R: "Entiendo siempre tu estupidez... Pero ahora no le veo ni cabeza ni pies. Cómo que no vas a..."
Ahora sí sentí un golpe. De fuerza similar a un golpe de Viola directo en mi abdomen. Mi cuerpo sintió la sacudida y un extremo temblor. Hasta parecía que no había siquiera llegado a tocarme, aunque un muy pequeño cabello blanco fue visible. El más delgado e inofensivo. Aún así con ello mi corazón volví a tomar control de mi cuerpo.
"Saber la razón?"
B: "Claro que sí jovencito... Tanto yo. Cómo Rem somos hermanos. Somos siete hermanos, entidades cósmicas destinadas a la destrucción del todo. Por algo estamos aquí. Normalmente ni los dioses quieren hacerse cargo de nosotros. Aunque toda nuestra relación se basa en una constante lucha entre nosotros... Claro, siempre pude llegar a pensar que es así porque en caso de salir no los siete... Nuestros instintos nos harían detener la existencia... Además. Soy el único que no planea destruir el universo. Lo amo... Y como le tengo tal amor. Lucharé con todos para evitar su destrucción."
R: "Ja. Ira, todo un romántico... Por eso lujuria está siempre tras de tí... ¿Pero no quieres venganza? Aquí hay espacio para uno más."
B: "Claro que quiero venganza, mi sangre arde por la venganza. Pero no quiero sangre en mis manos por venganza... Además. Dudo que ese débil ser humano pueda con dos. Incluso contigo debe ser una tortura tenerte."
R: "S-sí... Ah, no le digas a orgullo esto. Este humano llegó a derrotarme. Claro que gracias al tiempo dilatado de estas dimensiones a causa de nosotros. Pero logró hacerlo. Consumió a la gula, literalmente."
El rostro del hombre fue un milagro de ver. Un rostro sonriente y de intriga, emoción y por último hasta una gran carcajada. Parecía que muchas emociones pasaron por él hasta ahora. Cosa que nunca iba a decir, no tan fácilmente.
B: "Entonces... Él te absorbió..."
R: "Sería más como consumir"
B: "Exacto, te absorbió. Después de superar... Tu rol. En ese caso... Oh, vamos a iniciar esto. Bien, necesito que pienses algo que te enoje"
Mi principal enfoque fue Charles... Él era el protagonista de este Isekai. Aún así, solo por tener las pulceras puestas sentí mis brazos ponerse duros. Mi cuerpo reaccionó de una forma algo violenta y extraña, en primeras luchaba por estar relajado y no caer y además se esforzaba para mantener mis músculos contraídos. Aunque solo recibí un golpe del anciano en el cuello.
B: "No, no es suficiente... No sé qué estás pensando pero te voy a dar consejos... Individuos, lugares, situaciones, experiencias. Todo se puede convertir en ira. Todo es transformable en ira. Sigue."
Intenté no solo concentrarme en Charles, si no en la reina, que había intentado acabar con un supuesto campeón y al siguiente intento lo perdonó y hasta es el rey. Ellos intentaron matar a mi madre adoptiva e incluso ahora se encuentra perdida en acción... La corrupción me causaba enojo, también asco y repulsión... Nuevamente recibí un golpe, aunque solo tomé ese dolor sin darle importancia. Era lo contrario a una meditación, pero extrañamente mis músculos se sentían más relajados. Continúe por el inicio de mi viaje, la desaparición de un feudo de elfos, ese pueblo de orcos. La asesina que no llegó a tocarme. Y otro golpe más. El momento infinito dentro del espacio de Rem puso su gota en un océano. La pelea contra Viola quién también gracias al azar consiguió todo. La impotencia de ser el único de otro mundo que no es un campeón. El hecho de tener que arreglar este desastre y no ellos. Notaba la temperatura de mi cuerpo aumentar, y hasta las fibras de las pulceras ran útiles y la forma en que empezaban a romperse. Mis experiencias aquí no eran suficientes... Y así empecé a pensar en la tierra. Mi mente se ponía a trabajar mientras que mi cuerpo recibía golpes más y más fuertes por parte de Besta. Mi corazón latía lentamente, como si fuese alguien mucho más grande de lo que en verdad era. Pensar en mis fallos, las chicas que me gustaron y que nunca llegaría a agradar. Sentir la sensación de mi boca mordiendo como si nada. Todo mi cuerpo tembló unos instantes hasta que me detuve, todo esa ira llegó a hacerme sentir... Paz. cómo una forma de reconciliarme con todo, y allí escuché un suave aplauso... Luego una risa burlona.
B: "Ah... Y yo que pensé que tenías una oportunidad."