En algún tiempo pasado, dentro de la sede del equipo de rescate se ve a un joven de cabello oscuro y al final de varios mechones un color azul, este mismo tenía unos ojos púrpuras que parecía no reflejar brillo alguno, iba vestido de una gabardina azul marino pero tanto su aspecto como su vestimenta se encontraba sin cuidado, además que este a pesar de sus ojos de pez muerto trataba de mantener una sonrisa, el mismo estaba caminado por la plaza del mismo equipo, aunque su caminar era algo moribunda, pues tenía la espalda encorvada y parecía que no coordinaba bien los pasos.
"¿que le pasa?" decían muchos algo nerviosos y extrañados.
"parece un rarito" dijo una chica que pasaba por ahí y lo vio, el chico la escuchó por lo que este giró su cara para verla y sin quererlo, la había asustado, su rostro estaba hecho de un desastre emocional, parecia no haber dormido por lo que tenía grandes ojeras, no parecía que se alimentase bien pues se notaba muy delgado y lo tenebroso del mismo es que este mantiene una sonrisa que aunque no era su intención, era una sonrisa tetrica los cuáles hacía que más de uno le recorrieran un temblor en la espalda.
el chico no hizo el intento, así que giró su vista al frente y seguía caminando de manera vaga, solo que esta vez tenía la cabeza agachada siendo consciente de su aspecto.
"¿no es el vicecapitan de la cuarta división?" preguntó uno de ellos notando la identidad de aquél chico, muchos negaron con la cabeza, después de todo él no puede ser ese vicecapitan, además uno tratando de argumentar un poco dijo "no, no creo que sea él, el vicecapitan siempre se mantiene con un grupo, supongo que serían sus amigos... recuerdo que-" el mismo seguía contando varias anécdotas mientras claramente el chico los escuchaba todos.
"ya callense..." suplicaba el chico internamente, él no tenía el valor de dirigirle las palabras a ninguno de ellos, no ahora. Aún mentalmente se seguía mortificando y suplicando que parasen.
Tras esto algo a la lejanía se ve a un chico de altura baja y cabello azul, ver todo desde lejos, viendo con lástima aquél chico de puntas azules.
Koji: ... Ryuji... - lo menciona mientras por su mente pasaba un recuerdo amargo, pues hace pocos días luego de terminar una misión en el cuál se perdió varias vidas, y en eso una vez vio al mismo chico frente a varias tumbas, este hablaba alegremente al aire, hasta ahora en el presente él mismo sabe que no ha superado sus muertes y justo ahora lo está asimilando.
Mientras el peliazul pensaba sobre todo lo que estaba pasando Ryuji, este mismo siguió caminando mientras que lágrimas llegaban a bajar de su rostro y con esto caer al suelo.
Ryuji: por favor... disculpenme todos - de mortificaba internamente con esas palabras mientras poco a poco cayó en llanto bajo la mirada de los demás. La Rabia, el arrepentimiento y la tristeza empezaba a carcomerlo, nada sería como antes por su misma culpa. Sin más este mismo golpeó el suelo y dio un grito desgarrador bajo la vista de todos, este solo pudo llorar creyendo que a nadie le importaba.
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Koji: más tarde en ese mismo día me enteré que Ryuji fue descendido de su puesto como vicecapitan, este siendo reemplazado por Zagros, al principio él no quería aceptarlo pero por palabras de Ryuji dijo que no importaba y que estaba felíz por él, que no habría problema si fuese Zagros quién tomase su puesto... - este mismo sumergido en sus pensamientos solo atinó a dar un pequeño suspiro mientras caminaba por unos pasillos - al principio creí que el pensaba que lo menospreciabamos, que no era apto para ese rango y que ya no servía como soldado, pero ahora que lo pienso, él tomó eso como una ruta de escape a la realidad, con el pasar del tiempo él fue descendiendo más y más al punto de que ya no se diferencia entre él, alguien con años y experiencia acumulados, a un simple recluta - tras esto Koji se detiene frente a una puerta en el cuál se lograba escuchar golpes secos, jadeos y rechitares de dolor.
Con esto presente y algo cansado da una patada a la puerta abriendola de golpe y ver como Ryuji se enfretaba solo contra algunas siluetas semi transparentes de color celeste, estos eran unos hologramas especiales por Mark, quién fue que los diseñó... eso y mira a un lado viendo a Zagros algo sonrojado ojeando una revista.
Koji con un sudor bajando por su nuca solo menciona el nombre del pelirrojo a lo cuál este escondió rápidamente la revista dentro de su suéter.
Zagros: ¡buen día, soy inocente, no escondi revistas bajo tu cama! - gritaba nervioso.
Koji: ¿espera que? - se quedó pensando un poco sobre la situación- ¿Ishida las vio?
Zagros: ... si...
Koji: ahora sé porque me busca con tanta urgencia - este solo se rascaba el ceño indignado.
Ryuji: oigan... - llama a ambos pero ninguno lo escucha.
Zagros: ¿sabes que si sigues ocultandote de ella se pondrá peor, no?
Koji: ¡¿de quién crees que es la culpa?!
Zagros: ah, pues perdón - se disculpa mientras se encoge los hombros.
Koji: ... no se te nota muy arrepentido que digamos.
Ryuji: hey... - hace su segundo intento en llamarlos pero el resultado es el mismo.
Zagros: es que no entiendo el porque tanto por Ishida, digo, hablale y ella te escuchará.
Koji de inmediato fue hasta dónde Zagros y lo agarró del cuello de la camisa.
Koji: no te hagas de consejero si esta estupidez es tu culpa, Dellaluna - le hablaba en un tono amenazador mientras fulminaba a Zagros con la mirada, sus ojos destellaban una ligera luz azul en ellos y con esto empezaba a emanar levemente varios rayos alrededor de su cuerpo.
Zagros: lo único que entendí es que te asustan las mujeres, Kojiro - este solo pudo reír mientras tomaba con fuerza la muñeca de Koji mientras de igual manera lo observaba fijamente, el que no le diera tanta importancia al asunto solo hizo que a Koji se le forme una vena en la frente señal de estar molesto ppr ello.
Ryuji: ¡¡OIGAAAAN!!
Koji quién aún no soltó a Zagros solo chasquea la lengua en señal de molestia y le gritó a Ryuji - ¡¿QUE QUIERES?!
Ryuji: l-la administradora está p-por la puerta - señala con su pulgar hacía la puerta.
Y ahí es dónde Koji cambió su expresión a uno de nervios a lo que sin dar aviso previo, desapareció dejando una pequeña ventisca de viento adónde antes estaba el peliazul. Zagros por su parte solo miró la puerta notando que no hay nadie ahí, a este punto solo pudo mirar al pelinegro con una ceja levantada en señal de duda.
Ryuji: e-eh... - este temblaba haciendo notar los nervios que cargaba ahora mismo - e-es que t-terminé lo m-mío y quería p-preguntarte si tienes algún c-consejo, Kojiro estaba de p-por medio y yo s-solo mentí para que se f-fuera.
Zagros: eres todo un estratega ¿sabías?
El chico solo se quedó un poco perplejo a lo que solo miraba a un lado mientras se rascaba la mejilla - bueno... después de todo, antes era vicecapitan.
El pelirrojo solo pudo sonreir ampliamente y envolver el cuello de Ryuji con un brazo ignorando el hecho de que tiene golpes y que también lo estaba ahorcando - felicidades, no tartamudiaste - este al rato lo soltó y le daba pequeños golpes en la espalda, luego de eso piensa un poco - y bueno... tienes experiencia en combates así que debes de saber más que nadie que necesitas, primero, he notado que estás rígido, te agotas rápidamente y sobre todo... - este sin previo aviso le da un golpe a Ryuji el cuál este logró bloquear aunque quedó adolorido - teniendo en cuenta que te haces más fuerte conforme al daño que recibes, no es razón para recibir todos los golpes que se te lancen, piensa que hay golpes que te pueden incapacitar así que tienes que mejorar los reflejos, otra razón de esto es que si acostumbras a quedarte a recibir golpes, puede haber uno que te pueda matar aún cubriendote - este solo nota como Ryuji baja la mirada, si bien, pidió consejos, aún le deprimia - recuerda que... por muy perseverante que seas en media pelea, es una dificultad que en unas de ellas pierdas un brazo o alguno de tus sentidos, todo por recibir golpes graves - este solo pone su mano en el hombro palmeandolo un poco y solo empezó a caminar directo a la puerta - también piensa que no solo existo yo para ayudarte, como dije... tu sabes más que nadie sabe que necesitas, también el quién puede ayudarte, ten confianza hombre - ya sin decir nada salió de ahí.
El pelinegro solo se quedó ahí pensado algo temeroso, este solo pudo exhalar dejando salir la frustración y sin más también salió, tanto de la habitación de entrenamiento como del mismo edificio, se dirigió a la clínica para que lo tratasen, en eso el médico empezo a reprenderlo y el solo escuchaba cabizbajo, no hasta que alguien interrumpió.
Shiro: ¿Ryuji-sempai?
Ryuji: ¿ah? - este solo voltea la cabeza para ver a un chico pequeño se encontraba con un brazo vendado y un parche en una mejilla - ¿que te hiciste?
Shiro: una pelea, el cuál gané - este solo inflo el pecho con orgullo y dando una sonrisa totalmente felíz y sastifecho con el resultado, esto le ocasiono una pequeña risa a Ryuji.
El médico que veía a ambos solo suspiro, terminó de decirles unas cuantas cosas y les dio de alta a ambos, los cuáles con eso hecho salieron y yendo en camino a la residencia.
Ryuji: y... ¿como vas con tu bendición? - este pregunta en un intento en entablar conversación.
Shiro: sin saber como funciona... pero mira, puedo hacer una pelota - este dijo felíz a lo que la palma de la mano se formó un orbe negro, lo toma y se lo pasa a Ryuji el cuál lo toma y lo mira dudoso.
Ryuji: es muy... sólido - tras decir esto hace fuerza con su mano intentando aplastar el orbe pero sin conseguir nada.
Shiro: no puedo hacer que rebote.
Ryuji: ¿eso es lo que te preocupa? - dejó de intentar aplastarlo - no puedo ni quebrarlo, y eso que tengo más fuerza que de costumbre, después de todo acabo de salir de entrenar - ya sin agregar nada más le pasa el orbe a lo que Shiro lo atrapa pero con esto desaparece - intenta de todo con eso, aún lo consideres una mala idea, hazlo, conoce tu fuerza.
Shiro: eh... vale - este solo se rasca la cabeza confundido - ¿por cierto que vas a hacer?
Ryuji: por ahora descansar, no me siento apto para solicitar una misión dónde haga participación así que me pasaré el día jugando en la consola.
Shiro: espera... ¿tienes consola?
Ryuji: cuándo asciendes de rangos te van dando ciertos privilegios, creo que sabías eso, aunque yo descendi mucho aún conservo ciertos privilegios - este explicaba tranquilamente mientras nota a Shiro ansioso - tengo dos controles, ¿tienes algo que hacer?
Shiro: ¿no será una molestia?
Ryuji: en absoluto - este solo pone una mano en la cabeza a Shiro y revuelve un poco su cabello - considera esto como una recompensa por tu avance.
En eso Shiro sonríe ansioso, pues siempre se la mantenía en su habitación haciendo absolutamente nada, sintiéndose internamente agradecido con Ryuji. Caminaba con una emoción notoria a lo que Ryuji solo pudo sonreír por lo bajo.
Ryuji: esto no es tan malo... - pensaba internamente aunque un poco melancólico y nostálgico pero este le restaba importancia.
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Cayó la noche y en una ciudad que se ve aparentemente tranquila, la ciudad brillaba mucho por las luces de sus edificios, en uno de estos se encuentra un sujeto encapuchado en el borde de una azotea observando la ciudad bajo sus pies.
- Mitsuhara - llama el encapuchado con una aparente voz joven, este tenía el dedo índice hundido en el oído presionando el comunicador.
- hay un fuerte disturbio a las señales electromagnéticas en el norte, el nivel es promedio a un bendecido - informa la voz de una mujer - Ryota, creo que es obvio que a ese punto perderás contacto ¿no?
El ahora conocido solo suspira, sinceramente a él le fastidiaba que lo tratasen como un inexperto.
Ryota: me encargo - ya sin nada más que decir retrocede y toma carrerilla hasta el borde de la azotea y salta de edificio a edificio, entrando poe callejones y saltando por paredes su velocidad parecía ir en aumento, esto le generó una especie de emoción al encapuchado y por mientras más aceleraba más emoción parecía acumular.
Por mientras avanzaba veía en su muñeca una especie de medidor, se movió en gran parte de la zona del norte de la ciudad hasta que este medidor estaba con la aguja marcando lo que parecía ser el término medio de lo que podía llegar a medir.
Ryota: según esto, aquí está el disturbio electromagnético - con esto dicho aparta la mirada de la muñeca y mira al frente encontrándose con una escuela - por lo general no debe de haber nadie puesto que son las... ¿11 de la noche? si que vuela el tiempo - este dio un salto por encima de la reja y empezó a adentrarse por el instituto - aunque la señal me marca que hay alguien aquí, espero que sea solo una persona.
Este notó una ventana abierta a lo cuál lo aprovechó para escabullirse dentro de la escuela, al entrar se encuentra con un cuarto lleno de productos de limpieza, sale de ahí no sin antes asomar la cabeza solo para evitar alguna sorpresa, con esto confirmado sale rápidamente corriendo por los pasillos tratando de encontrar alguna pista del paradero de la persona bendita.
En uno de sus recorridos nota una luz tenue encenderse y apagarse en medio del pasillo, ignora este hecho y pasa de largo siguiendo explorandose por todo el instituto, hasta que logró escuchar unos jadeos en uno de los salones.
Ryota: que no haya muertos, que no haya muertos, que no haya muertos - se repetía constantemente en voz baja a lo que abre la puerta encontrándose evidentemente un grupo de cadáveres de jóvenes en el suelo - hay muertos... - este solo suspira por lo bajo indignado por la escena, a lo que se fija en una chica que se encontraba en un rincón sentada y con su rostro escondido en sus piernas, el encapuchado se trató de acercar pero es sorprendido por una rafaga de viento a presión que logró esquivar moviendo su cabeza a un lado pero llevándose la capucha de por medio.
- vaya sorpresa... nosotros preparándonos solo por un niñato - menciona un chico que se encontraba en la puerta con la mano extendida hacía Ryota dando a entender que la ráfaga lo lanzó él.
Se podía notar ahora que el chico tenía un cabello rubio claro, además que por su rostro se nota que es un niño con quién están tratando.
Ryota: hablaste en plural... - este con el rostro cabizbajo logró atrapar lo que parecía ser un cuchillo con un filo de color morado.
- felicidades, eres listo niño - este solo dio un aplauso y con esto el suelo se derrumba y con esto el rubio cae en él, particularmente este fue a ayudar a la chica que estaba en el rincón a aterrizar bien sin quitarle atención al chico quién también aterrizó tranquilamente - aunque sea solo uno, créeme que estaremos más que sastifecho por ello - este abre los brazos y en ello las luces del lugar se encienden mostrando una zona amplia en dónde se encontraban, y tras esto alrededor se encontraba varias personas tanto hombres como mujeres observando a Ryota.
Ryota: ... que mal...
- jaja, menos mal lo tienes claro, mejor ve aceptando tu muert-
Ryota: creo que me entendiste mal - este alza la mirada viendo que sus ojos absolutamente oscuros se hallaban fijo en él - no es malo por mí.
A la velocidad de un parpadeo ahora el niño se encontraba aplastando al chico enterrando su cabeza en el suelo y dejándolo inconsciente.
Ryota: es por ustedes~... - este solo atinó a sonreir ampliamente de manera tetrica mientras que sus ojos pasaban de ser oscuros a tener una leve tonalidad roja, este se levantó y notando como todos lo miraban mientras portaban algun arma en mano o simplemente daban uso de su bendición tratando de parecer intimidantes. Unas venas de un tono oscuro se empezaron a marcar en el rostro de Ryota mientras su cuerpo empezaba a temblar erraticamente - les prometo que seré breve~
Fin.