En medio de una ciudad en ruinas y en llamas se encontraba un chico pelinegro corriendo sin rumbo alguno, parecía desesperado por lo que daba todo por seguir corriendo y no parar en ello, el cielo estaba oculto por nubes totalmente negras, estas mismas parecían estar relampageando ya que cada tiempo caían rayos.
Shiro: ¡y una mierda! - maldijo el chico al aire quedándose sin aliento después de ello, en un descuido termina cayendo al suelo totalmente cansado.
Él tenía varios sueños extraño a lo largo de su vida, siempre era una ciudadela, cielo rojo y sol carmesí, con el pasar de los tiempos estos mismos se hacían más turbios encontrando gente que ya en la vida real habían muerto, entidades oscuras paseándose por el cielo, y ahora... ninguno de ellos estaba presente, la diferencia es que alguien le perseguía.
Shiro: ¡debo seguir! - con todas sus fuerzas intentó levantarse pero de repente al escuchar una fuerte pisada su cuerpo quedó congelado.
El pelinegro estaba en shock, el sonido era como una pisada en un palacio provocando incluso eco a pesar de estar en un lugar abierto, poco a poco conforme se escucha cada pisada la oscuridad se expandía desde sus pies hasta delante. Shiro trataba de moverse pero su cuerpo no respondía, era como si ese lugar tendría voluntad ante su propio cuerpo, estando completamente a merced del mismo.
Shiro: ¡ya, alejate! - gritaba en un intento en hacer que parase de escuchar los pasos o mejor aún, que ese ente de alejaste de él, pero aún así la esperanza era erradicada poco a poco por cada paso que se escuchaba cada vez más fuerte.
En un momento determinado el chico ya no veía nada de la ciudad en donde antes estaba, ni siquiera había un cielo, era solamente él en medio de la oscuridad, en un momento dado siente a alguien detrás suyo, sintió un contacto en su cuerpo, pasando de la espalda al hombro, de ahí poco a poco al cuello hasta el mentón era una mano un tanto delicada y muy pálida, estaba fría.
- te tengo~ - se escuchó la voz de una mujer la cuál hizo que sus palabras resonasen en la cabeza del chico, ya no podía mover la boca, articular palabras, ni siquiera mover su mirada a otro lado, estaba totalmente estático a merced de aquella mujer.
Luego de escucharse una ligera risa por parte de ella dejó de tomarlo del mentón, pero su mano seguía ahí, subiendo poco a poco al rostro del chico alcanzando a taparle los ojos dejando su visión en total oscuridad, al instante en un momento sintió como sus ojos se quemaban provocando que el mismo quisiese gritar, pero no pudo, su cuerpo ya no responde a estos estímulos.
- un humano rodeado de muerte es uno sin esperanza, sé un buen entretenimiento para mí~
En algún punto se dejó de escuchar todo, sus ojos dejaron de doler, no sentía nada, no veía nada, estaba inmerso en ese lugar, en un momento dado él simplemente abrió los ojos encontrándose en su habitación.
su cuerpo poco a poco le empezaba a hacer casi, pasó su mano en la cara tratando de comprender que pasó... y de repente siente el dolor en los ojos acompañado de un fuerte sangrado nasal.
Esto hizo que se levantara rápidamente de la cama aún quejándose de dolor, chocando torpemente a la puerta del baño, ya al entrar sostenerse en el lavabo mientras la sangre caía en el agujero de la cañería.
Shiro: esto es una mierda... - ya al controlarse la hemorragia nasal este sube lentamente la mirada hacía el espejo y ya al verse fijamente se fija que la esclerótica de los ojos se volvió totalmente negro el iris era de un color gris blanquecino llegando a ser fosforescente pues parecía brillar, bajo las cuencas de sus ojos una especie de agrietaciones bajando hasta por debajo de las mejillas, su piel estaba pálido y para colmo, detrás de su reflejo está totalmente negro viéndose sólo él mismo, el chico se gira bruscamente a ver mirando la pared del baño sin nada más, volvió a mirar el espejo y su reflejo volvió a el que es normalmente, algo nervioso traga saliva duramente - ... una enorme mierda... - rápidamente se cambia de ropa y sale de la habitación en busca de ayuda.
Por mientras en otro lado se nota a un niño rubio siendo abrazado por varias chicas las cuáles lloraban de preocupación, esto ante la expresión de perplejidad del rubio, resulta que eran miembros de su propio equipo, que a pesar de ser capitán a corta edad aún le tienen respeto... aunque en menor medida.
Takeshi Ryota es uno de los capitanes más jóvenes en los registros de la APB actualmente, es un muchacho que demostró gran potencial desde que llegó, aunque su temperamento a la hora del combate deja mucho que desear demostró ser alguien confiable y capaz de liderar, una pena que esto solo lo vea los comandantes y por lo mucho alguno que otro capitán de otro equipo, esto es algo que tiene que aprender a lidiar junto a su temperamento.
En este momento el resto se fue quedando el solo con una mirada serena mirando su mano, el rubio se encontraba totalmente vendado y que de pasar unos minutos más tardes seguramente no estaría ahí para contarlo, él sabía que no podía ganar pero al menos pudo salvar la vida de alguien y con eso le bastaba, al fin y al cabo aún es alguien amable.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una mujer con uniforme de oficina, ella es parte del equipo de investigación y además de ayudar en varios casos, se encarga de poner a él y a su equipo en trabajos y algunas veces ordena considerando que algunos no le hacen caso a Ryota.
Mitsuhara: ¿cómo están tus heridas? - le pregunta al chico el cuál se quedó callado mirándola sin decir una palabra - con que no vas a hablar...
Ryota: ¿que quieres?
Mitsuhara: hey, no seas tan frío, no es mi culpa que te hayan dado una paliza - esto último le cayó a Ryota como balde de agua fría por lo que solo pudo chistear en señal de molestias - vine a hablarte y a dejarte esto - pone al lado del niño una canasta con frutas.
Ryota: ¿esto es lástima por tu parte?
Mitsuhara: no es mío en primer lugar - notó al rubio confundido por lo que ella solo le aclaró lo siguiente - Sero Ryuji me pidió que te animases.
Ryota: Ryuji...
Mitsuhara: el tema, vine a hablarte de que fuiste más afortunado de lo que crees - saca una carpeta y empieza a buscar entre papeles - lo que te voy a decir es más o menos confidencial, esto solo se le confían a los capitanes y rangos superiores.
Ryota: soy un capitán.
Mitsuhara: si, pero ya conoces las opiniones que tienen sobre ti.
Ryota: cada uno de ellos pueden besarme el culo- - fue callado por un sape por parte de Mitsuhara cosa que hizo que empezará a sobarse la cabeza - ¡estamos en un hospital!
Mitsuhara: lenguaje muchacho - esto solo hizo que a Ryota se le marcase una vena en la frente - no está bien que a esa edad digas esas palabras, más bien, en ninguna edad.
Ryota: ahg, solo habla.
Mitsuhara: en el historial de la APB se han dado casos que fueron categorizados como muy especiales y de extremo cuidado, de ahí lo clasificado, hay muchos y uno que te voy a presentar es el caso número 6, los pecados capitales - la mujer nota como Ryota la mira seriamente demostrando su actitud en casos importantes, se guarda esas palabras y sigue - este caso se presentó en el 2037 dónde uno de los soldados fue atacado por alguien que se hacía llamar "Soberbia" le dimos importancia ya que esto entra en la mitología bíblica y todo puede pasar, conforme pasaron los años se fue presentando más ataques a los nuestros pero con diferentes pecados, dos de estos fueron "ira" y "envidia", ahora mismo el último caso que fue en 2062 fue a un grupo que fue atacado por "Avaricia", ahora mismo 2070 sufriste el ataque por este mismo.
Ryota: si... se presentó como Avaricia... cosa que no reporté - mira seriamente a Mitsuhara esperando respuesta de cómo sabe que fue Avaricia.
Mitsuhara: no dejas ir nada, bien, como te dije Avaricia ya apareció antes junto a otros pecados, sacaron análisis lo mejor que pudieron en ese momento, Envidia se desconoce, Soberbia parece tener algún control sobre la realidad, Ira solo se le conoce que tiene un poder destructivo a gran escala y Avaricia... puede robar y dar bendiciones.
A este punto Ryota abrió los ojos en grande, demostró que se asustó ante esto por lo que rápidamente mira su brazo y trata de usar su bendición... cosa que funcionó ya que se le marcaron las venas y este empezó a vibrar.
Ryota: pero...
Mitsuhara: si... por ahora desconocemos el porque sigues con tu bendición, hubieron varios en la anterior que seguían con el suyo, parece que requiere de algún requisito para poder robar... ¿tienes alguna idea?
Ryota: crucé palabras con él... parecía tratar de convencerme de vivir una vida normal sin nada de los dioses y esas cochinadas.
Mitsuhara: lenguaje... - le regaña ya indignada.
Ryota: ya, pero... si es así entonces básicamente no es robar, está pidiendo permiso.
Mitsuhara: si, a algunos también le dijo eso, pero los que le robaron hay unos que ni le dirigió la palabra así que se niega ese hecho... ¿nada más?
Ryota: no que yo sepa.
Mitsuhara: piensa un poco sobre aquella noche y si tienes algo me llamas.
Ryota: si si, pensar, reflexionar, ya me las sé, adiós.
La mujer solo suspiró resignada y le pasa un pequeño plato con manzanas ya picadas, en lo que se levanta y se retira dejando al rubio mirando dudoso la manzana.
Ryota: ¿cuándo las picó?
Por mientras en otro lugar más en concreto en una oficina dentro de la residencia del equipo de rescate se encontraba Shinatsukawa quién estaba totalmente recuperado sentado en su escritorio sentado y haciendo básicamente nada, ya pudo mantenerse al día en poco tiempo por lo que podría solicitar varios casos en los que trabajar... aunque... ¿a quién le gusta trabajar? Si bien el capitán no consiente esto sabe el estado de su equipo, sabe lo que se lleva entre manos el otro bando por información de Kazu por lo que ahora solo los dejaría descansar... una pena que él sabía que eso no implicaba para él.
Shinatsukawa: sal de ahí - dijo al aire mientras se levantaba de su asiento.
- veo que tus sentidos siguen agudos - hace acto de aparición una sombra en una de las esquinas de la oficina.
Shinatsukawa: Yuichiro.
Yuichiro: el único.
Shinatsukawa: ¿a que debo el honor de que tu presencia esté en mi oficina?... o bueno... tu sombra - dice un tanto incómodo mientras un sudor bajaba por su nuca, pues literalmente está hablandole a una sombra en una esquina de su oficina.
Yuichiro: vengo a pedirte perdón.
Shinatsukawa: ¿ah? - es lo único que suelta el rubio demostrando no entender de que irá el tema.
Yuichiro: sé que tus miembros fueron sometidos a cierto evento en lo que era Nagasaki, por eso pido perdón ya que decidimos adelantar el asalto... y necesito a tu equipo ahí.
Shinatsukawa: ... - el rubio solo quedó cabizbajo en señal de estar meditando las palabras de Yuichiro - que tan descarados han de ser para pedir al equipo del capitán más débil al asalto.
Yuichiro: no todo es fuerza Takeru.
Shinatsukawa: liderazgo es lo único factor que cumplo.
Yuichiro: ... entiendo... diste atención a todos cuándo nadie está dispuesto a dartelo a tí - se notaba la voz un tanto compresiva y a pesar de que su forma era de una sombra, daba la impresión de que toda la atención la tenía hacía el capitán.
Shinatsukawa: ya no importa... es lo único bueno que sé hacer, motivar y liderar a mis soldados... se los haré saber, deja los reportes y me las apaño.
Yuichiro: ahí los dejo... antes de irme... tienes más fortalezas de los que crees, no todas nuestras cualidades las podemos ver nosotros mismos - luego de estas palabras la sombra se extiende hasta el escritorio haciendo que salgan varios documentos con información sobre el caso para posteriormente desaparecer, dejando con esto a Shinatsukawa reflexivo el cuál solo suspiró.
Shinatsukawa: es curioso que lo digas tú...
Este toma los papeles y ojea un poco para luego mirar a la ventana que se encontraba en su espalda mirando el cielo.
por mientras todos los miembros de su equipo de encontraba haciendo cosas diversas, Zagros durmiendo, Ryuji practicando contra un saco, Koji el cuál estaba entrenando con una espada estaba escuchando a Shiro sobre algún problema, aunque luego aparece Keigo y le zampa una patada en la cara formando un pleito entre ellos, Asa se encontraba comiendo como un glotón y una chica se encontraba caminando en la plaza de la instalación.
Shinatsukawa: mantente firme Takeru... - este sólo suspira de nuevo y procede a leer mientras llama a Zagros el cuál parecía estar dormido hace poco.
Zagros: ¡deja de tocarme las bolas Asa!
Shinatsukawa: ...
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Por mientras en otro lado del mundo se encontraba un chico con la cabeza rapada, postrado ante una mujer de cabello negro la cuál tenía sus pies encima de este.
- así que... Rikita... ¿que puedes ofrecerme tú?
Suisei: para tí, soy Suisei.
- que imaginación tan lamentable tienes... pero habla ya, no estoy para perder tiempo - baja un poco más los pies y en con eso ofasionandole dolor a "Rikita" - modera tus palabras animal...
Suisei: tsk... he escuchado mucho de tí, la líder de un grupo rebelde de benditos precisamente busca a los dioses ¿no? - este miraba de reojo la expresión de aquella mujer, sabía que logró captar su atención - fui desechado por esa organización que ustedes investigan, sé la ubicación de varios puntos de control.
La mujer solo mira a un lado viendo a otro chico, este mismo le asiente cosa que hace que los labios de la pelinegra se hicieran curvas ocasionando una sonrisa ansiosa.
- según me informan dices la verdad, hoy es mi día de suerte sin duda alguna - aparta sus pies encima de Suisei.
El chico se levanta un poco adolorido pero de repente es recibido con una patada en el mentón que lo azotó contra la pared.
- nunca dije que te levantases gusano - la mujer se levanta mientras sonreía con un cigarro entre los labios - usualmente acostumbro a tratar en estos tipos de comportamiento, pero como me encontraste de buen humor no haré nada - esta la toma del mentón para que la mirase fijamente - este es el trato que te doy, tu me llevas a cada uno de esas instalaciones y lo haremos volar en pedazos, tu recompensa será la sastifaccion de darle una buena patada en el culo y que no te dé una paliza, ¿objeciones?
Suisei: ninguna...
- así me gusta - lo suelta y se levanta para luego hacerle una seña al otro chico que estaba en la oficina ocasionando que este saliera - andando.
Suisei: ¿qué? ¿ya?
- levanta el culo antes de que decida usarte como cenicero - con esto dicho sale de la oficina dejando a Suisei completamente solo.
Suisei: ... su aliento apesta a cigarrillo- - de pronto es callado puesto que un cuchillo pasó por un lado suyo atravesando la pared y curiosamente también el suelo donde se suponía que debía quedar - es un monstruo...
El chico se levanta limpiándose algo de polvo de encima y se retira de ahí corriendo para alcanzar a aquella mujer.
Fin.