Nota del autor:
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De alguna manera amanecí en el cuarto que estoy rentando en una de las posadas más cercanas al laberinto.
Es muy temprano, ya que el sol recién está saliendo por el horizonte...
No recuerdo nada de lo que pasó anoche, pero me duele terriblemente la cabeza...
Debería comprobar si Deirdre está igual. Si es así, solo podemos preguntarle a Ozy...
Azur parece que también fue afectado. No recuerdo que nos dio Ozy, pero seguramente fue alguna clase de droga extraña... Solo eso explicaría el que Azur esté igual que yo.
Agh. Lo último que recuerdo es ir a su tienda... todo lo que sucedió después está en blanco...
Cuando lo vea tengo que decirle algunas palabras... Esta vez se pasó de la raya...
Al bajar al comedor de la posada, veo que la estancia que generalmente está despierta a estas horas está ya ocupada por cuatro personas, además de la posadera y su hija, que parecen estar incómodas con la presencia de los visitantes.
Los cuatro son demonios y están conversando sentados a una mesa, tres hombres y una mujer.
Cuando ven que bajó por las escaleras, su conversación se detiene súbitamente y los 4 se quedan mirándome fijamente.
Esto me resulta muy raro... Extrañado y con la cabeza todavía un poco nublada por el sueño, uso mi habilidad en ellos.
[Rion Manafago]
[Tellurius Mago gravitacional]
[Khan Mago de la carne]
[Yun Hechicera]
Todos son altos, pálidos, y delgados, como es normal en los de su raza. Rion y Khan tienen pelo y ojos de color morado, mientras que Tellurius tiene el pelo y ojos de un negro tinta que parece no reflejar la luz. Los tres hombres tienen una ausencia de expresión total en el rostro...
Pero la que más me llama la atención es la mujer. Su color de pelo y ojos es igual al de mi madre, de un color azul intenso que mi madre me dijo una vez que se llamaba azur. Y su cara también tiene ciertos parecidos...
De repente Azur, que estaba somnoliento sobre mis hombros, se siente amenazado ante tantos usuarios de singularidades y se pone en alerta.
Parece que solo la mujer tiene una clase común... El nombre de las singularidades de los hombres y su inexpresividad no me dan muy buena espina.
Esta situación es demasiado extraña, pero no quiero que piensen que me siento intimidado por ellos y sus miradas, así que, tras detenerme por un segundo, sigo bajando las escaleras como si fuera un día normal.
Mientras lo hago, voy preparando mi armadura y arma para equipármelas rápidamente desde mi inventario si fuera necesario.
Por suerte normalmente no me quito los anillos para dormir... Así qué, si la cosa se pone fea, puedo mantenerlos a raya con mi magia mientras me equipo el resto de mi equipamiento.
Cuando termino de bajar las escaleras, me siento en una de las mesas para esperar a que me traigan el desayuno, intentando ignorar las miradas de los demonios.
Pero, tan pronto me siento, la mujer se levanta de su mesa, y se sienta en una de las sillas cercanas a la mía.
"Tu madre se llamaba Shui y era de nuestra raza ¿verdad?" pregunta con expresión y voz altanera, sin saludar ni dar más explicaciones ante la brusquedad de sus palabras.
"Si. ¿Por qué lo preguntas?" pregunto, intrigado ante la mención de mi madre.
"Y tu padre Rufin." dice, esta vez con una afirmación en lugar de una pregunta, y noto lo que parece desprecio en su voz.
"Si." Digo, cada vez más sorprendido "Pero todavía no me dices que es lo que quieres, o quién eres..."
"Ya me imaginaba que, con ese color de ojos y ese nombre, tenías que ser el hijo de Shui. Tu pelo es negro, lamentablemente, pero veo que tiene toques azulados... Parece que es cierto el dicho de que la grandeza es difícilmente borrada completamente por la inmundicia... Tengo entendido que te alojas aquí." dice, frunciendo la nariz con asco. Y mi irritación empieza a ganarle terreno a mi curiosidad "¿podrías invitarnos a pasar a un lugar más privado? Quiero hablar sobre cosas al respecto a tu madre contigo"
"Si, claro. Pero primero quiero saber qué relación tienes con mi madre." digo con firmeza, determinado a negarme si no me dice realmente algo, y deja de andarse con rodeos.
"Ah" dice con aparente molestia, como si pensara que está explicando algo obvio "Soy Yun. Shui era mi hermana. Creí que lo deducirías al ver mi color de pelo y ojos... Nuestra familia tiene una tonalidad de azul muy particular como rasgo. Un color propio de una familia tan ancestral e importante como la nuestra"
"Yo... No sabía que tenía una tía" digo aturdido por la sorpresa, y mis sentimientos terminan de aplacar la cautela de Azur. No sabía nada de la familia de mi madre... ¿Por qué no me habrá contado que tenía una hermana?
"Ya veo..." dice con tono despectivo, pero entonces cambia radicalmente su tono y, mirándome elocuentemente, continúa "bueno. Sobre lo de hablar en un lugar más privado..."
"Si, sí. Subamos" digo, hambriento por tener algo de información sobre una familia que desconocía hasta ahora, mientras le hago una seña a la posadera para decirle que no hay nada de qué preocuparse.
Pasamos a mi cuarto los seis a mi cuarto. Ya que, cuando la mujer comenzó a seguirme por las escaleras, sus tres acompañantes se levantaron para acompañarnos.
Una vez dentro, yo me siento en mi cama y le ofrezco la única silla del cuarto a mi tía, mientras que sus acompañantes no tienen más remedio que quedarse parados detrás de ella.
Cuando los dos estamos sentados, comienza a hablar con voz pausada y calma "Cuando escuchamos que tu madre había muerto pensamos que, a pesar de ser de nuestra familia, no era una gran pérdida para el imperio, ya que decidió abandonar su deber para con nosotros para irse con un cualquiera. Pero ¿quién diría que una inútil como ella podría tener un hijo como tú? Por fuera pareces humano, pero ya vimos durante tu combate contra la reina que por dentro eres un miembro de la raza superior, la nuestra"
Cuando la escucho decir esas palabras, la ira comienza a bullir en mi interior.
No sé qué pretende al insultar a mis padres con tanta calma, pero si está intentando provocarme, no le voy a dar lo que busca. Necesito calmarme yo también...
Se supone que las cuatro razas tenemos estar aliadas contra los orcos. Además, aunque ella no me agrade, es la primera conexión que encuentro con mi familia...
"Estoy aquí para hablar de las deudas de tu madre para con el imperio demonio, y lo que tú puedes hacer para eliminarlas, y que no se recuerde a tu madre en el imperio como la sucia traidora que es" dice la mujer, continuando con su exposición.
"Mi madre no vivía en el imperio demonio" digo, apretando los dientes y haciendo esfuerzos monumentales por mantener mi voz calmada, mientras siento la curiosidad de Azur por entender la razón de mis esfuerzos, cuando simplemente podríamos echarlos fuera.
"Pero Tu madre, y mi hermana, era de la raza demonio. Y, como tal, le debe su vida al emperador. Además, era miembro de una de las familias más importantes del imperio, la nuestra, por lo que su deber para con el imperio era aún mayor." dice con un tono de voz condescendiente, como si estuviera explicándome que dos más dos son cuatro.
"Eso sigue sin tener ninguna relación conmigo, pero... ¿Eso quiere decir que mi madre era noble?" pregunto, mientras que una vez más mi curiosidad le gana terreno a mi irritación.
Con esto la mujer comienza a reír estridentemente "Ay, querido, no. No nos compares con las absurdas clasificaciones que usan los de tu raza. Como decía, tu abuelo solo le permitió a tu madre alejarse porque no tenía ninguna utilidad en ese momento, pero contigo la cosa es distinta... Y, aunque debido a los acuerdos de alianza no podemos traerte a la fuerza al imperio ya que no eres un demonio, sí que podemos ser muy persuasivos. Además, si no vienes, el imperio verá para siempre a tu madre como una traidora. Con lo que su honor y su memoria quedarán permanentemente mancillados." dice con una sonrisa condescendiente, como si eso zanjara el asunto "¡Anímate! Incluso podrías traer contigo a esa mascota que siempre te sigue. No me refiero al draco, sino a la otra, la peludita."
Tras esas palabras, Azur comienza a gruñir amenazante. Pero la mujer no parece prestarle ni la más mínima atención.
Me sorprende que esta mujer sea de la familia de mi madre cuando tienen personalidades tan distintas...
Que su color de pelo y ojos sea idéntico al de mi madre solo sirve para irritarme aun más de lo que ya estoy al escuchar sus palabras. Y la similitudes de su cara con la de mi madre me enferman aún más.
Con Azur es comprensible, pero el hecho de tratar a Deirdre como una mascota ya me da una idea de la clase de persona que es... Y eso terminó de zanjar mi lucha interna.
"Hmt, pueden intentar llevarme a la fuerza si quieren, porque no voy a acompañarlos a ningún sitio. Me da igual lo que piense el imperio demonio de mi madre, y mi amiga no es ninguna mascota" digo y, como siento que mi compañero está por atacarlos, le comento "tranquilo, Azur. Ellos ya se van"
"¡Azur! El draco se llama Azur... ¡Y dices que no tienes relación con el imperio!" exclama mirando a sus compañeros significativamente, y prorrumpe en carcajadas. Desde que entramos a mi habitación, sus acompañantes no cambiaron su máscara de inexpresividad en ningún momento, pero ahora una leve sonrisa asoma a sus rostros "Ya veo que mi hermana no te enseñó nada... Pero no importa, siempre hay tiempo para rectificar los defectos de un pequeño árbol en crecimiento"
"Me gustaría verte intentarlo. ¡Fuera de aquí!" digo y saco mi espada de mi inventario, a la vez que equipo mi armadura. Listo para obligarlos a marcharse, de ser necesario.
Sin embargo, ninguno de los demonios parece reaccionar a mis acciones en lo más mínimo.
"Todo a su tiempo, querido. Nosotros no tenemos ninguna necesidad de apresurar las cosas innecesariamente, así que no necesitas ponerte a la defensiva. Ya nos veremos en otra ocasión, y esa vez vendrás voluntariamente al lugar en el que debes estar... Pero, antes de irnos, déjame que te diga porque me reí de ti hace un momento. Azur es el apellido de nuestra familia. Supongo que a Shui le habrá hecho mucha más gracia que a mí el nombre de tu draco... Teniendo en cuenta lo que quería a nuestra familia" dice la mujer con malicia y, con esas palabras se retiran los cuatro y se van de la posada.