El beso fue en aumento cuya pasión los empezaba a devorar a ambos. Boris se sentó sobre sus piernas sin dejar de besar a Nahuel ni acariciar sus cabellos. Sus lenguas exploraban la boca del otro mientras sus manos exploraban los cuerpos del otro.
Boris mismo no podía entender cómo era que se estaba dejando llevar por esa pasión que hasta hacía unos momentos atrás ignoraba que existía. Además tenía mas de mil preguntas con respecto a ese extraño.
Cuando se separaron para tomar aire se miraron en silencio pero fue Nahuel quien reaccionó sujetando a Boris y alejándolo de su persona.
Ambos estaban agitados debido a la pasión experimentada en sus cuerpos y muy confundidos pero Boris deseaba dejarse llevar por ella mientras que Nahuel solo podía reprimirse a si mismo ya que no queria volver a confiar así en alguien. Ya había cometido ese error en el pasado.
Boris lo miró entre sorprendido y triste ya que no entendia por qué él se negaba. Quizás se debía a que él nunca fue alguien atractivo para nadie y solo repulsión podia despertar en los demás hacia su persona.
A lo mejor su destino era permanecer solo, encerrado en una celda oscura y vacía. Pero él no queria estar condenado a ese tipo de vida. Miró a Nahuel con dolor.
Nahuel intentaba controlarse ya que ese joven habia logrado despertar sus más íntimos deseos que en lo más profundo de su ser creyó haberlos eliminado.
Al verlo con detenimiento a la luz del día podía notar con mayor nitidez su increíble y juvenil belleza. Pero ¿qué podría ver en su persona alguien como ese joven?
— Boris esto no está bien.
— ¿En serio? ¿Y por qué?
— Por que eres muy joven, podrías ser mi hijo.
— ¿Es eso o...es que en realidad me ves como un monstruo?
— ¿Qué?
— Quizas me ves como un anormal, alguien que debe ser castigado y encerrado por el solo hecho de haber nacido, de existir. — Con lágrimas en los ojos lo miraba con infinita tristeza — Es eso ¿verdad Naruto?
Cuando quiso irse Nahuel lo detuvo del brazo y lo obligó a voltearse para mirarlo a los ojos. ¿Cómo era posible que ese muchacho diga tales mentiras? Cuando Boris forcejeó para hacerse soltar, Nahuel lo sujetó con fuerza abrazandolo mientras le susurraba:
— Nada de lo que dijiste es cierto Boris, nada.
— ¡Sueltame!
— No. Malinterpretaste todo muchacho.
— ¡Mentira! ¡Te doy asco!
Nahuel lo miró hipnotizado ya que ese joven lograba tirarle abajo toda la estantería, era tan hermoso que parecía un ángel.
Precisamente por eso se negaba a creer que lo deseaba a él.
— Jamás me podrías dar asco Boris, jamás. Pareces un ángel
— ¿Eh? — Boris lo miró sin comprender — ¿Hablas en serio?
— Totalmente.
-¿Entonces por qué me rechazaste?
— ¿Cómo un ángel como tú se fijaría en un monstruo como yo? No tiene sentido
Boris lo miró sorprendido y hasta por un instante tuvo ganas de reír y llorar a la vez pero empezó a acariciarle la mejilla con suavidad mientras que con la otra mano acariciaba su torax.
El rubio menor pudo ver angustia y desolación reflejandose en el rostro de Nahuel y ese dolor le llegó al alma.
— Oye — Boris le rodeó el cuello con sus brazos sintiendo que Nahuel lo presionaba contra su cuerpo — ¿Qué te hicieron? — Fue acariciandole las mejillas con ternura — Para que estés tan sngustiado ¿Cómo una belleza como tú se llama así mismo monstruo cuando en realidad eres mucho más que un ángel?
— Boris ¿hablas en serio?
— Si y es cierto cuando te digo que te deseo....mi amor.
— ¿Amor? ¿Tú me amas?
— Si.
—¿Cómo es posible tal cosa? Si ni siquiera me conoces.
— Exacto, durante toda mi vida he conocido personas que solo querian lastimarme, que disfrutaban dañandome por el simple hecho de existir. El único que fue diferente conmigo, que me trató como persona y creí que se trataba de mi padre descubrí que no lo era...pero siempre fue amable conmigo. ¿Entiendes Nahuel? Nadie me dió amor, ni siquiera mi propia madre y todos me conocían. Tú que no me conocias, pudiste dejarme afuera para morir siendo devorado por los lobos o enfermo de una pulmonia bajo la lluvia. Pero tú me ayudaste, te curaste, me alimentaste....Nahuel tu me trataste mucho mejor que los que me conocen ya que ellos quieren encerrarme en un reformatorio solo por existir.
Boris lo abrazó rodeandole el cuello y posando su cabeza sobre el hombro de Nahuel llorando amargamente. El rubio mayor lo abrazaba con ternura, en verdad ese jovencito habia sufrido tanto como él y necesitaba ser ayudado.
Solo esperaba poder hacerlo ya que en esos momentos Nahuel ya no contaba con la fuerza que tuvo una vez en el pasado. Sin embargo haría todo lo que tuviese a su alcance. Después de todo él también lo necesitaba.
— Ya muchacho, tranquilo. Te puedo asegurar que yo te necesito mucho más de lo que crees....Boris....yo....fuí capturado por la oscuridad y aunque pude escapar recuperando mi libertad lo cierto es que todos en esa ciudad de donde vienes me....me acusaron de cargos que jamás cometí como a tí - Boruto lo escuchaba en silencio — Por eso te entiendo y espero que tú tambien me comprendas a mí cuando te digo que....
Boris posó su mano sobre sus labios, no quería que le diga que lo suyo estaba mal ya que no estaba de acuerdo con él.
— Nos entendemos mutuamente, me tratas de una forma en que solo podía imaginar, permites que me quede aquí sabiendo que me están buscando para encerrarme....¿qué más puedo pedir mi amor?
— Suena hermoso.....amor....me gusta como suena esa palabra viniendo de un hermoso ángel.....como tú....
Boris lo abrazó con ternura mientras sentía cómo el abrazo de Nahuel iba calmandolo. En verdad se sentia muy bien en sus brazos.
— Boris.....no creo que....esto sea lo correcto de todas maneras....
— En cambio yo sí creo que es correcto — el rubio menor se perdió en sus brazos — No me rechaces por favor
— Ven, terminemos de desayunar ¿de acuerdo?
— Si
Así prosiguieron con el desayuno y por primera vez luego de mucho tiempo ambos lo disfrutaron ya que reian y jugaban a medida que devoraban el desayuno.