Lágrimas recorrían su rostro, sin fuerzas por el asombro sus piernas cedieron cayendo al suelo en shock. Lo que parecía una simple pesadilla se había vuelto realidad, con sus manos cubriendo su rostro aún no podía creer lo que sus ojos habían visto. La evidencia estaba allí en su espalda pero ¿Cómo era posible que sucediera tal cosa y cómo es que había llegado a la cama? Azazel había entrado para ayudarla a ponerla de pie, aceptó la ayuda de su amigo pues sus piernas y cuerpo temblaban de tal manera que apenas podía soportarlo. La sentó en la cama y seguido comenzó a buscar ropa para ayudarla a vestirla. Entendía el miedo por el que su amiga y compañera estaba pasando o lo intentaba. "Azazel..." Escuchó su suave y temblorosa voz llamando por completo su atención. El mencionado se arrodilló frente a ella para estar a la altura de su rostro, con su mano derecha acarició gentilmente su mejilla mientras esperaba con paciencia a que esta hablara. Estaba seguro que ella querría averiguar más sobre el asunto y de ser así no podría detenerla. "¿Cuanto tiempo estaremos en el caribe?" Sorprendido por su pregunta contestó la misma en un tono calmado sin desviar su mirada. "Depende cuánto tiempo nos tomemos en encontrar al asesino." Respondió, escucho un suave suspiro de parte de ella casi como si estuviera esperando una diferente respuesta. "Pero contigo al mando podríamos terminar en un mes como mucho. El asesino que buscamos huyó hasta allí, lleva al menos una semana que nos notificaron de su presencia en las islas vírgenes de Puerto Rico. Su nombre es Ash Smith y lo buscan por homicidio, un asesino en serie que disfruta de desmembrar a sus víctimas y diseccionarlas antes de matarlas. Prefiere a las mujeres jóvenes, la preferencia de edad según los reportes es entre quince a diecinueve años. Justo tu tipo de trabajo favorito. ¿Que crees? " Solo le tomó unos segundos en responder pero para él eso fue una eternidad pues normalmente ya estuviera vestida y lista para irse sin terminar de escuchar el reporte. "Entonces vayamos, pero con una condición. " Expresó Cas levantando su mirada por primera vez durante todo el tiempo que estuvo en su habitación junto a él. "Nombrala.." Respondió este listo para ceder. Totalmente acostumbrado a ello. "Cuando volvamos quiero llegar al fondo de esto. Esa persona o lo que sea se atrevió a entrar aquí, invadir mi propiedad y dañarme de esta manera. No permitiré que nadie en esta vida o en la siguiente si existiera alguna otra que nada ni nadie me haga sentir débil." Una chispa en sus ojos de pura determinación, aunque su cuerpo temblaba ligeramente su mente no podía estar más clara. Estaba decidida y desesperada por encontrar al culpable de sus cicatrices. Nadie en el mundo podía lastimarla.
"Entonces está hecho. Conseguire el vuelo más rápido que tengan y vendré a buscarte cuando estés lista. ¿Estarás bien sola?" Preguntó preocupado aún sin desviar su mirada. "No tengo miedo... además te tengo a ti." Sonrió sinceramente a su compañero. Éste se puso de pie rompiendo la comunicación entre sus miradas, dio la vuelta para seguido salir de la habitación y del apartamento. Frente al ascensor pudo presenciar a su enemigo quien estaba a sus espaldas. En un segundo lo tenía agarrado del cuello, cuando el ascensor abrió sus puertas para recibirlo entró en el junto a su víctima a quien lo golpeo fuertemente contra el interior del ascensor con una fuerza sobrenatural lo levantó por su cuello varios centímetros del suelo concentrando su furiosa mirada en El. Su víctima luchaba por liberarse pero era totalmente inútil. No podía con la fuerza de Azazel. "¿Qué demonios busca la realeza de una simple mortal?" Su víctima apenas pudo crear una curva en sus labios en burla mientras respondía. "¿Mortal? No creo que ése sea el caso. Además.. " Tomo aire apenas y continuó "Ella es la Emperatriz ¿No es cierto? Su olor es tan irresistible como lo recuerdo. El día que acabé con ella fue una victoria para los vampiros. " Su carcajada maliciosa fue interrumpida cuando Azazel con su puño libre había atravesado su cuerpo hasta sentir el frío metal tras la espalda del joven a quien finalmente había dejado libre.
"Parece que luego de dos mil años tendremos una nueva guerra y tal parece que debo recordarte como intercambiaste tu vida por la de tu padre para que tu clan siguiera en pie. No olvides que tenemos un tratado pero si lo quieres romper entonces te invito a hacerlo." Se acercó a su oído en dónde susurró: "Solo me tomaría cinco minutos en matarlos a todos y colgar sus estúpidas cabezas en el puente de Londres con luces de navidad para que al menos se vean representables." En una sonrisa sádica Azazel pudo ver como el joven frente a el se había evaporado en el aire, en menos de un segundo no había pruebas que aquella persona estuvo allí, incluso la sangre de sus manos había desaparecido. "Espero que haya entendido mi advertencia. " Agarró su teléfono de su bolsillo y tan pronto el ascensor abrió sus puertas para mostrarle la salida caminó hasta ella abandonando el edificio. Cinco segundos le tomó a la persona a quién llamaba para que ésta contestara. "Edificio B piso setenta y cinco en el penthouse. Has guardia allí y déjame saber de cualquier cosa. "
Mientras Azazel hacía lo suyo Cas preparaba sus maletas. Con el pequeño reporte que recibió de su amigo ya tenía una idea de adónde y con quienes aquel criminal se tuvo que haber asociado para poder esconderse. Su única desventaja era que no conocía nada de aquel lugar ni los riesgos de vivir allí por lo que eso atrasaría más su trabajo. Dedujo que quizás en cuatro meses podría volver, con suerte podría regresar antes de navidad. Terminando todo se acercó al espejo, observó las ropas que su amigo eligió para ella. Tal parece que la conocía muy bien. Un vestido negro señido al cuerpo de algodón con cuello de tortuga. Unas medias de malla altas para ponerse con sus botas de tacón alto y encima de la cama le había dejado un abrigo de piel de lobo negro junto a una caja que no conocía pues era la primera vez que la veía. "Un regalo tal vez..." Habló para si misma mientras la abría encontrándose con un par de aretes en forma de lágrimas que colgaba de una pequeña soga de plata.
Las piedras eran de Larimar un azul cielo tan hermoso que robo su aliento por unos segundos, sabía como ponerla de buen humor. Debajo de estas un collar con un pendiente en forma de luna y la misma piedra simulando las estrellas. Una sortija con la misma piedra y una pulsera en forma de rosas con pequeños diamantes azules y Larimares creando la envoltura. Era totalmente hermoso. En la tapa había una pequeña carta con un mensaje sencillo:
-Estoy seguro que lo olvidaste como todos los años. Feliz cumpleaños, fea.-
Sonrió, ciertamente lo había olvidado. veintiocho años de su vida habían pasado en un santiamén. Era increíble lo rápido que pasaba el tiempo, como la arena cuando se desvanece entre las manos de alguien o la lluvia cuando se evapora con el calor del sol para crear un nuevo ciclo. Así era su vida. "Bien... hora de salir." Se colocó las prendas, se peinó y salió a la sala de estar. Dio un brinco cuando notó a un hombre desconocido sentado en su mueble, tomando una taza de té como si fuera algún invitado o peor aún como si el viviera allí. No tardo en tomar el arma el cual estaba extrañamente en la pequeña mesa al lado de la puerta de su habitación. "Es inútil, podrás disparar todas las veces que quieras y no vas a poder acertar ni un solo tiro. Ya habíamos pasado por eso ¿recuerdas? "
"Así que esa cosa horrible eras tú. ¿Qué demonios eres? ¿Qué rayos buscas de mi? "
"No te busco a ti... " Dejó la taza gentilmente sobre la mesa, limpió la comisura de sus labios de manera refinada y se levantó sorprendiendo a Cas pues en menos de un segundo estaba frente a ella y había arrebatado el arma de sus manos y con la libre había apresado su pequeña cintura contra el. "Estoy buscando a una mujer cuyo nombre desconozco pero que extrañamente huele exactamente a ti. "
"No tengo idea de quién estas hablando. Si vienes a matarme hazlo rápido, enserio esto se a vuelto un fastidio. "
"Valla, que boquita la que tienes. "
"No necesito tu opinión"
"Que fría... " La dejó libre como si perdiera el interés y entregó el arma en las suaves manos de la joven pues sabía que ella no podría acabar con él. Ningún humano podría. "Bueno... quisiera responder a tu pregunta pero desgraciadamente tengo un tratado de paz que cumplir. Por el momento digamos que soy tu amigo a quien pronto odiaremos al mismo enemigo." La pistola estaba cargada y lista para disparar tan pronto se dio la vuelta. Cas quería volarle los cesos en ese momento, su cuerpo le advertía que no podía estar cerca de el.
"Voy a advertirte, tan pronto sepa lo que eres voy a cazarte y destruirte. Esparcire tus restos como una maldita alfombra roja delante de mi casa para que les sirva de advertencia a los tuyos. Lo que me hiciste no te lo perdonaré ni aunque muera." Sus dedos apretaron en el gatillo, pero el hombre había sostenido la bala con sus manos. El material metálico quemaba su piel y por ende la dejó caer al suelo, con una sonrisa peligrosa se acercó a Cas quién sin una pizca de miedo en sus zafiros le devolvía la mirada al hombre como si le retara. "Adivina quién te deseo buenas noches, princesa. ¿Te sigues preguntando como llegaste a tu cama?" Quería atormentarla, llenarla de miedo hasta que suplicara por su vida. La puerta principal cedió encontrando a una mujer joven de cabellos plateados y rubies tan puros en su mirada que parecía inmortal. La mujer divisó al hombre por unos segundos hasta que fue testigo de como el mismo se evaporó en el aire desapareciendo de la escena. Ahora Cas la apuntaba a ella con la misma, la mujer levantó sus manos en señal de paz para no alterar a Cas. Según su jefe la mujer tenía un humor bastante horrible y su personalidad con los extraños era bastante hostil.
No era en vano que ella lo traía loco pues es la misma imagen de la Emperatriz a quien le había jurado lealtad hace décadas y mejor amiga. ¿Cómo era posible que alguien se le pareciera tanto? Lágrimas se amontonaban en sus rubies ojos mientras cayó al suelo de rodillas. Aquella mujer era Zaphir, La Emperatriz del Norte como todos la conocían en aquella época. "Estas viva... no lo puedo creer." Cas estaba confundida y no sabía qué hacer en tal situación. -¿Quién demonios es esta loca?- Pensó "Mantén tus manos donde pueda verlas y recuestece en suelo." Ordenó aún apuntando con su arma. La mujer obedeció sus órdenes sin dejar de llorar.
No entendía lo que pasaba pero con todo lo que había vivido en menos de veinticuatro horas simplemente no podía confiar en nadie. Se acercó a la mujer y mientras rebuscaba en su cuerpo por alguna arma o identificación válida la mujer no dejaba de lloriquear. "Bien... estás limpia. ¿Quién te envío?" Preguntó aún sobre ella, pues no quería tomarse ningún riesgo.
"Mi jefe me dijo... que viniera y te esperara tras la puerta."
"¿Qué jefe?"
"Azazel... trabajo en su mansión. Ocupo su lugar cuando no está presente soy su secretaria y mano derecha. Capitán de las fuerzas especiales al mando de Azazel. Señorita. "
"Bueno esto es nuevo... ¿Cómo es que no te e visto antes? "
"Quizas porque mi jefe se pasa detrás de usted veinticuatro horas los siete días de la semana. " Respondió sarcástica, como en los viejos tiempos le hablaba a su fiel amiga.
"Ah.... debo de ser todo un bombón para tener a ese hombre persiguiendome a todos lados. " Dejó salir una risa dejándola finalmente libre algo que nunca había sucedido antes. Cas era fría por naturaleza con todo el que se le acercaba, no entablaba conversación con nadie a menos que fuera rotundamente necesario pero aquella mujer había traspasado sus barreras de hielo. "Agradece que aún estas viva, disparo antes de hacer preguntas. " La ayudó a levantarse. "Te pediré un favor, mantén en secreto lo que acabas de ver."
"Pero mi jefe.... "
"Es exactamente por eso, no sabes lo sobreprotector que es conmigo. El que estés aquí lo demuestra. "
"Es cierto.... " La observó, solo su presencia era suficiente para querer admirarla. Fuerte, misteriosa y determinada. La seguiría al fin del mundo de ser necesario, aunque Cas no la conocía aprendería de ella más de lo que debería saber.
En menos de veinte minutos Azazel ya estaba en la puerta, se acercó a las dos mujeres sorprendido de tal escena. Charlaban entre ellas mientras tomaban una copa de vino. Aunque reencarnaran mil veces la una era para la otra y viceversa. Ese lazo de amistad que las sostenía no podría ser rompido por el tiempo ni por nadie.
"Hora de irnos, parece que hacen un party sin mi."
"No necesitamos hombres en nuestra conversación, además a mi me distraes." Le respondió usando ese tono sarcástico tan normal en ella. Se levantó de su asiento y avanzó hasta estar cerca de Azazel quien le regaló una sonrisa que rara vez daba y pasando por su lado continuó su camino. La mujer de ojos rubies les siguió con la maleta a Cas y Azazel quién seguía los pasos de la azabache, y cerrado la puerta tras ella. Dentro de la ahora vacía habitación dos hombres apreciaban la decoración del interior. Olfateaban las sábanas de ceda impregnando el olor en sus corazones. "Es ella... no hay dudas." Confirmando lo dicho se volvió para ver al hombre sentado en el sofá donde habia estado antes cuando se encontró con Cas. "Cain, es una falta de respeto hacer tal cosa. Además solo te traje para que la vieras pero tal parece que ya él se la a llevado. "
"Ese maldito Azazel siempre un paso adelante..." Respondió molesto. Observó los cuadros recién pintados en la habitación de Cas, concentrado en las pequeñas manchas de oro en el mismo. "Su gusto aún no a cambiado."
"No solo eso, su personalidad es la misma toxicidad de siempre. Jajaja... es gracioso."
"Bueno, esta bien que se fuera. Si no me hubieras detenido la hubiero hecho mía ese mismo día. "
"No puedes Abel, no eres el único que la busca. Si alguien de afuera se enterase de su existencia, todos nuestros planes se vendrían abajo. Debemos buscar una vía aleatoria para acercarnos."
"Bueno, al menos ya se a dónde se dirigen, pero, debemos de esperar a que esté totalmente sola. Cuando vuelva tendremos mucho tiempo para poder idear un plan que perjudique a Azazel pero está demasiado limpio. "
"Bueno, siempre podemos crear una falla. Azazel, solo necesita caer una vez y será suficiente para que los mayores lo desfavorezcan. "
"Jeh... tengo un plan. " Alcanzó un bolígrafo frente a el. Aún en el sofá observó las fotos de los casos que parecía ser que Cas investigaba según su impresión. Creó un circulo en una de las fotografías y se la llevó consigo, estaba seguro que ella lo notaria pues conocía su intelecto no importa cuanto tiempo haya pasado ella era la misma. Incluso estaba seguro que no le había dicho nada a Azazel que él estuvo allí, ella querrá manejar las cosas por ella misma y no se equivocaba. Dentro del avión, observaba tras el pequeño ventanal como la ciudad se volvía más pequeña a medida que el avión tomaba más altura. En su mente el rostro de aquel hombre se aparecía sin cesar, estaba segura de haber visto esos rubies antes y aquel cabello de color oro que tanto resaltaban su rostro masculino.
Fue en menos de tres segundos que finalmente las piezas en su memoria hicieron un click conectándose entre sí. -Es cierto.... en la torre de París. Era él, quiere decir que ese hombre me conoce. - "Maldición..." Se quejo por lo bajo solo para ella, si sus sospechas eran ciertas, lo más probable aquel hombre conocía algo de lo que ella estaba totalmente ajena, no se quedaría totalmente con las manos vacías. Llegaría hasta el fondo de ello aunque muriera en el intento pero de que acabaría con aquel hombre eso era un hecho. Estaba totalmente segura de ello.