Pasar por un portal es algo aterrador. Si bien llevo unas... Dos incursiones todavía me aterra que ese negro lugar vuelva a ser lo único que pueda ver. Solo que sin siquiera Rem.
Aunque ahora no era un lugar totalmente vacío y sin existencia. Todo era blanco, no blanco como si solo existiera ese color, si no como si lo infinito estuviera enfrente mío. Mis pies sentían un suelo, o lo sintieron por unos instantes. Al otro era como si estuviera cayendo. Nuevamente en ese lugar infinito, sin un fondo, pero sin sentir el roce del aire. Estaba allí, podía sentirlo con mi magia, pero no podía sentir su toque. Únicamente al relajarme y dejarme caer pude nuevamente sentir el suelo... Era un lugar donde el mínimo golpe era imposible de darse. Incluso a uno mismo. No podía golpearme... Claro, este lugar no estaba hecho para tener "invitados" por lo que mis cosas si eran capaces de ser tocadas, golpeadas pero sin hacer sonido... Siquiera las vibraciones podían funcionar aquí. El sonido hubiera servido demasiado. Demasiado antes de sentir un muy muy leve y suave cosquilleo... Una sensación tan mínima que solo fue posible por una sensibilidad nerviosa que en esos instantes era susceptible a todo.
Aún así, me di la vuelta y... La parte de mi ropa que anteriormente cubría dónde sentí ese mínimo de fuerza fue totalmente evaporada. No era como una quemadura normal, no. Y allí mirándome lo que es la encarnación de la furia. Mi lado friki esperaba un Slayer, un berserker antiguo o una criatura sacada de la conocida franquicia de 40k. Era un poco decepcionante, se trataba de un anciano. O por lo menos tenía el aspecto de tal. Y en ese instante volví a caer. Necesitaba estar en un estado total de inactividad. Aún así, una voz muy muy suave se escuchó. Pero al ser el único sonido, era a su vez fuerte.
B: "Así que alguien ha llegado... Ya me parecía, los sellos no podrían contener al poderoso Besta."
Intenté responder. Pero ningún sonido salió de mi boca, solamente mis labios se movían mientras estaba en un estado similar a gravedad cero.
B: "No serás capaz de hablar... Me tomó mucho tiempo llegar a pronunciar mi primera palabra... Deja que te prepare... Té... Lo siento, llevo mucho tiempo aquí, y desde el inicio del universo. Uno con la edad olvida las cosas. Y dime. ¿Alguien lo logró?"
Por instantes intente usar un hechizo para comunicarme telepáticamente. Pero fue un total desperdicio. Sentí un dolor tan agudo que quedé total y completamente noqueado. Quizá por unas horas. Aún así, al despertar pude ver algo que nunca me iba a imaginar. La encarnación viva de la Ira pura, con una tetera y acercando con total delicadeza una taza de té.
B: "Muy mala idea. Aquí... Bueno, la existencia es difícil. Te daré un truco. Para moverte no hagas fuerza, siquiera que tus músculos trabajen... Me llevó unos miles de años aprender a mantenerme un segundo. Pero tú? Vaya. En tu primer instante lograste quedar de pie. Para hablar... Grita, lo más fuerte posible. Grita hasta que tus pulmones sangren. Aunque no vas a sentirlo, nada. No hay dolor, no hay adrenalina."
Intenté gritar, pero no puede. Nada. Totalmente vacío. Aún así, miré hacia él... Nos entendimos por un mínimo instante sobre qué teníamos que hacer.
B: "Yo hablo, tu di sí o no con la cabeza. ¿Otro de mis hermanos se liberó? ¿Soy el primero? ¿Sabes cómo salir?"
La sucesión de respuestas fue un 'No, no, quizá'.
Claro que la sucesión de respuestas le fue insatisfactoria... Y por unos instantes... Sentí la muerte, por unos instantes noté nuevamente ese pequeño toque, solo que fue bastante más fuerte. Y allí estaba, ese anciano con su mano tocando mi cuello. No daba golpes usando los primeros nudillos, si no los segundos... Algo que me hizo preocupar por completo. Probablemente podría haberme hecho más daño del que sentí. Mucho más. Intenté hablar nuevamente, pero usando una voz mucho más... interior. Casi como si no estuviera ni pensando.
"Rem..."
Los ojos del anciano se abrieron. Eran rojos, totalmente rojos. Estaba entre preocupado y emocionado.
B: "¿Rem? ¿Ese hijo de puta es quien intentó salir? Me imagino que... Sacrificaron un par de campeones... Él no puede ser detenido si llega a salir. Es imposible."
R: "Bueno hermano. No morí."
De mi boca salieron esas palabras, no era mi voz, era la voz de una entidad que devoró todo. Y aún así... Ese anciano solo rió y me abrazó.
B: "Ay hermano!... Eras más lindo con tu aspecto normal, tan redondo y abrazable."
R: "Este es... Gabriel. Salí y estoy dentro de él. Tú saldrás de la misma forma"
B: "Ja ja ja... No."