Chereads / kumo desu ga, nani ka ? Vol.4 / Chapter 18 - S8: La Aldea de los Elfos

Chapter 18 - S8: La Aldea de los Elfos

En lo profundo de las montañas de la región de Sariella se encuentra una caverna escondida.

En la parte trasera de esta caverna hay una sala secreta disfrazada detrás de un callejón sin

salida.

En esta sala secreta en la caverna escondida, un lugar considerablemente difícil de encontrar,

hay un punto de teletransporte que conecta con la aldea de los elfos.

Está tan oculto que nunca lo habríamos encontrado sin la guía de la Srta. Oka.

Incluso con Apreciación, no pude ver ninguna pista de su existencia, así que dudo que nadie

pueda encontrarlo sin saber exactamente dónde está.

"Debéis mantener la existencia de este lugar en secreto, por supuesto."

Todos asentimos.

Una poderosa barrera protege la aldea de los elfos, lo que hace que sea imposible entrar a

menos que se usa un punto especial de teletransporte.

En otras palabras, esta es una de las pocas entradas a la aldea de los elfos. Si se revelara su

localización podría conducir a intrusos no deseados.

Lo más probable es que nadie a parte de los elfos y sus más cercanos confidentes se suponga

que lo sepan.

Es probable suponer que la Srta. Oka tampoco nos mostrara dónde está.

El hecho de que nos haya traído aquí parece la prueba de que ella confía profundamente en

todos nosotros, pero la advertencia de Katia seguía en lo más profundo de mi mente.

Katia dijo que no debíamos confiar en la Srta. Oka demasiado.

Pero ella realmente parece confiar en nosotros, al menos desde mi perspectiva.

Sinceramente, no sé qué hacer.

Por ahora, sigo en el ambiguo estado de confiar en nuestra profesora mientras albergo

algunas dudas.

"Ahora, procedamos."

La Srta. Oka activó el punto de teletransporte.

La luz inundó la sala y nos envolvió a todos, y mi visión se deformó brevemente.

Una vez volvimos a la normalidad, ya no estábamos en la caverna.

En su lugar, estábamos dentro de un edificio circular.

Había varios círculos de teletransportación en el suelo, como el que acabábamos de usar.

Sin embargo, los detalles del edificio no son importantes en este momento.

Porque tan pronto como llegamos, no encontramos rodeados a punta de espada.

Varios elfos sostenían sus espadas contra nosotros.

"¡Por favor, espera! ¡Yo los traje aquí!"

La Srta. Oka se interpuso entre nosotros y los elfos, quienes parecían listos para atacar en

cualquier momento.

En lugar del leguaje humano, la Srta. Oka estaba hablando en el lenguaje de los elfos.

Lo estudiamos en la academia, así que más o menos puedo entenderlo.

Sin embargo, sólo puedo hablarlo despacio y con frases cortas. Dudo que pudiera intervenir

en una situación tan apremiante como esta.

"¿Nombre?"

"Filimøs Harrifenas."

El hombre que parecía ser el capitán se dirige bruscamente a la Srta. Oka.

"La hija del jefe… ¿Y por qué has traído humanos aquí?"

"Son reencarnaciones y camaradas del héroe. El ejército del imperio está de camino a aquí en

este momento. Los traje para que nos ayudaran a luchar."

La explicación de la Srta. Oka pareció aplacar al hombre, pero éste aún no bajaba su espada.

"Ya veo. Sin embargo, no podemos permitir que los humanos entren en la aldea. Si van a

participar en la batalla como nuestros aliados, pueden luchar fuera de la barrera."

"No harán tal cosa. Estas personas son mis invitados. No los lanzaré al peligro."

"Hija del jefe. No voy a repetirme. Envíalos de vuelta a través del punto de teletransporte

inmediatamente."

La Srta. Oka y el hombre parecían estar en total desacuerdo.

Claramente, los elfos eran aún más cerrados de lo que pensaba.

A este ritmo, definitivamente no nos van a dejar entrar en el pueblo.

"Baja el arma, por favor."

Justo cuando la tensión parecía que iba a estallar, la voz de un hombre llega desde la entrada.

Tan pronto como vimos al hablante, todos nos quedamos congelados.

"¿Potimas?"

Sólo la Srta. Oka murmuró el nombre del hombre con incredulidad.

De hecho, delante de nosotros estaba Potimas, el jefe de los elfos al que aparentemente

Sophia había asesinado.

"Estás en lo cierto. ¿Es que has olvidado la cara de tu padre?"

Aunque sus palabras parecían de broma, la cara de Potimas estaba seria.

Pero la Srta. Oka, Hyrince y yo lo vimos muerto.

Vimos a Sophia arrojar su cabeza recién cortada al suelo ante nosotros.

Esa visión espantosa no parecía una farsa o una ilusión.

"¿Pensé que habías muerto?"

"Se necesitaría más que eso para matarme. Bajad las espadas."

Se dirigió a los soldados para darles la orden.

Los soldados obedecieron fielmente, bajando sus espadas y dando un paso atrás.

"Bien, entonces. Bienvenidos a la aldea de los elfos."

A pesar de sus palabras, no parecía acogedor en absoluto.

Honestamente, estaré bastante cauteloso con él.

Parte de esto es la extrañeza de que un hombre el cual pensaba que estaba muerto de repente

apareciera justo en frente de mí, pero hay algo más en él que es raro y sospechoso de una

manera que no puedo identificar bien.

A parte, cualquiera que de repente usa Apreciación en alguien a quienes acaba de conocer

probablemente los está menospreciando.

Esta es la segunda vez que me he encontrado con este hombre.

La primera vez fue antes de que fuera a la academia, cuando apareció escoltando a la Srta.

Oka.

Su actitud fue horrible entonces también. Se presentó a sí mismo y a la Srta. Oka, entonces se

fue sin esperar a escuchar mi respuesta.

Mientras hablaba, una sensación extraña me invadió, pero asumí en ese momento que tan

solo era una respuesta física a lo incómodo que me hacía sentir su actitud.

Más tarde, Katia identificó esa sensación extraña como la incomodidad que se siente cuando

alguien usa Apreciación contigo.

Usar Apreciación en alguien sin su consentimiento es considerado una violación de la

etiqueta muy grosera.

Entre eso y su actitud estirada, estaba claro que no nos consideraba dignos de su

consideración. Como si no nos reconociera como personas.

Incluso ahora, parecía que nos está viendo más como herramientas de guerra que como

invitados, pro lo que su mirada me hacía sentir muy incómodo.

"Venid. Prepararemos una modesta recepción para vosotros."

Con estas breves palabras, Potimas se dio la vuelta y salió de la sala.

Lo seguimos a toda prisa.

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"¿Cómo sobreviviste?"

La Srta. Oka le preguntó lo que yo también me preguntaba.

"Hay muchas maneras de evitar la muerte."

Eso ni siquiera era una respuesta.

Por un momento, consideré el usar Apreciación con él como acto de venganza por la primera

vez que nos conocimos, pero empeorar su carácter en esta situación me parece una mala idea.

"¿Qué hay del ejército imperial?"

"Todavía no han llegado a los límites de la barrera. En estos omentos están marchando por el

bosque."

Mientras hablaba, Potimas salía del edificio.

Siguiéndolo, el resto de nosotros os quedamos sin palabras cuando miramos el paisaje en el

exterior.

A nuestro alrededor había un bosque compuesto por árboles tan grandes que bien podrían

tener más de mil años de antigüedad.

Las raíces de los gigantescos árboles se habían tallado para formar hogares.

Recordando el edificio que acabábamos de abandonar, me doy cuenta de que también era, en

realidad, un árbol gigante.

El pueblo de los elfos no era sólo un montón de edificios en un bosque. Estaba construido en

los propios árboles.

"Guau", murmuró Katia involuntariamente.

Era como si nos hubiéramos metido en un mundo de un cuento de hadas.

Sin embargo, innumerables ojos nos miraban, llevándonos de vuelta a la realidad.

Desde lo alto de las ramas y en las sombras de los árboles, los elfos nos observaban de cerca.

Podía sentir la cautela y el asco en sus miradas.

Era un nuevo recordatorio de que no éramos bienvenidos aquí., como si las espadas que nos

apuntaron al llegar no fueran suficientes.

Preocupado, miré a Anna.

Para mí, esta era una bienvenida bastante desagradable. Pero para Anna, una semi elfa, este

lugar estaba lleno de recuerdos dolorosos.

Ser observado de esa manera además de eso fácilmente podría sacar a la luz más traumas.

Anna aparentaba estar fuerte, pero sus manos temblaban ligeramente.

Me acerqué a ella, tratando de protegerla de las miradas penetrantes.

Potimas avanzaba rápidamente, sin prestarnos atención.

Mientras e seguíamos, la Srta. Oka le preguntó sobre la situación actual.

"¿Sabes cómo de grande es el ejército imperial?"

"Alrededor de ochenta mil."

Eso fue una sorpresa para mí.

¿Es realmente seguro para ellos el enviar un ejército tan grande en mitad de la guerra entre

demonios y humanos?

No, casi seguro que no.

Y, sin embargo, el ejército ya estaba en camino.

Si los demonios se enteraran de este acontecimiento, dudo que perdieran una oportunidad

como esta.

Esta situación es incluso más desastrosa de lo que pensaba.

"El problema es que la iglesia ha proporcionado una cantidad considerable de sus soldados.

El hecho de que hayan anunciado un falso héroe como Hugo demuestra que están

profundamente vinculados al imperio."

Si el ejército de la Palabra de Dios ha unido fuerzas con el imperio, eso debe significar que

Hugo tiene a la iglesia firmemente en sus manos.

Lo más probable es que, Yuri con el lavado de cerebro esté con él, también.

"Si su marcha transcurre sin problemas, ¿cómo de pronto crees que llegarán?"

"Tres días, me imagino. Si son atacados por monstruos poderosos o cualquier cosa similar,

eso sería otra historia, pero desafortunadamente la suerte parece haber estado de su parte."

Incliné mi cabeza con curiosidad ante la extraña declaración de Potimas.

"El monstruo de clase legendaria que ha amenazado nuestra aldea durante años, la reina

teratect, está en movimiento. Como resultado, todos los otros monstruos de la zona han

huido. El ejército imperial probablemente se encontrará con pocos monstruos, si es que hay

alguno, en su curso hacia aquí."

¿Otra reina teratect?

Se dice que la reina teratect vive en el Gran Laberinto de Elroe, pero hay otras cuarto en el

mundo también.

Por lo que parece, una de ellas vive en el mismo bosque donde los elfos tienen su hogar.

El pueblo de los elfos está en el corazón de un vasto bosque llamado el Gran Bosque Garam.

Según la Srta. Oka, el pueblo y la barrera que lo protege son del tamaño de los distritos

especiales de Tokio.

Y el bosque, dado que es lo suficientemente grande como para ocultarlo en su centro, es

fácilmente del tamaño de Hokkaido.

Hay muchos monstruos en el gran bosque, y la reina teratect gobierna como el más poderoso

de todos.

Desafortunadamente, ya que la reina teratect se había movido y ahuyentado a todos los

monstruos cercanos, esto funciona a favor del ejército.

Si la reina teratect se hubiera quedado atrás y quizás cruzarse mientras lo hacía el ejército

imperial, eso habría sido mucho más favorable para lo elfos.

En cuanto a mí, estoy medio decepcionado y medio aliviado.

Vislumbramos el poder aterrador de la reina teratect de caminos hacia aquí.

Cuando dejamos el Gran Laberinto de Elroe, miré abajo y vi el lugar donde una vez la reina

teratect se había liberado y se había vuelto loca.

La destrucción fue tan severa que cambió permanentemente el paisaje.

Si esa cosa se hubiera topado con el ejército imperial, este último probablemente habría

sufrido bajas devastadoras.

Los elfos habrían triunfado sin necesidad alguna de luchar.

Pero eso también habría significado que los soldados que sólo están siendo utilizados pro

Hugo serían asesinados en masa.

Incluso podría haber entre ellos personas a las que se les hubiera lavado el cerebro, como

Yuri.

Cuando pienso en ello de esta manera, estoy casi feliz con los resultados.

Sé lo ingenuo que es eso.

Si realmente tenemos que luchar, será asesinar o ser asesinado, incluso si los soldados son

inocentes.

Pero una parte de mí no puede evitar esperar que, si podemos hacer algo con Hugo, el resto

de cosas funcionará de alguna manera.

Por lo menos, podría ser capaz de salvar a mis amigos con lavado de cerebro de él.

Incluso podría haber más de ellos aparte de Sue y de Yuri a quienes les hayan lavado el

cerebro sin que yo lo sepa.

Mientras pensaba en ello, mi mano se cerró automáticamente en un puño.

"Estamos aquí."

Potimas entró en una casa construida en uno de los enormes árboles, interrumpiendo y dando

por terminada la conversación.

Dentro de la casa había un gran escritorio circular, creando una especie de sala de

conferencias.

Tan pronto como nos sentamos según las instrucciones, los camareros elfos llevaron la

comida a nuestra mesa.

"Estos son platos élficos, pero también deberían adaptarse al paladar humano."

Tras las palabras de Potimas, le di un bocado a la comida.

Estaba ligeramente sazonado y concentrado con verduras, pero eso solo servía para resaltar la

calidad de los ingredientes.

De hecho, estaba delicioso.

Agotados por nuestro viaje, nuestro grupo comió sin hablar.

"Parece que lo habéis disfrutado. Bien."

Al ver que habíamos acabado de comer, Potimas habló de nuevo.

"Hemos preparado cuartos para vosotros. Me aseguraré de que podáis ocuparos de vuestros

asuntos allí hasta que llegue el ejército imperial."

Parecen muy bien preparados.

Casi como si ya supieran que íbamos a venir.

Lo que probablemente él ya sabía, supongo.

No sé como obtuvo esa información, pero era la única explicación que tenía sentido.

De lo contrario, ¿cómo habrían preparado los cuartos y la cantidad justa de comida para los

humanos en un tiempo tan ajustado?

Y, aun así, nos recibieron don tanta dureza cuando llegamos.

¿Acaso la información no llegó a los guardias del punto de teletransporte, o fue sólo una

actuación?

De cualquier manera, no puedo entender las intenciones de Potimas.

Todo lo que sé es que parece muy sospechoso.

Tal vez sea por eso que no puedo evitar en desconfiar en la siguiente propuesta de Potimas.

"Además, estoy seguro de que querréis ver a las otras reencarnaciones, ¿no? Se hace tarde.

Lo arreglaré para que os encontréis con ellos mañana."