Kokonatsuji paso de largo a Cherit y se dirigió hacia mí.
―Mi señor Adrion me presento ante usted.
Asentí con aprobación y antes de que pudiera decir cualquier cosa Cherit hablo.
―Buscar pelea nada más llegar, aunque es de esperar de una mujer salvaje como tú.
―¿Pelea? No sé a qué te refieres con eso, solo fue una pequeña broma, aunque para alguien que pasa más tiempo encerrada en la biblioteca que hablando con otras personas, debe ser difícil de interpretar.
―Si a hablar con otras personas te refieres a pasear por los campamentos de los soldados meneando el trasero y bebiendo como una cualquiera, tienes razón, prefiero estar en la biblioteca.
¿Pero qué demonios, esas dos se llevaban tan mal? No recuerdo que en la información del juego mencionara nada de esto, escuchaba la discusión de esas dos mientras miraba de reojo a Ringoshi, el cual no parecía estar sorprendido por este evento.
La historia de Kokonatsuji hablaba sobre una tribu guerrera, ella se unió al ejercito gracias a que Adrion la recluto en un punto en la historia, ella debería tener una deuda conmigo por esto, así que mientras no haga nada que la moleste todo debería estar bajo control, al menos eso espero.
Estaba casi resignado a tener que meter mis manos en el fuego y detener a esas dos, pero afortunadamente, el siguiente campeón hizo su aparición.
―Por favor detengan eso, nuestro señor Adrion se encuentra presente.
La persona que logro detener a esas dos portaba una capa con capucha color blanco con patrones negros, además de una armadura liviana y brillante con los mismos colores, la combinación de estos colores con su tranquila voz, proporcionaba un aura de calma a su alrededor.
Aunque esto terminaba en el momento que lograbas ver el aspecto dentro de la capucha, un esqueleto de blanco puro sin rasgos plausibles, además de sus cuencas oculares vacías con pequeños puntos de luz roja en su centro, no había otra característica que observar. La persona en cuestión era un esqueleto, ni más ni menos. Este era el campeón con la mejor habilidad de batalla en uno contra uno, Kamaji el guerrero esqueleto.
El pasado de Kamaji es bastante misterioso, se supone que en un enfrentamiento entre él y Adrion, fue derrotado y obligado a servir a este otro. No sé si me guardara algún rencor por esto, será mejor que sea precavido con él.
Tanto Cherit como Kokonatsuji se detuvieron y voltearon en mi dirección.
―Lo siento mucho.
Ambas bajaron sus cabezas y se disculparon al mismo tiempo, como si sus movimientos estuvieran coordinados, no sé cómo logran moverse de manera tan coordinada, aunque es aún más extraño el hecho de que puedan fingir que no pasaba nada y cambiar su atmosfera de manera tan rápida.
Aunque técnicamente todos los campeones viven dentro de la fortaleza y lo más normal sería tratarnos de manera casual, dada los diferentes rangos que nos separaban, se debía mantener cierto grado de educación. A esto debe agregarse que por el enorme tamaño de la fortaleza no sería extraño que alguien no sé encontrara con otro durante una semana, si bien todo esto eran especulaciones, pareciera ser el camino más acertado.
―No se preocupen por eso, estoy feliz de que se vean tan enérgicas, Kamaji, me alegro de que pudieras venir.
―Dado que fui llamado, no habría forma de que no me presentara señor Adrion.
El sonido de unos pasos acercándose, anunciaron la llegada de otra persona, el hombre se dirigió hacia mi sin perder el ritmo, hasta que estuvo lo suficientemente cerca para poder dirigirme la palabra.
Este hombre de estatura media vestía un elegante abrigo con los colores negro y gris como base, con bordes dorados para acentuar su belleza, zapatos y guantes color negros, unos anteojos de forma redonda y sofisticada. Cualquiera persona que lo viera, con solo apreciar su ostentosa vestimenta, lo relacionaría con un hombre de éxito.
Su piel de un tono oscuro, orejas puntiagudas, unos ojos de color amarillo, y su expresión madura, lo dotaban de una fuerte presencia. Su cabello color gris perfectamente peinado hacia tras, lo hacían parecer mayor de lo que en realidad era. El hombre en cuestión era un elfo oscuro, con habilidades especializadas en magia, esté era el administrador de la fortaleza, Remontz.
Una persona problemática, es de ese tipo de personas de las que no puedes esconder nada, pero no tengo otra opción que intentarlo. Remontz era un antiguo oficial gubernamental de gran prestigio, fue enviado aquí por órdenes directas del emperador. Lo mejor para mi será tener sus manos ocupadas y mantenerme lejos.
El hombre hizo una reverencia.
―Me presento ante usted, señor Adrion.
―Remontz me alegro de que estés aquí.
Aunque no pareció haber un cambio significativo en el ambiente, a diferencia de Kamaji que pareció tranquilizar el entorno, Remontz incrementaba la tensión de todos. Esto es inquietante de muchas maneras, las relaciones de los campeones es algo que en el juego nunca tuve que tomar en cuestión, será mejor que capté la personalidad de cada uno lo antes posible.
―Lamento la tardanza.
―Señor Adrion disculpe la demora.
Las palabras de las dos personas que habían llegado sin que me percatara me sacaron de mis pensamientos, aunque hasta ahora las personas que aparecían frente a mí harían que cualquier persona levantar una ceja por la sorpresa, el hombre junto Atsuki era la más extraña hasta ahora.
Vistiendo un traje de bufón de color amarillo con negro, contaba con el típico gorro con cuatro puntas, guantes, mallas y zapatos multicolor. Una máscara blanca con mirada estrecha y sonrisa delgada que expresaba picardía, dando la impresión de burlarse de todos a su alrededor.
Con una altura media y una figura delgada, con un aura de misterio y excentricidad, este era el maestro espía bajo mis órdenes, Painappuri, un mago de ilusiones.
A diferencia de Kamaji y Remontz que provocaron sentimientos simples al llegar, un disgusto evidente proveniente de todas direcciones se concentró en Painappuri. Atsuki paso desapercibida bajo este repentino cambio y solo Remontz parecía estar impasible.
Painappuri, un antiguo asesino, termino bajo las órdenes de Adrion después de cierto incidente en el que se enfrentaron, de alguna manera lo convenció de trabajar para él, y justo ahora se encuentra aquí. Complicado, no tengo ni la más remota idea de que pensar sobre él, solo puedo ser precavido y ver cómo se desarrolla.
―Está bien, han llegado en buen momento, ya que todos los campeones en el palacio se encuentran presentes.