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Chapter 11 - capitulo 10

Me concentré en ver, como puedo entrar mentalmente, en este edificio camuflado. Me desato de la idea y voy a divertirme con mis presas. Llegue al depósito. Aquí estaba podrido. El olor a sangre y a mierda estaba por los altos.

Mis chicos están, cada unos interrogando salvajemente a cada uno de los hombres. Mis leales. Pulpo y Gk. Son unos salvajes corpulentos. No tienen ni u una pizca de piedad. No conocen la amabilidad. Son unos monstruos. Pulpo es un marino, en alta mar. Hace honor a su nombre por su brusquedad, y su frialdad cuando tiene una misión, este no me ha fallado. Gk este es un demonio, no conoce límite y tampoco el perdón.

Entre y los encontré todo muertos de miedos. Mis hombres son orondos lo sé. Pero ellos son aún peores por ir en mi contra. Nunca doy la cara, nadie me conoce. Mis hombres hacen todo el trabajo los resultados, son de los mejores. Me siento, en mi sofá en tomo un bocado de tabaco y exhaló el humo. Y un sorbo de whisky y espero las noticias. Siempre llegan.

Entra shasa, Una mujer que si no fuera su jefe, le tendría miedo. Una asesina de primera, una japonesa que no sabe lo que significa rendirse y tampoco dar tiempo. La, amo es linda y siempre viste ropas abiertas lo que deja siempre ver como se mueve su cadera. Es una conejita salvaje.

_ Jer, uno de ellos, dijo que hay una merca, en alta mar. Entra esta noche al puerto Limbo.

_ Ohh, pues sí que están actuando a mis espaldas. Cuáles son las otras informaciones.

_ El italiano se niega rotundamente a decir una información. Está desmayado recibió una muy buena paliza. El irlandés es hombre de Calamar del valle kilómetro.

_ Así, que este maldito de Dourian se puso en contacto con todo, en mi nombre ensuciado mi nombre y dejando una mancha en mi legado.

Presione el vaso de cristal, con el whisky se hizo añico en la mesa. Y Mi sangre estaba hervida, lo lamento. Pero mi nombre es mi nombre y nadie no tiene el derecho a ensuciarla. Marcho y entro en el depósito donde tienen a Dourian, el cobarde está casi muerto. Los puñetazos dejaron marcar muy moradas en su cara. Tenía un ojo inflado.

Me senté en una distancia, mientras que mis hombres le echan un varde de agua fría. El tipo salta. Mientras inhalo humo de mi tabaco cubano, miro su cuerpo, este no sobrevivirá ni siquiera un mes. Los chicos lo dejaron casi muerto.

_ desamárrenlo.

_ Si, jefe.

Él se sienta en el piso, buscando una hora de respiración, en mejores condiciones ara su cuerpo. Ni caminar podía. Pobre de ti. Quería más información dela que tenía y tengo que obtenerla. Ordene a shasa, que lo sentara y que le hiciera hablar sin molerlo.

_ Maldito, bastardo… Hijo de puta. Habla ante de que me corte la paciencia y haga con tus testículos una sopa con almejas.

Quería reírme, esta niña si sabe hablar y dar terror a sus enemigos. Digo sus presas.

Entre gruñido dijo.

_ Solo, utilice… el hombre de J.k para conseguir… como vi… Vir. No hice na… da malo. Solo unos pocos negocios.

Respiro y tocio sangre, mierda este tipo esta por irse a la joda.

_ Habla, maldito. Te queda muy poco tiempo. Cambia de bando ahora o morirás sin antes tocas un centavo de lo que has negociado.

_ Me… es…toy muriendo… es… O… lo sé… Pero a todo está hecho, la merca llega esta noche y no manera de retrasarlo. Ellos son fuertes y tiene a muchos hombres en el puerto Limbo.

_¿De quiénes son esas merca?

_ De coyote simba. Él me las pidió e hice el trato con los mexicanos.

_ Y tenías que implicar el nombre del jefe. Sabías que tu tiempo de muerte estaba en la vuelta de la esquina.

_ No me dejen morir y podre hacer que todas las mercas llegan a su destino.

Ese tipo, sí que sabe como mantener su vida, tengo hombre en todas partes y el Muelle Limbo, soy dueño del maldito muelle, pero otros hacen su uso más que yo. A mis espaldas trafican arma y personas. Cuando descubrí eso, quise estallar.

_ Los italianos, están con los rusos y también con los colombianos. Las mercas son vía, los contenedores de las madrugadas. En el Puerto Limbo solo pasan las armas y las drogas. En algunos de los viajes unas o tres contendores de personas.

No hable, solo quería presenciar, y escuchar todo lo que quería. Le dije a Pulpo que llamara a David, mi doctor. Un doctor que no teme adminístrate un veneno y te mate de unos instantes. Por una locura que paso en su doctorado se vio obligado a cambiar de bando. Lo recogí en una calle venado, él vendía medicamento, para relajarte de inmediato.

Era un trabajo, pero con la policía a su asecho no lo creo. Ahora es uno de mis hombres leales.

Miro a Dourian gimiendo de dolor en el piso. Llega David y hace que lo lleven a la sala de operaciones. En mi depósito tengo de todo.

Mientras que David hace de lo su yo. Nos armamos y llamó mis hombres del muelle. Se ponen en alerta sobre el cargamento. Ese cargamento tiene que venir ami. Nos ponemos en marcha y en pocos minutos Amanecerá.

Después, de revisar los videos y ver cuáles son los hombres con más movimientos. Pues mande a sacarlo uno por uno de los territorios. Lo que más corajes me dan, son algunos mis hombres que compraron. Esos malditos merecen la muerte. Demasiado generoso soy al darle dinero en cantidad para que cuiden de sus familiares. Son unos traidores.

En el depósito, Mientras paso un tiempo con estos malditos, se me fue la hora. Era ya medio día. El cargamento debería de estar por llegar después de cruzar, Puente rojo. Me traje mi almuerzo, mientras reviso algunas cosas. Me visto y salgo del muelle.

Rumbo a uno un hotel, tengo que hablar con el presidente. Al salir de hablar con este hombre testarudo, lo convencí ahora está en las palmas de mi mano. No sabe quién soy y no tenía que importarle mientras cumpla con mir órdenes al pie de las letras.

Ya era de noches y decidí dar un paseo. Me detuve en un punto para mirar los alrededores, y ver como se están moviendo los bandidos aquí, y cuáles son las cosas unciales que pasan aquí. De pronto veo una chica que corre, con todo lo que le queda de vida. Pero su cabello negro chocaba con su cara. Como si estuviera en una película a cámara lenta. Fue lo que vi. Más haya a una cuadras unos tipos en carro y armados corrían detrás de ella.

No me gusta ser el héroe, pero tengo que salvar el pellejo de esta ante que la maten frente de mí. La jalo y pego a la pared donde estoy para. Su respiración y como se agita me paree muy familiar. Imposible no puede ser ella. Tan unido nos tiene el destino.

NADIN STOMCLING

Cuando desperté en la mañana, era ya medio día. Black ya había cocinado y comí, hice ejercicio, y vuelta de ida y venida en las orillas del mar. Entre me bañé y me acosté de nuevo por el cansancio, después de echar una siesta. Black me envió un mensaje que saldría. Y no regresaría temprano. Me vestí y fui a comprar cosas que necesitaré, y un poco de información.

Salí del lugar, y me dirigí al centro comercial, ya no tenía miedo de quien podía verme o no. Solo uso corras y unos lentes de sol. Es suficiente con que no me reconozcan.

Después del centro comercial, tomo el bus, de tan cansada que estaba y bien distraída pensando en el tipo del bar los otros días. Me salté mi estación. Me bajo y empiezo a caminar, en el camino ya estaba oscuro. Camine con más velocidad y veo que me está siguiendo un carro negro. Los miro y me pongo en alerta. No es normal, pero conozco la ciudad. Hay malhechores que no respetan la ley hacen lo que quieran con las chicas.

Y el secuestro se volvió algo muy alterado durante estos últimos años. Solo veo algo pasar y chocar con el metal en frente de mí. «Mierda, me están disparando» Corro como si no pudiera tocar la tierra. No me dejaré secuestrar, a mí no.

Mientras corría y doblaba en esquinas, sentí que alguien me jalo y como una pluma en el aire entre a su lado. Me pego en la pared, y de inmediato supe que no era de ellos. Me Cubrí con su cuerpo dándole pasos a esos que están a pies y lo que andan en el carro.

Suspire aliviada, pero mi cuerpo reaccionaba de otra forma. Sentí que una corriente eléctrica traspasaba mi cuerpo. Se estrechó en las puntas de mis dedos. Un sudor agorado y mi corazón se aceleró. «Que diablos, me pasa, porque reacciono así, ante hombre que vergüenza» Su pecho contra mi cabeza, era duros y anchos. Sus brazos por Dios, está bien en forma. Hago lo posible para despegarlo, pero él presiona mi cabeza más contra su pecho. Ese aroma me parece familiar, deslumbra. Muevo mi cabeza para sacar esos pensamientos, debo llamar a Black para que me busque.