Nota del autor:
He creado una página de patr eon. Si quieres apoyar mi trabajo, por favor visítala. Ahí se pueden encontrar 6 capítulos adelantados para los mecenas.
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Al llegar a la fila de espera, nos encontramos, con Lilian que parece ser una de las encargadas de distribuir a las personas. Al vernos, nos hace señas para que salgamos de la fila y nos dirijamos hacia ella. Detrás de ella, como siempre, esta Sebastián, su guardaespaldas.
"No sean tontos, ustedes no tienen que hacer fila. Vienen conmigo" dice mientras m extiende una mano para estrecharme la mía.
Yo le estrecho la mano, y Deirdre por su parte se queda callada detrás mío, como siempre que nos encontramos con Lilian.
"¡Un momento, Lilian! ¿Como es eso de que estas colando gente? ¿Dónde quedo toda esa justicia de la que estas siempre hablando?" dice una voz a sus espaldas que me suena conocida, aunque no recuerdo exactamente de dónde. La voz pertenece a un chico alto, rubio y de ojos verdes como Lilian. Probablemente es otro miembro de la familia Estella.
Ante esto Lilian suspira airada y, dándose vuelta le responde a la voz "por si no lo has notado, Víctor, él es el campeón del torneo, lo que lo convierte en el campeón de esta expedición contra los orcos. Creo que debería tener un trato especial ¿no crees?"
"Bien, puede que tengas razón, pero eso no incluye a la chica gato" se queja de Víctor, al que ya reconozco como el hijo de Vector. Parece que hiciera siglos desde que lo enfrente en la academia militar aquel primer día en la capital "ella si tiene que hacer cola. Es lo justo ¿verdad?" termina con una mueca burlona.
Estaba por decirle a Lilian que, si Deirdre tiene que ponerse en la fila de espera yo quiero acompañarla, pero no fue necesario.
"No" dice Lilian elevando la voz un poco y pareciendo cada vez más molesta "ella ira con Xelean"
"Estoy impaciente por saber cuál es la razón descabellada que me darás para justificar esa decisión" dice arrastrando las palabras con sorna "Pareciera que la ley solo puede aplicarse cuando a ti te conviene..."
"No te daré ninguna razón aparte de que ese es mi deseo. No necesito darte explicaciones." dice Lilian, a la que le está dando un tic nervioso en el ojo "¿Tengo que recordarte que tu padre sigue en el ejercito gracias a mi misericordia? ¿o ya te olvidaste que la abuela quería dejarlo en la calle?"
"¡Misericordia!" exclama el chico, exasperado "¿Y para que le ha servido eso si a la mínima oportunidad lo mandaste al fin del mundo a explorar no sé qué bosquesucho del que parece que no ha salido con vida? Además, mi padre no habría necesitado de TU misericordia de no ser porque 'alguien' fue a contarle historias raras a nuestra abuela"
"¿Me estas llamando mentirosa, soldado? ¿Debería recordarte tu posición?" dice Lilian, alzando la voz para que todos la oigan.
"No, primita, que va." dice Víctor, mirando a su alrededor y molesto al notar que otros miembros de la milicia lo están mirando "Nunca me atrevería a nada parecido"
"¿Deberíamos dejarlos discutir de esa manera en frente de tanta gente? No conozco de nada al chico, pero sé que Lilian es tu 'amiga'" me susurra Deirdre cuando parece que la discusión termino, pronunciando la última palabra con una mueca.
"No creo que debamos interferir. Es un asunto familiar" le respondo a Deirdre, y mi respuesta atrae la atención de Lilian.
"¡Sebastián!" dice, con lo que el guardaespaldas de la chica se levanta del taburete en el que estaba sentado y se acerca "Sube a Xelean y su compañera al barco en el que iremos tú y yo, por favor. Y asegúrate de que tengan un camarote cómodo" termina, mirando descaradamente a Víctor, el cual la fulmina con la mirada.
Y, siguiendo las ordenes de su protegida, Sebastian nos guía a uno de los barcos.
***
Una vez dentro del barco y ya instalados en el camarote que Sebastian nos indicó que era el nuestro, le cuento a Deirdre sobre quien era ese chico con el que Lilian estaba discutiendo, y sobre la vez que lo enfrente en un combate. Gracias a lo cual descubrí que podía hacer magia.
El camarote en cuestión es una habitación pequeña con una cama de dos pisos, una mesa, un pequeño armario, y un baño minúsculo con una ducha y un escusado. El armario es irrelevante para nosotros ya que yo puedo guardar todas nuestras cosas en mi inventario, pero todo lo demás está bastante bien.
'Aunque sería mejor si tuviéramos un poco más de espacio…'
"Hmm, esa última historia me ha dejado pensando en algo, maestro" dice Deirdre, mientras me mira, pareciendo inquieta por alguna razón "ahora que vamos a estar un buen tiempo en este barco sin mucho que hacer, quisiera saber si podrías enseñarme a hacer magia. Ya sé hacer operaciones matemáticas simples, leer, y escribir, por lo que no puedo entretenerme con esas cosas. Pero nunca has intentado enseñarme magia hasta ahora ¿por qué? Yo también quiero poder encender fuego con mis manos"
"Hay una razón muy simple para eso" digo, y le explico que, sin afinidad con algún elemento, es muy difícil que logre hacer los hechizos, ya que necesitaría demasiada mana.
"Hmm, igualmente me gustaría intentarlo. Te he visto hacer magia básica del elemento viento y agua mientras acampábamos en el bosque, y hasta donde sé no tienes afinidad con esos elementos. Así que ya sé que es posible. No pierdo nada por intentar" dice Deirdre, haciendo gala de la obstinación que a veces la caracteriza.
'Es cierto que soy capaz de usar algo de magia de agua para obtener agua del ambiente, o magia de viento para conjurar una brisa refrescante, pero esas cositas cuestan muchísimo maná y no sirven de nada en una pelea'
"Bueno, está bien, primero veremos si eres capaz de aprender a sentir y manipular el mana en tu cuerpo" digo, pensando en el entrenamiento para mejorar el sentido mágico que yo había realizado con Sabrina hace tanto tiempo "Pero, antes de eso ¿Seguro que no quieres que intente que me den otro camarote? ¿Estás cómoda compartiendo dormitorio conmigo?" le pregunto mirando atentamente a su expresión, intentando ver que es lo que piensa realmente. Ya que, aunque ya le he preguntado antes, me parece muy extraño que esté dispuesta a dormir en la misma habitación que yo.
"Xelean, ya te respondí a esa pregunta las anteriores tres veces que me la hiciste, y la respuesta sigue siendo la misma, a MI no me importa. Pero te juro que, si me vuelves a preguntar una vez más, te sentirás bastante más incómodo por compartir dormitorio conmigo de lo que ya parece que TU estas..." dice mientras desenvaina una de sus dagas y comienza a juguetear con ella, lanzándola al aire y sujetándola por el filo.
"¡Yo no estoy incomodo!" digo intentando sonar convincente, pero la risa de Azur que siento a través del vínculo me distrae "Es solo que me extraña que no te de pudor el compartir cuarto con un chico... Piensa que tendremos que cambiarnos de ropa mientras el otro está en el mismo cuarto."
"Pues, si tanto te importa, la solución es simple..." dice mirándome con una sonrisa presumida "Podemos cambiarnos en el cuarto de baño, o también podríamos simplemente voltearnos mientras el otro se cambia de ropa ¿no?"
"Si, supongo que tienes razón" digo, admitiendo la derrota.
"¡Bien!" dice envainando su daga y dando una palmadita con alegría "Ahora volvamos al tema del mana... ¿Qué tengo que hacer para sentirla?"
"pues..."