Los elfos que han vivido mucho tiempo bajo la sabiduría de los valar o que han desarrollado un profundo vínculo con Iluvatar, son pocos y merecen ser llamados sabios.
La mayoría de estos deben de pertenecer a la casa de los Vanyar, que vivieron durante eras a los pies del monte Taniquetil.
Yo aunque nunca fui un gran creyente de ninguna religión empece a practicar la meditación la fuerza espiritual que habia en valinor era sobre acogedora, y aunque nunca puede establecer una conversación con Iluvatar o recibir una revelación, podía sentirlo.
Obtuve poco a poco una fuerza misteriosa que me hacía incapaz de pensar ir contra las leyes morales establecidas por los Valar.
Pero no era como una orden, era más bien como un deseo de vivir dentro de estos designios, mi poder tanto físico como mental se veían potenciados.
Lamentablemente al comienzo solo podía mantenerlo en posición de meditación, y con la práctica pude entrar en ese estado durante una batalla.
El desgaste era tan fuerte, comprendí entonces la debilidad de Galadriel quien debió utilizar este poder para destruir Dol Guldur, solo que el mío era mucho más fuerte, incluso calculo dentro de mis planes que con él podría romper las murallas de Angband.
Una idea demasiado arriesgada y creada de las emociones de descubrir un nuevo poder, al volver a practicar la meditación está misma me hizo reflexionar sobre el alcance de mi fuerza.
Y ahora es el momento de probar mi límite.
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No había ocurrido hasta este momento en la historia de los elfos, batalla alguna que se comparara a esta, pues ambos enemigos estaban igualados y eran empujados a sus límites para vencer a su enemigo.
Sauron liberaba su gran oscuridad, mientras que Tulcowë liberaba una luz doraba y rojiza.
Era el bien y el mal luchando, Un ser caído de la gracia de Iluvatar contra un hijo amado por él.
La fuerza de Sauron fue aumentando aun así, en esta época su fuerza estaba en la cúspide de lo que alguna vez estaría.
Los intercambio de grandes fuerzas empezaron a marcar la tierra con cráteres.
Tulcowë: "Parece Sauron que te he subestimado, pero tú a mí también"
El idioma de Sauron era inentendible, pero debieron ser oscuras maldiciones, ya que sus palabras chocaron contra mi escudo espiritual.
Tulcowë: "Conmigo no servirán tus palabras debilitantes, no tienes el poder suficiente para interrumpir mi estado actual"
Los golpes siguieron, la espada del rey liberaba luz que atravesaba la niebla de Sauron, al mismo tiempo Sauron golpeaba con tanta fuerza mi escudo que logro hacerle hendiduras a pesar de ser hecho del más fuerte proceso de forja de Mithril.
Hasta que él se volvió lento, rápidamente aproveche la oportunidad y clave mi espada en su costado, la armadura de oscuridad fue atravesada, y no pudo hacer nada para evitarlo.
Pero pareciera que no pensaba hacerlo desde un principio , con mi espada clavada en su armadura, Sauron movió su mazo y choco directamente contra mi pecho, la fuerza con la que lo hizo me expulso hacia atrás.
Y caí seis metros atrás de mi posición anterior, el dolor era fuerte debería de tener muchos huesos rotos, pero aún necesitaba levantarme.
Sauron no se había acercado, si planeo o no el dejarme atacarlo para contraatacar no lo sabía, pero si fue así salió mal, ya que la espada si logro herirlo gravemente .
Se sacó la espada que tenía clavada y la tiro lejos, el sabía que yo moriría si era necesario, pero en el proceso también podía matarlo.
Nada le daba más miedo a Sauron que dejar de existir, aunque era un maiar aún podía volverse corpóreo mientras su espíritu sobreviviera, solo que la espada y las armas que usaba atacaban al espíritu.
No valía la pena morir cuando el maestro estaba a punto de salir de su prisión era lo mejor retirarse por ahora.
Sauron entonces se giró y empezó su camino de regreso a Angband, nadie se le interpuso, ya que no tenía otro rival.
EL duelo había terminado
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Asedio de Angband
El ver la figura de Sauron marcharse, le advirtió a todos que la pelea había terminado, Narwë fue el primero que salió en auxilio de su Rey.
Me encontró parado y apoyado sobre mi escudo y con mi espada, está muy malherido, pero no quería demostrarlo no hasta estar dentro de mi carpa.
Narwë : "Padre, ¿Qué tan mal estas?"
Tulcowë: "Hubieras visto como quedo el otro"
Fue la primera frase que vino a mi mente y no la había escuchado en varias eras, la use más que todo para evitar la pregunta, pero Narwë no se rio.
Tulcowë: "Muchos golpes mortales se han infligido hoy, mis heridas no me arrebataron la vida por lo menos no todavía"
Narwë: "Suban al Rey al carruaje rápido hacia el campamento"
Al parecer me veo peor de lo que me siento.
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Durante varias horas fui sometido a tratamientos dolorosos para alinear varios huesos rotos, los conocimientos elfos sobre las curaciones son algo limitadas, felizmente un maiar sabio tuvo la amabilidad de acompañarnos.
De todas formas el dolor no pudo ser disminuido, ya que no teníamos los ingredientes con los que contaría en Valinor.
El tratamiento salió lo mejor que se esperaba, pero no podre enfrentarme a Sauron durante bastante tiempo, pero creo que él no saldrá.
Las siguientes semanas fueron desesperantes, tirado en una cama y recibiendo actualizaciones del campo de batalla, y con Tanowë cuidándome en todo momento, creo que se sentía culpable por lo que paso.
Aunque le dije que no lo consideraba responsable, aun sí no dejo de venir a verme, dudaba que el amor de hijo hubiera despertado.
Después me enteré de que era lo mismo con sus hermanos, preguntando por su salud y seguridad, será que el miedo a perder a más personas a las que amaba se había hecho fuerte en él y si así fuera lo comprendería.
La segunda semana no fue mucho mejor, las puertas de Angband estaban lejos de romperse, las alimañas de Melkor se mantenían encerradas en el interior.
A la tercera semana la muralla que protegería nuestras tropas durante todo el asedio fue terminada y todo fue en subida para nosotros, las flechas gigantes hechas de Mithril se empezaron a agotar, pero nos quedaba para un par de días que era el momento en que creíamos que llegarían los suministros solicitados.
Angband estaba cerca de caer.
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Cuando se completó el mes desde que sucedió la batalla, ya pude unirme a las reuniones Estratégicas, durante mi ausencia Narwë se encargó de tomar el mando de las tropas.
Función que desempeño muy bien
Narwë : "Mi Rey"
Tulcowë: "No son necesarias las presentaciones, sigamos adelante"
Círdan: "El Supremo Rey de los Tulcar no desea, vivas tras enfrentarse y vencer a la sombra de Angband"
Tulcowë: "Yo creo que no lo vencí mi querido amigo, fue más un empate"
Círdan: "Si su intención era vencer el asedio, ¿por qué todavía es que los asediamos si es que no ganamos?"
Tulcowë: "Todo un interpretador Círdan"
Thingol: "Este asedio ha empezado a volverse una molestia"
Narwë: "Le acompaño en su apreciación Rey Thingol, lamentablemente esto seguirá durante mucho más tiempo, según los cálculos necesitaremos unos seis meses para derrumbar esas murallas"
Kulwë: "De que están hechas esas murallas por Dios"
Tanowë: "Después de destruirlas que pasara, ¿asaltaremos su interior?"
Narwë: "Dependerá mucho de lo que encontremos, de todas formas también tenemos el plan de asaltarla sin derrumbar sus murallas, pero los números del enemigo son dudosos, las perdidas serian muchas"
Tulcowë: "¿Podemos traer más tropas?"
Narwë: "Tal vez las guarniciones de las murallas de Hyarnost, serian doscientos mil hombres más y aún tendríamos tropas protegiendo las ciudades interiores"
Círdan: "Yo no puedo suministrar más tropas todas mis guarniciones se encuentran aquí reunidas"
Thingol: "Tengo extraños al oeste, no puedo traer más tropas sin poner en peligro mi reino"
Tulcowë: "Envía un mensaje a Hyarnost para que alisten a las tropas y que organicen la logística"
Narwë: "Empezaré a planearlo mi señor"
Tulcowë: "terminemos por ahora"
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Carpa del Rey
Mensajero elfo: "Mi Gran Rey"
Tulcowë: "¿Qué sucede?"
Mensajero elfo: "Un mensaje de Hyarnost mi señor "
Tulcowë: "Gracias"
Siempre recibos recibo cartas de Serceyë contándome acerca de lo que sucede en la ciudad y esta no debería ser diferente.
"Querido esposo, durante este tiempo en el que estás lejos, siento que Hyarnost está perdiendo su esplendor día a día, y necesita a su rey para volver alzarse en poder, nuestros enemigos más acérrimos han empezado a salir de su sombra, rastros de niebla oscura fueron vistos en el sur, Ungoliant la tejedora de niebla nos asecha, pero mientras otros salen de sus escondrijos otros son liberados, los Valar han dispuesto la liberación de Melkor, después de sus tres eras en prisión .
Temo que las murallas Blancas de Hyarnost pronto demostraran el propósito por el que fueron construidas"
Narwë, necesito a Narwë
Tulcowë: "Llamen a Tulcowë rápido"
Guardia elfo: "Ahora, mi Rey"
...
Narwë: "¿Padre?"
Tulcowë: "Reúne al consejo de guerra"
Narwë: "¿Que sucede?"
Tulcowë: "Hyarnost está en peligro, tenemos un mes para destruir Angband o volver sin ver nuestro objetivo ser cumplido"