Mi voz hizo eco viajando por toda la pradera dejando a mis perseguidores en shock estoy seguro de haber visto a Cley mostrar una cara pálida por el rabillo del ojo, posiblemente ya sabía lo que estaba pasando en la frontera.
Sonreí de forma algo lastimosa, antes de lanzarme otra vez a la maleza concentrando todo mi esfuerzo en esconderme, incluso a ese inútil le tomará algo de tiempo encontrarme.
Pero no tenía ese tiempo, luego de gritar mi advertencia la pradera quedó en completa calma durante un momento solo para que al siguiente se oyeran gritos desde todos lados.
Momentos después ya se podía oír el indistinguible sonido de caballos galopando que se acercaban rápidamente. Mire esto oculto entre las ramas de un árbol a la distancia, el rostro del inútil mostró más expresiones de las que podía contar antes de apretar los puños y ordenar la retirada.
Suspiré aliviado al verlo desaparecer en el bosque, gran parte de los soldados que estaban estacionados en el pueblo fueron tras ellos, eso significaba que sería más fácil para mí moverme sin ser visto. Gracias por ayudarme a distraerlos Cley, si sales vivo de esto te invitaré un trago.
Ignorando el desafortunado destino del inútil y su banda me dirigí hacía la entrada del pueblo. Parece que la masacre ya había terminado, me deslicé por los tejados de las casas mientras me encaminaba hacía la iglesia del pueblo.
En el camino pude ver a varios soldados descansando así como también la carnicería que habían causado, incluso los ancianos y niños no se salvaron. No me moleste mucho con la escena, a pesar de que las calles estaban llenas de sangre y carbón había visto de primera mano horrores peores que esté, de hecho casi lo sentí como algo suave.
De cualquier modo ya sabía que terminaría así como una potencia máxima sus soldados veían a todos los que no fueran su gente como seres inferiores, gran parte de la ideología de su nación se basaba en la superioridad de su gente.
Gracias a mis recuerdos del pueblo y considerando que no era muy grande logré llegar bastante rápido a la iglesia, la misma al igual que gran parte del lugar estaba hecha cenizas.
A su alrededor una gran cantidad de hombres sonreían obscenamente mientras tomaban y bailaban. La mayoría de ellos estaban borrachos o dormidos, otros estaban parados frente a las puertas de la iglesia mostrando rostros lascivos.
Por supuesto del interior se podían oír varias voces de súplica y misericordia, gemidos y gritos de dolor, todas ellas agudas y femeninas. No había que ser un genio para darse cuenta de lo qué clase de actos sucedían dentro ni porque los soldados hacían fila.
Me quedé unos momentos escuchando las voces con una mirada indiferente, tratando de distinguir una en particular. Luego de unos momentos mi ceja se alzó en confusión, parecía que ella no estaba ahí.
Consideré el hecho de entrar para verificarlo pero negué con la cabeza, mire hacía el cielo estrellado más particularmente hacía las dos entidades luminosas, o como las llamaba Mery Ann 'satélites naturales'.
Cuerpos celestiales los cuales orbitan indefinidamente nuestro mundo diferenciando el ciclo de día y noche. Inconscientemente me perdí en mis recuerdos visualizando la primera vez que Mery me habló de ellos, decía cosas extrañas las cuales iban en contra de todas lo que había oído antes.
Cosas como que este mundo era solo uno entre infinidades de ellos, siendo el espacio interminable y que ante el cosmos éramos menos que una mota de polvo. Me costó mucho creerlo en un principio, pero cuando me mostró los fenómenos celestiales quedé asombrado, de hecho nunca me dejó de sorprender su conocimiento.
Cada día me explicaba algo nuevo, desde preguntas simples como porque llovía, hasta conceptos más allá de lo visible como la equivalencia inamovible entre la masa y energía, sus increíbles teorías… no, eran más que teorías hizo la gran mayoría de ellas posibles frente a mis ojos.
Recuerdo lo emocionado que estaba cuando me platicó acerca de las lunas, cuerpos rocosos los cuales se formaban a partir de la masa del mundo en sí. La charla que tuvo mi yo ingenuo de ese entonces pasó por mi mente.
"Mery entonces ¿Podemos crear un satélite natural?"
"Mmm eso es un poco difícil Mersin, tendríamos que colisionar otro cuerpo celeste de gran tamaño con el planeta o por lo menos traerlo a la órbita cercana."
"Oh, ya veo, ¿Entonces es imposible?"
"Nada es imposible en el infinito universo querido Mersin. ¿Qué tal esto? Aunque no puedo crear un satélite natural para ti si puedo lanzar uno artificial hacía el espacio."
"Un… ¿Satélite artificial?..."
"Si, no es tan grande como una luna pero tiene otros usos, por ejemplo la mayoría de ellos son usados para telecomunicaciones(…)"
Luego de eso continuamos charlando por el resto de la noche, claro el noventa por ciento de las veces ella debía explicarme los conceptos más de una vez para que los enten…
Fue entonces cuando me di cuenta de algo peculiar, durante unos segundos me pareció molesto pero mientras los minutos pasaban mi expresión era cada vez más de horror absoluto.
¿Porque?...¿Porque?¿Porque?¿Porque?...
Me sentí mareado y casi caí, no lo comprendía. Recordaba a la perfección toda mi vida, desde las cosas más obvias hasta los detalles más mínimos, cada experiencia vivida, cada escenario pasado, cada conocimiento adquirido. Los recordabas todos tan claros como el agua…
Pero no la recordaba, yo… no podía recordar su rostro…
No importaba cuando me esforzara no podía discernir ni una pizca de ella, era como si una mancha negra tapara su existencia de mis recuerdos. Ella estaba ahí, pero a la vez no, inclusive las noches de pasión no podía recordar ni un centímetro de su piel.
Mi mente era un caos absoluto, estaba tan claro pero tan vacío a la vez, me dolió el corazón. No pasó mucho antes de que me diera cuenta de porque estaba pasando esto.
Al mismo tiempo sentía como los sentimientos por ella se desvanecían poco a poco, sabía que la había amado pero no podía sentir mi amor hacía ella. Oh Mery Ann, ¿Porque?¿Porque te borraste de mis recuerdos?
La respuesta era obvia pero mi corazón no quería aceptarlo.
"N-no aléjate… ¡¡Ayudaaaa!!"
Esa voz… desperté de mi transe y por el momento lance la dolorosa situación al fondo de mi mente, ya tendría tiempo de desahogar mi corazón. Ahora debía ir a capturar a mi primer peón.
Rápidamente supe de qué dirección provenían los gritos, no venían desde la iglesia. Agudice mi oído tratando de encontrar su posición. Ahí estás, pensé y en el siguiente momento desaparecí del lugar.
En cuanto a las mujeres adentro no me moleste en ayudarlas, ya no era un héroe ciego sin contar con el hecho de que aunque quisiera no era posible salvarlas.
Como un gato al acechó cruce rápidamente gran parte del pueblo usando las sombras de las casas y el sonido de la brisa para no ser escuchado. En mi camino miré al cielo para deducir la hora, pronto sería media noche, entonces podría escapar fácilmente de este lugar con ella aunque todo el ejército de Sun me siguiera.
Medio minuto después ya estaba en la escena, tres soldados están golpeando a un viejo mientras una niña lloraba no muy lejos de él. No le preste atención a ninguno de ellos, en cambio mire de arriba a abajo a la joven.
Para su edad su altura podría ser considerada baja, un poco más pequeña que yo, por supuesto hay que considerar que pronto ella tendría un par de años menor que la edad de mi cuerpo actual.
Vestía harapientas prendas simples nada muy sofisticado, aunque aún con ellas su cuerpo se notaba desnutrido y débil. A simple vista podía verse que su vida había sido pobre y humilde.
A pesar de todo eso ella era de hecho muy hermosa, quizás no era muy notable por lo sucia que se veía pues apenas estaba floreciendo, sabía que en unos años ella se convertiría en la mujer más codiciada del continente.
Una mujer cuyo nombre hacía temblar a cualquier hombre, a veces por su belleza y otras por sus proezas, llamada por muchos Bruja por otros Heroína pero en general por su título, 'Ojo del Cielo' Mei Sun.
Mire de forma peculiar a esta futura figura histórica, si no fuese por el hecho de su característico cabello color cobrizo y sus rasgos de Sun hubiera pensando que me había confundido de persona.
No importaba como lo miraras está niña asustadiza no se parecía en nada a la valiente y emblemática Mei, me dije a mismo mientras permanecía oculto en la oscuridad del callejón. Fruncí el ceño al ver debajo de ella, realmente se había orinado encima.
Varios recuerdos vinieron a mi tras mirarla más en profundidad. Nos habíamos conocido en muy malas circunstancias, en aquél momento estaba en la etapa final de mi entrenamiento en 'ese' lugar, de hecho era mi graduación.
No sabía mucho de ella, solo me dieron un nombre y una ubicación, en cuanto a cómo me graduaría era sencillo, matando a mi objetivo.
Fue durante la etapa de la campaña de Sun hacía la Teocracia la cual estaba en sus últimos momentos tras 4 largos años de lucha. Al mismo tiempo en el norte el Triunvirato y las ciudades-estado circundantes intentaban resistir la ofensiva de Sun mientras una edad de hielo invadía el mundo, cabe destacar que Perushia había sido destruida hace tiempo.
La codicia de Sun por unificar el occidente Gremico y controlar la única salida al mar a través del 'pasaje' era bien conocida por Grimia. Aún así luchar en dos frentes a la vez fue demasiado hasta para el poderoso imperio.
Fue verdad que su capacidad industrial era incomparable pero su población tras 7 años de continuas campañas militares se había reducido por lo menos un cuarto, a la vez la situación económica del país no estaba en su apogeo y las consecuencias de la escasez de recursos se hicieron más evidentes con los años.
Entonces un rumor recorrió gran parte de la Grimia, incluso llegando a los continentes adyacentes. La princesa de Sun que había desaparecido años atrás, 'Mei Sun' se había revelado al mundo alegando que era la legítima heredera al trono, y que su padre el emperador anterior fue en realidad envenenado por su tío el cual usurpó el trono.
Una vez se supo esto hubo un completo levantamiento en Sun, el Emperador anterior fue muy querido por su pueblo, y aunque conservaba las políticas nacionalistas no apoyaba el expansionismo.
Por supuesto la verdad fue que esto no fue suficiente para que la gente se levantara en contra del Emperador actual, aunque haya usurpado el trono y fuera de conocimiento común que el emperador anterior falleció en una situación extraña la gente aún no se quejaría.
La gota que derramó el vaso fue cuando aún en contra del consejo de sus ministros el emperador envió a los niños, mujeres y ancianos a la guerra.
El golpe de estado fue feroz liderado por la misma Mei la cual se decía que se había ganado el favor del dios solar, el cual furioso por su injusta vida le otorgó ojos divinos.
En combate cuerpo a cuerpo Mei nunca estaba en desventaja gracias a sus reflejos sobrehumanos y su mente rápida, resultaba casi imposible vencerla. Pero la verdadera especialidad de Mei no yacía en su espada, sino en su arco.
Según Mery, Mei fue la única francotiradora competente que halló, aunque el que la calificará 'competente' ya decía demasiado según sus estándares exagerados. Llegando al punto de casi matarla en dos ocasiones.
¿En cuanto a dónde entraba yo en la historia? Cómo habrán adivinado, el objetivo que debía matar era de hecho la misma Mei. Me sorprendí mucho cuando la reconocí aunque no éramos exactamente amigos en aquel pueblo a veces jugábamos juntos para olvidar el hambre.
Ella estaba preparándose para su acto final y tomar el palacio del emperador. Yo me escabullí en su tienda y espere el momento perfecto para asesinarla, de hecho ya llevaba un mes observándola.
Y cuando estaba por atacar… Ella me pidió hablar.
La verdad fue que desde el día que comencé mi acechamiento ya me había notado, también sabía quién era yo y mis intenciones. En ese momento realmente me di cuenta que su título no fue mal merecido.
Ciertamente en cualquier momento ella podía dispararme a la distancia y herirme gravemente, confiaba en que no sería suficiente para matarme pero tendría que pagar un precio considerable para escapar.
Acepte hablar con ella, la conversación de hecho fue bastante diferente a lo que espere, no me preguntó por el asesinato ni para quien trabajaba. Solo platicamos sobre lo que había pasado en esos años y si sabía si alguien más sobrevivió a la masacre del pueblo.
Las horas pasaron y no tuve de otra más que suspirar y abandonar la idea de asesinarla, ella realmente había cambiado mi forma de pensar. Fue la primera vez que perdone a alguien fuera de mis intereses, me despedí de ella y justo cuando estaba por desaparecer me detuvo.
En su momento pude ver distintas expresiones en su rostro, sus ojos mostraban una vacilación casi comparable a la de elegir su vida por la de otros. Y cuando llegó su turno de suspirar me trajo una pequeña caja, no parecía tener nada en especial pero cuando la abrió...
Mucho más adelante Mery me dijo que la mayor parte de nuestro mundo apenas estaba saliendo de la edad media, años después me quedé extrañado y temeroso al recordar ese día.
Porque lo que había dentro de la caja, era un arma de fuego, un fusil de cerrojo.