaba con Adriano, la trataba con simpatía. Originalmente, había pensado que Álvaro podría cumplir todas las peticiones de Adriano. Pero hoy, parecía que se había enfadado con su requisito inmediatamente. Rápidamente dio un aso adelante y llevo a Adriano, reprendiéndole:

- ¿Por qué eres así? El Grupo Ayala no es un lugar para que un niño lleve casualmente a la gente a visitar. Si se revelan los secretos de la compañía, ¿puedes encargarte? -Cuando Adriano fue regañado por Rebeca, empezó a llorar en seguida.

Álvaro frunció el ceño ligeramente y dijo fríamente:

- ¿Por qué lo reprochas? Es el futuro sucesor del Grupo Ayala. ¿Por qué no puede visitar la compañía? Además, ¿Cuántos niños pueden robar secretos de la compañía? No reprendas a Adriano mas adelante. -después de decir esto, Álvaro arrebato directamente a Adriano del abrazo de Rebeca y paso la mano en su cabeza. -Date prisa y come. Después, papa te llevara. ¿Dónde te espera tu compañero? Vamos a recogerlo juntos, ¿de acuerdo?

- ¡Bien! ¡Papa es el mejor! -Adriano sonrió y dejo un beso grasiento en la cara de Álvaro. Sin embargo, Álvaro no parecía enfadado en absoluto. En cambio, Rebeca envidiaba su mirada suave. Si el pudiera mirarla así, ella estaría dispuesta a morir.

-Álvaro, ¿puedo ir? Adriano todavía es un niño y necesita que alguien lo cuide. Soy su madre, así que es mejor que los acompañe. -dijo Rebeca apresuradamente, incluso emocionada. Ella había pensado que Álvaro estaría de acuerdo, pero el solo toco su abrigo y dijo con indiferencia:

-No es necesario, puedo cuidar bien de Adriano. Además, no eres una empleada de la empresa, por lo que seria inadecuado si vas.

-No hay nadie en la compañía el fin de semana. -Rebeca intentaba persuadirlo. También quería ingresas al Grupo Ayala, pero Álvaro siempre había dicho que, para evitar problemas, no se le permitía entrar. También dijo que, si ella quería hacer negocios, el podría establecer una empresa para ella sola. En realidad, ella quería estar con Álvaro. Sim embargo, parecía que Álvaro no veía las quejas en sus ojos.

-Son las reglas de la empresa y tiene monitoreos dentro, deja de ser tan caprichosa. -le respondió con indiferencia.

-Álvaro, ¿estas preocupado porque yo actúe contra los beneficios de la empresa? Estoy siempre al lado de la familia Ayala. -Los ojos de Rebeca estaban llenos de lagrimas de agravio.

-Lo se. Solo te rechazo por las normas, Rebeca, no me pongas en un dilema. -Aunque la voz de Álvaro era suave, estaba llena de presión.

Rebeca sabía que, si continuaba molestando, Álvaro se disgustaría. Por eso dio unos pasos a regañadientes hacia atrás y fue a cuidar de Adriano. ¿Cuándo podría convertirse realmente en la anfitriona de la familia Ayala? Rebeca estaba extremamente enfadada, pero su cara se mostraba tranquila. Viendo que su hijo comía felizmente un poco antes de saltar de la mesa y correr hacia Álvaro, de repente se sintió celosa y resentida.

Rebeca pensaba que el niño le quitaba toda la atención a Álvaro y ese no era el plan original, todo estaba fuera de control. Sin embargo, Adriano no vio la expresión de Rebeca. El felizmente tiro de la mano de Álvaro y dijo:

-Papa, vamos. Me temo que mi compañero espere ansioso y piense que le miento.

-Vale, vamos. -Álvaro levanto directamente a Ariano sobre su cabeza y le dejo sentarse en su hombro. Los dos charlaron y se rieron mientras salían por la puerta.

Cuando llegaron a la guardería, Eduardo ya había estado ahí por un tiempo. Adriano abrió la puerta del coche y corrió hacia el.

- ¡Eduardo! Date prisa, mi padre nos lleva a visitar la compañía hoy. -Las palabras de Adriano hicieron que Eduardo se aturdiera. Cuando vio a Álvaro bajarse del coche y Adriano dulcemente llamándole papa, Eduardo se sintió incomodo.

Álvaro nunca pensó que el compañero de Adriano seria Eduardo, el niño que se meo en su cara en el aeropuerto. Rápidamente camino adelante y miro fríamente a Eduardo. No dijo nada, pero el aire se volvió opresivo. Era un dirigente, Muchos adultos se sentirían abrumados cuando vieran a Álvaro con tal presión. La esquina de su boca se levantó ligeramente, sonrió dulcemente y dijo:

-Hola señor, nos encontramos de nuevo. -este tipo de coraje hizo que Álvaro lo admirara.

- ¿Eres el compañero de Adriano?

-Si, mi nombre es Eduardo Arias. Soy nuevo en la clase de Adriano. -Eduardo fue muy educado y hablo apropiadamente. Comparado con Adriano, simplemente no parecía un niño de la misma edad.

Álvaro realmente quería preguntar sobre sus padres, pero era ridículo que un niño así conspirara contra el. Estaba seguro de que su oponente había aprovechado esa oportunidad. Pensando en esto, Álvaro lo dejo entrar en el coche, pero un pensamiento paso por su cabeza. ¿Eduardo Arias? ¿Su apellido también es Arias?

Álvaro llevo a Adriano y Eduardo al Grupo Ayala y los acompaño a visitarlo. Incluso explicaba sobre algunos departamentos. Eduardo nunca había encontrado la oportunidad de hacer su truco. Incluso sintió que Álvaro estaba intencionalmente protegiéndose contra el. ¿Acaso la noticia del video lo hizo sospechar?

Eduardo había estado pensando en el camino y Álvaro también estaba observando a Eduardo. Siempre sintió que este niño le parecía familiar, como si lo hubiera visto antes, pero en sus recuerdos, nunca había estado cerca de el.

Después de que terminaron de visitar el Grupo Ayala con sus propias intenciones, Álvaro quería enviarlos de vuelta. Eduardo dijo apresuradamente:

-No es necesario. Señor, todavía tengo que ir al orfanato para hacer trabajo voluntario.

- ¿Voluntario? -Álvaro estaba un poco sorprendido. Pocos niños hoy en día son voluntarios. - ¿Tus padres van contigo?

-No, iré yo por mí mismo. Ya he tenido una cita con el decano. Señor, puede enviarme al Orfanato Luz, gracias. -dijo Eduardo tranquilamente.

- ¿Por qué eres voluntario en el orfanato? Esos niños son huérfanos, no puedes jugar con ellos. -dijo Adriano dudosamente.

-Adriano, ¿de que estas hablando? -Álvaro frunció el ceño ligeramente, estaba infeliz. También era un niño de cuatro años, las palabras de Adriano lo hicieron sentirse avergonzado. Sin embargo, Eduardo sonrió y dijo:

-Mi madre dijo que cada niño es un ángel mandado al mundo por el cielo, por lo que no hay distinción entre la nobleza y la humildad. Mi madre me pide que ayude a algunos huérfanos si tengo la capacidad, también es hacer el bien para nosotros mismos.

De repente, Álvaro se sorprendió por estas palabras. Parecía que hace muchos años, una mujer tonta le había dicho lo mismo.

- ¿Cómo se llama tu madre? -pregunto Álvaro subconscientemente. Después de que termino de hablar, sintió que era un poco inapropiado, pero no podía recuperarse. Eduardo estaba un poco aturdido, pero sonrió y dijo:

-Es inadecuado que me pregunte el nombre de mi madre tan precipitadamente. Debería llevarme lo mas rápido posible, voy a llegar tarde. -Esta fue la primera vez que Álvaro fue rechazado por un niño de cuatro años, pero no se sentía avergonzado.

-Sube al coche.

Álvaro envió a Eduardo al orfanato. Al ver que el director y Eduardo parecían estar muy familiarizados el uno con el otro, se fue a gusto. Hizo que enviaran a Adriano a casa, pero se dirigió a la casa de Samara.

No sabia por que quería ver a Samara ahora, a pesar de que esa cara no era la que recordaba.

Mayra originalmente planeaba quedarse en casa para acompañar a Samara, pero fue llamada de vuelta por el jefe de la guardería para solucionar las cosas. Cuando el timbre sonó de nuevo, Samara todavía tenia sueño, pero se levanto. Cuando vio que era Álvaro desde la mirilla, inmediatamente se despertó completamente. Este hombre vino bastante rápido. Samara se peino antes de abrir la puerta.

- ¿Señor Álvaro? ¿Por qué esta aquí? -dijo ella.

-Estas enferma, ¿no? He venido a verte. -Álvaro dijo muy naturalmente, y sus ojos involuntariamente miraron a Samara.

Su cara estaba un poco enrojecida y de hecho no estaba en un buen estado. El se apresuro a extender su mano y toco su frente, Samara se asusto tanto que se retiro apresuradamente.

-No te muevas. -Su voz de repente se torno fría. Samara se detuvo inconscientemente. Su mano fría le hacía sentirse más cómoda. La expresión de Álvaro cambio instantáneamente. -

¿Por qué estás en casa con fiebre? ¿Eres una niña? ¿No sabes como ir al hospital? Ve a cambiarte de ropa. ¡Te llevare al hospital!

Samara nunca lo había visto tan nervioso. Para ella los hombres eran muy extraños. Se preocupan mas por las mujeres desconocidas que por sus propias esposas. Samara resoplo fríamente, pero su expresión no cambio para nada.

-Señor Álvaro, gracias por su preocupación. Acabo de volver del hospital, el medico dijo que debo tomar la medicación y descansar mas.

- ¿Entonces por qué no vas a descansar? ¿Por qué estas aquí? -las palabras de Álvaro la detuvieron directamente.

A Álvaro no le importaba lo que Samara pensara, el directamente dio un paso adelante, cogió a Samara en brazos y entro.

-Señor Álvaro, ¿Qué está haciendo? ¡Bájeme! -Samara lucho, pero al mismo tiempo, estaba un poco arrepentida por no pensar en su situación repentina. En el pasado, Álvaro no tomaría la iniciativa de tratar a una mujer así. Pensando en esto, estaba un poco amargada y sintió que no valía la pena. Álvaro la ignoro y susurro:

- ¿Cuál es tu habitación?

-A la izquierda, pero Señor Álvaro, ¿tu novia sabe que tu carácter es muy abierto? Espero que no venga a mi casa a causar problemas. -Samara suprimió la amargura y fingió estar relajada.

Álvaro abrió la puerta de una patada y la puso en la cama. Luego dijo con indiferencia:

-Rebeca no es mi novia.

- ¿No? ¿Cómo es posible? He oído que tienen un hijo de cuatro años. Señor Álvaro, esto es demasiado vergonzoso. Una mujer que esta dispuesta a tener un hijo contigo debe amarte mucho. No es adecuado que la deje vivir en la familia Ayala como una madre soltera, ¿verdad? -Samara se apoyo contra la cama y dijo al azar.

Álvaro miro esa cara extraña, pero sus ojos eran muy familiares. Quería ver algo en los ojos de Samara, pero Samara lo oculto tan bien que no pudo ver ni un poco de celos. ¡No debería ser así! Samara lo amaba tanto, ¿Cómo podría no estar celosa de Rebeca? Todavía recordaba lo emocionada que estaba Samara cuando supo que Rebeca estaba embarazada. Ella era completamente diferente ahora.

Samara no tenia miedo a su mirada y no le hizo caso. En aquel entonces, la encaprichada Samara ya había sido muerta por el incendio. En este momento, Samara era una vengadora, por eso volvió. Continúo persuadiéndose en su corazón con sus labios levantados y los ojos tranquilos como siempre.

Álvaro de repente se sintió incomodo, ni siquiera quería mirar a los ojos claros y tranquilos de Samara.

- ¿Tienes jengibre en casa? Te preparo un té de jengibre, va bien para la fiebre. -Álvaro cambio de tema rápidamente, pero Samara estaba un poco aturdida. No le gustaba el jengibre desde que era una niña. Sin embargo, con la mentalidad de Álvaro, probablemente no lo sabía, por lo que debería ser una pregunta casual.

-No me gusta el jengibre, señor Álvaro. Además, eres muy noble, no quiero molestarle más, -dijo Samara tranquilamente, sin mucho interés.

Álvaro se sorprendió. ¿No le gusta el jengibre? A su esposa tampoco le gustaba. De repente se sintió un poco contento.

-Esta bien, solo bebe el té… no es necesario que comas jengibre. -después de decirlo, sin preguntarle a Samara si estaba de acuerdo o no, fue directamente a la cocina.

Samara se sorprendió. ¿Por qué Álvaro no jugaba con las reglas? ¿Dónde estaba el hombre indiferente de antes?

-Oye, ¿no has entendido lo que he dicho? ¡He dicho que no voy a comer ni a beber! -Samara salto de la cama, al ver a Álvaro paseando por su cocina, de repente se sintió muy incómoda. Esta escena no debería haber pasado. Además, no creía que Álvaro estuviera enamorado de ella, sino que quería acercarse a ella por sus sospechas.

Samara quería coger el cuchillo de la mano de Álvaro, pero Álvaro de repente se dio la vuelta y la empujo y la oprimió directamente contra la puerta de la cocina. El aliento de Álvaro se lanzó al rostro de Samara. El corazón de Samara dejo de latir por un segundo. Inconscientemente quería empujar a Álvaro, pero el la recogió de nuevo y la envió de vuelta a la cama.

-Si no quieres que te ate a la cama, será mejor que seas obediente. -después de amenazar a Samara, se dio la vuelta y volvió a la cocina. Samara estaba totalmente aturdida. A ella o le sorprendió la tiranía de Álvaro, pero la manera en la que se estaba comportando la confundió un poco. - ¿Lo bebes tu misma o te ayudo? -Álvaro le dio él te de jengibre. El olor fuerte hizo que Samara arrugara la nariz y la rechazara con disgusto. Pero la mano de Álvaro aún estaba allí.

-Señor Álvaro, es fácil ser malinterpretado su comportamiento. Además, por favor, aléjese de mí. No me atrevo a ofender a su novia. ¡No quiero ser famosa en Ciudad H por esto! -al ver que Samara estaba enfadada, Álvaro se puso de buen humor. Él sonrió y dijo:

-Rebeca no es mi novia. Adriano tampoco es mi hijo. Solo somos familia nominal. -Samara se sorprendió otra vez.

Si ella no fuera Samara, si no supiera todo entre Álvaro y Rebeca, tal vez habría creído en las tonterías de Álvaro, pero ahora lo despreciaba más. Originalmente, pensó que era un hombre honesto y sincero, pero nunca había pensado que fuera tan irresponsable. En aquel entonces, ¿Cómo pudo enamorarse de un hombre sin corazón? No podía olvidar que Álvaro acompaño a Rebeca a hacerse un examen obstétrico en ese entonces. Ahora dijo que Adriano no era su hijo, ¿Quién lo creería?

Samara de repente sintió que le dolía el corazón. Agarro el tazón de la mano de Álvaro y se lo trago todo.

- ¿Ya está? ¿Puedes irte ahora? Necesito descansar. -El disgusto repentino de Samara hizo que Álvaro se confundiera un poco. El estaba explicando, ¿pero por que ella estaba tan enfadada? ¿Podría ser porque Rebeca viviera en la familia Ayala?

Álvaro pensó por un momento. Con el fin de cuidar a Adriano, estos años siempre había dejado que Rebeca viviera en su casa. Ahora parecía realmente inapropiado.

-Descansa bien, te recogeré para el trabajo el lunes.

-Quien dice que voy a trabajar. ¡Ya he dicho que no quiero seguir trabajando con su empresa! Señor Álvaro, ¿no lo entiende? -El tono de Samara llevaba una pizca de desdén. Sin embargo, Álvaro sonrió. En sus ojos incluso había un poco de cariño.

-No quiero a nadie mas que a ti.

Samara se quedó atónita, cuando pudo reaccionar para refutarlo, Álvaro ya había salido. Ella no podía entender lo que Álvaro quería decir. Ese hombre indiferente no se enamoraría tan rápido de una mujer, ¡así que todo era una trampa! Ella necesitaba estar tranquila, pero su teléfono sonó. Al ver la llamada de Eduardo, Samara se puso instantáneamente contenta.

-Cariño, ¿Qué pasa? -Su voz era tan suave, llena de cariño, que Álvaro se detuvo inmediatamente.

Álvaro giro un poco la cabeza y vio a Samara sonriendo como si poseyera el mundo. Esa expresión de alegría y felicidad de repente le hizo daño. ¿Quién la llamaba? ¿podría ser su novio? ¿su amante o marido? Pensando en esto la expresión de Álvaro se volvió seria. Sus ojos fríos incluso podían asesinar directamente a la persona al otro lado del teléfono.

Eduardo no sabia que su llamada le había dado a Álvaro inúmeras hostilidades. Se sentó en la silla con las piernas cruzadas, sosteniendo una piruleta en la mano y sonrió:

-Mama, estoy en el Orfanato Luz ahora. ¿Recuerdas que antes de que volviera había patrocinado a una huérfana? Ella esta aquí. Contacté al director hoy y vine a echar un vistazo. Se supone que el padrino tiene inversiones y el director me trata muy bien. Mama, ¿puedes venir a recogerme cuando no estes ocupada?

-Bien, avísame cuando llegue el momento. Definitivamente iré a recogerte. -dijo Samara con una sonrisa.

La expresión de Álvaro se volvió aún más fría. El pensaba en investigarlo. Después de que Samara colgó el teléfono, frunció el ceño cuando levanto la cabeza y vio que Álvaro todavía estaba allí.

- ¿Por qué todavía no te has ido? -momentos antes, Samara fue suave y gentil. Pero ahora lo trataba con una expresión muy desagradable. Álvaro inmediatamente se sintió infeliz.

- ¿Quién va a venir a Ciudad H? ¿Lo recojo por ti? -Samara estaba confundida sobre lo que el quiso decir, pero todavía dijo con indiferencia:

-No quiero molestarle con mis asuntos. Debería darse prisa y marcharse para no causar ningún malentendido. Si mi amigo lo ve, es difícil explicarlo claramente.

Al oírlo, Álvaro se puso serio. Pero no dijo nada y se fue enfadado. Samara rara vez veía a Álvaro enfadarse y ahora sentía que esto era una novedad. Miro en su teléfono para comprobar la ubicación de Eduardo y decidió comprar un coche.

Después de que Álvaro dejo la casa de Samara, se volvió cada vez mas irritable. Casualmente, Rebeca llamo y le pregunto si quería volver para cenar. Él dijo con impaciencia:

-Tengo algo que hacer hoy, no hace falta que me esperes. -Después de colgar el teléfono, miro el apartamento de Samara, involuntariamente fue al supermercado mas cercano. Compro unas cuantas verduras y pescado. Luego, llamo a la puerta del piso de nuevo. Samara frunció el ceño cuando vio que el apareció delante de ella otra vez.

-Señor Álvaro, ¿qué está haciendo aquí exactamente?

-Estas enferma y no hay nadie que te cuide. Te hare algo de comer antes de irme. -Después de decir eso, Álvaro intento entrar, pero fue bloqueado por Samara fuera de la puerta.

-Gracias, pero parece que hay una relación intima entre nosotros. No importa lo malo que sea, todavía puedo pedir comida.

-No es muy nutritiva. Todavía estas enferma y como presidente de la cooperativa, tengo que cuidar bien de mi subordinada. -Con eso Álvaro entro directamente.

Samara nunca supo que Álvaro era tan pícaro y no creía que pudiera cocinar. Durante el matrimonio de tres años, ¿Qué vez el cocino para ella? Este señorito era simplemente el tipo de persona que se mantenía alejado de la cocina. Samara se apoyo contra la puerta de la cocina con los brazos cruzados alrededor del pecho. Viendo a Álvaro como lavaba y cortaba las verduras cuidadosamente, y luego calentaba la sartén y vertía el aceite. Todos sus movimientos se hicieron de una sola vez, era tan hábil y elegante, que le sorprendían realmente por un momento.

-No sabia que era experto en cocina -las palabras de Samara eran amargas. Sin embargo, Álvaro sonrió y dijo:

-Adriano ha tenido mala salud desde muy pequeño y no puede comer nada hecho por otros, así que aprendí a cocinar. – por supuesto Samara sabia quien era Adriano. Originalmente ella estaba triste, se volvió furiosa de repente por sus palabras. Para un hijo ilegitimo, podría aprender personalmente a cocinar, pero para Eduardo y Laura, ¿Qué había echo entonces?

- ¡Fuera! -Samara de repente saco el brazo de Álvaro y uso toda su fuerza para expulsarlo. La puerta se cerro con un gran golpe, pero las cuencas de sus ojos ya estaban mojadas. Se dijo a si misma no preocuparse mas por esto. Ella ya había sabido que era una escoria de la humanidad, ¿no? Pero aun le dolía el corazón. No pudo controlar su ira cuando se entero de que el podía hacer cualquier cosa por el hijo de Rebeca.

Si no hubiera sido por el fuego, si no fuera su crueldad, ¿Cómo podría Laura haberse quedado en el hospital desde el momento en que nació? ¡Álvaro era imperdonable! Samara se apoyo contra la puerta y lentamente cayo y se sentó en el suelo, haciendo todo lo posible para que sus lagrimas no cayeran.

Álvaro estaba desconcertado, fue expulsado incluso todavía llevaba el ridículo delantal de Bob esponja. Sin embargo, parecía ver los ojos mojados de Samara. pensó cuidadosamente en lo que acababa de decir. ¡Adriano! De repente se sintió un poco arrepentido. Fuera lo que fuera que había sucedido cinco años antes, su hijo probablemente había muerto. Sin embargo, menciono al hijo de Rebeca frente a ella, que era equivalente a una cuchilla afilada que heria su cicatriz anterior.

Álvaro levanto la mano, queriendo llamar a la puerta otra vez, pero bajo la mano después de sostenerla en el aire durante mucho tiempo. Suspiro, miro profundamente a la puerta, se quito el delantal y lo dejo junto a la puerta, luego se fue con culpa y soledad.

Samara se calmó un rato después y se puso de pie. Mirando la comida inacabada en la cocina, empezó a cocinar de nuevo. De todos modos, no debían desperdiciar la comida. Cuando Mayra llego, Eduardo la llamo. Samara condujo el coche de Mayra para recoger a su hijo, ella no menciono nada sobre Álvaro.

Samara paso un fin de semana en paz acompañada de Eduardo. Ella también compro un coche en un Concesionario. El lunes, Álvaro anuncio en los medios de comunicación que Samara era la diseñadora invitada por el Grupo Ayala. Rebeca deliberadamente le puso obstáculos, haciéndole irse en un estado lamentable. Se disculpo con Samara en nombre de la empresa e hizo publico el video de vigilancia en ese momento.

Esta acción empujo inmediatamente a Rebeca a un torbellino caótico. Todos en la Ciudad H vieron la vertiente celosa de Rebeca y la simpatía de Samara. La opinión publica era unilateral hacia Samara. Rebeca fue tan insultada que no se atrevía a salir. Estaba especialmente enfadada e interrogo a Álvaro. El hombre dijo directamente:

- ¿Se puede comparar tu reputación con la diseñadora Catalina? Todos los proyectos de la empresa están esperando que la diseñadora los dirija ¿sabes cuanto dinero pierde la empresa cada día? -al escuchar esto, Rebeca se callo. Aunque no obtuvo ningún beneficio de Álvaro, atribuyo toda la culpa a Samara y se enemisto con esa mujer.

Cuando Mayra vio la noticia, llamo a Samara para saber que estaba pasando. Samara le dijo que no tenia que preocuparse por eso, pareciendo especialmente tranquila. Mirando las acciones de Álvaro, aunque Eduardo no dijo nada, se sintió algo reconfortado. Este hombre todavía tenia algo de conciencia y sostuvo a su madre. De lo contrario, definitivamente no lo dejaría en paz. Ignorando lo que dijeron fuera, Samara se mantuvo en casa y se concentro en su recuperación.

Un montón de flores fueron entregadas el martes, casi llenaron la puerta de Samara. La otra parte dijo que eran un regalo del Señor Álvaro, que le deseaba una pronta recuperación. Samara lo encontró particularmente irónico. Después de un matrimonio de tres años, nunca

había recibido ningún regalo de Álvaro y mucho menos flores. Ahora, él le envió rosas como un joven. Desafortunadamente, algo así ya no podía tocarle el corazón. Cuando Eduardo vio estas flores, frunció el ceño ligeramente.

-Mama, ¿hay alguien que quiere perseguirte? ¿voy a tener un padrastro?

-Tonterías. No intervengas en asuntos de adultos. Date prisa y haz los deberes. -Samara echo a Eduardo de su habitación y arrojo todas las flores a la basura.

Eduardo reviso las cámaras de vigilancia y descubrió que era Álvaro quien lo había hecho.

El miércoles, se entrego comida en casa de Samara. Todas las comidas favoritas de Samara en el pasado y fue cocinada especialmente por el Imperial Food Garden, el mejor restaurante de Ciudad H. Normalmente, si quería comer esos platos, tenia que reservar al menos una semana por adelantado. No esperaba que Álvaro empleara todos sus recursos solo para darle a Samara buena comida.

El jueves, Álvaro le regalo muchos suplementos.

El viernes, el hombre envió a un médico para examinar a Samara, pero ella lo hecho.

Samara sintió que se estaba volviendo loca. Álvaro no era una persona apasionada, pero ahora le hacia sentirse confundida. Si todo esto era una trampa que había tendido, ella tenia que admitir que el hombre era excepcional. Por que estaba a punto de perder la resistencia. Ella planeaba adoptar medidas preventivas el sábado, pero Álvaro no hizo ningún movimiento en el fin de semana. Y la amabilidad inexplicable también desapareció.

Samara miraba una y otra vez, e incluso miraba el reloj en su muñeca de vez en cuando. Eduardo se fijo bastante en la conducta de su madre, por lo que se sintió infeliz. Ese hombre los abandono hace cinco años e incluso hizo sufrir tanto a su hermana y a su madre. ¿Creía que podría reparar los prejuicios que había causado solo con esto? Eduardo frunció el ceño otra vez y un pensamiento paso por su mente.

Tuvo días tranquilos. Samara llevo a Eduardo a la guardería el lunes, sintiéndose un poco insegura. Álvaro de repente la ignoro. Justo cuando Samara estaba aturdida, Álvaro apareció en los medios de comunicación otra vez.

"El diseño modelo del nuevo automóvil deportivo desarrollado por el Grupo HJ junto con el Grupo Ayala ha sido finalizado. La diseñadora Catalina llegara a la fábrica de procesamiento automática del Grupo Ayala a las nueve para una vista de campo. Esta es la primera vez que las multinacionales en el país y en el extranjero cooperan. Espero que ustedes periodistas estén presentes, pero no molesten a Catalina. ¡Gracias!"

Samara se quedo aturdida. Ella todavía no había completado el diseño. Pero ahora la noticia se había difundido, si ella no se presentaba tenía mucho que perder.