Nota del autor:
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Hoy son las semifinales. Primero me enfrentaré contra un tal Tempi, y después lucharán la reina y Victra.
En las tribunas hoy están Azur, Deirdre, Charity, y Julia. Desde donde estoy, en uno de los bordes de la arena de combate, puedo ver a las chicas y al pequeño dragón mirando expectantes por ver cómo será mi lucha mientras conversan alegremente.
Joaquín debe haber tenido que cumplir con alguno de sus deberes como capitán de la guardia del reino y seguramente por eso no pudo venir.
Mi oponente es un hombre de más o menos la misma estatura que yo. Rubio y de rostro inexpresivo. Como arma lleva una espada corta atada al cinto, al igual que yo. Pero hasta ahí llega nuestro parecido en equipamiento, ya que está usando unos ropajes finos de color rojo como única protección. Los cuales están ajustados al cuerpo por tiras de cuero del mismo color.
A diferencia de cuando me enfrenté a Charity, a este sujeto desgraciadamente no pude verlo luchar en los días anteriores.
Por lo que no tengo ni la más remota idea de cuál será su estilo de combate…
El que tenga una espada corta al cinto no es mucha pista que digamos, ya que he visto hacer cosas muy locas a algunos participantes usando toda clase de armas.
Algunas más eficaces que otras, pero no por eso menos sorprendentes.
Y si este sujeto ha llegado hasta esta etapa del torneo debe ser por algo...
Bien podría combinar la magia con sus ataques de espada de alguna manera, o simplemente tener un estilo de combate poco ortodoxo. En fin, en unos momentos lo averiguaré.
Mientras pienso en estas cosas, los encargados del torneo nos dan la señal de que podemos empezar. Y los dos subimos a la arena de combate.
Como hice cuando luché con Charity, espero en guardia a que el haga el primer movimiento para poder medir sus habilidades... Pero, después de unos cuantos minutos, resulta evidente que él no se piensa mover de su sitio.
Así que, para que este combate no se convierta en una competición de miradas, comienzo a atacar con balas de mana desde la distancia.
El responde moviendo su espada muy poco, pero a increíble velocidad, solo lo necesario para cortar los proyectiles antes de que lo alcancen.
Bien. Si es así cómo quieres jugar, vamos a ver cuántos puedes bloquear.
Y con ese pensamiento envaino mi espada, y empiezo a disparar con las dos manos.
Tempi responde con calma, movimiento su mano libre en movimientos fluidos que, de alguna manera, desvían hacia el cielo las balas que el no alcanza a cortar con su espada.
Es ridículo. Nunca había visto a nadie hacer algo así... Pero... ¿qué pasaría si los proyectiles pudieran explotar?
Tras los pocos segundos que necesito para prepararla, le lanzo una bomba de mana entre la lluvia de balas.
Mi rival parece darse cuenta tarde. Porque cambia de postura apresuradamente. Y, agitando la mano en un movimiento ascendente, veo como libera lo que parece ser un pequeño torrente de agua que, extendiéndose unos cuantos centímetros desde su mano, desvía de una sola vez todo el grupo de proyectiles.
Conque así es como desvía mis balas... Supongo que entonces solo puedo intentar luchar a corta distancia.
Corro en su dirección sin dejar de disparar con una mano, mientras vuelvo a desenvainar mi espada con la otra, e intento atacar con un tajo descendente.
Pero realiza un movimiento envolvente extraño con su espada que, de alguna manera, vuelve la fuerza de mi ataque en mi contra, y envía mi brazo volando hacia atrás como resultado de mi propio impulso.
Sorprendido, tengo que apretar con fuerza la empuñadura para que mi espada no se escape de mi mano.
Y mi contrincante utiliza ese momento de distracción para intentar apuñalar mi estómago con su espada.
Como respuesta muevo mi mano izquierda para bloquear y desviar hacia un costado su ataque con el protector de mi brazo.
Pero Tempi no para de atacar y, golpeándome en el pecho con la palma de su mano libre, me envía volando hacia atrás varios metros. Con lo que caigo de espaldas en el suelo de la arena.
Aturdido, me incorporo a toda velocidad y miro en la dirección de mi rival, poniéndome en posición defensiva.
Pero mi rival no se ha movido de su sitio... Que extraño.
Su fuerza y velocidad no son la gran cosa, ya que su golpe apenas ha logrado hacer temblar levemente mi barra de salud.
Pero su técnica es claramente muy superior a la mía… Ya veo lo que quería decir Gideon cuando me decía que la fuerza no significa tanto en la esgrima.
Va a ser complicado, pero ya vi cómo es su truco. Seguro que puedo evitar caer en él, sabiéndolo de antemano.
Vuelvo a correr hacia él, pero esta vez disparo a sus piernas, para intentar que pierda la concentración en defender la parte superior de su cuerpo.
El intento parece dar resultado, ya que Tempi tiene que hacer movimientos circulares muy extraños con su brazo libre para desviar los proyectiles, ayudándose de su magia.
Así que, cuando llego a una posición donde puedo alcanzarlo con mi espada realizo un tajo horizontal a toda velocidad, dirigido a su cuello.
Tenía la intención de detenerme antes de tocar su cuello, ya que el corte podría ser letal, pero no hizo falta... Antes de llegar a estar cerca de rozar su cuello, mi espada es desviada violentamente hacia atrás por el arma de mi rival, que parece moverse como si tuviera vida propia.
Esta vez, previendo el contraataque, salto hacia atrás con todas mis fuerzas para establecer distancia.
Tempi me mira con una sonrisa en el rostro, mientras vuelve a su posición neutral, esperando mi próximo ataque.
Esto comienza a irritarme…
Y así, cegado por la frustración de no poder alcanzar a mi oponente pese a la gran diferencia en nuestra fuerza y velocidad, un plan imprudente comienza a tomar forma en mi mente…
Sonrió emulando a Tempi, y comienzo a correr en su dirección. Esta vez sin molestarme en dispararle, y solo concentrándome en correr lo más rápido que me permiten las piernas.
Tempi parece sorprenderse al ver que no cambio de estrategia, pero se pone en guardia para recibirme.
Cuando llego a él, le lanzo un tajo descendente de la misma manera que hice con mi primer ataque. Y, al igual que esa vez, mi espada es envuelta por un movimiento complejo de la hoja de mi rival y sale disparada hacia atrás. Pero esta vez dejo que la empuñadura se escape de mi mano, con lo que mi arma sale volando hasta caer en uno de los bordes de la arena.
Al igual que la otra vez, Tempi comienza a contraatacar con una estocada hacia mi estómago, pero esta vez no me defiendo, y me concentro en seguir con mi plan hasta las últimas consecuencias.
Mierda, esto va a doler...
Un dolor lacerante atraviesa mi abdomen, y siento que por momentos comienzo a perder la conciencia, mientras veo mi barra de salud disminuir en un tercio de su totalidad. Pero mi fuerza de voluntad me mantiene consciente. A fin de cuentas, esta fue mi idea....
En lugar de intentar defenderme, aprovecho la cercanía y el movimiento de Tempi para atrapar su antebrazo.
Este parece muy sorprendido por como resulto el intercambio de ataques, pero se recupera rápidamente e intenta librarse de mi agarre.
Lamentablemente para él, la diferencia de nuestra fuerza es demasiada. Y, aplicando un poco de presión, escucho como su brazo cruje sonoramente, con lo que mi rival grita y suelta la empuñadura de su espada, que queda atorada entre los músculos de mi abdomen.
Aun sosteniéndolo del brazo roto, le doy un puñetazo en el abdomen que, por como sonó el impacto, debe haberle roto varias costillas.
Al recibir el golpe, Tempi cae instantáneamente inconsciente, y comienza a desmoronarse.
Soportando el dolor del abdomen por el esfuerzo de moverme y gritar, llamo a los encargados de las curaciones para que se encarguen de mi rival, mientras saco una poción de salud de mi inventario y comienzo a beberla.
Cuando retiro la espada de Tempi, un gran chorro de sangre sale de mi abdomen y baña la arena de combate.
Hmm, supongo que podría haber pensado en algo mejor. Pero sirvió a su cometido y eso es lo que cuenta.
Con ese pensamiento, me doy la vuelta y hago el amago de bajar de la arena de combate.
Sin embargo, las personas a las que llamé para que atiendan a mi rival parecen estar obstinados en que los siga a la parte del edificio dedicada a las curaciones.
Así que, para no seguir perdiendo tiempo que podría ser vital para la condición de mi rival, decido seguirles el juego y dejarlos que me lleven a una de las camas del área de enfermería.