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Chapter 95 - 95: Dos caras iguales.

Me encontraba inconsciente, con mi cabeza hacia abajo y con mi cabello largo haciendo que sea difícil el ver mi rostro. La luz que me iluminaba era de una antorcha del pasillo, y el suelo se sentía frío. Pasos, voces, muchas cosas y personas pasaban cerca de mí. Únicamente cuando se requirió que estuviera consciente abrí mis ojos.

X: "Despierta."

"A-ah? qué... dónde estoy."

Intenté mover las cadenas, pero se notaba que el material que las formaba era mucho más resistente que el acero, incluso que el diamante o más. Concentré mi respiración, suave, lenta, calmada. Mis pulmones se llenaron mientras sentía el aura opresiva de los individuos enfrente mío intentando calmarme. Con total sinceridad la presión del limbo era más fuerte. Por ello no me ví afectado, gracias a qué estaba en una postura más inmóvil.

V: "No eres el orgullo... Qué o quién eres"

"Soy Gabriel, desaparecí hace unos años y volví a..."

V: "No mientas. Tengo la fuerza para matarte ahora, eliminarte en un segundo y solo las personas de aquí sabrían que lo hice."

"Yo, yo también soy una persona de la tierra."

El silencio fue de su parte, mirándome con algo de preocupación y sorpresa, siempre pensó en mi como si fuese un nativo que logró mucho poder, desde que me vió hasta ahora... Pero algo así, era extraño. Muy extraño. Algunas cosas coincidían, como el hecho de que fuese bastante poco "acorde" con la estética del lugar. Parecía alguien que verdaderamente no era agraciado, o una persona común y corriente. Aún así, aclaró su garganta un poco.

V: "Muy bien... Te haré preguntas de geografía de la tierra... ¿Cuántos continentes hay?"

"Eso depende, si eres estado unidense. Dos, 'America' y el resto del mundo, si eres normal 5 a 7. Si haces la división de las Américas y cuentas la antártica."

V: "Muy bien... Sí eres de la tierra."

Ella empezó a caminar un momento mientras que estaba pensando. El qué no era de mi incumbencia. Todavía tenía el objetivo de buscar a los estúpidos reyes rojos y matarlos. Aunque algo me había llamado la atención en todo esto. Cómo es que yo estaba y no estaba al mismo tiempo. Digamos que volvió aquí otro yo... Quizá solo era una criatura del limbo que tomó mi apariencia y se hizo pasar por mi durante todo éste tiempo, solo debía hablar poco y actuar como un salvaje... De todos modos, ese detalle de que era un Rey rojo me estaba causando unas pequeñas náuseas y muchos escalofríos. Nuevamente empecé a respirar para concentrarme. La humedad del ambiente llegó a formar pequeñas gotas las cuales empezaron a atravesar poco a poco el metal. Después con fuerza logré quitarlo en lo que fue sorpresa para Viola y terror para sus compañeros.

V: "Oh, que lindo. Tendré que llamar a Malika para que los vuelva a unir..."

X: "S-señora, ese metal evita cualquier clase de fuerza y control de quién las lleve. Es imposible que se las haya quitado."

V: "No le prestes mucha atención, él hace cosas así."

"Me dices..."

V: "Sí, a tí."

"No es mi culpa que no me agrade estar encadenado. Y bueno. Creo que ya es hora de retirarme. Tengo que ver a los desastres y al resto de..."

V: "AP AP AP. No, eres mi prisionero. Y no te dejaré libre. En unos meses hay una cumbre entre los reyes rojos y los campeones... Sabes. Mejor... Juguemos a el ladrón y el policía."

"Viola, no estoy para juegos ahor-"

La sonrisa de Viola se volvió más salvaje e intensa, con lanzarse hacia mi llegó rápidamente a mi lado para golpearme con una patada alta que no solo me lanzaría hacia una pared. Si no que me haría atravesar el metal. No tenía mi collar o mis lentes, por lo que estaba debilitado.

Aún así, me levanté sin sentir la parte derecha de mi cuerpo... Mi brazo derecho estaba atravesado por la pared. Por ello me tuve que acercar para regenerar la zona y colocarlo nuevamente. Una vez ya funcional respiré suavemente antes de ser yo quien se lanzaba. El sonido que se produjo no era ni una parte de lo que eran los golpes de ella. De todos modos, iba a recuperar mis objetos mágicos y mis armas.

Era un combate duro, tenía que esquivar golpes imposibles de esquivar, resistirlos y enfocar todo mi cuerpo en curarse. Cuando yo golpeaba no lograba romper sus defensas, solo enojar a esa bestia. No sentía el tiempo pasar, solamente mis intentos, una y otra y otra vez. Ya no me caía de un golpe, lograba dar alguno que otro más fuerte. Y cuando estaba a punto de golpear su rostro bonito y draconico...

BUM. Salí volando de un coletazo hacia un muro. Me levantaba poco a poco hasta que ella dijo

V: "Fin del entrenamiento~ Por hoy."

Díez años les hizo pasar de grandes luchadores a monstruos.