Kudo nos llevó a un comedor.
Como el resto de la aldea de los elfos, estaba construido dentro de un gran árbol.
Este era particularmente grande, pero era agobiante debido a todos los pupitres y sillas que
había en el interior.
De algún modo, me recordaba a la escuela al aire libre a la que fui en secundaria.
Dentro del comedor, otros cuatro chicos estaban ya cocinando.
Uno de ellos notó nuestra presencia y paró.
Parecía escéptico cuando nos miró a Katia y a mí, pero sus ojos se abrieron como platos
cuando se percató de Fei.
Incluso después de todos estos años, parece que mucha gente la recuerda bien.
Supongo que eso probablemente tenga algo que ver por lo intensa que es.
"Kudo, ¿son esos tres por casualidad…?"
"Sí, lo son."
Kudo llamó a las cuatro personas de la cocina.
Todo el mundo fue a lo que asumía eran sus asientos habituales, mientras Kudo nos traía a
nosotros tres frente al comedor.
"En primer lugar, ¿podría pediros que os presentéis de nuevo?"
"Soy Shunsuke Yamada."
"Kanata Ooshima."
"Y yo soy Mirei Shinohara, obviamente."
Tan pronto como terminamos de presentarnos, toda la sala estalló en parloteos.
Inevitablemente, la mayoría de los ojos en la sala parecían estar en Katia.
"¿Shun y Kanata? ¿Sois realmente vosotros?"
Es el mismo chico que estaba cocinando antes.
"Sí."
Tan pronto como contesté, su cara se transformó en una sonrisa de oreja a oreja.
"¡Qué bueno verte, colega!"
Algo en esa sonrisa me dio déjà vu.
Aunque sus características fueran diferentes, reconocería esa genuina simpatía en cualquier
lugar.
"¿Ogi?"
"Sep, ese soy yo. ¿Cómo lo adivinaste?"
"Eres ola única persona que conozco con una sonrisa tan boba."
Kenichi Ogiwara, también conocido como Ogi, sonríe aún más.
Era un amigo de hace tiempo del club de fútbol.
Por cierto, su apodo se basa en su apellido porque su nombre era demasiado parecido al de
Kengo Natsume, la antigua identidad de Hugo.
Después de Ogi, el resto de la clase se presentó.
Eché mucho de menos a algunos de ellos, mientras que había otros, admito, de los cuales casi
ni me acordaba.
En general, había trece reencarnaciones aquí.
Eran dos más de las once que la Srta. Oka nos había contado antes.
Los dos recién llegados eran Kunihiko Tagawa y Asaka Kushitani.
"¿Vosotros dos sois aventureros?"
"Por supuesto. Si estás en un mundo de fantasía, te tienes que ir de aventuras, ¿cierto?"
"No estoy seguro de eso…"
Tagawa y Kushitani eran aparentemente mercenarios antes de venir aquí.
Específicamente, los padres de ambos pertenecían a su mismo grupo de mercenarios, por lo
que crecieron como amigos de la infancia.
Sin embargo, esos grupos de mercenarios fueron aniquilados en una batalla contra los
demonios.
Después de eso, la pareja1 decidió cambiar de ser mercenarios a ser aventureros, matando
por su cuenta.
Durante su viaje, fueron contactados por los elfos, y es por eso que llegaron aquí.
Ellos llegaron a la aldea hacía muy poco.
"Espera, ¿Por qué eres un bomboncito ahora, Kanata?"
"Eso es lo que me gustaría saber."
Los hombros de Katia se hundieron.
Evidentemente, ella era la única persona a la que le había cambiado el género.
"Qué más da, al menos sigues siendo humana. ¡Yo soy un monstruo, ya sabes!"
Fei comenzó a hablar de sí misma y todas las chicas acudieron a ella.
Por alguna razón, esto llevó a que tocaran sus alas y dieran grititos.
Ella siempre era el centro de todas las chicas de clase, de algún modo u otro.
En poco tiempo, las chicas se reunieron alrededor de Fei, mientras que los chicos se
reunieron todos alrededor de Katia y de mí.
De las trece personas aquí, había cinco chicos y ocho chicas.
Parecía que los chicos estaban un poco cohibidos por ser superados en número.
Empezamos a intercambiar información.
"¿Así que ese imbécil de Natsume está viniendo para atacarnos?"
Preguntó Tagawa incrédulo.
"Sí."
Asentí con seriedad.
"Natsume, ¿eh…?
La cara de Ogi claramente mostraba su conflicto de emociones.
Era un buen amigo nuestro, pero también lo era de Hugo.
Era natural que se sorprendiera al saber que uno de sus antiguos amigos había cambiado tan
drásticamente.
Los otros chicos también estaban consternados, pero pude ver en sus expresiones que ellos
no estaban tan sorprendidos.
El viejo Natsume no haría nada tan loco como lo que está haciendo ahora, pero él siempre
tuvo una personalidad prepotente y desagradable.
A muchos de los chicos en secreto no les gustaba Natsume, aunque no se atrevieran a decirlo
en voz alta.
Ese era probablemente el por qué la mayoría de las reacciones fueran similares a "Sí, me lo
imaginaba."
"¿Los elfos no os dijeron lo que estaba pasando en el mundo exterior?" preguntó Katia.
Ogi dudó por un segundo antes de responder.
"Sí. Intentan tener tan poco que ver con nosotros como sea posible."
"Ya veo. Aunque, ¿qué era esa extraña pausa?"
Esta vez, Ogi intercambió miradas con los otros chicos.
"Uh, perdón si estaba actuando raro. Es sólo que es difícil de creer que una chica tan guapa
como tú sea realmente Kanata, ¿sabes?"
Los otros chicos asintieron de acuerdo.
La expresión de Katia era difícil de leer.
"Sí, supongo que lo sería, eh."
"Mierda, ¡lo siento! Ya sé que no es que tú hayas elegido ser una chica ni nada de eso, ¡y
estoy seguro de que habrá sido súper difícil para ti! Es sólo que pareces una persona bastante
diferente ahora…"
El pánico de Ogi deja dolorosamente claro que no tiene ni idea de cómo interactuar con
Katia.
"Está bien, amigo. Tan sólo háblame como lo harías normalmente, ¿vale?"
"Eso es fácil de decir para ti…"
"Si tanto te molesta, me iré con las chicas. ¿Vale?"
"No, por favor quédate aquí."
Ogi estaba prácticamente trabándose él solo ahora mismo.
quedara
Quiero decir, Katia es casi increíblemente hermosa.
Estoy seguro de que él estaba emocionado sólo de poder hablar con alguien tan guapa.
"Shun, viniste aquí con Kanata y Shinohara, ¿verdad? Tío, estoy tan celoso. ¡Tienes una
chica para cada brazo!"
Ogi se volvió hacia mí para quejarse.
Incluso cuando una de esas chicas estaba frente a nosotros.
"Pero una de ellas es Kanata, y la otra es… bueno… Shinohara."
Al menos Tagawa me estaba defendiendo.
"A parte, ¿Soy solo yo, o todas las reencarnaciones somos totalmente más atractivos que el
resto?"
Antes ese comentario, vuelvo a mirar a las personas que me rodean.
Tenía razón, en realidad: Todo el mundo aquí es bastante guapo.
Yo era bastante simple en mi vida anterior, y a parte de algunos destacados como Fei y
Wakaba, la mayoría de mis compañeros de clase tenían un aspecto bastante normal.
Pero si bien había una gran variedad de apariencias aquí, en general todas eran hermosas.
Quizá los dioses que nos reencarnaron nos querían hacer a todos un favor.
"Tienes razón. Supongo que no deberías quejarte, ¿eh?"
Katia empujó a Ogi molestándolo, y el levantó las manos en broma en señal de rendición.
Por un momento, fue casi como si estuviéramos de vuelta en nuestras antiguas vidas.
Pero era sólo una ilusión, por supuesto.
Todos habíamos pasado la misma cantidad de tiempo en este mundo por ahora.
"¿Así que muchos de vosotros fuisteis secuestrados por los elfos y traídos aquí?"
La voz de Katia me trajo de vuelta al presente. Mientras estaba ocupado quedándome absorto
en mis emociones, el tema cambió a cómo cada uno llegó a la aldea de los elfos.
Ogi y los demás asintieron.
"La situación de cada uno es un poco diferente, pero sí. Muchos de nosotros fuimos vendidos
por nuestros padres por dinero. He oído que Temarikawa realmente fue secuestrada."
Esta revelación me hizo sentir un poco mareado.
Siempre creí en la Srta. Oka y sus esfuerzos de proteger a las reencarnaciones, pero ahora
estaba claro que había un lado oscuro en todo eso.
¿Mis compañeros de clase fueron vendidos o capturados como esclavos?
Katia, por otro lado, parecía extrañamente calmada.
"¿No estás sorprendida?"
"O sea, sí, supongo. Pero tenía mis sospechas."
Katia sospechaba de la Srta. Oka desde el principio.
Ella debía haber tenido muchas teorías.
Incluyendo las cosas desagradables que la Srta. Oka podría haber hecho en el proceso.
Recordé algo que dijo Sophia cuando nos enfrentamos a ella.
Ella dijo a la Srta. Oka, "Tú has matado mucho por tu cuenta."
En aquel entonces, sabía que tenía que haber una buena razón para eso, y todavía no creía
que nuestra maestra matara a nadie sin una razón.
Pero al mismo tiempo, no podía negar que mis dudas sobre la Srta. Oka sólo habían estado
creciendo.
Quería confiar en ella, pero no podía, al menos no completamente.
¿Deberíamos realmente proteger a los elfos?
Por supuesto, si Hugo atacaba este lugar, tenía que luchar para proteger a las reencarnaciones
que vivían aquí.
Además, tenía mis propios motivos para querer derrotarlo.
¿Pero que se supone que haré después de eso?
Por lo que he oído hasta ahora, casi nadie aquí estaba satisfecho con la forma en la que están
las cosas.
Ellos estaban constantemente siendo vigilados por los elfos.
Según lo que nos dijeron y el trabajo que estaban haciendo antes, parecían estar viviendo más
o menos autosuficientes aquí.
Cultivaban vegetales en los campos y criaban ganado para carne.
Si necesitaban algo que no podían conseguir aquí, los elfos se lo daban, pero en su mayor
parte, ellos mismos se encargaban de sus cosas.
La mayoría de ellos fueron traídos aquí cuando eran bebés o demasiado jóvenes para darse
cuenta del mundo que les rodeaba.
A esa edad, los elfos los cuidaron, pero su presencia disminuyó gradualmente, y rara vez se
ponían en contacto fuera de la vigilancia y el proporcionarles suministros.
"Ellos no quieren que hagamos demasiado, supongo," dijo Ogi.
Probablemente esté en lo cierto.
Los elfos no querían que las reencarnaciones aumentaran sus habilidades.
Debido a su batalla con los administradores que nos contó la Srta. Oka.
¿Pero es esa realmente la única razón?
¿Es eso suficiente para justificar cometer crímenes para reunir a las reencarnaciones y
forzarlas a este estilo de vida?
Debía haber algo más de lo que no sabíamos.
¿Estaba la Srta. Oka escondiéndolo de nosotros?
¿Y es por nuestro propio bien o no?
No tengo ni idea.
Pero por ahora, la situación con Hugo era más importante.
Una vez eso esté hecho, tendré que enfrentarme a la Srta. Oka de una vez por todas.
Incluso si eso significaba enemistarse con los elfos.
La ansiedad me devoraba mientras escuchaba a Ogi y a los demás.
***
La emoción de reunirnos con los viejos amigos continuó durante horas, y acabamos
renovando nuestros lazos hasta que el sol se puso.
Esto significaba que había conocido a la mayoría de las reencarnaciones.
Quedan solo dos que aún no he visto, a parte de las cuatro que aparentemente están muertas.
Uno de esos dos era un amigo cercano de Katia y mío, Kyouya Sasajima.
Cuando la Srta. Oka nos habló sobre Sophia, dijo:
"Su nombre es Sophia Keren. Y en su vida anterior, ella era Shouko Negishi. Ella es una de
las reencarnaciones que se ha puedo del lado de los administradores."
Una de las reencarnaciones que se ha puesto del lado de los administradores.
¿Eso no quiere decir que hay otras reencarnaciones a parte de Sophia que han hecho lo
mismo?
Echando la vista atrás, cuando pregunté a la Srta. Oka sobre Kyouya, ella esquivó
descaradamente la pregunta.
¿Eso quiere decir que él es uno de ellos?
¿Sabía ella eso y nos estaba ocultando información?
Si es así, eso explicaría muchas cosas.
Desafortunadamente.
Todavía no había hablado con Katia sobre esto.
Estaba seguro de que ella había llegado a la misma conclusión mucho antes que yo.
Y conociendo a Katia, ella seguramente haya pensado en ello incluso más que yo.
Sobre por qué la Srta. Oka nos lo habría ocultado.
Hasta ahora, Siempre había creído que si la Srta. Oka estaba escondiendo secretos, debía ser
por una buena razón.
Nunca pensé que ella nos ocultaría algo, a menos que ella tuviera que hacerlo.
Tenía que haber alguna razón por la que no pudiera contarnos, por nuestro propio bien.
Pero después de escuchar el lado de las otras reencarnaciones, ahora ya no estaba tan seguro.
¿Qué pasaría si estaba equivocado, y ella estaba guardando esa información no por nuestro
bien, sino por el suyo?
¿Ella evitó hablarnos de Kyouya porque sería inconveniente para ella si nosotros lo
supiéramos?
De verdad quiero confiar en ella.
Pero cada vez más, no estoy seguro de si puedo.
¿Se aclararía toda esta duda si volviera a ver a Kyouya otra vez?
Hola, Kyouya.
¿Dónde estás ahora mismo? ¿Qué estás haciendo?
Si nos volvemos a encontrar, ¿seguirá siendo como amigos? ¿O como enemigos?
Todas estas preguntas quedaron sin respuesta.